LA MASTURBACION

Esta pequeña historia ocurrió en el año 1999, Justo antes de que Nick comprara la casa que más tarde se convertiría en nuestro hogar. Estaba preparando mis evaluaciones finales para graduarme del bachillerato. Habíamos estudiado mucho esa tarde, y ya cansada mi novio me invitó a comer pizza para despejarnos un poco de ese inentendible cálculo. Fuimos en su moto. Cuando regresamos a casa, compartimos la mitad de la pizza con mi mamá. Carlos no estaba pero le guardamos. Encendimos la tele para ver yo soy bety la fea, una serie graciosa y magnífica, tanto que llegó a ganar un premio Guinness. Recuerdo mucho a la peliteñida y para colmo se llamaba Patricia, jaja. Aunque la televisión a color llegó a Colombia el año en que nació Nick 1979, nosotros teníamos un tele a blanco y negro, por eso mi novio nos cedió uno de 14 pulgadas a color que tenia y allí veíamos este divertido programa.
Esa noche empezó a llover de la nada, hacia frio, por eso traje mi cobija para arroparme las piernas dado que tenía puesto un short, también arropé a mi novio y al lado de mi madre, sin que ella lo notara acaricié a Nick sobre su bragueta para darle algo de calor y ponerlo nervioso, yo soy mala, jeje. Después de un rato mi pobre chico estaba muy duro allí abajo y sonreía ruborizado. Cuando terminó bety, mamá se fue a la máquina de coser para seguir trabajando, tenía prendas que entregar. Yo me paré para llevarle un cafecito a mi mama antes de que me lo pidiera. Cuando volví me senté en frente de Nick en otra silla, estaba caliente a pesar del clima, abrí mis piernas, corrí mi short con panti incluido, y con mis dedos abrí mi vulva mostrándole a Nick mis labios vaginales, estaban húmedos, tibios y de un hermoso color rojo pasión. Mis dedos empezaron a frotar mi clítoris, los movía en círculos haciendo brotar la pepita de su cubierta superior, me gustaba mucho ver la cara de mi novio, no pestañeaba, estaba embelesado mirando cómo me acariciaba a mi misma sobre mis genitales. Esto es algo que casi nunca había hecho en mi vida y lo hice solo para él. Al cabo de un rato le dije: -tienes algo para mí?- El corrió la cobija, bajó su cremallera y sacó su hermoso y erecto pene, lo vi enorme, mojado en el glande, lo tomó en su mano y comenzó a subir y bajar sobre el cuerpo cilíndrico, acariciándolo de arriba hacia abajo y viceversa, primero lentamente, pero después más rápido y con mayor intensidad, por momento se detenía y volvía a comenzar aumentando su placer. Con el tiempo en mis estudios aprendería que esta técnica se llama: ribeteado, y sirve para que el orgasmo se sienta más fuerte. Yo seguía con las yemas de mis dedos sobre mi clítoris haciéndome excitar cada vez más. Ambos abríamos la boca, por las sensaciones que sentíamos mirándonos, teníamos una cara de lujuria apasionante, mis dedos hicieron que mi cadera tuviera contracciones que no podía detener, las manejaba mi sistema autónomo y por ello eran incontrolables. Un tiempo después, ya no aguanté más y comencé a sentir como me hervía la cabeza, los espasmos se adueñaron de mi cuerpo haciéndome saltar sobre la silla, y fui presa de un orgasmo increíble, solo nuestras miradas me llevaron al borde de este clímax delicioso y reconfortante. Mi cadera seguía con sus movimientos convulsivos, mi vagina estaba hecha un mar de líquidos, que salían de ella y mojaban la silla, cuando vi a mi novio que moviendo muy rápido su mano empezó a eyacular, presa de su propio orgasmo, sus chorros de semen salieron disparados hacia arriba, elevándose en el aire, uno tras otro cayendo sobre su pantalón y mi cobija, me la chorreó por todos lados. Cuando finalmente terminó de vaciarse, quedó agotado y feliz, se miraba la mano empapada con su líquido espermático, pero el pene aun no perdía rigidez. Finalmente, logré recuperarme, acomodé mi short, me paré me acerqué a él y lo besé, él me tomó de la cara para responder mi beso y me untó toda la mejilla con sus fluidos, le dije: -eres un niño muy malo- por ello fui a buscar algo para limpiarnos, me estaba secando la cara y ya le iba a pasar la toallita a Nick cuando llegó mi hermano. Mi novio sin saber que hacer se cubrió con mi cobija, tenía su pene aun por fuera del pantalón, sus manos llenas de semen, se las limpió por dentro con mi cobija. Carlos entra y saluda y yo para darnos tiempo lo conduzco a la cocina para calentarle la pizza, se pone muy contento y me empieza a hablar de su novia.
Cuando volvimos a la sala Nick ya no tenía la cobija encima y estaba relajado. Nadie se dio cuenta de nuestra actividad y todos contentos, pero Carlos justo va y se sienta en la silla que yo mojé, afortunadamente ni cuenta se dio, cuando se paró solté una carcajada en silencio de ver su jean mojado en el trasero en los bolsillos, jajaja.
Esa noche sola en mi cama me arropé, mi cobija olía a semen por doquier, estaba mojada en algunos lados, tenía las pruebas de nuestro amor, así me quedé dormida, con su fragancia sexual. Al día siguiente la cobija estaba tiesa en esos sitios, jaja. Así me fui a presentar mi examen final de cálculo, recordando la noche anterior y desarrollando las derivadas y funciones…
La masturbación es una actividad muy antigua, y aunque fue llamada deplorable y atroz en el siglo 18, en el siglo 20 cambio su percepción de taboo, es más hoy en día se dice que no hay relación entre la masturbación y problemas físicos o trastornos mentales, es mas en una charla de sexualidad un urólogo nos dijo que un hombre mayor (40años) debe eyacular por lo menos 20 veces al mes. Se imaginan?
Durante mi adolescencia no me masturbé mucho, ahora lo hago más y con mi esposo consideramos que hace parte normal y saludable de nuestra vida sexual.
Me despido con un beso: Patytetas
Published by patytetas
3 years ago
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redsunfortheblues
to patytetas : Sin lugar a dudas.
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patytetas
patytetas Publisher 3 years ago
to redsunfortheblues : recuerdos inolvidables...
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redsunfortheblues
Ahora cuando vea algo sobre Betty La Fea, recordaré su apasionante sesión masturbatoria, je je. Saludos y besos.
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