Torturando a una Sissi a través del “figging”

Sabía que aquella tarde-noche tenía que ser especial. Patricia había decidido venir a mi hotel, en Madrid. Llevaba dos semanas insistiendo. El pacto era que yo tenía que buscar por la ciudad la lencería más cara y más apropiada para ella.
Tenía que ser una velada especial. Había que hacer algo diferente para convencerla de su acertada elección.
Después de la reunión de trabajo acudí a un mercado muy conocido de Madrid.
Se trataba de buscar una raíz de jengibre entera. Con varias ramificaciones y casi de la extensión de una mano.
Posteriormente busqué la lencería más oportuna para ella: Dior, Chantelle y La Perla Una talla M y un 42 de pie. Ahh!! y un buen maquillaje acompañado de un buen perfume.
Pasadas seis horas ella ya estaba en la habitación. Impecablemente vestida y maquillada.
Una verdadera modelo de lencería. Un collar era la única evidencia de su rol como sumisa.
Treinta minutos después estaba echada en la cama. Piernas abiertas y las dos almohadas levantaban su espalda. La masturbé unos minutos mientras introducía lentamente mis dedos en su ano. Todo de forma pausada y lenta.
Después la obligue a darse la vuelta. Le separé las nalgas y le introduje la raíz de jengibre (*al final explico cómo prepararla). Su reacción fue inmediata. Su movimiento de cabeza intentando de controlar, que le enclavaba fue espontaneo. Dos besos en sus dedos de sus pies y después en su cuello la tranquilizo.
Unos segundos más tarde empezó a agitarse, momento que me sirvió para acabar de introducir la raíz.
Inmediatamente junte sus nalgas con fuerza. Tenía que intentar que todo el jugo del jengibre se desprendiera. La masturbe durante no más de diez segundos. Ya no aguantó más...
Mientras la abrazaba en la cama, Patricia más relajada, me comentaba la sensación tan extraña que había experimentado. Tan solo le duró su efecto, diez minutos... pero suficiente. Sus pies habían entrado inmediatamente en calor y su ano desprendía una sensación agradable de picor.
Más tarde lo repetimos con otra raíz. Su efecto volvía a ser evidente. La penetración posterior mediante un dildo la excitó aún más. Segundos después y con la voz entrecortada me preguntaba con cierta ansiedad…si ya podía correrse.
(Esta es una historia que esta vez no puedo ser). Patricia crees que estás aun a tiempo?. Una pena cielo.
*Tomar una raíz larga de jengibre. Pelarla muy bien eliminando las protuberancias. Redondear bien la raíz con el cuchillo, principalmente en su inicio. Después dejarla en un vaso con hielo o agua bien fría. Una vez manipulada lavarse las manos para evitar contactos con los ojos.
Su aplicación es inofensiva. Con todo aplicarlo de forma controlada y al principio gradualmente.