PETTING

Anglicismo para definir el sexo consensuado sin penetración en todos sus grados. Va desde besos con ropa hasta imitación de coito, desnudos. Esto ahora lo sé, pero entre enero y noviembre del 2000 no sabía cómo llamarlo, sin embargo lo practiqué demasiado con mi enamorado, y esta historia narra una de muchas ocasiones que lo hicimos.
Febrero del 2000, estamos en casa de mi novio, acabamos de llegar de la construcción, la señora Noriko ha salido para una cita médica con el hermanito de Nick, es sábado por la tarde, quedamos solos después del almuerzo y Nick entrena natación de 5 a 8pm así que tenemos como tres horas para demostrarnos nuestro profundo amor. Subimos a su cuarto para una siesta, -aunque nunca dormimos-, nos acostamos sin zapatos, ambos de medio lado, de frente, nos empezamos a bezar mientras nuestras manos acarician el rostro del otro, mi amado me desabotona la blusa y el brasier, mis senos se desparraman sobre el colchón, Nick los consiente, baja su cabeza y los besa, los chupa con esmero, mis manos bajan a su bragueta y liberan a la bestia, con sus propias piernas se retira el jean y yo con mis manos bajo mi falda y panti. Finalmente nos terminamos de desnudar mutuamente. Ahora despojados de ropa nuestras manos viajan sobre la piel de su pareja, sin límites nos acariciamos, las piernas, la espalda, el cabello, mis tetas, el pene, nuestros labios se han fusionado en un interminable beso, nuestras lenguas entran en la boca opuesta intercaladamente sin permiso alguno, Nick baja de nuevo a mis senos y se apodera de ellos, me enloquecen sus chupadas, yo muevo mi mano sobre su verga, el empieza a bajar hacia el sur, me besa mi vientre, mi vello púbico y se mete entre mis piernas lamiendo toda mi vulva y succionando mi clítoris, me quedo acariciando mis propios senos por un rato, pero quiero devolverle el favor y le digo que se invierta sobre mí, lo hace, su pene queda a la altura de mi mentón colgando sobre mis labios, solo me basta abrirlos para rodearlo entre ellos y mi legua, siento sus venas brotadas, se lo chupo con mi tibia boca mientras el continua en mi vulva lamiéndola de arriba hacia abajo. Este 69 se continúa por varios minutos y no hay remedio, tengo mi primer orgasmo con su lengua, mientras yo se lo chupo más fuerte para que sienta mi desenfrenado placer, pero cuando mis contracciones terminan, el se voltea y se sube sobre mí, abre mis piernas y se acomoda en medio de ellas en la típica posición misionera, su virilidad esta sobre mi vulva húmeda, indefensa, cae justo en mis tetas para chuparlas de nuevo, pienso que me va a penetrar y mi corazón se quiere salir de mi pecho, tengo un sentimiento de miedo e inseguridad pero no le digo nada, me abrazo debajo de su cuerpo y acaricio sus espalda atrayéndolo. Reflexiono sobre todo este tiempo que guardé mi virginidad, que supuestamente era hasta el matrimonio y cuando creo que es la hora de dársela, él levanta su espalda y se sienta entre mis muslos, con una de sus manos toma su pene y lo empieza a friccionar sobre mi vulva, con la otra abre mis labios mayores, lo sube de arriba abajo y viceversa, lo frota muy rápidamente haciendo elevar la tensión sexual, mi líbido sube en ascensor, su glande acaricia mis labios vaginales menores llegando hasta mi clítoris, que debe estar erecto salido de su escondite, listo para dar la batalla, pero cae apabullado ante la inmensidad de su rival. Su pene sigue restregándose sobre mi sexo abierto, su mano ahora vuela con su verga frotándola en mi concha, es una sensación deliciosa, me excita tanto que me dejo llevar y de nuevo mi cadera comienza a contraerse en espasmos orgásmicos, llego a mi clímax, mi boca se abre, mi respiración se contiene, mi cerebro se detiene, mis senos brincan con cada espasmo a los lados de mi torso, mi rostro se desfigura por la pasión, mientras su glande continua deslizándose sobre mi deseo hasta que llega a la cúspide de la lujuria, lo ha tomado en su mano masturbándolo, termina expandiéndose y dilatando sus cuerpos cavernosos llenos de sangre para comenzar a eyacular sobre mi vello púbico y sobre mi vientre, sus disparos intermitentes lanzan con fuerza su semen sobre mi cuerpo, uno tras de otro caen sus fluidos blanquecinos sobre mí, hasta que se vacía por completo. Contemplo su cara, primero de un placer desesperante y después de relajación total. Complacido se acuesta encima mío para besarme en los labios, mientras nos embadurnamos con su semen sellando nuestro pacto de amor.
Nos separamos por unos instantes y me dice al oído: -no siempre voy a estar chorreándote la barriga- y soltamos la carcajada. Después le dije: - pensé que me ibas a penetrar y me dio mucha angustia- Nick me responde: -No mi amor, solo hasta que seas mi esposa, es lo que siempre soñaste y eso es un axioma- (verdad que no se discute). Lo abrazo con fuerza con mis brazos y piernas, lo beso con pasión mientras mi vulva siente como su glande también la besa…
Me despido con un beso: Patytetas
Published by patytetas
3 years ago
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patytetas
patytetas Publisher 2 years ago
to cornishviewer : jejeje
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cornishviewer
cornishviewer 2 years ago
Y yo que creía que con ese nombre se hacía referencia a los mejores amigos no humanos de las personas. Qué error el mío.
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patytetas
patytetas Publisher 3 years ago
to redsunfortheblues : si, total
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redsunfortheblues
La mejor parte, es el final. Saludos y besos.
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