Nuevas Sandalias Rojas

Todos los días me miraba al pasar frente a su zapatería, siempre era igual, yo pasando frente a la tienda, caminando con mis altos y sexys tacones, mis falditas x encima de la rodilla, y mis provocativas medias de nylon.
Tras el cristal de la zapatería, el dueño de la tienda mirándome al pasar, observando mis piernas, con los ojos bien abiertos, mientras se acaricia el paquete sin darse cuenta.
Un día decidí darle su merecido. Me vestí con una faldita bien corta, un tanga negro, unas medias negras con costura detrás, y unos stilettos negros, bien brillantes, y entré en la zapatería a probarme zapatos con el zapatero.
Al entrar en la tienda, estaba solo el hombre con una clienta, despidiendola. La acompañó hasta la calle y observé cómo cerró con llave la puerta y giró el cartel de cerrado. Estabamos solos en la zapatería. Me invitó a que me sentara en un sofá y preguntó qué tipo de zapato deseaba. Al sentarme se me subió la minifalda dejando ver las cintas del liguero. El zapatero no paraba de mirarme las piernas mientras crecía un gran bulto en su pantalón. Le dije que quería unas sandalias Rojas de tacón bien alto y fino, y a la vez que le decía esto, abrí las piernas mostrándole como mi miembro se salía x el lateral del tanga.
Cada vez estábamos más excitados los dos, y el hombre fue a buscar unas sandalias, tal y como le había pedido.
Al ver que tardaba me asomé a la trastienda para ver si le pasaba algo, y allí lo encontré, con una preciosa sandalia roja con tacón de aguja en una mano y pajeandome arrodillado en el suelo.
Me acerqué y me puse delante suyo de pié. Se quedó helado, y agarré su cabeza y la metí bajo mi falda, obligándole a comerme el miembro.
A la vez, con mi zapato fui a masajear su enorme miembro, pero entonces, sacó su cabeza de entre mis piernas y suplicó ponerme la sandalia que tenía en la mano, la cual estaba algo mojada de su presencia.
Dulcemente me descansó mi stiletto negro y colocó en mi pié la sandalia roja, e inmediatamente comencé a masajear su polla.
De repente me sentí muy guarra y levanté mi falda y comencé a masturbarme, a la vez que aplastaba su polla con aquella preciosa sandalia puesta en mi vicioso pié. Estaba llegando al clímax en aquella trastienda cuando exploté lanzando mi leche en la cara del zapatero mientras esté se corría también sobre mis pies, dejando mis medias empapadas con su semen.
Allí se quedó, en el suelo, recogí mi stiletto negro y la otra sandalia y me fui a casa, a probarme mis nuevas sandalias con otras medias.
A cambio de las sandalias le dejé mi tanga y una buena corrida, je je.
Published by heelsdeluxe
7 years ago
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eltaba1968 7 years ago
Uffffff excitante relato.
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