Amigas con benefecios
Sandra siempre ha sido mi amiga, nos conocemos desde niñas. Ambas acabamos de cumplir 26. Anoche discutió con su novio y vino a dormir a mi departamento. No le pregunté los pormenores, peor la cosa iba mal entre ellos.
Llegó la hora de dormir, y como tengo una cama King, le dije que viniera a dormir conmigo.
- Este hombre no sirve.
- no hables mal de él ahora, que estás enojada con él, no vaya a ser que luego te arrepientas.
- Estoy segura que tienen otra
- ¿Y eso por qué?
- Casi nunca quiere nada conmigo, por más sexy que me vista.
- Y cuán sexy te vistes?
- me pongo una bata transparente con un hilo negro y nada.
- ¿Quieres que te preste algo?
- no, si creo que lo voy a dejar.
- tu sabes tus cosas
- déjame ver de todas maneras lo que tienes ahí
Le mostré algunos de mis tesoros, y quedó encantada.
se probó un lingeri blanco, que le quedaba delicioso. Y debajo se puso una tanga roja de encaje. En ese instante corroboré lo que desde algún tiempo venía descubriendo. Me gustan las mujeres, y me encantaba mi amiga. No quería decirle nada. Peor ella debió haber notado algo.
- ¿Te gusta cómo me queda?
- Te queda super bien, vamos a dormir.
nos acostamos nuevamente, y nos tapamos. No me podía dormir, de lo excitada que estaba. Ella tampoco se dormía. Se viró de espaldas y la abracé. Ella me cogió las manos y se las llevó al pecho. Se virño de frente para mí y me abrazó, de modo que su vagina rozaba la mía, sus tetas, contra las mías, y sus labios, a solo centímetros.
- ¿qué tiempo hace que no estás con un hombre?
- ¿Y eso qué importa ahora?
- Importa, porque estás hirviendo, y eso , me da tremendos deseos de singar.
Ahí no pude aguantar y la besé. Ella me respondió, y de ahí pasé a comerle esas ricas tetas. Le chupé todo, pero tenía ganas de pegarle mi vagina a ver como se sentía. Qué rico vagina con vagina. Disfrutamos como dos horas, y tuvimos tantos orgasmos como pudimos, hasta quedar exhaustas.
Hoy nos levantamos y nos saludamos con un beso en los labios, nos bañamos y volvimos a tener sexo en la ducha. Nunca pensé que fuera tan rico...
Llegó la hora de dormir, y como tengo una cama King, le dije que viniera a dormir conmigo.
- Este hombre no sirve.
- no hables mal de él ahora, que estás enojada con él, no vaya a ser que luego te arrepientas.
- Estoy segura que tienen otra
- ¿Y eso por qué?
- Casi nunca quiere nada conmigo, por más sexy que me vista.
- Y cuán sexy te vistes?
- me pongo una bata transparente con un hilo negro y nada.
- ¿Quieres que te preste algo?
- no, si creo que lo voy a dejar.
- tu sabes tus cosas
- déjame ver de todas maneras lo que tienes ahí
Le mostré algunos de mis tesoros, y quedó encantada.
se probó un lingeri blanco, que le quedaba delicioso. Y debajo se puso una tanga roja de encaje. En ese instante corroboré lo que desde algún tiempo venía descubriendo. Me gustan las mujeres, y me encantaba mi amiga. No quería decirle nada. Peor ella debió haber notado algo.
- ¿Te gusta cómo me queda?
- Te queda super bien, vamos a dormir.
nos acostamos nuevamente, y nos tapamos. No me podía dormir, de lo excitada que estaba. Ella tampoco se dormía. Se viró de espaldas y la abracé. Ella me cogió las manos y se las llevó al pecho. Se virño de frente para mí y me abrazó, de modo que su vagina rozaba la mía, sus tetas, contra las mías, y sus labios, a solo centímetros.
- ¿qué tiempo hace que no estás con un hombre?
- ¿Y eso qué importa ahora?
- Importa, porque estás hirviendo, y eso , me da tremendos deseos de singar.
Ahí no pude aguantar y la besé. Ella me respondió, y de ahí pasé a comerle esas ricas tetas. Le chupé todo, pero tenía ganas de pegarle mi vagina a ver como se sentía. Qué rico vagina con vagina. Disfrutamos como dos horas, y tuvimos tantos orgasmos como pudimos, hasta quedar exhaustas.
Hoy nos levantamos y nos saludamos con un beso en los labios, nos bañamos y volvimos a tener sexo en la ducha. Nunca pensé que fuera tan rico...
10 years ago