Te necesito
Te necesito, maldita, lo único que quiero es tenerte en mi cuerpo.
No, no te extraño con aires románticos y melancólicos, te deseo y me urge tener tus dedos entre mis muslos. Me humedezco entre los recuerdos de las noches, mañanas y tardes en las que nos quitamos el frío y sofocamos el lugar con el amor del calor corporal.
Ahora te necesito acá, curándome la ansiedad y besándome los rincones que la luz no conoce. Quiero que nos aprendamos el Kamasutra, que perdamos tiempo practicando sus poses para terminar arriba tuyo, desde donde puedo observar tu sonrisa perversa ahogada en placer.
Estoy desesperada por ver tus pupilas dilatándose al rozar mis pezones y a tu clítoris creciendo con cada movimiento. Quiero ver tus dientes mordiendo tus labios y a tus ojos lánguidos, luchando por mantenerse abiertos para mirar mi cuerpo, mientras te excitas con cada sollozo.
No aguanto las ganas de tener tu lengua sometiéndose a tus morbosos deseos y llevándome hasta el cielo. Quiero tenerte en cualquier lugar, un ascensor, en el suelo, un aula, en medio de una plaza, donde sea que pueda saciar mis ganas y dejar de ser una perfecta dama.
Vamos a complacernos, a dejarnos guiar por nuestros deseos más salvajes y a terminar juntas, tocando el paraíso sin remordimiento alguno después de haber pecado.
Te reto a imaginarme una vez más volviéndome tuya, a recordar la sensación de nuestros cuerpos convertidos en uno solo y a no querer tenerme ahí, en medio de vos.
No, no te extraño con aires románticos y melancólicos, te deseo y me urge tener tus dedos entre mis muslos. Me humedezco entre los recuerdos de las noches, mañanas y tardes en las que nos quitamos el frío y sofocamos el lugar con el amor del calor corporal.
Ahora te necesito acá, curándome la ansiedad y besándome los rincones que la luz no conoce. Quiero que nos aprendamos el Kamasutra, que perdamos tiempo practicando sus poses para terminar arriba tuyo, desde donde puedo observar tu sonrisa perversa ahogada en placer.
Estoy desesperada por ver tus pupilas dilatándose al rozar mis pezones y a tu clítoris creciendo con cada movimiento. Quiero ver tus dientes mordiendo tus labios y a tus ojos lánguidos, luchando por mantenerse abiertos para mirar mi cuerpo, mientras te excitas con cada sollozo.
No aguanto las ganas de tener tu lengua sometiéndose a tus morbosos deseos y llevándome hasta el cielo. Quiero tenerte en cualquier lugar, un ascensor, en el suelo, un aula, en medio de una plaza, donde sea que pueda saciar mis ganas y dejar de ser una perfecta dama.
Vamos a complacernos, a dejarnos guiar por nuestros deseos más salvajes y a terminar juntas, tocando el paraíso sin remordimiento alguno después de haber pecado.
Te reto a imaginarme una vez más volviéndome tuya, a recordar la sensación de nuestros cuerpos convertidos en uno solo y a no querer tenerme ahí, en medio de vos.
3 years ago