Splash!

Tenía doce, casi trece. Me gustaba masturbarme a diario, y más de una vez por día. Aprovechaba las tardes cuando estaba sola en casa, y en mi habitación daba rienda suelta a mi placer.
Era septiembre y, como era habitual, tenia tarea escolar. Habíamos quedado con Sofía, una compañera de curso, en que iba a ir a mi casa y así estudiabamos juntas. Y así lo hizo. Nos encerramos en mi habitación y pusimos música. Me resultaba extraño ver a mis compañeras sin el uniforme del colegio, y hasta me causaba un poco de gracia. Pero me gustaba cómo se veía sofía con esa remera salmón y ese jean. Y se lo dije. Ella sonrió y me dijo "me encanta tu vestido". Y decidimos cambiar de ropa. Ella se quito la remera, tenía un corpiño deportivo con figuras de Mickey. Yo me quité el vestido, no llevaba nada puesto debajo. Ella se ruborizó al verme desnuda.
"¿Qué, nunca viste otra mujer sin ropa?" - Le pregunté.
"Si, pero..." - Respondió sin dejar de ruborizarse
"¿Pero qué?" - apuré su respuesta
"Tenés muy lindas tetas" - se animó a decirme.
Yo tenía los pechos más grandes del curso. Ella no dejaba de mirarlos. Me sentí deseada. Y mi líbido se encendió.
Me acerqué a ella, y le pregunté si quería tocarlos. No me respondió, solo comenzó a acariciarlos. Mis pezones respondieron de inmediato, y empecé a humedecerme.
Mientras me acariciaba, empezamos a besarnos. No hubo beso tímido de presentación, nuestras lenguas se lanzaron en un armónico tango, y nuestros gemidos fueron tapados por Soda Stereo.
Ella se quitó el pantalón. Pude notar que su bombacha estaba mojada. Y me lancé sobre ella. A lamerla por sobre la ropa. Ella se quitó el sostén y apretó fuertemente sus pequeños pechos. La tiré en la cama. Le saqué la bombacha. Y lamí suclitoris tan ansiosamente que ella gimió casi a los gritos. Yo me tocaba mientras lo hacía. Me excitaba su placer. Metí dos dedos en su vagina y segui lamiendo, un largo rato. Ella temblaba. Literalmente, temblaba. Cuando ya estaba por acabar, me dijo "dame fuerte". Y empecé a darle duro. Su concha era una pileta. Ella temblaba más fuerte. Apretaba los puños y golpeaba el colchón. Se puso roja. Sus venas hinchadas. Sudaba. Yo seguia metiendo fuerte mis dedos en su concha. Hasta que gritó. Y cuando lo hizo, un chorro, un volcán tibio brotó como una explosión en su sexo. Fue la primera vez que vi un squirt. Y no iba a morirme si nque es me sucediera a mi algún día...
Published by Veronik30
3 years ago
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Pitmancio
Pitmancio 1 month ago
Super
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Milicianoar
Milicianoar 3 years ago
Me encanto, casi acabo dos veces mientras leia esto tocandome.
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