Ardor y dolor en el culo
Mi estrecha entrada anal resiste; mi amante resopla, gime, insulta, me toma de las caderas, me la apoya en el ano y empieza a empujar para metérmela; para encularme brutalmente, sin piedad.
El muy hijo de puta me pregunta si la siento...
Sus palabras me vuelven a la realidad. Lo que siento es ardor y dolor; además de una tremenda humillación. Pero aguanto; no voy a darle el gusto de verme tan entregada.
Me azota el trasero y su verga entra un poco más. Otro azote y ahora me tira de los cabellos, mientras sigue empujando más y más. Esa verga me está partiendo en dos; me tiene llena; me abre, provocándome dolor y placer al mismo tiempo…
Mi amante gime, resopla como un toro, es un macho que asume su condición viril y con ella llega la primera embestida profunda.
Su verga entra con fuerza; otra vez siento esa combinación de dolor y placer; no gimo; no me quejo; ni siquiera suspiro…
Sigue resoplando, me susurra al oído diciéndome que soy una puta; me besa la nuca, me muerde una oreja y vuelve a gritarme que soy menos que una perra malparida.
Siento que recobre su virilidad dentro de mi ano; disfruto cada golpe violento de su verga; cada insulto, cada azote…
Me muerdo el labio para no gemir, para intentar seguir en silencio; me concentro y disfruto del dolor y el sonido de cada azote en mi culo. Me quejo; pero por otro lado, me está haciendo gozar.
Mi orgasmo se aproxima; voy a acabar con su verga enterrada en mi ano. Quiero tenerlo y gozarlo mientras él me haga sentir su leche en mi culo.
Entonces trato de empezar a manejar su orgasmo; lo hago excitar mientras le hablo; le pido que me sodomice más duro; le digo que me encanta la manera en que me coge…
Puedo notar que su verga se endurece un poco más mientras entra y sale de mi castigado ano. Empieza a clavarme con más dureza; casi con furia.
De repente sus dedos rozan mi clítoris y tengo que morderme los labios otra vez para no aullar como una erra en celo. Mi placer aumenta y siento que ya estoy en el umbral de una tremenda acabada. Le pido; le suplico que me acabe adentro.
Resopla con furia y sus manos aferran mis caderas, clavándome su verga a fondo con más energía. Llevo mis dedos a mi clítoris y lo froto mientras él sigue rompiéndome el culo.
Siento sus embestidas brutales; el dolor se convierte en placer y vuelve enseguida a ser dolor. Le suplico que me llene de leche y él gruñe diciéndome que ya lo va a hacer…
Me muerde el hombro y se queda quieto. Entonces siento su pija palpitar y engrosarse. Pero me la saca y vuelve a enterrármela por completo.
Mi orgasmo explota en ese momento, incapaz de poder aguantar un segundo más. Pero siento entonces el semen hirviente que se derrama dentro de mi ano y no puedo evitar aullar como loca.
Nuestros gemidos se mezclan en un coro de placer.
Mi amante sigue bombeando, pero ahora un poco más despacio…
El muy hijo de puta me pregunta si la siento...
Sus palabras me vuelven a la realidad. Lo que siento es ardor y dolor; además de una tremenda humillación. Pero aguanto; no voy a darle el gusto de verme tan entregada.
Me azota el trasero y su verga entra un poco más. Otro azote y ahora me tira de los cabellos, mientras sigue empujando más y más. Esa verga me está partiendo en dos; me tiene llena; me abre, provocándome dolor y placer al mismo tiempo…
Mi amante gime, resopla como un toro, es un macho que asume su condición viril y con ella llega la primera embestida profunda.
Su verga entra con fuerza; otra vez siento esa combinación de dolor y placer; no gimo; no me quejo; ni siquiera suspiro…
Sigue resoplando, me susurra al oído diciéndome que soy una puta; me besa la nuca, me muerde una oreja y vuelve a gritarme que soy menos que una perra malparida.
Siento que recobre su virilidad dentro de mi ano; disfruto cada golpe violento de su verga; cada insulto, cada azote…
Me muerdo el labio para no gemir, para intentar seguir en silencio; me concentro y disfruto del dolor y el sonido de cada azote en mi culo. Me quejo; pero por otro lado, me está haciendo gozar.
Mi orgasmo se aproxima; voy a acabar con su verga enterrada en mi ano. Quiero tenerlo y gozarlo mientras él me haga sentir su leche en mi culo.
Entonces trato de empezar a manejar su orgasmo; lo hago excitar mientras le hablo; le pido que me sodomice más duro; le digo que me encanta la manera en que me coge…
Puedo notar que su verga se endurece un poco más mientras entra y sale de mi castigado ano. Empieza a clavarme con más dureza; casi con furia.
De repente sus dedos rozan mi clítoris y tengo que morderme los labios otra vez para no aullar como una erra en celo. Mi placer aumenta y siento que ya estoy en el umbral de una tremenda acabada. Le pido; le suplico que me acabe adentro.
Resopla con furia y sus manos aferran mis caderas, clavándome su verga a fondo con más energía. Llevo mis dedos a mi clítoris y lo froto mientras él sigue rompiéndome el culo.
Siento sus embestidas brutales; el dolor se convierte en placer y vuelve enseguida a ser dolor. Le suplico que me llene de leche y él gruñe diciéndome que ya lo va a hacer…
Me muerde el hombro y se queda quieto. Entonces siento su pija palpitar y engrosarse. Pero me la saca y vuelve a enterrármela por completo.
Mi orgasmo explota en ese momento, incapaz de poder aguantar un segundo más. Pero siento entonces el semen hirviente que se derrama dentro de mi ano y no puedo evitar aullar como loca.
Nuestros gemidos se mezclan en un coro de placer.
Mi amante sigue bombeando, pero ahora un poco más despacio…
6 years ago