MI PLACER MAYOR: mamar y ser deseada
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Manjar del Olimpo… Cuando llevo la pija a mi boca, todita mía, pulsando íntimamente me aprecio como una diosa. El macho es mi propiedad, mi esclavo, su verga es mía, me pertenece – Ven papito ven con mamita le susurro - yo gobierno, decido que hacer con su miembro, de qué manera y cuando extremaré la cadencia para provocar una inevitable eyaculación y verter el liquido seminal tibio en mi, mientras saboreo el triunfo de poseerlo. – Delicia Mmm -
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Enérgica sorbo sus miles ácidas y dulzonas, le secreteo, la paladeo y ese tesoro de su sexo entre mis belfos es mi trofeo. – Quiero tu leche amorcito, toda, toda, te lo ruego - El ligamen duro, su olor penetrante, los gimoteo del varón, me trasportan y todo su organismo es mío y yo me entrego a darle placer. – Así papito, toda en mi boquita por favor – Mmm…
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Regodeo, me agito y vibro proporcionando goce, extasiando con mi sorbida, profeso el encanto del macho entregado a mis deseos, gozo su placer y gozo el mío. – Diosss divino, Mmm - El sexo bucal me trasporta al ensueño, - chupo, chupo, chupo - proporcionar y albergar el instinto sexual, ahogándome con la cabeza en mi faringe, en una mescla de flujo, náuseas y sollozos… - Eso amor, eso dámela toda por favor – Mmm…
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Cuando el pene ingresa y sale de mi boca entro en trance, estoy fuera del universo, enajenada, no me importa el resto del macho, solo su miembro dragando mi embocadura, el tufo de su pene, sus gemidos. – Pija por favor, pija para mí, para mi boca, haceme tuya –
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Veterano o tierno el semental, velluda o rasurada su chota, macho obeso, o delgado lo mismo da, que tenga la verga magnánima o pequeña… si puedo elegir prefiero las magnas, regordetas, cabezudas de admirable glande y con vetas de venas marcadas, idolatro resbalar mi lengua por ellas e implorar por el brebaje testicular que se ordeñar y conquistar. – Quiero tu leche divina, mamita se la gana, dámela por favor la deseo, la necesito -
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Adoro lamer horas, pero también disfruto del que te acaba rápido, en la cara, en los pechos, entre los labios dentro de la boquita, - leche por favor- después limpiar la pija con mi lengua como restos de una memita y saborearla… - Dios, dios, placer, quiero ser tu esclava semental, tuya -
Está el goloso que te pide más y más hasta que el miembro le queda encarnado de succión, porque yo sigo chupando, ardor que le alivio con saliva y la descarga sublime de sus cojones en mí. También el goce excelso, el regodeo de varios machos estimulados dándome todo su esperma por la boquita, en la cara y las tetas… - He comido hasta siente desenfrenados en una noche de verano en un boliche en Chuy - …
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Me gusta que me mamen hombres o mujeres o mamar otras mujeres, pero asumo una personalidad cruel me gusta chupar los clítoris como una pequeña verga, hacerles rogar por mis dedos y aparatitos…
Mi vicio es mamar, obedezco a la menor sugerencia de que me ponga a chupar cuando me señalan el bulto, lo soban, desprenden la bragueta, bajan el cierre o me insinúan con la mirada… - Ven Martita, chupa… es una orden para mí que me provoca escalofríos - en un hotel, el auto, en una fiesta, en un baño de un bar, en la ruta, con un compañero de salida, un desconocido o una hembra que me gustó o no cuando solo necesito pija…
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Voy dócil, obediente en un concierto donde están presentes los jadeos, los tirones de cabeza, sus agravios de pasión, - Chupa puta, chupa traga leche, mamona - sus palabras tiernas, - así Martita… por favor seguí… así… así - sus suplicas, su cara de sátiro desencajada, sus ruegos de que siga y los susurro. – Eso Martita… Mmm eso mi bien, eso, Mmm seguí por favor, no pares sácame la leche diosa… hembra divina Mmm… -
La palpitación...
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Pienso en el placer que doy y recibo y me dejo llevar por el instante la lágrima, más bien el lagrimón de la mamada es cuanto me la meto en la boca hasta el fondo, que me asfixio, me toca casi la campanillas y me entran unas enormes ganas de vomitar con la boca llena de saliva que lubrica su verga, lloro de placer y deseo. - Hay malo, malo, es muy grande no me entra toda, y me hago la inocente mientras la devoro -
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A veces no aguanto más y ruego por el pene en mi vagina o mi culo, la necesidad de ser dilatada y socavada de ser cogida hasta en tronco dentro de mí, desmayarme en un orgasmo interminable. Quiero dolor, picor, placer, que me den sin compasión para poder calmarme. – Dame papito dame tu verga, por piedad, no aguanto más… la deseo, toda, toda, toda y lloro de deseo -
Sé que soy despectivamente una traga leche, una chupa pija, una come sable, una mamona pero es mi estigma, mi placer y mi vicio… quise describir a mis amigos libidinosos mi placer mayor, mamar…
María Marta 13/02/2019
6 years ago
acababa de succionar, entró delicadamente en el pequeño orificio, buscando, al engancharlo, regresar al lugar donde los placeres de la felación se multiplicaron por diez. Mientras tanto, su boca apretada seguía yendo y viniendo de mi cola, no pude resistirme. Sentír tu lengua cosquillear mi capullo y luego el líquido espeso fluir hacia tu boca.La explosión ocurrió en un gemido de placer. Sentí los poderosos chorros extendiéndose en tu boca, lo que ralentizó tus movimientos mientras aumentaba la presión de tus labios sobre mi pene hinchado,siendo capaz más, tomé tu cabeza en mis manos pero te liberastes muy rápidamente para venir a besarme con avidez y hacerme compartir la semilla que habías guardado en la boca. Tu lengua se mezcló con la mía en el líquido espeso y suave. Entonces, de repente, decidistes retirar lo que te pertenecía ahora y te tragastes toda mi semilla, terminando con un movimiento sensual de tu lengua en mis labios con una sonrisa devastadora.
Soy una traga leche como le dicen vulgarmente, una chupa pija siempre dispuesta a dar placer. Pero es todo un arte de deleite, me da vida, me magnetiza el goce de succionar los penes la cuajada de los hombre en mi boca, salpicando mi cara o vertida sobre mis pechos.
Solo me importa ese sublime goce de sacar la descarga de energía y simiente para mí. Me apetece el ritual del miembro, el olor a pija a macho que me embriaga, la cabeza que llama a mi entrada, los testículos duros que acaricio y beso, mis ruegos implorando la leche, el deseo incontenible cuando se va acercando a mi boca y rozo el glande con mis labios, cuando lo introduzco en mi boca y siento las venas y la energía en mi garganta.
A veces un desconocido que no volveré a ver jamás, a veces un amigo o un compañero de salidas. Sintonía de besos, lamidas, caricias, de engullir y sorber mirando con los ojos bien abiertos como el macho se retuerce de placer como un gusano en alcohol a cada acometida mía. Hasta que brota como de un manantial su simiente toda mía, toda para alimentarme y darme vida.
Por supuesto que lo tomo como un lactante a su mema la saboreo, la junto de mi cara y mi pecho Adoro el rito de lamber las sobras de semen en el falo, higienizarlo con mi lengua y succionado con mi boquita para usurpar todos los restos de memita.
Sé que los hombres adoran la estrechez del culo, la sumisión de la hembra, la consagración de sus instintos. Los que me ha poseído adoran mi culo, el meneo de mis grupas, la redondez de las nalgas, mi sublime agujerito de encanto. Sé que lo apetecen con demencia, mi destreza es conceder sumisa, proporcionar la colita como substancia de regodeo y he aprendido a gozarlo y sentir intensos orgasmos igual que mamando. La mayoría de las veces los sementales me buscan, en otras soy yo la que cazo y sé que la trampa de llamar la atención y estimular el deseo está en la provocación de mi culo, su movimiento, la tanga enterrada en él y los gajos abiertos.
Lo que vendrá, lo tengo lubricado abierto y pronto, un par de supositorios de vaselina y uno rato de juego con mi dilatador. Limpito con un lavaje de agua tibia, pronto para dar placer, amo el tormento de la dilatación que deja paso a la comezón cuando el órgano ingresa en mi recto y el macho aprieta mis caderas. Lo siento desplazarse caliente reptar por el túnel de mi cuerpo hasta el fondo de mi ano, trepanar mis entrañas y yo esparcida en mil pedazos.
El regodeo y la enajenación de las arremetidas del verraco en el culito que se dilata a cada estocada y arde. Sentirlo al macho como gimotea y se desespera por someterme, mis lloriqueos ruegos y súplicas entre humillaciones y murmullos, ob