GABRIELA UNA ADORABLE MUJER CASADA 7,8 Y 9

Día viernes, 11.30 de la mañana, casa de la señora Romina.

La señora Romina luego de haber hablado con su hijo y el darse cuenta de que este no le había creído nada de la infidelidad en que ella había sorprendido a Gabriela, con el dolor de su corazón puso en práctica el plan B de lo que se le había ocurrido para no hacérsela tan fácil a la descarada de su nuera, tomo rápidamente las cosas de su nieto y con mucha psicología se dirigió al sillón en donde el niño veía la televisión,


--Jacobito…comenzó diciéndole a su querido nietecito, --En vista que no podremos salir al campo como yo te había prometido he pensado que lo mejor para ti es que te vaya a dejar con tu mamá… ella debe estar muy triste al estar sin tu compañía…, el pequeño la miraba extrañado no entendía los reiterados cambios de planes que hacia su abuela en cuanto a aquel inusual viaje al cual lo había invitado…, la vieja continuaba, --Yo sé que tú también la extrañas mucho… no es cierto cariño?.

El niño dándose cuenta que prácticamente ya estaba decidido que el volvería con su mami ese mismo día solo asintió con su cabecita, además que a él le encantaba estar con su mamá, sobre todo cuando su papi no estaba en la casa, sumado a que él sabía que su mami estaría con su tío Cipriano, ya que a estas alturas asumía que cuando su padre se iba al trabajo por alguna extraña razón a su madre le encantaba invitar a ese señor para que él se quedara en la casa los días en que su papi se encontraba en el trabajo.

Luego de unos minutos la señora Romina ya se encaminaba con Jacobo en dirección al departamento de Gabriela, se iba diciendo para ella misma, --Ya verás ramera de mierda… así que pretendías estar revolcándote por tres días seguidos con tu amante…pues no te la hare tan fácil yegua caliente…hija de putaaaaa…! zorra mal paridaaa…!! putaaaa…!!! putaaaaaa…!!!! putaaaaaaaaaa!!!!!

En esos mismos momentos Gabriela terminaba de darse una relajante ducha, mientras el vejete la esperaba desnudo y acostado en la cama matrimonial de la rubia.

Habían dormido casi hasta las 10 de la mañana, luego de la colosal follada que se habían pegado casi hasta la medianoche del día anterior, si hubiesen querido habrían comenzado nuevamente a aparearse por el transcurso de toda aquella mañana de día viernes, pero ambos sabían que tenían todo el tiempo del mundo además que habían decidido levantarse para ir a realizar el trámite bancario en donde Gabriela le cedería el dinero ahorrado por años entre ella y Cesar a una cuenta personal del vejete, ya que ella como su hembra titular como le había dicho el mismo mecánico debía ayudarlo en su difícil momento de adeudamiento monetario que el mantenía, esto a la rubia la hacían sentirse feliz ya que era ella quien realmente lo estaba apoyando de mejor forma, y no como esa vieja que él tenía por esposa que solo le había ofrecido trabajar el taller.

Mientras Gabriela secaba su cabello solo envuelta en una toalla, el vejete se vestía admirándola y calentándose con las bondades de sus muslos y hombros al desnudo, aún no se la creía que todo lo planeado desde que había conocido a esa despampanante Diosa casada ya estaba prácticamente más que consumado, y sabía que era solo cuestión de tiempo para dejarla embarazada y así poder lograr que ella terminara de una buena vez con su matrimonio para el podérsela llevar a vivir con el cómo marido y mujer, ya vería la forma en deshacerse de su esposa, eso solo era un detalle mínimo, como también quería ver la cara de su hermano Pedro cuando le presentara el magnífico ejemplar de mujer con el cual él había logrado hacerse. La sensual voz de Gabriela lo saco de sus mágicos y calentones planteamientos,

--Iremos al banco ahora al medio día, para que Usted cuanto antes arregle su situación…

--Como quieras reinita… así una vez que nos desocupemos podremos ir por ahí a dar una vueltita para reunir fuerzas para esta noche, porque apenas lleguemos del trámite nos acostaremos y nos dedicaremos a follar y a celebrar, jajaja!!.

Gabriela solo lo miro sonriente mientras movía el cepillo por su rubia cabellera, ella estaba de acuerdo en todo lo que le propusiera el vejete, estos tres días solo eran para ellos dos y nadie más, hasta pensó en decirle en este mismo momento que ella llevaba en sus entrañas al hijo de ambos, que él la había preñado como corresponde y que a ella le encantaba encontrarse en tal estado, pero decidió que este no era el instante propicio, cuando se lo dijera debía ser en el mejor momento posible.

En la oportunidad en que ella estaba escogiendo un vestido para ponerse, opto por uno negro con tirantes, ni muy largo ni muy corto, de esos que se abotonan por delante, el vejete no perdía detalles, y cuando Gabriela abrió el cajón para escoger su ropa interior, este quiso hacerle una petición a su casada…

--Oiga mi Diosa, quiero hacerle una solicitud, jejeje… La rubia lo quedo mirando extrañada y en señal de estar esperando que le dijera lo que él quería solicitarle, así que el viejo continuo, --No quiero que te pongas calzones ni sujetador…quiero que vayas al banco solo con el vestido, jejeje…

--Pero don Cipriano por Dios!… le dijo entre risas y algo consternada ante lo que le solicitaban, --Como es eso que no quiere que vaya con ropa interior?…jijiji…me sentiría muy desprotegida…

--Pero iras conmigo!, así que no te preocupes… nada te ocurrirá es solo que quiero que mi mujer salga como a mí me gusta, jajajaja o sea sin calzones, le decía con el brillo de la lujuria asomándole por sus ojos ya que estaba claro que la rubia haría todo lo que él le pidiera, y así fue,

--Está bien…! pero ni se le ocurra pensar en que haremos algo por ahí, porque eso no sucederá, para eso tenemos nuestra casa…

--Tranquila putita…jejeje tu tranquila que no se me ocurrirá nada…

En eso estaban cuando sintieron que tocaban a la puerta, Gabriela quedo mirando extrañada a don Cipriano, quien podría ser a esa hora?, se preguntó, estaba claro que no era Cesar, ya que él tenía llaves del departamento. La rubia ya con el vestido puesto y sin ropa íntima camino hacia la puerta y miro por el ojo de esta en donde con espanto vio que era la señora Romina con su hijo. ¿Qué habrá pasado?, se preguntó asustada mientras caminaba rápidamente hacia la habitación.

--Donnnn!...es mi suegra… no se a que vino!!…, le dijo con cara de preocupación desde la entrada de la habitación, el mecánico se encontraba sentado en la cama, mientras los golpes de llamado continuaban en la puerta de entrada,

--Y a qué viene!?, no se suponía que había salido de la ciudad!?...

--Eso es lo que me dijo… de verdad que no sé a qué viene… pero sígame!, le dijo casi en susurros. Gabriela muy asustada cruzo su departamento en dirección a la cocina, don Cipriano la seguía muy entretenido por la situación en la que andaba metido, o sea el difícil panorama que estaba viviendo la rubia no le preocupaba para nada.

Una vez que estuvieron en la cocina, una asustada Gabriela casi musitando le dijo que se metiera en el lavadero y cubrió la parte del muro en que se apoyó su amante con el tendedero de ropas,

--Quédese aquí sin hacer ruidos y no salga hasta que yo le avise…

--Está bien… pero despáchame lo antes posible a la vieja, que o si no yo no respondo, le contesto en forma amenazante más para asustarla que por querer armarle un escándalo de proporciones…

--Está bien… está bien!… pero por favor no salga hasta que yo le avise…

Gabriela tomando aire e intentando serenarse se dirigió a la puerta, y ya no esperando nada más le abrió a su suegra. La vieja entro a su casa como un general en plena movilización bélica, observándolo todo y mirando en todas direcciones,

--Porque te demoraste tanto en abrirme la puerta!?, le consulto con su cara llena de ira,

--Por si no se ha dado cuenta vengo saliendo de la ducha, le dijo Gabriela con sus penetrantes ojos azules, --Suegra le ocurre algo?, le consulto al darse cuenta que la señora Romina tenía un semblante jamás visto por ella.

--A mí no me pasa nada… no sé si a ti te ha ocurrido algo últimamente…

--No sé a qué se refiere, Gabriela ya se estaba comenzando a poner a la defensiva, era obvio que la vieja esa venia en son de guerra y ella no estaba para aguantarle nada, en esos momentos tenía cosas más importantes que hacer…

La vieja intentado serenarse ya que no le convenía levantar sospechas si es que quería desenmascarar a la rubia, prefirió no ser tan directa ya que podría poner en alerta a la puta de su nuera…

--No me hagas caso, la situación es que no podré salir con Jacobo como te había dicho, diciendo esto último se dirigió a la habitación del niño a dejar su bolso en donde aprovecho de mirar a la recamara matrimonial en donde vio que esta se encontraba vacía y que la cama ya estaba ordenada, se dijo que al parecer el hombre con el que ella la había visto besándose ya se había marchado. Camino por el pasillo y también abrió la puerta del baño en donde al tiempo que se lavaba las manos miraba intentando buscar indicios si este aún se encontraba en el departamento, pero no encontró nada, solo al secarse se fijó en las dos toallas húmedas que colgaban del perchero de la ducha, esto lo confirmaba, ella había pasado la noche con su amante pero no era una prueba contundente para acusarla de su adulterio.

Al salir del baño la vio hablando con su pequeño, como este le comentaba de las cosas que había hecho en la casa de su abuelita…

--Me voy, le dijo al fin, --Tuve un problema y no pude realizar el viaje, espero que lo comprendas…

--No se preocupe suegra… no hay problema, así tendré más tiempo para estar con mi nenuco, ¿no es así cariño?, le dijo refiriéndose maternalmente a su retoño, el chamaquito solo le asintió con su cabecita…

--Claro… disfruta estos días con el niño… Adiós!!, le dijo a la misma vez que cerraba la puerta por fuera, (por lo menos no podrás revolcarte con tu amante a tus anchas como lo tenías planeado, pensaba la vieja una vez que ya iba bajando las escaleras del edificio. Que equivocada estaba la pobre señora Romina).

Una vez que Gaby por fin pudo respirar tranquila, llevo a su hijo al sillón para explicarle que ella estaba con el tío Cipriano.

--Jacobo cariño… recuerdas que yo te dije que en los días que estaría sola en casa me vendría a visitar tu tío Cipriano… verdad?...

--Si mami lo recuerdo, le respondió el niño quien en ese momento estaba intentando encender el televisor con el control de la tele…

--Lo que pasa es que él está en la cocina…, le explicaba, --No pudo salir porque tú sabes que tu abuela no se puede enterar que él me visita cuando tu padre no está en casa… lo recuerdas amor?...

--Si… y también recuerdo que no debo decirle que tú y ese señor duermen juntos los días que mi papi se queda en el trabajo… anoche se quedó a dormir contigo?, le consulto el niño, como si lo que estuviera preguntando fuera lo más normal del mundo, la casada muy nerviosa por lo que le preguntaba el pequeño, solo le sonrió sonrojada y le dijo,

--Si amor… anoche el tío Cipriano durmió conmigo… espérame aquí que lo iré a buscar, y recuerda… yo con el tío ahora estamos jugando a que somos novios, así que no te preocupes si nos ves que nos abrazamos y besamos, estás de acuerdo cariño?.

Gabriela una vez en el lavadero, le dijo al vejete…

--Don…ya puede salir, todo en orden… no se dio cuenta de nada la vieja esa…

--Y a que venía!?, le consulto el mecánico un poco m*****o por la situación…

--Vino a dejarme a Jacobo, tuvo un problema y no pudo salir de la capital…

--Y que se supone que haremos ahora con el crío!?… se suponía que estaríamos tres días juntos y ni siquiera llevamos el primero!!…, le dijo muy m*****o, ahora sí que don Cipriano se estaba comenzando a enojar de verdad, por un momento pensó en que la rubia lo despacharía diplomáticamente…

--No se preocupe por Jacobo…ya he pensado en una solución, jijiji… hablare con una amiga y estoy segura que ella nos ayudara y tendrá a Jacobo por unos días, además que le aseguro que él no le dirá nada a Cesar…

--Jajaja… verdad que si… Ud. sí que piensas en todo señora Guillen, cada día se pone más descarada y sinvergüenza jajajajaja!!!, reía a la vez que ya se dirigía hacia el living del departamento, la rubia sin entender mucho a que se refería el mecánico solo lo siguió.

Una vez en que don Cipriano, Gabriela y Jacobo ya estaban rumbo al banco, el pequeño retoño de los Guillen veía extrañado como el tío Cipriano era el que ahora manejaba la camioneta de su mami, él estaba acostumbrado a que si no era su madre quien la manejaba era su padre el que lo hacía, pensó que tal vez esto también era parte del juego, ya que se daba cuenta de lo bueno que eran ellos para jugar a los novios al fijarse que oportunidad que tenían aprovechaban para besarse, sin mencionar que desde que se habían subido al vehículo el vejete no sacaba por nada del mundo una de sus manazas desde uno de las rodillas de su mami y cuando lo hacía era solo para pasar cambios.

Ya en el banco y mientras Jacobo se entretenía con un autito de juguete, don Cipriano y Gabriela esperaban a que les llamaran desde uno de los módulos de atención a clientes, conversaban muy entretenidos sobre todo lo que habían vivido desde que se conocieron, de cuando ella choco al Don, de cómo este había inventado un ataque a su persona involucrando a Francisco con el único fin de querer acostarse con ella, de cómo se vinieron las demás situaciones. En fin determinaban que el destino había sido muy sabio al hacer que ellos se conocieran por aquellos días ya pasados.

Cuando el marcador de los números anuncio el que les correspondía a ellos, ambos se pusieron de pie y caminaron al módulo de atención. Los atendió un joven ejecutivo bancario que en cuanto vio a la suculenta hembra que se acercaba vestida con un exquisito vestido negro, este quedo hechizado al ver tanta carne de primer corte y con tanta curva pecaminosa, a la vez que determinaba que sus potentes piernas eran de ensueño, su cabello rubio lo traía tomado en una improvisada y juvenil coleta que le despejaba la lozanía de su rostro, vio que venía acompañada y tomada de la mano de un desalineado y panzón viejo de pelo canoso y enmarañado, se percató al instante que la mujer debía ser la cliente, ya que el tipejo que la acompañaba tenía apariencia de ser un verdadero delincuente, según sus apreciaciones. La vio tan divina y tentadora que jamás se imaginó que ella andaba sin calzones ni sujetador.

--Buenas tardes…!, le saludo Gabriela con una de sus esplendorosas sonrisas, el pobre muchacho ya estaba sudando frio.

--Buenas tardes señoraaa…, el joven alargo la última palabra a modo de que fuese la mujer quien dijera su nombre, la casada al percatarse que el joven en forma discriminatoria casi ni se había dirigido a su acompañante, innatamente y sin saber por qué se presentó más formalmente…

--Gabriela!… Gabriela Borges de Ventura!!, y el señor es mi marido, le dijo con propiedad y solemnemente…

Don Cipriano estaba encantado con lo que estaba ocurriendo, lo último que se había imaginado es que su Diosa hubiese querido ocupar su apellido con tanto orgullo como lo estaba haciendo en esos momentos, si hasta lo había presentado como su verdadero macho, como su marido!!!, en eso fue que se percató que el joven le estaba estirando la mano para saludarlo,

--Cipriano Ventura para servirte pendejo!!!, le contesto el saludo en donde con su tosca manaza de mecánico casi trituro la delicada mano del oficinista,

--En que puedo servirles…

--Necesito traspasar mi cuenta bancaria a una nueva y a nombre de mi esposo, le contesto Gaby al ejecutivo mientras miraba a don Cipriano con una verdadera sonrisa de felicidad por lo que estaba haciendo, el vejete solo miraba al joven oficinista con una de sus más burlonas y aborrecidas sonrisas de triunfo,

--Necesitare ambas identificaciones de identidad…, les solicito el nervioso ejecutivo para iniciar el papeleo, este pensaba que como era posible que aquel ordinario tipejo se acostara todas las noches con aquel tremendo pedazo de hembra, pero cuando ya obtuvo ambas tarjetas de identificación no le quedó más remedio que comenzar a hacer su trabajo.

Mientras el joven tecleaba en el computador y verificaba en línea los montos y cuentas, Gaby veía como Jacobo conversaba animadamente con el Guardia de Seguridad quien en esos momentos le estaba regalando un caramelo de esos que regalan en los bancos para embaucar a la gente con sus famosas ofertas crediticias, en eso el ejecutivo acerco a Gabriela tres fajos de documentos para que los firmara, le explico casi tartamudeando ya que no podía quitar la vista de cómo el vejete no dejaba de sobarle un suave y reluciente muslo a la mujer, era lo que el apreciaba desde donde estaba ubicado mientras hacía su trabajo. Le dijo por fin que una vez firmada la documentación todo el dinero de su cuenta pasaba a la nueva cuenta del señor Ventura, por lo tanto esta quedaba en cero, además de aconsejarle que se tomara su tiempo para pensarlo, que existían cuantas bi personales, en donde ella aún podría tener control de su dinero, y cuando el joven aun no terminaba con sus alcances y asesoramientos bancarios Gabriela sin ninguna gota de razonamiento firmo los tres documentos en donde hacía el traspaso de su dinero y el de Cesar, a una cuenta única y personal a nombre de don Cipriano.

El joven tomando aire, no le quedó más remedio que desde ese mismo momento tener que dirigirse hacia el viejo con cara de delincuente y risa burlona.

Mientras a don Cipriano le explicaban los pro y los contras de los porcentajes, aranceles y otras mamadas bancarias, Gabriela le dijo al oído,

--Ya está listo… ahora saldrá de sus problemas… iré a mirar a Jacobo lo espero en los asientos, al decirle esto último la rubia le dio un exquisito beso en los labios y se retiró meneando sus caderas en forma elegante y cadenciosa como solo lo hacen las hembras de la alta categoría, el joven que no perdía detalle casi se desmayó al darse cuenta que verdaderamente esa joven mujer rubia quizás hasta amaba a ese viejo, sintió unos morbosos celos por querer ser el a quien le depositaban ese pequeño y femenino besito en los labios.

Una vez hecho el tramite bancario en donde la rubia traspaso todos sus ahorros a su amante, este mismo manejaba feliz con Gabriela apoyada en uno de sus hombros, por fin acababan sus problemas y ya no tenía que por que largarse de la ciudad, además que ya pensaba en que destinaria parte del dinero que le había facilitado su casada, la forma de pago y cuando pagárselo era lo que menos le importaba en esos momentos, y a Gabriela tampoco…

--Jajajaja!… gracias pendeja de verdad gracias! le dijo casi con sinceridad a la vez que le daba un buen abrazo atrayéndola hacia él, mientras manejaba sin ninguna incomodidad, --Adonde quieres que vayamos?

--Como le dije antes… que tal si llevamos a Jacobo a la casa de una amiga, ya hable con ella y se pidió el día, solo me tomara unos minutos, luego podríamos ir a un parque para que conversemos y tomemos algo de aire…, atrás de la camioneta manejo una frazada para poder recostarnos en el pasto mientras conversamos…

--Lo que Usted mande mi Diosa, jajaja!!… pero que no sea hasta tan tarde mira que no sé si aguante hasta la noche, lo único que quiero en estos momentos es meterte la verga, Jajajaja!!!,

--Hable más bajo… mire que atrás va mi hijo y aunque vaya jugando igual nos podría escuchar escuchar, jijiji…

La casada iba feliz con su macho sentado al volante, además que vio a Jacobo muy entretenido mirando por la ventana, así que se despreocupo que tal vez pudiera oír las ordinarieces que le iba diciendo el mecánico.

El trámite en la casa de Lidia no duro más de 10 minutos…

--Pero para donde iras por dos días que no te puedes llevar a Jacobo!?, le consultaba Lidia a su amiga, mientras el chamaco ya estaba jugando con el hijo de Lidia al interior del departamento…

--Por ahora no te lo puedo decir… te juro que cuando lo venga a buscar te lo cuento todo, pero de verdad que ahora estoy apurada… en su mochila esta todo lo que pueda necesitar…

--Gabriela… en qué diablos andas metida amiga!?, La curiosidad ya casi mataba a Lidia, aunque ya intuía que su amiga le estaba poniendo los cuernos a Cesar, esto le confirmaba y aclaraba la extraña llamada de Cesar solo hace algunos días…

--En nada malo…ya te lo contare todo… pero por ahora no puedo… me están esperando abajo, la rubia estaba desesperada por largarse lo antes posible con su macho, quien en esos momentos la esperaba a la salida del edificio y sentado al volante de su camioneta.

--Estas saliendo con otro hombre verdad?... en el rostro de Lidia se dibujaba una notoria sonrisa de nerviosa complicidad…

--Este… si… pero no es nada serio… por ahora solo somos amigos… y por favor no se lo cuentes a nadie, le respondió finalmente Gabriela más para que su amiga la dejara ir que por querer confiarle sus intimidades…

--No me digas!!!… uyyyy… que emoción amiga y cuéntame…como es el…!??...en que Compañía trabaja!!??, vamos adelántame algo!!

--Jijiji…de verdad que por ahora no puedo… estoy muy apurada…, le reitero la casada. La rubia no quería que por nada del mundo a su amiga se le ocurriera bajar a los estacionamientos para que ella le presentara a su singular “amigo”.

Una vez que se despidieron y cuando Gaby por fin ya bajaba totalmente despreocupada a encontrarse con su amante, Lidia no aguantándose la curiosidad de ver y tasar ella misma al galán que debía gastarse su amiga, corrió hasta el ventanal de su departamento ubicado segundo piso del edificio, para poder terminar con tanto misterio, pero en un principio no vio nada novedoso.

Asomada detrás del ventanal miro en todas direcciones, pero solo pudo ver que en la camioneta de Gabriela estaba apoyado un viejo de lo más horrendo, era moreno, gordo y canoso, que fumaba en forma impaciente, dando la impresión que en cualquier momento forzaba el vehículo de su amiga para robárselo, como a la vez comprobaba que por ningún lado se veía el misterioso enamorado de su amiga, hasta que la vio salir de su edificio, instintivamente llevo la vista hacia el viejo con pinta de chulo que al ver salir a la rubia tiro el cigarro que fumaba al suelo, y su espanto se volvió en asco cuando sus ojos vieron como su atractiva amiga se abrazaba con aquel sujeto y se mandaban un sendo y asqueroso besazo con lengua que duro por lo menos 10 segundos, para luego ver en forma más agobiante como el hombre le mandaba un fuerte manotazo en una nalga, conminándola a que ella se subiera al vehículo.

Sin poderlo creer ni dar crédito a lo que había visto, Lidia vio a una feliz Gabriela subirse a la camioneta muerta de la risa hasta que el vehículo se puso en marcha y desaparecieron de su vista.

Cuando Gaby y don Cipriano llegaron al parque estacionaron la camioneta en un sector bien apartado y no tan concurrido de gentes.

Bajo la sombra de un gran árbol, Gabriela tendió en el pasto el cobertor que saco de la parte trasera de su camioneta, y se sentaron para descansar, la casada se apoyó en las palmas de sus manos y estiro las piernas, para luego entre cruzar sus muslos uno sobre el otro, haciéndola ver endemoniadamente apetitosa.

Don Cipriano con lujuria le miraba el vestido que le llegaba justo a la mitad de sus torneados muslos, y el hecho de saber que ella andaba sin nada debajo no se aguantó las ganas de abrazarla con poderío para luego comenzar a sobarla descaradamente, ya que sabía que estaban lejos de cualquiera.

La rubia ante los grasientos sobajeos a la cual estaba siendo sometida y notando que el vejete en cualquier momento podía perder los estribos y follarsela en el mismo parque, quiso iniciar una conversación para que este se calmara un poco,

--Oiga don… y como le hiso para poder salir de su casa por tres días seguidos?, su esposa debe estar muy preocupada…, le soltó haciéndose la que a ella no le afectaba la situación de que el fuese casado,

--Solo le dije que debía viajar a ver un negocio para mejorar el taller… además que ella no ve esos asuntos, el Pie Grande casi se va a quiebra esos días en que no estuve a cargo, le decía mientras le sobaba uno de sus muslos…

--Y entonces ahora… quien quedo a cargo del Pie Grande?...

--Deje a la María y al Chango… ellos saben todo el funcionamiento, claro que les deje anotado todo lo que deben hacer… que vehículos tienen prioridad y cuales no…de hecho antes que nos vayamos a tu Depa, pasare a echarles una miradita, además que olvide hacer la lista de unos repuestos…solo serán unos 10 o 15 minutos… no te m*****a lindura?, jejeje

--Claro que no me m*****a… Ud. Hace lo que debe hacer y yo lo espero en la camioneta, no hay problema por mi parte, termino diciéndole la hembra a su macho.

Luego de unos minutos, ambos miraban el verde paisaje, el vejete continuaba con sus descarados sobajeos sobre el cuerpo de Gaby.

A solo dos metros de ellos estaban las mesas con asientos de madera destinados para que las familias que visitaban aquellas frondosas arboledas hicieran días de picnic, y en otro Angulo como a unos 40 metros del lugar de donde estaban ellos semi recostados, estaban sentadas un grupo de monjitas que destinaban días enteros en aquel parque para ir a rezar y hacer retiros espirituales, estaba claro que el don con la rubia, estaban lejos de querer hacer algo más o menos parecido a lo que hacían las religiosas.

A esa hora de la tarde el parque ya no estaba muy concurrido, por lo que la pareja de amantes podía estar en forma un poco más íntima y tranquila, solo la presencia del grupo de hermanas se interponía a que el aprovechador y caliente vejete diera rienda suelta a sus bajos instintos.

Pero a pesar de todo la anterior era tanta la empatía que sentían uno por el otro que hasta sabían aun sin decírselo ellos mismos que el trámite bancario realizado ese mismo día debían de celebrarlo solo como a ellos les gustaba, o sea acostados y sin nada de ropa, lamentablemente para eso aún faltaba mucho.

Pero el mecánico ya estaba más que caliente y determino que él no estaba para andar esperando nada, se propuso en excitar a su mujer para ver si ella le daba un adelantito además que estaban alejados de todo el mundo, y si las monjas se les ocurría poner algo de atención en lo que ellos hacían solo sería un problema de ellas, a él no le interesaba lo que pudieran pensar de ellos, así que ya sin pensarlo más se propuso a pasar al asalto.

--Jajajaja… oye culona que tal si nos recostamos para darnos unos besitos, jajaja…

Gabriela solo lo quedo mirando sonriente, ya que ella también quería lo mismo, pero le preocupaba tener que hacerlo en donde de forma no muy retirada se encontraba el grupo de monjitas que eran como 5 en total y que en esos momentos se mantenían concentradas en señal de espiritualidad.

--Ay don, porque mejor no esperamos a llegar al depa?… recuerde que estamos en un lugar público, además que si nos recostamos… que pensarían ese grupo de religiosas…? nos podrían ver…

--Descuida pendeja…solo serán unos besitos, jajajaja, le decía mientras la fue recostando para el quedar semi inclinado sobre su curvilíneo cuerpo enfundado en la diabólica tela negra del vestido, para luego continuar diciéndole, --Está claro que aquí en el parque no puedo montarme sobre tu cuerpo y follarte como a ti te gusta, solo serán unos besos… y yo desde aquí puedo ver si es que a alguna de esas viejas santurronas se le ocurriera venir a recriminarnos, jejeje…

--Jijiji…ay don Cipri…pero prométame que Ud. estará al pendiente de que nadie nos vea o se acerque, mire que de aquí acostada como me tiene yo no puedo ver nada, jijiji…

--Prometido culona, jajajaj me encanta cuando te empiezas a comportar como una vulgar puta, jajajaja!!!…, le contesto el viejo con una calentona y lujuriosa mirada de impaciencia, --Te juro que si algún degenerado se acerca para mirarnos yo mismo lo corro a patadas, jajajaja! lo mismo para las viejas esas, jajajaja!!!…

Gabriela no entendía como se podía sentir tan protegida con su don Cipriano que en ese momento la tenía voluntariamente tirada en el pasto de un parque público, sentía ya en su ranura intima como se le mojaba al escuchar la forma en que el vejete la trataba de puta, y muy para sus adentros y en su estómago ya sentía la extraña sensación de la morbosidad al estar en aquella situación con tal sujeto y a solo metros de ellos con un grupo de devotas hermanas religiosas.

Por su parte el mecánico la contemplaba con sus rubios cabellos desparramados y alborotados en el césped, sus cándidas facciones le hacían pensar que tal vez la rubia podría ser descendiente italiana, o francesa, o de cualquiera de esos países raros de Europa, la cuestión era que él la tenía ahí tirada en el suelo y a su entera disposición, le veía su rostro escasamente maquillado que la hacían ver como un verdadero ángel caído del cielo, su nariz levemente respingona, con unos exquisitos labios purpuras perfectamente delineados y bien dibujados, los tenía entreabiertos mostrándole el nacimiento de una dentadura blanca y perfecta, ni él se la creía de las reiteradas oportunidades en que ya se la había culiado, y aun así el bravo mecánico no se cansaba de poseerla una y otra vez, a estas alturas estaba siendo asaltado por un nuevo ataque de calentura que no estaba seguro si sería capaz de controlar.

La pareja se comenzó a besar en la misma posición antes descrita, el vejete solo se retiraba por leves segundos para mirar si es que alguien osaba a mirar como el manoseaba a su hembra, para luego volver a besarla cada vez con más lujuria y desesperación, pero la verdad era una sola, lo que menos le importaba al viejo era que alguien los viera, solo hacia teatro para que Gaby pensara que él estaba al pendiente y así ella a base de sus manoseos se iría calentando cada vez más hasta que perdiera todo tipo de vergüenza y se le entregara en aquel lugar público, el mecánico sabía que si lograba esto, el nivel de calentura de la mujer no tendría límites.

Gabriela en un principio solo se dejaba y disfrutaba con los salivosos atracones en que el vejete se la estaba comiendo, poco a poco se iba entregando al desenfreno de la situación amparada en la posibilidad de que al saberse en un sitio publico la situación no debería pasar a mayores, pero a esas alturas ya había notado que al mecánico se le había parado al notar una leve dureza que le había rozado a la altura de sus caderas, era evidente que el viejo poco a poco le estaba acercando su tranca y raspándosela a la altura de su cintura para que ella se la sintiera, la rubia no supo en que momento ya estaba que se derretía por sentir algo así de grande quizás en otra parte de su cuerpo, pensaba que no era lo mismo una verga amoratadamente grotesca, gruesa y larga, a una corta y delgadamente rosada como la de su esposo.

Don Cipriano continuaba con sus lentos movimientos hacia delante y hacia atrás refregando su verga en el cuerpo de Gabriela.

La casada entre besuqueos y apuntaladas ya sentía muy rico, y no hacía nada por detener al ordinario mecánico en sus avances, solo dejaba que él se saliera con la suya, su desprotegida vagina desde hace unos buenos minutos que ya había comenzado a humedecerse y por todo su cuerpo ya podía sentir esos agradables escalofríos que tanto le gustaban.

El vejete notando que la rubia ya se estaba comenzando a recalentar quiso medir el terreno solo para hacerse una idea, disimuladamente comenzó a acariciarla en su vientre, esto a Gabriela le encanto ya que sabía que el viejo prácticamente estaba acariciando al hijo de ambos, pero la idea de don Cipriano era muy distinta, lentamente comenzó a desabotonarle el vestido a la altura de su ombligo, él quería tocar carne fresca y al desnudo, la rubia al notarlo se entró a preocupar y como pudo separo su boca de la de el para intentar detenerlo,

--Ay Don… no le siga…mire que estamos en un parque… la rubia le hablaba con sus ojos cerrados y casi en susurros, ya que el vejete en esos momentos ya había logrado su objetivo y había metido un par de dedos por las junturas del vestido y se entretenía rozándole la suavidad de su vientre haciendo que la piel de todo el cuerpo de la casada se le erizara por completo…

--Tu piel es muy suavecita pendeja, eres toda una bebita, déjame tocarte un ratito, además que no anda casi nadie..., en eso el mecánico ya había perdido su mano completa, y descaradamente ya la iba bajando casi a la altura del nacimiento de su pelvis, con su dedo índice y pulgar ya se entretenía en estirarle en forma suavecita los dorados pelitos crespos que Gabriela tenia escasamente en aquella parte de su cuerpo…

--Noooo Donnnn…Mmmhhhmm…Mmmhhhmm…, la respiración de Gabriela ya era agitada, --Nos...pue…de… ver..al…guiennnn…! dijo en el mismo momento en que apretó sus muslos en señal de proteger su rubio coñito al sentir los gruesos dedos del viejo que ahora dibujaban varias rayas en los labios de la ya jugosa vagina,

--Jejejeje no te preocupes culona, estoy mirando y no anda nadie, como me gusta tocarte la zorra lindura la tienes casi peladita… como la de una verdadera quinceañera, jejeje…

Esto causó estragos en la febril mente de la casada que ya estaba que se abandonaba a la situación y que pasara lo que pasara, no sabiendo nada más que decir, solo le contesto…

--De ver…dad la tengo como la de una jo…ven… ci… ta?... Le gusta to…car…mela…?, le consulto a la misma vez que subía sus brazos para comenzar a acariciarlo por detrás de su cabeza, perdiendo sus delicadas manos en los enmarañados pelos canosos del viejo…

--Me encantaaa… mi Yegua calienta vergas… de verdad que la tienes como la de una pendeja de 17 o 18 años, vamos por que no me abres las piernas para tocarte mejor… total estas con tu vestido puesto y nadie te vera la zorra…será solo un ratito, jejeje…, la cara del vejete ya era la de un verdadero pervertido.

Gabriela semi inclino su cabeza para confirmar ella misma que por ahí no andaba nadie, solo vio a las monjas que estaban ensimismadas en sus asuntos. El grupo de religiosas estaban totalmente absortas de lo que el viejo mecánico le estaba haciendo a ella, así que dio su autorización,

--Esta biennnn toquemelaaaa!, pero solo un ra…ti…toooo!…

Don Cipriano ya casi babeaba en el momento que la vio subir sus muslos con la planta de los pies apoyados en el cobertor para luego abrírselos de par en par para que el tocara todo lo que quisiera, el vestido aunque se le había subido bastante aun así no dejaba ver el tesoro que la rubia escondía debajo de este, el viejo simplemente comenzó a masturbarla a destajo.

En el momento en que el grupo de religiosas terminaba de su tanda de oraciones, y cuando ya se preparaban para una opípara merienda a base de galletitas y pastelillos, la hermana María Escapulario mientras ordenaba la mesa de madera en donde se llevaría a cabo el santificado ágape, por pura casualidad puso atención en lo que hacía una pareja de enamorados que se encontraban en un lugar no muy alejado de donde estaban ellas.

Mientras sus compañeras de consagración ya tomaban asiento en el mesón quiso mirar un poco más, achicando sus ojillos dentro de su habito para hacer más nítidas las imágenes, a lo lejos vio a una mujer rubia tirada en el pasto y acompañada de un hombre mucho más viejo que ella, en un principio no entendía por qué ella estaba con las piernas abiertas de aquella forma, la veía rara, luego descubrió que el sujeto que estaba recostado a un lado de ella, este tenía metida su mano en la altura de su estómago y que se reía de quizás que cosas, mientras la mujer se mantenía con sus muslos abiertos y con cara de como si estuviera concentrada en quizás que cosa, o como si de verdad le doliera algo, la santa mujer no sabía cómo definirlo, solo noto que más debajo del estómago de aquella extraña mujer y como a la altura media de sus muslos algo se movía rápidamente por la forma en que subía y bajaba parte de su vestido, en ese momento y por la extraña expresión en su rostro de pronto y en forma escandalizada determino que ellos estaban cometiendo pecado,

--Por los clavos de Jesucristoooo!!, exclamo la veterana religiosa a la vez que dejaba caer de sus manos una bolsa con galletas, llamando la atención de sus compañeras…

--Que pasa hermana… porque pone esa cara de compungida, le pregunto una de las monjitas,

--Allá…!! Miren a esa pareja, están… estan haciendo cosas cochinas…!!!, exclamo a la vez que apuntaba con el dedo hacia donde estaba la rubia con el mecánico, mientras este ultimo la seguía masturbando.

Las 5 religiosas, todas con sus manos en la boca se quedaron mirando con estupefacción el escandaloso show que se estaba pegando una joven mujer rubia con un hombre viejo y panzón, los veían besándose.

Los amantes por su parte continuaban en forma más apasionada que antes, el curvilíneo cuerpo de la casada sudaba a chorros mientras la masturbaban y ya casi no lo soportaba más, a esas alturas pensaba que tenía que sentir esa verga bien adentro de ella, sabía que era altamente peligroso dejarse follar por el mecánico en un parque, hasta pensaba en que se podrían cubrir con el cobertor para que nadie los viera, luego razonando casi a medias se lamentaba que eso no era posible, pero su mente poco a poco se iba separando de su cuerpo, era como si este último tuviera independencia total, la estaban masturbando muy rico, la rubia no era consciente de las 5 escrutadoras miradas del grupo de religiosas.

El viejo quien ya se había percatado que el grupo de monjas los estaban observando, quiso hacer más rica la situación, su verga ya estaba que se le reventaba de tanta morbosidad,

--Muéveme la zorra pendeja, demuéstrame que te gusta que te pajeen en un espacio público, jajaja!!!

La rubia quien al estar tan caliente como el viejo que la manoseaba solo obedeció, comenzando a mover su cintura de atrás y hacia adelante como si de verdad a ella la estuvieran culeando, a la vez que se esmeraba en abrir sus muslos al máximo posible.

Don Cipriano por su parte sentía los meneos de la rubia con dos de sus dedos bien metidos en la rubia vagina de su Diosa, sentía como si en realidad los tuviera metidos en un sustancioso y delicioso plato de caldos calientes, los sacaba de la ranura intima de la mujer chorreantes de líquidos de color amarillo transparente, y se los chupaba mirando en dirección hacia las monjas, para que ellas supieran que de verdad lo estaba disfrutando.

--Tenemos que hacer algo por esa pobre mujer, dijo la hermana Trinidad del Rosario, quien estaba dispuesta hasta en ofrecer su vida por salvar de la perdición a aquella perdida mujer,

--Pero y que podríamos hacer nosotras…!!?? Pongan atención en la cara que pone ella… es de lujuria, esa mala mujer disfruta como una endemoniada de cómo le flagelan sus carnes, decía sor María Escapulario, a la vez que se persignaba…

--Que le están haciendo!?, consulto la hermana más joven del grupo, una verdadera preciosidad de 18 añitos recién cumplidos convertida en monjita, que con solo haber divisado que a una mujer algunos años mayor que ella le estaban tocando aquella parte prohibida del cuerpo, esto hacia que a también a ella le estaban dando ganas de como abrir sus piernas, era extraña esa sensación se decía para sus adentros, además que le llamaba mucho la atención la forma en que la mujer abría sus muslos y de cómo se movía la mano del hombre por debajo del vestido negro, sus preciosos ojos verdes se cristalizaron enmarcados en el negro habito que escondían las bondades juveniles que a su edad eran víctimas de desórdenes hormonales…

--Hermanas yo creo que deberíamos retirarnos…, decía otra monja que en esos momentos volteaba su mirada para no ver aquellas atrocidades…

--Ustedes siempre andan apuradas, yo creo que deberíamos quedarnos a mirar para ver lo que le harán a esa pobre mujer, para después ir a rezar por su alma, decía sor Laurita, la angelical monjita de 18 añitos, que movía su cabeza buscando el mejor ángulo para no perder detalles de lo que estaba haciendo aquella caliente pareja.

--Pero que mamadas está diciendo hermana Laurita por Dios!!!, se le salió el improperio a una de las monjas más viejas y que era la que andaba a cargo del grupo de religiosas, --María Escapulario váyase al convento y llévese a la hermana Laurita no vaya a ser cosa que con semejante blasfemia ante sus impetuosos ojos de niña la vayan a despertar la comezón de la carne y la hagan caer en las garras del padre Ramón.

La escena era tan escandalosa que el grupo de monjas prefirió largarse de aquel lugar. Mientras se alejaban casi corriendo la única que volteaba en forma sonriente y afirmándose el habito para que no se le cayera era la hermana Laurita, a quien las monjas más viejas se la tuvieron que llevar casi arrastrándola, para que la consagración de la monjita de 18 años no se les fuera a ir a la verga con tanta lujuria en aquel pecaminoso parque.

El caliente mecánico vio la retirada del grupo de religiosas, pero él no estaba dispuesto en finalizar semejante bacanal lujurioso que le estaba regalando la excitada hembra casada.

Pero las horrorizadas religiosas no serían las únicas que presenciarían lo que la salida pareja de amantes ya casi estaban dispuestos a concretar en aquel parque público, mientras las monjas huían despavoridas, un distraído personaje se venía acercando ensimismado en revisar los botes de basura que adornaban distintos puntos del parque, buscaba si en estos podría encontrar algo para comer, a la vez que arrastraba un oxidado carro de supermercado, en este poseía todos los enseres que poseía en su miserable existencia, como también desconocía lo que el destino le tenía preparado.

El extravagante y ordinario pordiosero ya estaba a solo tres metros de donde estaba don Cipriano con Gabriela, quienes se mantenían muy excitados en lo que estaban haciendo, mientras el mendigo escarbaba con sus manos ennegrecidas por la mugre al interior del basurero, un extraño gemido de mujer lo distrajeron de su diaria tarea de subsistencia, alzo su perdida mirada de desvalido llevándola hacia el lugar de donde venían los eróticos sonidos, hasta que los vio.

El hombre y la mujer estaban tirados en el pasto solo a 3 metros de donde estaba el, aun lado de ellos estaba la camioneta que él había visto desde lejos, la mujer se mantenía con las piernas abiertas y las rodillas dobladas hacia sus muslos, mostrando así una muy generosa y apetitosa porción de estos. El macho que la acompañaba no paraba de masturbarla mientras ella solo se dedicaba a gozar y a nada más que gozar, así lo pensaba él al ver la cara de desesperación que aquella imponente mujer rubia ponía cuando cerraba apretadamente sus ojos, a la vez que empuñaba el pasto arrancando pequeñas cantidades de este, para luego repetir la operación con sus delicadas manitas, extrañamente y como desde hace ya mucho tiempo no lo hacia su verga comenzó a endurecerse, ya que hacían años que su mirada de viejo indigente no veía algo similar, aquella mujer era extraordinariamente hermosa.

Don Cipriano lo había visto desde hace rato, simplemente se hizo el desentendido y lo dejo acercarse, ya que el solo imaginarse a ese mamarracho y harapiento sujeto pelándose la verga a costillas de su mujer, en vez de espantarlo una perversa calentura se había apoderado de su mente, pero lo que más lo excitaba era imaginar que reacción tendría su hembra cuando se diera cuenta que ellos tenían compañía. Por lo que se puso manos a la obra para ver cuál sería el comportamiento de ella.

--Te gusta que te pajeen la zorra en público putita!!??, le consultaba el mecánico a la casada mientras le pasaba su asquerosa lengua por la cara, y como a su vez redoblaba la velocidad de sus dedos en movimientos de entrada y salida desde su vagina…

--Siiiii… le contesto la excitadísima hembra, cuando sintió los labios y la lengua del mecánico chuparle uno de sus oídos. Con sus ojos cerrados e inconsciente de que ella estaba diciendo una intimidad delante de un extraño, y que clase de extraño, sus caderas no paraban de menearse, a estas alturas la pobre ya estaba casi dispuesta a todo lo que le exigiera su macho…

--Jajajaja que puta que eres nalgona…, el perverso de don Cipriano miro hacia donde estaba el viejo vagabundo, este ya se masajeaba la verga por entre medio de los sucios harapos que usaba por ropa, el mecánico deseaba que el asqueroso mendigo escuchara lo que él le decía a la mujer, el tipo extraño puso atención, ya que noto que no había peligro de que él se encontrara tan cerca de ellos, don Cipriano continuo, ahora hablaba más fuerte que antes, --Y qué pasaría si alguien nos viera haciendo esto, estarías dispuesta a seguir haciéndolo?

Gabriela con sus ojos cerrados pensaba en esto último, notaba que el vejete ya había comenzado con sus salidas, y esto a ella la calentaban aún más de lo que ya estaba, imaginándose que cualquier tipo de gente podría pasar por las cercanías del lugar en donde fácilmente podrían ser observados, quiso jugar un ratito con su amante, esto le agradaba y la excitaban…

--Si Donnn, estaría dispuesta a seguir haciéndolo mientras nos observan…eso sería muy ricoooo… le contestaba pensando que este era otro de los juegos de palabras del mecánico…

--Jajajaja… y dime, continuo el vejete mientras miraba al desastrado y caliente espectador que ahora movía su mano en forma desesperada entre sus rotosas vestimentas a la altura de la verga, --Que harías si te dejara aquí solita masturbándote y llegara un viejo degenerado y caliente a violarte… y que este fuese aún más viejo y asqueroso que yo mismo, jajajaja!!!! … te dejarías putita…???

Por algunos segundos se hizo un silencio, solo se escuchaba la pesada respiración de la rubia y los chapoteantes dedos de don Cipriano en su tajito de carne, el vagabundo con solo imaginarse que cabía la posibilidad que aquel tipo le prestara por un ratito a tan tremendo pedazo de mujer, el pobre ya estaba que lloraba de calentura contenida, el mecánico continuaba,

--Vamos contéstame pedazo de puta… yo sé que te gustaría ser violada y que te metieran a la fuerza una verga desconocida… El mecánico la veía dudosa como si de verdad se lo estuviera pensando, situación que elevaron su nivel de lujuria a limites casi no permitidos, hasta que escucho su respuesta…

--Ay… no lo sé Don… no sé si disfrutaría de que me vio…la…ran… unos desconocidos, la casada no paraba de menear sus caderas, ahora lo hacía de una forma más erótica de como lo había estado haciendo antes, o así por lo menos lo notaba el caliente mecánico.

Luego de esta respuesta don Cipriano puso atención en dos cosas, la primera en lo que ya se dijo y que era en que la rubia no paraba de menearse en forma exquisita, y lo segundo y lo más importante era que él le había preguntado si le gustaría ser violada por un desconocido, pero la caliente de Gaby luego de pensarla por un momento le había contestado en plural:” Ay… no lo sé Don… no sé si disfrutaría de que me vio…la…ran… unos desconocidos”. Esto solo significaba una cosa para don Cipriano y era que quizás que degeneraciones estarían pasando por la mente de la rubia, determinando finalmente que su Diosa ya estaba hirviendo de calentura.

--Vamos lindura yo ya sé que estas tan caliente como una verdadera yegua en estado de apareamiento a****l, admítelo… reconoce que serias capaz de ponerte a culiar con cualquier viejo asqueroso que en estos momentos se cruzara por tu camino, jejejeje, la verga del viejo Cipriano ya estaba que reventaba por todas las ordinarieces que le estaba diciendo a Gabriela, nunca en su vida antes de conocerla se habría imaginado de estar en tales circunstancias con una Diosa de aquellas características, el mendigo por su parte también ya estaba por casi exigir que él también tenía derecho de disfrutar con tan suculenta mujer, hasta que las femeninas palabras fluyeron de los labios de la rubia como un verdadero milagro para los oídos de ambos vejetes…

--Ohh Donnn… creo que siiiii…

--Sí que pendejaaaa… quiero la frase completa… Diloooo!!!, el mecánico ya estaba al borde de un paro cardiaco al igual que su improvisado compañero espectador,

--Siii, creo que me dejaría… dejaría que un asqueroso y viejo sujeto me violara… Ohhh!! Diossss!!!, Gabriela sintió un caliente chorro de jugos vaginales que salieron expulsados de su zorrita bañando los dedos del mecánico…

--Pero te lo metería a la fuerza… estarías dispuesta a eso nalgonaaa!?…

--Si mi Don… me encantaría…! me encantaría que me lo metieran a la fuerza… Mmmmm… Mmmmm…

El caliente mecánico estaba encantado con todo lo que estaba sucediendo, una vez más se preguntaba como aquella encantadora mujer rubia de solo 26 años, casada y madre de familia, podía ser tan caliente!, tan puta…!!, tan zorraaaa!!!, pero él quería seguir explotando toda la calentura que ella ya destilaba hasta por sus poros.

--Abre los ojos pendeja…!, le dijo el mecánico, Gaby solo abrió los ojos para quedarse mirándolo y a la espera de cualquier cosa que el viejo le exigiera que ella hiciera o dijera, era todo tan rico pensaba en las acaloradas nebulosas que se habían instalado en su conciencia, hasta que nuevamente escucho la aguardentosa voz de su macho, --Mira en esa dirección, don Cipriano apunto con su cara hacia donde había un bote de basura…

Gabriela automáticamente cerro sus piernas en forma desesperada, en el momento en que su azulada mirada se encontró con la estrafalaria y mugrienta figura de un viejo de edad avanzada, creyó morir de asco, este se encontraba masajeándose el paquete solo a un par de metros de ella mirándola con ojos de enfermo mental,

--Donnn!! Que hace ese hombre ahí!?, le consulto la rubia al mecánico casi en susurros,

--Jajajaja…!!! No te asustes rubita solo se ha estado calentado mientras tú también disfrutabas, jajajaja…

--Pero yo pensé que estábamos solo Usted y yo…, Gabriela había puesto una mano sobre la del mecánico, para que este parara de masturbarla, el viejo continuo con sus peladeces, estaba claro que él quería seguir con la función --No ha visto nada de tu cuerpo, tu vestido siempre cubrió esta cosita que desde hace rato está pidiendo verga, jajajaja!!!

--Don ya pare… ese hombre me pone nerviosa… mire si no para de mirarnos,

--Claro que no para de mirarte putita… tú debes ser un bocado muy tentador para el… jajajaja… vamos sigamos en lo que estábamos y no te preocupes que nada malo te va a ocurrir, el viejo no paraba de masturbarla.

Gabriela solo quedo mirando al mecánico sintiendo sus dedos como hurgaban en su vagina, lo vio a sus negros ojos y su sonrisa burlona, no entendía muy bien lo que su Don pretendía hacer con ella, pensó en las palabrotas que ella misma había dejado salir de su boca animada por las ocurrencias de su macho, había aceptado dejarse culear por un asqueroso desconocido, pero ella pensó que todo esto era juego de palabras, llevo su mirada hacia el indigente, este era un viejo de entre 60 y 70 años, en su canosa barba de meses habían gruesas greñas de comida seca que se pegaban a los pelos de este. De cara ennegrecida por la suciedad, su vestimenta, si es que a eso se le podía llamar vestimenta, estaba toda hecha por un material muy parecido al de los sacos harineros, pero mucho más roídos y percudidos por la tierra mezclada con sudor corporal, Gaby ya creía notar la hediondez de aquel deslucido y marchito cuerpo.

La rubia sintiendo y consciente que don Cipriano no paraba de estar pajeandola se sentía nerviosa, alterada, excitada, candente, loca de deseo y sin saber realmente lo que estaba sintiendo, en un impulso incontrolable, dejo salir de su coño otra no menor cantidad de jugos vaginales, demostrándole al caliente mecánico, que ella a pesar de todo aún se mantenía caliente, a la vez que le agarro la manos que este le tenía metida en la entre pierna, y se la empujo con fuerza contra su palpitante vagina por encima de la tela de su vestido.

Don Cipriano al notar la calentura en que se encontraba su hembra, simplemente retiro su mano y dejo que ella siguiera solita dándoles el mejor show masturbatorio que les quisiera regalar a él y ese extravagante espectador que les había caído del cielo.

Gabriela se apretaba su manita con fuerza contra su vagina, notaba la tela del vestido que ya estaba humedecido por los líquidos que fluían desde su encharcada vagina, mientras más pensaba que aparte de su don había otro sujeto que jamás en su vida había visto antes mirándola como ella se estaba tocando, esto más la sulfuraban y la animaban a seguir haciéndola, además que sabía que don Cipriano estaba con ella, esto la hacían sentirse segura. Su excitación era tal que sintió cuando sus tetas se endurecieron contra la parte superior del vestido, mordiéndose los labios empezó a contonear sus caderas contra su mano, con la otra se sobaba uno de sus muslos.

El caliente y feliz mecánico no decía nada y no hacía nada, solo podía sentir la pesada respiración de su Diosa, a la misma vez que miraba como el destartalado desconocido ya buscaba entre sus ropajes en forma desesperada para dejar asomar su hedionda verga. El vejete la veía tan caliente y abandonada que no dudo en hacerle la morbosa solicitud…

--Desabróchate el vestido pendeja… muéstrale todas tus cositas a ese pobre infeliz que se está pajeando en tu honor, jajajaja!!!

Increíblemente el vejete pudo observar que la rubia no dijo nada, solamente seguía inmersa con su manita moviéndola en la parte de su coño, así que no lo dudo para insistir,

--Qué esperas culona…? ábrete el vestido y muéstrale la mercadería a ese pobre hombre, los ojos de don Cipriano ya se encontraban inyectados en sangre por la tremenda morbosidad que sentía al estar haciéndole aquellas perversidades a su mujer, a la esposa de otro hombre, y que también era madre de familia.

Cuando el vejete ya casi enloquecido por la calentura y la perversión determinaba que sería el mismo quien la despojaría del vestido, casi se infarto cuando vio que Gabriela con la misma manita en que había estado sobándose el muslo, esta lentamente la subía a la altura de sus tetas para sencillamente comenzar a desabotonar aquel endemoniado vestido negro que se había puesto aquella mañana antes de salir a los trámites bancarios.

Los dos viejos ya casi babeaban, cuando fue el turno del segundo botón, y vino el tercero, y el cuarto, hasta el quinto, para luego verla que con sus ojos cerrados la excitada hembra procedía a abrir de par en par su vestido para mostrarles lo que ella poseía debajo de este, la rubia en ningún momento hiso el intento de cerrar sus muslos, siguió masturbándose tal cual como estaba, tampoco hiso reparos cuando el mecánico deslizo su vestido por debajo de su cuerpo para retirárselo completamente y dejarla totalmente desnuda, a la vez que se paraba y se separaba de su cuerpo.

El mecánico una vez de pie y de asegurarse el mismo que nadie se viniera acercando para aguarles la fiesta, la miraba aun sin creérsela, su verga ya exigía ser liberada para internarse al interior de las carnes de la casada, si hubiese sido otra la situación a don Cipriano le hubieran dado ganas de molerla a patadas, el viejo era un hombre celoso y machista hasta mas no poder, pero sabía que en aquellos lujuriosos momentos su hembra se encontraba en sus dominios y había sido el quien la había llevado a tal estado, además que tenía claro que aquel esperpento de la naturaleza que los acompañaba y que se masturbaba como un mal nacido a costillas de su casada, no era rival para el sí a este se le ocurría hacerle algo a su Diosa.

Por su parte el caliente y excitado pordiosero, aun no creía lo que estaba viviendo, esa mujer que le acababan de retirar el vestido luego de habérselo abierto ella misma y que además no llevaba nada puesto debajo de este, era una celestial criatura que irradiaba sensualidad por cada centímetro de su loable anatomía, era una hembra encomiable, un tremendo pedazo de mujer que ni en sus más eróticos sueños había sido capaz de vislumbrar, como a****l enjaulado la recorría y se la devoraba con sus miserables ojos de indigente, su arrugada y vieja verga había adquirido una rigidez que en años no había experimentado.

Mientras tanto Gabriela sabiéndose desnuda y excitada, no paraba de masturbarse, tal como le había solicitado su macho, y el solo saber de qué les acompañaba un asqueroso hombre como nunca antes había visto, su cuerpo le hacía sentir que en cualquier momento ella estallaría de calentura, se sentía tan caliente…!! Tan calienteeee!!!!, pensaba ya su desequilibrado temperamento de mujer guarra e infiel. Se deslizaba la yema de sus dedos por toda su zorra, se sabía empapada de líquidos, lo cual la hacían gemir de placer.

Deseaba que don Cipriano despachara lo antes posible a ese inmundo tipejo para que le pegara la culeada de su vida en aquel parque público, con estos libidinosos pensamientos empezó a masturbarse con mas desesperación. Primero despacio, y casi rozándose, pasando los dedos por cada poro su sensibilidad vaginal.

Gabriela estaba tan enardecida que hasta se mordía los labios a tal estado que casi podía hacérselos sangrar, estaba al borde del orgasmo, necesitaba llegar a un orgasmo, y era tanto el placer que sentía nuestra perdida casada que notaba como su cuerpo se contraía, su espalda se arqueaba en el pasto buscando sentir más dentro de ella aquellos dos dedos que se estaba metiendo.

--No pares culonaaa!!!, no pares!!!!!, era lo único que era capaz de decirle el mecánico, entre gemido y gemido de profunda calentura que emitía su mujer, ella en su fuero interno y en esos momentos lo único que deseaba en la vida era buena culeada…

--Sí que no pareeee!!!, aportaba también el viejo pordiosero que ya se había acercado lo bastante para no perderse ningún detalle de aquella fantástica función.

Don Cipriano con el brillo de la maldad saliéndole por su enrojecida mirada se dirigió por primera vez al miserable vagabundo,

--La quieres probar pendejooo!!??

El vagabundo sintió como si lo noquearan por la inmensa felicidad que sintió al escuchar que le estaban ofreciendo a que el mismo probara ese tremendo cuerpo femenino de aquella caliente mujer rubia que aún se mantenía con sus muslos abiertos como si estuviera esperando a que le metieran una verga, solo se dio a asentirle al mecánico, a la vez que ya se imaginaba montándola y follandola hasta morir de pasión en aquel portentoso cuerpo de Diosa, que lo esperaba para cobijarla a él y a su verga al interior de ella.

Gabriela quien dentro de toda su calentura al escuchar el tremendo disparate que le estaba diciendo don Cipriano a ese asqueroso hombre, automáticamente ceso en la faena masturbadora que se había estado pegando, su azulada mirada se posó incrédula en la hedionda y parada verga de aquel miserable hombre, su mente trabajaba a mil, por alguna extraña razón su cuerpo no le permitía hacer que ella cerrara sus piernas y se mantenía totalmente abierta mostrándoles su chorreante vagina en total magnificencia.

--Pues ve y culeatela…!! Veras que es muy rica para follar… al principio se menea suavecito, pero cuando se calienta se transforma en una verdadera yegua, jajaja!!!, anda y sirvetelaaaa…!!! A ella le va a encantar…jajajaja!!!!!

Gabriela con espanto vio como aquel nauseabundo hombre que seguramente llevaba años sin bañarse se le estaba acercando mucho más lo debido, y claro si ella misma acababa de escuchar que don Cipriano había dado su autorización para que se la cogieran, solo atino a dirigirse en forma espantada hacia la caliente y desfigurada cara del mecánico…

--Don Cipriano por Diossss… no deje que me lo hagaaaa!!!, le dijo a la misma vez que cerraba sus muslos por el pavor que le causaba al solo imaginarse a ese hediondo tipejo subírsele a las suavidades de su cuerpo…

--Jajajajaja… no te preocupes nalgonaaa solo serán un par de cogidotas que te pegara este pendejo… con esto aprenderás que nunca debes salir de tu casa sin calzones y andar abriéndote de patas en parques públicos… jajajaja!!!!!

El mendigo solo escuchaba como la pareja se enfrascaba en una discusión, el solo quería que esa tremenda y curvilínea mujer de una buena vez se volviera a abrir de piernas, su caliente y desesperada mirada solo se concentraban en ese exquisito triangulo de pelitos dorados que estaban escasamente ubicados en la pelvis de la mujer y que estos se perdían tímidamente hacia el interior de sus muslos juntos.

--Donnnn… por favor no me haga esto…!!, seguía rogando la rubia, --Yo solo hice lo anterior porque Ud. Estaba a mi lado… y pensé que le gustaba…

--Pues claro que me gusto lo que hiciste putonaaa… pero ahora quiero que abras esas piernotas que te gastas y te pongas a culiar con este niño que de seguro lleva acumulando por meses una buena cantidad de semen…jajajaja!!!

Gabriela sin querer ni tener propósito su mirada se desvió a aquella terrible y asquerosa verga cuando el vejete le dijo de la buena cantidad de semen que el hombre podría poseer, y un extraño brillo se reflejó en ellos por solo unos segundos, para luego volver a solicitar clemencia por parte de su macho…

--Nooooo don Cipriano de verdad que no quiero hacerlo con el…

--Pero si tú misma me dijiste que te encantaría hacerlo con un asqueroso hombre, pues bien aquí tienes uno así que disfrutaloooo!!!

--Donnnn… solo eran fantasías…!!!, la cara de la rubia estaba distorsionada por el estupor… veía que don Cipriano no cambiaría de opinión.

El mecánico se sentía transportado por un nivel de calentura que jamás en su vida había sentido, que estupenda se veía su mujer desnuda y tirada en el pasto, intentando de por todos los medios pasibles y que eran escasos de proteger su entrada intima, y con un viejo mendigo a su lado con el firme propósito de cogérsela, pero él quería nuevamente sopesar su grado de calentura y su nivel de obediencia para con el…

--Fantasiaaaa!!!, solo mírate puta de mierdaaa!!!, estas encuerada en pleno parque público y a media tardeeee…!!! Así que ahora abre esos muslos y ponte a culear como la puta que eresss, jajajaja!!! Lo vas a hacer porque yo lo digoooo!!!! Escuchaste zorraaaaaaaaa!!!!!!!!!!

La casada sintiéndose perdida, asqueada, y sometida solamente dejo caer su cabeza hacia atrás, poso su mirada en la verga y en las desesperadas facciones de calentura en la mugrienta cara del asqueroso mendigo que estaba solo a segundos de culearla, pero don Cipriano había sido claro y enfático, y ella con toda la calentura que había sentido en esa acalorada tarde sintió que los latidos de su corazón se le aceleraban, se le taparon sus fosas nasales por el repentino aceleramiento sanguíneo, y pensando en eso que dijo don Cipriano: de las grandes cantidades de semen espeso y caliente que aquel horrendo tipejo debía tener acumulado en sus bolas, simplemente se fue abriendo de muslos a la vez que también los recogía, estaba lista y su vagina ya había comenzado a latir y exigir que le metieran lo que le acaban de ofrecer, solo faltaba que aquel asqueroso hombre tomara lo que ella le estaba ofreciendo y a solicitud de su macho, fuera este asqueroso hombre el que le pegara la culiada de su vida…

El desastrado y calamitoso tipejo casi babeando poso una de sus mugrientas manos en uno de los relucientes muslos de Gabriela, ella al sentirlo aguardaba con sus ojos cerrados el primer contacto de esa hedionda verga con los tiernos pliegues de su dorada vagina, se preguntaba como seria todo aquello, pero solo fue esa pequeña y extrema suavidad lo que sintió el pobre infeliz, cuando poso su roñosa mano en el muslo de la casada ya que don Cipriano lo agarro fuertemenete por el cuello aprisionándolo con uno de sus brazos a la vez que le decía a su mujer…

--Jajajajaja… de verdad que te la creíste que iba a dejar que este pendejo te la metiera… toma tu vestido y enciende el motor de la camioneta, jajajaja!!!!

Gabriela volviendo en si al instante y escuchando y viendo lo que estaba sucediendo rápidamente se puso de pie agarro su vestido y se fue corriendo al vehículo, horrorizada veía como don Cipriano estaba pateando al ahora na tan caliente pordiosero, pero lo que más la espantaba es que hubo un momento que en su mente en forma muy mínima había deseado sentir esa verga hedionda y asquerosa profanar sus encantos de mujer, había sido mínimo, pero lo había deseado.

--Es Usted un peladooo!!!, un desgraciadoooo!!!!, como se le ocurre hacerme ese tipo de bromas!!??, le decía una ya más calmada, pero sí muy enojada Gabriela a don Cipriano mientras se ponía el vestido con la camioneta ya puesta en marcha…

--Jajajajaja te hubieses visto la cara de zorra asustada que tenías cuando aquel tipo se aprontaba a meterte la vergaaa!!!, jajajajaja!!!!!!

--Yo no le veo cual es la graciaaaa…!!! yo solo me iba a dejar porque Ud. parecía que hablaba en serio…

--Y está muy bien mi reina… tú debes hacerme caso en todo… pero… jajajaja!!!, el viejo no aguantaba las ganas de reírse. Así continuo el viaje hasta el departamento de la sonrojada hembra, con la rubia muy avergonzada por lo que había hecho en el parque, y con don Cipriano burlándose de ella a cada minuto. El viejo desconocía que muy al interior de la mente de la casada el mismo se había encargado de hacer una pequeña fisura de depravación que Gabriela muy bien había percibido, mínima, pero percibida igual.

Una vez que don Cipriano dejo a la rubia en el departamento, el agarro la camioneta de Gabriela y se dirigió al Pie Grande, por la hora sabía que aún podría encontrar a María, para que le diera las novedades, si fuesen otros tiempos capaz que hasta le hubiera pegado una buena follada al interior de la oficina con cama, pero a estas alturas y por muy buenota que estuviera su sobrina, ni se le comparaba al forrazo de mujer que ahora se gastaba, así que desecho la idea.

María y el chango conversaban animadamente, mientras esperaban la llegada del tío de la joven,

--Y crees eso que dijo mi tío… que se iría a vivir por tres días al departamento de Gabriela?, le pregunto la chamaca a su amigo de infancia…

--Pus ahora yo le creo toditito lo que dice mi jefecito, recuerda que lo vimos nosotros mismos…

--Si! lo sé! pero me cuesta creer que Gabriela se acueste con él, después de lo que ella misma vio y escucho cuando él quiso aprovecharse de ella… Oye chango te puedo hacer una pregunta?...

--Pus claro…vamos tírala…

--Ese día en que los viste de frente al interior de la bodega… te excitaste?

El chango se puso muy nervioso con la pregunta que le hacia la sobrina de su jefe y en el momento en que el Chango le iba a responder, vieron como la portentosa camioneta de Gabriela se adentraba hacia el interior del taller, con nada más y nada menos que con don Cipriano al volante, le faltaban los puros lentes oscuros pensaron a la par la pareja de jóvenes…

--Como está la pareja de chamacos…jajajaja!! Les saludo el viejo cuando se bajó del vehículo dando un sonoro portazo, ambos jóvenes notaron que el vejete venia de buen humor,

--Tío, comenzó María, --Le estábamos esperando para que nos de la lista de repuestos, como mañana es sábado el Chango ira a primera hora a comprarlos para tenerlos listo para el lunes, recuerde que mañana no abrimos. Cuando el vejete le iba a decir algo a su sobrina esta saco su celular ya que estaba recibiendo una llamada de Francisco, le hiso una seña para que la esperaran alejándose un poco de ellos para poder hablar un poco más tranquila.

El chango y el viejo tío de la joven quedaron embobados mirando el cuerpo enfundado en un endemoniado vestido azul tipo minifalda que usaba para trabajar de edecán, este se entallaba muy bien en su figura remarcando cada línea y cada curva que la joven sobrina de don Cipriano poseía en su anatomía.

María no era tan alta como Gabriela, debía medir por lo menos 1.67 de estatura, no era blanca pero tampoco era morena del todo, estaba en el límite de ambas características.

Tal como lo había advertido Gabriela en la ocasión que trabajo con ella, María era una chica bastante bonita, y a pesar de no ser tan tremendo pedazo de mujer como lo es nuestra casada, la chica también tenía como defenderse, por algo el viejo Cipriano se aprovechaba de ella desde sus tiernos 17 años, y no era que la viviera follando todos los días o todas las semanas, ya lo habían hecho en 4 ocasiones para ser más exactos, y claro que con plena autorización de su parte, si solo hacían un par de meses antes que el vejete conociera a Gabriela la había hecho debutar por el culo, pero solo a medias ya que su gruesa verga no le pudo entrar por completo tanto por su vagina, como tampoco por su orificio posterior.

El caso era que en estos momentos los dos mecánicos casi se la estaban comiendo con sus ojos, la chica de 19 años estaba de perfil en donde los cuatro voraces ojos la estudiaban y la recorrían desde su sedosa cabellera negra y lisa, pasando por su carita que aún era la de una casi adolescente, bajando por sus tetas que no eran tan grandes, pero si tenían un tamaño perfecto para agarrárselas y exprimírselas hasta saciarse en ellas, siguiendo por su vientre y por donde detrás se le levantaba un culo carnoso y bien formado, para luego dar paso a unos muslos preciosos para su volumen y estatura, en si la chica estaba normalmente buena para encamársela.

--Uffff que buena está la María mi jefe… que cabron mas suertudo es ese Francisco… opinaba el chango moviendo su cabeza hacia los lados, en señal de sufrimiento contenido…

--Si esa pendeja está bien buena!…pero tú fuiste el imbécil que no te avivaste antes que Francisco, así que no te quejes… además que no hay como mi mujer!!…jajajaja!!!

--Se refiere a su esposa?, le consulto el chango un poco extrañado por lo que decía su jefe, ya que la vieja que el mecánico tenía por esposa era muy fea…

--Si serás estúpido pendejoooo!!! Me refiero a mi mujerrrr, a mi hembraaa!!!, a Gabrielaaaa… pedazo de idiotaaa!!!, le dijo a la vez que le daba un palmetazo en la cabeza a modo de corregirlo y que se dejara de ser tan idiota, --O acaso ya se te olvido que me la estoy cogiendo!?

--Ahh si de verdad!… es que estaba mirando a la María!!, jejeje!! Por eso me desconcentre…oiga mi jefe y cómo es eso que Ud. anda en su camioneta?

--Pus… porque ahora todo lo de ella es mío…jajajaja!!! Te lo dije peludo de la gran puta… esa mujer iba a terminar siendo mía y ya lo conseguí, jajajaja!!!!, Vamos a la oficina a esperar que la María termine de estar calentándose telefónicamente con el imbécil de Francisco, jajajaja!!!!

Los dos mecánicos se dirigieron a la oficina en donde destaparon unas cervezas, el chango quiso seguir haciendo consultas sobre la relación de su jefe con la hermosa mujer rubia, esto lo excitaba en el buen sentido de la palabra.

--Oiga mi jefe…hoy lo llamo don Felipe y se notaba muy enojado…dijo que ya estaban casi en el plazo… y que cuando se le aparecería por su oficina con el dinero que le debía, o con la puta que Ud. le había ofrecido…

--No mames… y que le dijiste imbécil!?, le consulto el vejete a su joven ayudante al mismo tiempo que bebía su cerveza,

--Pus que Usted no estaba… y que no llegaba hasta el lunes…

--Jajajaja!! Bien hecho pendejo… en uno de estos días le iré a pagar la deuda…

El chango se quedó pensando por algunos segundos en lo que había dicho su jefe, hasta que decidió hacerle la espinuda pregunta ya que entre ellos existía mucha confianza a pesar del exaltado carácter del mecánico más viejo…

--Oiga jefe?… y aun piensa en eso que dijo Usted… de llevarle a la señora Gabriela para que el negro Felipe se la coja y así salir del apuro?

--Noooooo!!… esa mujer es solo mía changuito… jajajaja!!!

--Ufffff, Usted sí que es bravo mi jefeeee!!! Como me gustaría estar en su pellejo, le soltó el chango, haciéndole ver claramente que él se refería por el asunto de la mujer rubia.

--Pus te vas a tener que conformar con solo pajearte a su nombre pendejo!!, jajaja!!! Esa mujer es solo mía!!!, tú lo viste claramente pedazo de idiota… recuérdalo!! Ahhh… y ahorita que me acuerdo…ahora mismo vamos arreglar cuentas… caliente de mierdaa!!, le dijo el vejete en forma amenazante,

--Y que hice yo ahora jefe!!… si he hecho todos los encargos que Ud. me dejo escrito…

--No me refiero a eso pendejooo!!, explícame que mierda andabas mirando por detrás de las paredes el día que yo me estaba follando a mi mujer en la oficina con cama!?

--Jejejeje…de verdad que no sé a qué se refiere mi jefecito… yo nunca haría algo así, además que…

--Estabas mirando con la María peludo de mierda!!…yo conozco mi taller como la palma de mi mano, así que dime!! Una vez que se saciaron mirando hasta el final, jajajaja… te la tiraste???

--Qué cosa me está diciendo!?, le consulto el chango haciéndose el desentendido…

--No te hagas el webon pendejo!!, acaso te la culiaste a la María, te la encamaste después de que nos vieron!?, jajajaja!!!

--Pus… de verdad que me gustaría mucho jefe… pero Usted sabe lo tímido que soy con las mujeres, además que ella es la novia de Francisco… si solo he follado la vez que Usted me llevó a la calle de las putas…

--Tú sí que eres un bueno para nada chango y la puta que te pario!…, se lamentaba don Cipriano medio bromeando pero también medio en serio, --Que he sacado yo con enseñarte tanto si no me haces caso pendejo de mierda!!… cuando se trata de zorras y que más encima están tan rebuenotas como la María la amistad debes mandarla a la vergaaaa!! Escuchaste bien pendejo!! A la mismísima vergaaaaa!!!!, le enseñaba el maestro a su ayudante…

--Pero jefe!… la María es su sobrina!!…yo pensé que Usted…

--Es mi sobrina pero no está muerta!!… y el Francisco es un idiota que no sirve para nada y no me gusta como mi sobrino político!!… escúchame bien chamaco de la gran puta…como esta vez no puedo compartir contigo semejante pedazo de hembra que me estoy cogiendo, te echare una manito con la María… así tú también tendrás lo tuyo…pero quiero que te la cojas bien cogida, y que sea ella misma quien mande al Francisco a la verga para quedarse contigo escuchaste bien pendejooo!!…

El chango casi no la podía creer, --Su jefe le estaba ofreciendo casi en bandeja a su sobrina!!??, y al verle la seria expresión de su cara con que lo miraba supo que no era broma, el ya bien lo conocía, le dieron unas tremendas ganas de ir a abrazarlo afectuosamente, pero conociéndolo como era de carácter capaz que hasta pensara que era homo sexual por lo que prefirió contenerse…

--Híjole mi jefe… como que no le creo mucho lo que me está diciendo…y como la haríamos para que eso suceda!?… Con María somos amigos desde niños y sé que tengo cero posibilidades con ella…

--Tranquilo!… y escúchame bien pedazo de idiota… esto es lo que haremos…, Don Cipriano le daba sendos guerguerazos a su cerveza y el chango hacia lo mismo intentando poner atención a lo que le explicaba su jefe, --Le diré a Gabriela que hagamos una pequeña fiestita en su departamento aprovechando que el maricon que tiene por marido no está en casa. El chango escuchaba atentamente lo que decía su jefe, --A esa fiesta iras tú y María como invitados, le diremos a mi sobrina que Francisco no está invitado ya que mi Diosa aun esta sentida con él por la burrada que intentamos hacerle la otra vez…me entiendes?…

--Y qué pasa si Gabriela no está de acuerdo?...

--Lo estará!!! En esa casa mando yo desde hace ratooo!!!!, y no me interrumpas!!…

--Ok..Ok… perdón jefecito continúe…

--Jajajaja!… Así está mejor peludito… Mira nos tomaremos un par de traguitos y yo mismo me encargare de que a María se le pasen las copas…en eso yo me iré a la habitación matrimonial con Gabriela y me la cogeré bien rico, dejare la puerta abierta para que ustedes puedan mirar y escuchar… y cuando te des cuenta que a María ya le cuesta respirar, eso significa que ya está caliente, y lo único que deberás hacer es tomarla como si ella fuese un objeto solo hecho para follar, y te la culeas todas las veces que quieras y como a ti te dé la gana jajajaja!!!, y si se te pone difícil tú vas y le pegas unas buenas bofetadas… hasta la pateas si es necesario, jajajaja!!!, vas a ver que luego de eso va a andar colgada de tu verga para que te la folles y le sigas pegando todo lo que quieras, jajajajaja!!!!

Pablo no estaba muy de acuerdo con eso de andar pegándoles a las mujeres para follarlas, pero las calentonas explicaciones del hombre que desde niño lo había ayudado en todo, increíblemente le excitaron por lo que por ahora se demostró de acuerdo con todo lo que le decía don Cipriano.

--Está bien mi jefe ojala de resultado eso que Usted me está diciendo…

--Dara resultado pendejo…!! Dalo por hecho…mañana te cogerás a María en el departamento de Gabriela, jajaja!…, el vejete metiéndose la mano a los bolsillos le dijo, --Ten!… este es el dinero para los repuestos, ve temprano para que alcances a comprarlos todos… y este otro dinero es un regalito para que te compres algo de ropa…

--Gracias mi jefe no sabe cuánto…

--Callateeee imbécil…! Le interrumpió el fiero mecánico al instante cuando el chango quiso dar sus agradecimientos, --Pareces maricon dándome las gracias a cada rato… toma aquí está la dirección del departamento de Gabriela…y lárgate ahorita mismo antes de que me arrepienta… yo mismo le diré a la María que se junten aquí mañana a las 6.00 de la tarde, ocupen ese cacharro que deberían haberlo retirado hace meses y que su dueño al parecer ya no lo vendrá a buscar, jajajaja, Ahora largoooo!!!

Don Cipriano miro por la ventana de su oficina como el feliz muchacho se retiraba del taller, pero antes revisando que todas las puertas y candados estuvieran bien cerradas, reconocía que el chango era un buen ayudante, pero algo ingenuo y estúpido para sus cosas, y no se parecía en nada a él, solo en lo tosco y peludo, se decía para el mismo.

Desde que lo tomo para los mandados cuando el joven aún era un chamaco y cuando su madre lo había abandonado para largarse con un camionero, poco a poco le fue enseñando su oficio y a manejar, lo cual el joven aprendió rápidamente. El vejete lo miro con algo de nostalgia, si no fuese por la bruja de su mujer que siempre lo amenazo con botarlo del taller si se le ocurría reconocerlo legalmente como su hijo desde hace rato que se lo hubiera dicho, pero el ya no estaba para ese tipo de mamadas sentimentales, tal vez en algún tiempo más habría tiempo para ello, por ahora lo mejor era que todo siguiera igual, además que su prioridad número uno en estos momentos era robarle su Gabriela y al Jacobito, al maricon del Cesar.

En eso estaba el vejete cuando vio entrar a María comiendo chicle y risueña como era ella,

--Hola tío…como le fue con Gabriela?

--Bien pendeja!…como anda el taller!?…

--Todo bien… hoy fui a cobrar muchas facturas que estaban impagas y ya hice los depósitos, en el primer cajón están todos los recibos, creo que tendrá que contratar otra edecán, a mi casi ya no me queda tiempo, y me gusta más la parte administrativa del taller, jijiji…

--Dalo por hecho sobrina, jejeje…, el viejo se la quedó mirando muy serio por unos segundos hasta que se decidió hablar con ella, --María, creo que muy pronto se vendrán muchos cambios en el Pie Grande, tu estarás dispuesta a seguir trabajando para mí?, el viejo por primera vez estaba hablando seriamente con su sobrina, ya que si bien en un principio la había contratado como edecán con la única intención de follarsela, la chamaca aparte de ser media caliente e interesada le había resultado muy despierta en la parte de los negocios, algo en que él fallaba ya que no era su fuerte, hasta que la dulce voz de la chiquilla lo sorprendió…

--Lo dice por el taller o por lo otro que hemos hecho un par de veces, jijiji…

--Lo digo por las dos cosas!!… como ya te dije el otro día pendeja…por ahora estoy con Gabriela y creo que en un corto tiempo me voy a separar de tu tía, pero pienso quedarme con el taller, si es así te quedaras a trabajar conmigo?, claro que te subiría el sueldo…siempre y cuando tu sigas portándote bien conmigo chamaca, jejejeje…

--Me gustaría mucho…pero siempre y cuando usted me siga pagando a parte lo que yo le he cobrado por noche, y que por nada del mundo se lo vaya a contar a Francisco, mire que ya me ha pedido matrimonio, jijiji…

--Ese pendejo no te conviene…pero me da lo mismo lo que pretendas hacer con tu vida, jajaja… y no te preocupes no pienso en ocuparte por un buen tiempo, por ahora estoy de luna de miel con mi Gaby, jajaja. A propósito… de eso quería hablarte…

--Pus dígame tiito…par que soy buenita, le dijo la sobrina a su tío sentándose con media nalga en el escritorio y enseñándole en todo esplendor uno de sus torneados y brillosos muslos al vejete, quien sintió unas instintivas ganas de empelotarla ahí mismo y pegarle una buena culeada por coqueta, pero se contuvo, sus fuerzas estaban reservadas para su Diosa…

--Veras chamaca… mañana haremos una pequeña fiesta con Gabriela en su departamento, y he querido invitarte a ti y al chango para que vayan, que me dices lindura…lo pasaremos realmente bien entre los 4…

--Puedo ir con Francisco…?, le consulto la chica casi al instante,

--Pus noooo!! Recuerda que ella está muy m*****a con él por las tocaciones que le hiso la otra vez por mi culpa…jajajaja!!!, pero contigo y el chango es distinto…, vamos dime que iras sobrinita…

--Mmmmm…está bien!… voy a ir pero solo por ser Gabriela, además que Francisco se la pasa metido en el hospital viendo a su mamá y desde hace rato que no salgo a divertirme, jijiji…

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Gabriela una vez en el departamento se dedicó a esperar a su hombre, fue a su habitación y rápidamente retiro desde debajo de su almohada el grueso buzo que ella usaba para dormir con Cesar y lo fue a dejar al canasto de la ropa sucia, no quería que el vejete pensara que ella iba a dormir con ese tipo de vestimenta, a la vez que se dirigió a su closet para escoger con que prenda íntima sorprendería a su macho al momento en que ellos pasaran a la cama.

Cuando el mecánico ya estuvo devuelta en el departamento de la casada, esta se mostró muy de acuerdo en realizar una pequeña recepción en su hogar, pensó que sería ameno compartir algunas horas con el chango y con María, aunque le ponía nerviosa el recordar que el chango la había visto desnuda y clavada en la verga de su Don, y que a estas alturas era un hecho que María también sabía que ella se acostaba con su tío, pero ella estaría acompañada de su mecánico, esto la tranquilizaba.

Una vez que la rubia ya superaba sus primeras impresiones, y mientras cenaban se dieron a planificar lo que harían al día siguiente, a la vez en que Gabriela nuevamente sorprendía a su amante con otro derecho que ella le otorgaba a él,

--Oiga Don… ayer en la mañana saque esta copia de llaves y quiero dársela, para que Usted la maneje en sus bolsillos…

--Y de que mamada es esta llave nalgona?, preguntaba el vejete con la llave en la mano y con la boca llena del rico filete que su rubia le había preparado,

--Son del Departamento, así que en las oportunidades en que Cesar se vaya y yo me quede sola, le aviso y Usted llega cuando quiera y a la hora que quiera…, que te parece bebe?!!. El vejete casi se pone a vomitar ahí mismo por las pendejadas que estaba haciendo su Diosa por él, y también por esa exquisita forma en que ya estaba comenzando a tratarlo casi lo enloquecieron, la reconfortante voz de su mujer le confirmo que todo lo que estaba viviendo era una realidad absoluta,

--Me decía que mañana tendrá que salir a ver algunos asuntos?,

--Así es culona!!…, le contesto finalmente el mecánico guardándose la llave del departamento en uno de sus bolsillos para luego continuar, --Tal como te dije, mañana saldré por casi todo el día, primero iré a echarle una manito a mi hermano que está complicado con el motor de una montaña rusa, y luego iré a cerrar el asunto del dinero, pero llegare justo antes que lleguen los chamacos para que nos tomemos unas cervezas, jejeje…

--No hay problema Don… y si quiere llévese también mi camioneta, no me gusta que Usted ande por ahí de a pie o tomando micros… así yo aprovechare para hacer un aseo general, e iré a realizar las compras al supermercado, le decía la casadera rubia a su macho a la vez que ella se bebía un vaso de leche.

--Jejejeje gracias nalgona… claro que la ocupare! Don Cipriano estaba encantado en cómo se comportaba Gabriela con él, ya casi daba por hecho que esa preciosa camioneta que tenía la rubia, también ya le pertenecía.

Una vez que terminaron de cenar ocurrió otra situación en que demostraba el nivel de cercanía que había logrado el vejete tener a Gabriela. Hay que hacer notar que la casada ese mismo día le había casi regalado todos sus ahorros sin sentir ni el más mínimo sentimiento de culpa o remordimiento.

Cuando la rubia le dijo a don Cipriano que se iba a preparar para ir a darse una ducha, este se fue a lavar las manos al baño, inconscientemente dejo la puerta abierta, y cuando ya estaba cerrando la llave del agua, vio aparecer a Gabriela totalmente desnuda y descalza, y como si esto fuese lo más normal de mundo se sentó en el WC y simplemente se puso a orinar no importándole que el horrendo mecánico la estuviera mirando a menos de un metro y con cara de caliente.

Don Cipriano la miraba encantado, que preciosa se veía su mujer meando desnuda y sentada en el excusado, a la vez que mientras ella continuaba soltando sus chorros dorados tarareaba una canción revisándose sus bien cuidadas uñas, y para rematarla en el momento en que ella ya había terminado de mear la vio alzar sus curvas para quedar semi levantada y con sus poderosas piernas semi flectadas, para luego sacar un trozo de papel higiénico y meter su manos por al medio de sus muslos en donde se limpió su vagina de los restos de líquidos que la ensuciaban…

Una vez que termino aquel endiablado y enloquecedor ritual que sucedió al interior del baño, la casada simplemente desecho el papel higiénico y tiro la cadena, el vejete continuaba mirándola como hipnotizado, la dulce voz de Gabriela lo sacaron de su rico y morboso trance en que aún lo mantenía su mujer,

--Don…usted se bañara conmigo o me esperara en la habitación?...

El mecánico saliendo de aquel desquiciante estado solamente se la quedó mirando, la tenía de frente y al desnudo, se había tomado sus rubios cabellos con una traba para proceder a ducharse, y ya no aguantando más, se abalanzo sobre su cuerpo agarrándola con sus manazas de sus bien marcadas caderas para estrecharla junto a su panza y hacia su ancho pecho, a la vez que volvía a decretar para sus adentros que todas esas carnes llena de curvas que invitaban al desenfreno eran solamente para él y de nadie más,

--Que rica te veías meando mamitaaa!… aun así te veías como toda una Reina!!…, le decía el vejete con una desesperada calentura en que lo había dejado su Gaby…

--Ayyyy Donnn!, jijiji, si no es para tanto!!… discúlpeme si lo he importunado…no debí hacerlo delante de Usted,…

--No hay nada que disculpar lindura…me gustó mucho verte en esas condiciones…, le decía mirándola a sus labios como si se la quisiera comer…

--De verdad que le gusto verme haciéndolo?, le consultaba la casada a quien su respiración ya se le comenzaba a acelerar…

--Si putita…de verdad que me ha encantado y me gustaría mucho volver a mirarte cuando estas meando, como también me gustaría volver al parque para ver cómo le andas ofreciendo el culo y la zorra a cualquier miserable que se cruce por tu camino, diciéndole esto último el vejete comenzó a devorársela por la boca sobándola desde su espalda, pasando por sus marcadas caderas y llegar hasta sus suaves y pronunciadas nalgotas, lo hacía una y otra vez, le encantaba sentir las suaves y diabólicas curvas de su mujer.

--Ohhhh Donnn!... qué manera de besarme!!… claro que me puede mirar haciéndolo todas las veces que usted quiera…, le dijo la rubia una vez que se separaron del atracón,

--A cuál de las dos te refieres reinita!!??, el vejete ya se estaba comenzando a calentar por el tono de la conversación…

--Me refiero a las dos… jijiji, a lo que me acaba de ver haciendo y a lo que sucedió hoy en el parque, siempre y cuando Ud. No me deje sola, a la rubia ya casi le gustaba andar calentando y parando vergas, solo era que ella aún no lo sabía muy bien, --Deje darme una ducha y espéreme acostado…veré que le puedo hacer para que duerma tranquilito y como un rey, jijiji…

--Ok mi Diosa… pero apúrate… mira que ya estoy casi desesperado por meterte la verga, jejeje…

--Ay mi Don!… todavía estoy un poco adolorida como le dije antes, pero creo que aún me la puedo para que lo hagamos una vez más… vaya a la cama y acuéstese que yo me ducho y me voy corriendo a acostarme con Ud.

Gabriela salió del baño vestida con un diminuto pijamas blanco y medio brillante, este más parecía un corto vestido tipo minifalda que una camisa de dormir, el viejo quien la esperaba desnudo y sobre acostado en la cama matrimonial la vio llegar imponente con su pelo suelto y recién lavado, el fresco aroma a cremas corporales y lociones femeninas se le impregnaron en sus fosas nasales, miraba fascinado como en esos momentos su hembra se arreglaba sus cabellos antes de pasar a la cama.

La rubia mientras se miraba en forma femenina y vanidosa frente al espejo le dijo al vejete de lo bien que lo había pasado aquel día con él, y que lo echaría mucho de menos cuando estos días pasaran y ella tuviera que volver a su aburrida vida de casada junto a su marido, y en el momento en que giro su cuerpo para dirigirse a la cama y acostarse junto a él, le vio como a este le corrían las babas por la cara a la vez que escuchaba sus ronquidos de oso, el mecánico se había quedado dormido.

Ella solamente sonrió con dulzura y lo cubrió, para luego una vez que apago la luz de la habitación procedió a acostarse junto a él adosándose a su grasienta y peluda panza, a los pocos minutos ella también dormía abrazada y en los brazos de don Cipriano con uno de sus suaves y tibios muslos cubriéndole la verga, como si ella la estuviera protegiendo de que nada le sucediera.

En fin, los amantes se durmieron abrazados como si de verdad ellos ya fueran un feliz matrimonio, pero a mitad de la noche como comúnmente sucede en la vida matrimonial el vejete se despertó con su verga dura como el acero, estiro su mano hacia el velador y encendió la luz, puso atención en la fotografía que adornaba el mueble justo al lado de la lamparita, era un retrato matrimonial de Gabriela y Cesar, en aquella foto la rubia se veía feliz, muy feliz. Unos profundos celos se apoderaron de su temperamento, ni siquiera al haberla visto en aquella tarde en pelotas y ofreciéndose a un mendigo le causo tal sensación, y declarando finalmente que aquella hembra que aparecía de medio cuerpo y vestida de blanco en esa maldita fotografía solo le pertenecía a él, como pudo echo las ropas de cama hacia atrás y se propuso a cogérsela con rabia.

Gabriela se despertó asustada, el viejo se le había echado sobre su cuerpo con la ferocidad de un verdadero a****l, media adormilada y media sonriente capto que el vejete quería cogérsela, y ella no estaba para nadar negándole nada, ya que el viejo como un energúmeno se abalanzo sobre su acalorado y complaciente cuerpo, la situación y al tener la imagen de su Diosa vestida de blanco y recién casada con su marido lo calentaban y enardecían hasta la locura, metió sus dos manazas por los desnudos hombros de Gabriela, y se propuso a pegarle una buena follada para que tuviera bien en claro quién era su verdadero macho.

Como pudo le destrozo su femenina prenda de dormir, igual suerte corrieron sus albos y diminutos calzoncitos blancos, la hembra no se había puesto sostén así que en menos de medio minuto, el vejete ya la tenía como a él le gustaba, encueradita y en su cama de casada.

--Ahora sí que tendrás una buena vergota de verdad reinita… la deseas?, le consultaba el vejete entre besuqueos y lamidas en su cuello, a la recién despertada rubia.

--Si mi Donnnn!… Usted sabe que si!!!, Exclamaba la casada cuando sintió la gruesa punta del amoratado cipote acomodarse a la entrada de su reducto íntimo.

El viejo no quería preámbulos, simplemente le apunto en su ranura y se lo dejo ir de una y limpiamente…

--Pues si tanto te gusta…ahí te va nalgonaaaa… Tomaaaaa!!!!

Don Cipriano totalmente enardecido y concentrado en la fotografía nupcial de ella y Cesar empujo con fuerzas metiéndosela lo más adentro que pudo, el hermoso rostro de Gabriela casi se desfiguro por el inmenso placer que sentía al notar nuevamente su vientre invadido y lleno de tanta carne caliente y palpitante, supo al instante que la tan esperada culeada que había deseado en aquella tarde y en aquel parque en donde casi se la mete un indigente, sumado a que con solo recordar lo que por su mente había pasado fugazmente en aquel momento terminaron con casi hacerla desmayarse de una inmensa calentura jamás sentida desde que conoció al mecánico, quien ya se había comenzado a mover pegándole una envestidas como nunca antes le había dado.

A Gabriela le encantaba estar culiando en su dormitorio de casada y con don Cipriano, se sentía como una verdadera mujer, como una verdadera perra caliente, o como una autentica y degenerada puta que se saciaba y se satisfacía carnalmente con el hombre por el cual ella ya deseaba cambiar a su marido solo porque este se gastaba esa verga gruesa y más grande… y aún más poderosa que la de su cónyuge, y porque también la culeaba mucho más rico.

--Ahggggggghhhhh!!…, que rica panocha tienes rubia estupidaaa!!!…, le decía el mecánico asestándole rítmicas e interminables estocadas de carne,

--Ohhhhh… Donnn su verga también está muy buenaaaaa!!!!, le decía la rubia mientras recibía una buenas raciones de tranca vergal, --Es tan gruesaaa… tan largaaaaa…Ahhhhhh!!! Tan caliente y palpitanteeeee… Ohhhh Diosssss!!!, no deje de nunca de metérmela y de moverse Donnnnn!!!! Metamelaaaa! Metamelaaa!!! Metamelaaaa bien adentroooooo!!!!!!…

--Te gusta zorraaaa?, Te gusta que te den una buena follada en la misma cama que me duermes con tu marido? , ahora el vejete se movía en forma más acelerada que antes, de reojo miraba el retrato que estaba en el mueble y a un lado de la cama.

--Me encantaaaaa!!… me encanta que me culieee en cama matrimonial donnnn… incluso me gusta desde la primera vez que me lo hiso aquiii!!!! Ohhhhhh que ricooooo me la mete Donnnnn!!!!!, Deme massssss… deme masssssssss!!! Lo quiero fuerte y firmeeee Donnnnnn!!!!!

Ambos amantes se follaban, culiaban, y se movían como desesperados, sentían como la cama en la que se estaban apareando crujiera al son de sus movimientos y ellos se esmeraban porque esta se meciera aún más rápido, la cacha era espectacular.

La casada escuchaba los chapoteos de fluidos vaginales cuando la verga del viejo entraba y salía de su zorra, la rubia estaba tan caliente que solo se dejaba llevar por las fieras embestidas que le propinaba el feroz mecánico a la vez que ella le devolvía las aserruchadas meneando sus caderas hacia adelante por cada apuntalada de verga que le pegaban, como así mismo se lo agradecía abriéndose de muslos lo que más le permitían sus músculos, se imaginaba que ella así mismo se abriría de patas cuando estuviera pariendo el hijo de don Cipriano.

La feroz cogida continuaba en su mejor momento, el mecánico le introducía la verga como loco a su caliente casada, se lo sacaba y metía en forma acelerada, prácticamente la estaba apuñalando con tanta carne dura y caliente.

Mientras los resortes de la cama se estiraban y se encogían, subían y bajaban rechinando desquiciadamente, Gabriela gritaba como si verdad se la estuvieran violando, aleonada de saberse a sus anchas y asolas en su departamento, solo eran ella y el, a la vez que a fuertes alaridos de placer y ya sintiendo que se avecinaba el momento de la gloria animaba a su viejo que le siguiera matando con su verga,

--Esoooo!…. Así mi mecanicooooo!!…Mmmmmm!!!… Métamela… Métamela hasta el fondoooo!!! Ohhhh Diossss!!!… creo que me vieneee Donnnn!!!

Gabriela sentía como su vagina se le estaba derritiendo en sus propios líquidos hirvientes que ella misma producía desde el interior de su afiebrada concha, con esa gruesa verga que la taladraba sin misericordia, ya casi estaba perdiendo la razón de tanta calentura, prácticamente estaba poseída por un desenfrenado éxtasis en el cual la mantenía don Cipriano, este por su parte también sentía que su verga se hundía cada vez más en un mar de agua caliente que existía al interior del mojado y acuoso coño de su casada, por lo tanto la hembra ahora sentía que casi la estaban matando a vergazo limpio.

--Te gusta cómo te meto la verga puta mal paridaaaaa!!…le preguntaba el mecánico con toda su grasienta piel mojada debido a la traspiración,

--Siiiiiiii…Ohhhh Diossss… diosssss!! Que bien me la mete Donnnnn!!!

--Jajajaja!!…y te gusto mostrarle la zorra a ese asqueroso pordioserooo!!??, el vejete ahora la bombeaba más rápidamente…

Gabriela con solo recordar que ella esa misma tarde había estado masturbándose desnuda ante los ojos de don Cipriano y a los de un perfecto desconocido, y reconociendo que hubo un momento en que tubo los desequilibrados deseos de dejarse coger para aquel nauseabundo ser, sintió como si de verdad la noquearan de tanto placer, todo su cuerpo se comenzó a contorsionar como si realmente estuviera sufriendo un severo ataque de epilepsia, saltaba y se contorsionaba de la misma forma en que lo hacia la nena de la película El Exorcista cuando estaba poseída por el demonio, por lo que contesto a lo que le habían preguntado,

--Siiiiiii Donnnnnn… me gusto mostrarle la zorraaaa a ese pobre infelizzzz!!!!!

--Jajajajaja… que putaaaaa que es Ud. Señora Guillennnnnn…!!! Y dimeeee… te hubieses puesto a culiarrrr con el… hubieses sido su mujerrrrrrrr!!!????, el mecánico accionaba con fuerzas desmedidas sobre el afiebrado cuerpo de la casada, ella por su parte solo pensaba y se calentaba aun más con todo lo que le preguntaba su Don, hasta que por fin le contesto guiada por la lujuria,

--Siiiii… neneeeee… me hubiera dejadoooo… hubiese sido la mujer de ese asqueroso tipooo… pero solo si Udddd me lo hubiera pedidooooo…Ohhhhh Diosssss…Diossssss!!!!, Gabriela no se podía contener, ya que en su respuesta iba algo de verdad, y también algo de mentira, hasta que ensimismada en toda esta última conversación, de sus pulmones salió su respiración agitada y con un continuo gimoteo de como si de verdad estuviese llorando de tanto placer, Gabriela se sentía en un lujurioso paraíso en donde solo existía ella y la verga de su Don, y que por sus narices y boca revoloteaba la hedionda vergota que ella había visto aquella tarde. Sus carnes, sus curvas y todo lo de ella se movían convulsiva y rítmicamente, sintiendo desde ya el comienzo de lo que sería un endemoniado y pornográfico orgasmo.

El viejo que aún se mantenía clavándola y espoloneandola hasta el cansancio se dio cuenta de la lamentable condición sexual y emocional en que tenía a la rubia, sentía en su propia verga como la vagina de Gaby palpitaba de calentura, apretándosela y succionándole la verga como si verdaderamente se la quisiera tragar por la zorra, y en el momento en que ya le iba a soltar una tanda de peladeces, la sudada y caliente casada ya no aguanto más, sencillamente exploto de tanta excitación acumulada en aquella ardiente tarde, por lo que comenzó a gritar como despavorida,

--Ohhhhhh Diossssss…! Me vengoo!! Me vengoooo!!! Me vengooooooo!... me estoy yendo cortadaaaaaaa Donnnnnnnnnn!!!!! Me corroooooooooooooo!!!!!, fue lo último que grito cuando sintió que su cuerpo se desintegraba desde su misma concha y que la volaban en mil pedazos.

El vejete quien estaba sulfurado viendo como su mujer se orgasmeaba moviéndose y culiandose ella sola contra su verga, y advirtiendo en el mismo momento en que a Gaby se le comenzaban a poner los ojos en blanco, sintió como la casada le soltaba por el coño un verdadero tsunami de líquidos y jugos calientes que le bañaban la verga en forma exquisita, por lo que se dio a animarla a que siguiera

--Mueveteeee rubiaaaaa!!… ensártate en mi verga y córrete todo lo que quierasss!!!, jajajaja!!!...eres mi perraaaaa!!, mi puta exclusivaaaaaa!!!, una verdadera yegua caliente hecha solo para mí y para hacer todas las guarradas que yo te digaaaa… jajajajaja!!!!!, la casada seguía gimiendo,

--Ahhhhhhh!!!!!!… ahhhhhh!!!!!…ahhhh!!!!…Mmmmm!!!…ahhhhhh!!, Uyyyy!, gimió por cada punteada que ella misma se pegó contra la estaca que le metían a medida que sus ardientes revoluciones iban bajando de intensidad, hasta que se quedó quieta y con una sonrisa de hembra saciada carnalmente, solo sintiendo como don Cipriano seguía moviéndose y revolviendo su verga al interior de su cuerpo.

El viejo cuando vio la cándida carita de la casada ya en su estado natural, le consulto,

--Te gusto nalgona!?, jajaja!, ahora el vejete se movía en forma más lenta y acompasada pero aun sintiendo su verga envuelta en las tibias y acogedoras carnes interiores de Gabriela…

--Si mi Bebe!… Usted me lo hace tan rico que a veces me desesperooo!… Ohhhh! Diossss!! …que rica se la siento todavía Donnn!!, le dijo cuándo el vejete le dio un fuerte empujón un poco más profundo de lo que les estaba dando al haber escuchado que ella lo trataba como su “Bebe”, a la vez que la casada le solicitaba, --Quiero que eyacule en mi bocaaaa!!… Le pidió de la misma forma en que una gatita maúlla por su lechita.

El viejo a quien la perturbadora solicitud que le hacía su hembra le sentó sabrosamente tentadora, lentamente fue sacando su herramienta carnal de la dorada cueva de amor de Gaby, pensó que si ella se quería comer todo su semen, por su parte no había ningún problema, solo le pondría un pequeño obstáculo.

Como pudo fue acercándose a la boca de su mujer con ambas rodillas puestas en cada costado del portentoso y curvilíneo cuerpazo de la rubia con su verga bien parada y goteando gruesas cantidades de mocos, ella por su parte miraba ese varonil garrote bamboleante, se sentía enamorada de su grosor y de las llamativas rugosidades venosas que este tenía, que hasta ya se relamía los labios por volver a degustar ese delicioso y fuerte sabor a verga salada y mal oliente.

Cuando don Cipriano ya casi llegaba a la dulce boquita de su Gabriela, casualmente se topó con ese par de majestuosas montañas de carnes duras y bien paradas que la casada tenía por tetas, no se aguantó las ganas de posar su herramienta en la juntura de aquellas esponjosas chichotas que parecían estar esperándolo, unos tremendos deseos de pegarse una exquisita paja rusa con aquellas tetas de ensueño se apoderaron de su mente y de su verga.

Una vez que el mecánico lo decidió comenzó a pasear su gruesa tranca de carne por todos los contornos de los duros senos de su Diosa iba dejando un notorio rastro de líquidos espesos y semitransparentes en ellos, para luego con su pulsante glande dibujar enloquecedores círculos alrededor de sus tiernos pezones rosados que a pesar de ser chiquititos estos se habían hinchado y endurecido como nunca antes los cuales también fueron sobados por la pulsante cabeza de la caliente tranca carnal.

Una vez que el obeso mecánico ya estuvo saciado de sentir en su verga tanta suavidad de carnes esponjosas en las fabulosas tetazas que se gastaba la rubia, ubico su larga herramienta de carne justo al medio de los duros melones de Gabriela, y fue ella solita quien comenzó con sus propias manitas a estrujarse y amasar sus chichotas apretando y apresando la gruesa vergota del mecánico comenzando a propinarle una sabrosa paja rusa, el viejo se sentía nuevamente en el mismísimo cielo,

--Así putita… aprieta tus chichotas contra mi verga!…, le decía a la vez que se aferraba con sus manos al respaldo de la cama para poder mantenerse de mejor forma antes los fenomenales globos de carne que en esos momentos su mujer se los amasaba contra su tranca.

--Le gusta…?, le consultaba la rubia que desde el sector de las blancas almohadas solo le veía claramente su gran panza cervecera. Se la veía peluda y canosa, como así mismo también se daba cuenta que el aceitoso glande azulado de la verga que ella estaba masajeando con sus tetas ya casi le llegaba a la altura de su boquita, por lo que no esperando respuesta solo abrió sus mandíbulas para recibirlo y despacharlo por cada movimiento que el vejete hacía al mismo compas en que ella se la apretaba con sus chichotas.

--Ohhhh que rico me pajeas la verga con tus tetas culonaaaa!!, hazlo más rápido!!… muévelas más rico!!!… apriétalas con más fuerzas!!!…, le decía el desesperado viejo a la misma vez en que la veía a ella con su boca abierta y con la lengüita afuera esperando verga o semen caliente, o lo que fuera de lo que el mecánico le quisiera dar, --Así pendejaaa!!…ohhhh…massss…masssss!!!! Apretújalas masssss!!!!, solicitaba el enloquecido y lujurioso vejete disfrutando al máximo de las suaves y brillosas tetas de Gaby.

Ella, al mismo tiempo que le oprimía su herramienta con sus grandes chichotas se esforzaba también por cazar la punta de esta, por cada vez que se le acercaba a su boca le daba rápidas succiones y lamidas casi como una desesperada, y en el momento en que ella iba a volver a demandar la descarga de mocos al interior de su boca, vio como el viejo enarcaba su espalda inclinando su pronunciada panza más hacia adelante que antes a la vez que con una mano apretaba su verga para contener los lecherazos, con la otra mano rápidamente tomo la fotografía de la casada para ponerla a modo de plato delante de su verga,

--Ponte en 4 patas zorraaaaaaaaa!!!!!, le gruño con su cara descongestionada por la calentura…

Gaby rápidamente y sin saber muy bien que era lo que se le había ocurrido a su mecánico, adopto la posición de perra, vio que este ponía la fotografía de ella y de Cesar justo delante de su cara y de sus azules ojos, para luego escuchar la aguardentosa vos del vejete como le ponía en conocimiento de lo que iba a suceder, Gabriela aunque ya vislumbrándolo espero a que le dieran las ordenes, sus ojos brillaban a la espera de que el vejete acabara y vertiera su semen en su fotografía de casada.

--Mira nalgonaaaa donde te lo voy a hecharrrrr!!! Arrrrrrrrgggghhhhhhh!!!!, rugió el mecánico cuando sintió que por los conductos de su verga corrían raudales de semen espeso y caliente para salir expulsados desde la punta de esta…

Gabriela miro a centímetros de sus ojos cuantiosas descargas de semen blanco y espeso que se derramaban sobre el vidrio de su fotografía matrimonial, vio que sobre todo tapaban la cara de Cesar, igual suerte corrió una buena parte de su misma imagen, las expulsiones del condensado fluido reproductivo seguían impactando e inundando la fotografía, la rubia en forma deseosa y hambrienta veía todo ese anegamiento de fuertes y aromáticos olores a macho taurino.

Hasta que por fin los ríos del caliente y empalagoso líquido que salieron expulsados desde los testículos de don Cipriano comenzaron a menguar, estos había cubierto en su totalidad la conyugal imagen que en otros tiempos tantos lindos recuerdos habían significado para ella.

La casada finalmente vio como un grueso cordón blanco de semen unía la fotografía que hacía de vianda con la gruesa verga del vejete, sin pensarlo la rubia le puso una deleitosa mamada en donde con su lengua le dejo la verga totalmente limpia, mientras el vejete dejaba sobre la cama la pegajosa fotografía, la perdida casada luego de mirarlo y arreglar sus rubios cabellos, simplemente bajo con su cabeza hasta el improvisado porongo y se dio a lamer y sorber con sus labios la cuantiosa cantidad de prolíficos mocos que el viejo le había servido en el mejor de los platos.

Gabriela puesta en 4 patas y con su culo bien levantado lengüeteaba y absorbía todo lo que podía,

--Srrrrrrppppppp...! Srppppppppp…!! Srrrrrrppppppppp…!!!, se escuchaba en el silencio de la habitación mientras, mientras don Cipriano ya nuevamente recostado en el lado de Cesar veía como la rubia se encargaba de lamer, sorber, comer y tragar todo el semen derramado por él, la siguió lamiendo hasta que cuando vio que ya queda muy poca de la sustancia masculina tomo la fotografía con sus dos manitas e hincada en su cama termino dándole salivosos lametones con la única intención de que nada de lo depositado por su Don se perdiera en el retrato, una vez que termino lo dejo caer a un lado de la cama, apago la luz de la recamara y se abrazó al cuerpo de su macho, ni le importo si esta se quebraba.

El vejete se levantó muy temprano aquel día, vio cómo su Diosa aun dormía en un apacible sueño, era tan angelical su carita al verla durmiendo que le dieron unas tremendas ganas de sacar su verga y pasársela por la cara para darle nuevamente otra abundante ración de semen a modo de desayuno, pero desecho la idea ya que sabía que si lo hacía terminarían follando quizás hasta que hora, y sabía que don Pedro su hermano lo estaba esperando para ver un problema que tenía con el motor de un juego de la feria, sin nada más que esperar tomo el juego de llaves de la camioneta y la otra llave del departamento que Gabriela le había dado exclusivamente para él y se fue.

Don Pedro a esas horas de la mañana estaba metido entre los gruesos fierros de la montaña rusa, sudaba como un verdadero caballo, y se encontraba todo engrasado y ennegrecido a causa de aquel maldito motor que se negaba a funcionar, por cada intento que él hacía en echarlo a andar este solo duraba algunos segundos y luego se paraba…

--Pinche motor de mierda!!!…y justo que hoy era mi día libre!!!!, se decía y maldecía para él solo y pensando en la potente pendeja que pretendía ir a follarse una vez en que se quedara desocupado, como también pensaba en que ya casi le tenía una solución al problema económico en que estaba pasando su hermano.

Don Pedro no tenía ni la menor idea de que don Cipriano ya casi tenía zanjado el asunto con don Felipe.

En eso estaba cuando vio que por detrás de la mansión siniestra aparecía una moderna camioneta 4x4,

--Jajajaja!! Como esta ese motor pendejo!!!… de seguro que no lo arreglas hasta que no se te aparezca la mismita virgen María y te haga un milagro jajajaja!!!!, se burlaba don Cipriano a modo de saludo y ya bajando su caja de herramientas desde la camioneta de Gabriela…

--Pus para que sepas que ya lo tengo casi listito… solo falta ajustarle un par de cables y ya estará en condiciones pinche Cipriano, jajajaja!!!! Y como están las putas!!!???

--Ufffff…mejor ni te cuento hijo de puta… ya habrá tiempo para eso…mejor veamos ese motor, jejeje!!!…

Los hermanos estuvieron casi 4 horas trabajando en el endemoniado motor de la montaña rusa, maldiciendo e insultándose uno al otro tal como lo hacían desde que eran chamacos, hasta que una vez que lo pudieron reparar, no dudaron en irse a beber unas cervezas a la casa de don Pedro…

--Y de quien ese esa camioneta en la que te andas paseando pendejo!?, le consulto don Pedro a su hermano,

--Jejejje…es de una clienta, solamente se la tome prestada, jejejeje, don Cipriano pensaba que aún no era el momento de confirmar a su hermano de la suculenta hembra casada que se estaba follando, hace algún tiempo se lo había comentado, pero se lo diría cuando la mujer que él había escogido como su puta exclusiva ya estuviera viviendo con el…

--Jajajaja… no te creo!!… pero me da lo mismo hijo de puta!… y dime…has pensado como le pagaras la deuda a Felipe!? En el momento en que don Cipriano le iba a contestar a su hermano que para esa misma tarde dejaría solucionado el asunto fue sorprendido por don Pedro, por lo que prefirió seguir escuchando lo que este le decía, --Porque creo que yo te tengo una buena solución para salir del embrollo, jejeje…

Don Cipriano que seguía escuchando atentamente lo que le decía su hermano, solo pudo contestarle…

--No mames cabron de mierdaaa!!...y que se te ha ocurridoooo!?

--Pus escúchame bien hijo de la grandísima… tú sabes lo caliente que es Felipe para sus cosas…, y que también es muy parecido a nosotros, pero el anda metido en asuntos un poco más oscuros que los nuestros, por lo tanto tiene que saber cuidar su posición…estoy seguro que no es tanto por el dinero…

--Daaaaa!!!…todas esas mamadas ya me las sé de memoria hijo de puta… no me hagas perder mi tiempo con tus pendejadas, jajaja!!!!

--Escúchame pedazo de idiota que aún no termino!!… recuerdas que te conté de una pendeja que me encontré hace un tiempo!?

--Siii, y que hay con la pendeja esa!?…

--Pues cuando la veas con tus propios ojos te darás cuenta a lo que me refiero…el caso es que pretendo convertirla en puta…, pero no en una puta cualquiera…ella no es así… no es una callejera…pero tiene un cuerpazo de infarto carnal… tiene unos ojos verdes intensos y un culo que está hecho por un verdadero escultor…además que tiene recién 18 añitos recién cumplidos…jejeje que me dices mecánico de la gran puta, jajajaja!!!!

--No mames pendejooo!!…y ya la has probado!?, Dime como se llama pedazo de idiotaaa!!??, preguntaba don Cipriano ya con con su respiración acelerada al notar la dirección de tan calentona conversación,

--Pus claro que la he probado un par de veces… se llama Evelin…! e incluso la primera vez me la viole fue en tu mismísimo taller hijo de puta…jajajaja!!! Como te queda el ojo pendejoooo!!!..., y eso no es todo Ciprianito, don Pedro destapo otras dos coronas ofreciéndole una a su hermano y para el seguir narrándole cuál era su idea para ayudarlo, --Ella tiene una amiga… de la misma edad… es rubia y esta tan buenota como la misma Evelin, pero esta creo que es más putilla para sus cosas, la idea es que pienso en convertirlas en mis rameras a las dos juntas, con esos tremendos cuerpazos que se gastan me forrare en dinero, jajajaja!!!!

--Y cuál es la idea!?... esperar a que ellas culien por 6 meses seguidos hasta que tú me hagas el dinero!?, jajajaja!!!

Don Pedro miro a su hermano con la misma risa burlona que ambos habían heredado de su padre, para luego sacar su cámara digital y mostrarle unas fotos que él les había tomado escondido la vez en que fue a buscar a Evelin a la salida de su colegio,

--Mira esas fotos pendejo… que me dices!??, a Don Cipriano casi se le salieron los ojos a la vez que empezaba a babear de calentura a medida que iba corriendo las imágenes, esas hembras que estaba viendo realmente eran de concurso!!!, si estaban tan rebuenotas hasta como su misma Gabriela, se decía para sus adentros, y ya masajeándose la verga le contesto a su hermano…

--Estas pendejas están hechas para llenarlas de vergaaa cabron de mierdaaa!!!..., y dime entonces cuál es tu idea viejo caliente! Hijo de la grandísima putaaa!!! Le consultaba su hermano sin dejar de agrandar y correr las imágenes de Evelin y Claudia…

--Pues hoy mismo iré a ver al negro Felipe… le pediré un poco más de plazo y se las ofreceré por toda una noche, así tu saldas tu deuda, y yo las hago debutar como putas profesionales, que te parece pendejo, no es un precio justo para que te libere de la deuda… jajajaja!!!

--Pero qué clase de culo se gasta esa pendejaaaa??!! La tal Evelinnn!!!, decía don Cipriano sin poder quitar su caliente mirada de la pantalla de la cámara de don Pedro… --Y la rubita esa… tiene una linda cara de viciosa… muy parecida a la de mi Gab…, don Cipriano se calló en el acto, no le convenía mencionar a su hembra, ya que conociendo el nivel de calentura de su hermano seguro que este iba a querer hacer algún intercambio de hembras, y él no estaba dispuesto a compartir a su Gabriela con nadie, eso sí que ya soñaba con pegarles una probadita a ese par de putillas…

--Muy parecida a quien pendejooo!!??, consulto el vivaz de don Pedro…

--A nadie pinche Pedrooo!!!, me refería a que la rubia esa se gasta un cuerpazo de infartooo!!!... Eres un genio Pedro… seguro que el caliente del Felipe aceptará en el acto apenas vea a semejantes pendejas… te felicitooo!!…

--Jajajaja!!! Me crees un imbécil pendejooo!!!!... algo me estas escondiendo desde hace rato, pero no me importa… estoy bastante ocupado con estas pendejas y no tengo tiempo para tus idioteces, jajajaja!!!!!

Ya eran casi las 4 de la tarde, y una vez en que ambos hermanos bebieron cervezas a destajo, cerraron el acuerdo que harían con el negro Felipe. Se despidieron con sendos abrazos y palmoteándose las espaldas, don Pedro quedo de avisarle a Cipriano la fecha en que acordarían el debut de sus pendejas, para que el fuera testigo que la deuda con don Felipe quedaría saldada.

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Don Cipriano ya estaba estacionando la camioneta de su casada en el estacionamiento del edificio y aun pensaba en aquellos formidables cuerpazos que le había mostrado su hermano, pero una vez que entro al departamento del matrimonio Guillen, todas esas imágenes pecaminosas de culos bien paraditos y de ombliguitos con piercing, se esfumaron casi en el acto.

La rubia ya se había arreglado para la reunión de esa tarde con el chango y María, había alisado y planchado su dorado cabello dejándoselo caer hacia un lado de su cara, como también su cutis lo había maquillado finamente y en forma exquisita, se puso un ajustado vestido color crema que se entallaba a su cuerpo haciendo marcar y resaltar todas sus infartantes curvas de hembra femeninamente bien formada, con unos zapatos con taco alto que le elevaban el culo hacia los cielos dando la impresión que en cualquier momento harían reventar aquel endiablado vestido cremoso, y que para rematarla lo había hecho combinar enfundando sus piernas con medias transparentes que daban ganas de lanzarse a ellas y comérselas a mordiscos, la imagen de ver a aquella soberbia e imponente hembra rubia y en esas condiciones eran aterradoramente alucinantes.

Don Cipriano venia llegando todo sudado y engrasado y con un fuerte aliento a cerveza y tabaco, ya que había estado bebiendo con su hermano por casi toda la tarde, pero en el momento en que su mujer lo saludo con un fresco beso con sabor a crema dental, ella lo encontró que así tal como estaba el vejete estaba perfecto y que no había que cambiarle nada, lo veía tal cual como ella lo conoció y como le había gustado. La pobre ya casi ni se acordaba que su primeras reacciones al conocerlo habían sido de asco y repulsión.

--Como esta mi mecánico favorito…le saludo en forma mimosa y coqueta, después de separarse del beso en la boca que le planto cuando le salió a recibir,

--Jejeje…bien culonaaa! Un poco cansado pero bien!!… sírveme una cerveza, le solicito a la vez que se echaba en el sillón.

Gabriela camino hacia la cocina a buscarle la cerveza a su macho, el viejo la veía fascinado, la rubia caminaba casi poniendo una pierna delante de la otra por lo ajustado de su vestido, don Cipriano ya se había comenzado a calentar, y era justamente eso mismo lo que buscaba la rubia, calentarlo y mantenerlo bien caliente, para que ya en la noche el vejete estuviera casi desesperado por cogérsela, y así ella lo pasaría tan rico como la noche anterior.

El viejo una vez que se lavó la cara y las manos se fue a poner ropa para la ocasión, la casada quien lo acompañaba sentada en la cama admirándolo se daba cuenta que desde que lo conoció el vejete andaba trayendo puestos los mismos calzoncillos, unos roídos y ya casi transparentes bóxer de color verde, en donde resaltaba una llamativa mancha amarillenta por la delantera, pero la situación no le importaba para nada, como así mismo no le importaba que el mecánico ni siquiera se había bañado desde que había llegado a su casa el día anterior.

El viejo ya se había vestido con su típico atuendo, este consistía en la misma camisa roja a cuadros visiblemente desteñida, sus viejos pantalones de mezclilla y con sus ya conocidas botas vaqueras todas desgastadas.

El chango con María llegaron puntualmente a la hora convenida, al ingresar al departamento la casada se dio cuenta que el muchacho vestía en forma normal como para la ocasión, pero María había sido un poco más selectiva a la hora de presentarse al departamento de su amiga Gabriela, si bien no había sido muy entusiasta en verse realmente buenota ya que no vendría con su novio, igual su vestimenta le hacían verse muy antojable.

Se había puesto un delicioso vestido celeste con tirantes el cual no dejaba ver mucho de sus tetas pero si el nacimiento de estas, este no era tan ajustado, pero que al caminar se le ceñía muy bien dejando adivinar al que la viese que ella poseía un cuerpo muy apetitoso, este le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, en donde en forma un poquito tímida quizás dejaba ver un poquito del nacimiento de sus muslos que ella recién a sus 19 años solamente se los había abierto por dinero en 4 oportunidades a su tío Cipriano y en dos ocasiones a Francisco su novio.

El chango quedo impactado por la divina y tentadora visión que tubo antes sus ojos cuando vio a la imponente mujer rubia que le abrió la puerta, este aún no se la creía que todo eso entre ella y su jefe realmente estuviese sucediendo, la miro de pies a cabeza, comenzando por sus exquisitas pantorrillas y muslos enfundados en medias color carne que daban la impresión que estas aumentaban su volumen, el vestido que llevaba puesto era tan ajustado que su figura se marcaba casi a la perfección resaltando cada curva que se dibujaban bajo las líneas de su figura, sabía que debajo de esto todo era carne de primera, hasta que cuando llego a la altura de aquellos intensos ojos azules, la impecable y blanca sonrisa de Gabriela le sacaron de aquel mágico estado en que estaba el pobre muchacho,

--Hola Pablo… bienvenido a mi departamento!, le saludo cándidamente, como lo era ella con todos sus conocidos…

--Hoooo…laaaa señoraaa Ga...brie...laaaa, le saludo el impactado joven mecánico…

Las mujeres se saludaron con más naturalidad y confianza, el viejo en esos momentos estaba sintonizando unas cumbias en el equipo musical, con la intención de alegrar el ambiente.

La velada se llevaba a cabo casi con normalidad, toda la conversación se centraba en anécdotas que habían sucedido en el Pie Grande desde sus inicios, la casada ya se encontraba más distendida y no se avergonzaba de que el viejo la mantuviera bien abrazada en el sillón en el cual estaban sentados muy apegados uno al otro.

La situación de los otros chamacos era muy distinta, aunque se lo estaban pasando muy bien en la íntima reunión de amigos. El chango se encontraba sentado en una de las sillas del comedor que había acercado al living, mientras María, reía y bebía cervezas sentada en un sillón lejos de donde estaba el joven, o sea en esos momentos el chango y por muy entonada que estuviera la hembra más joven tenía cero posibilidad de llegar a concretar algo con ella.

Las horas fueron pasando, y a Gabriela le preocupaba la situación de que los jóvenes estuviesen bebiendo de aquella forma ya que en algún momento se tendrían que ir, hasta que el vejete le dio la solución para que la rubia se relajara,

--Oye nalgona!!, qué tal si los chamacos mejor se quedan…no vaya a ser que les pueda pasar algo por ahí…

Al chango y a María les llamo la atención de la soez forma que el vejete se refería a Gabriela, pero quedaron aún más perturbados cuando se dieron cuenta que a la rubia no parecía afectarle, y que le contestaba con naturalidad…

--Si…creo que es lo mejor… ya que no está mi hijo María puede ocupar su habitación y Pablo se puede acomodar aquí en el sillón que es bastante grande y cómodo…

Cuando Gabriela con María se dirigieron al baño para encerrarse en este y acicalarse vanidosamente como lo hacen todas las mujeres, don Cipriano le comenzó a dar sus últimas instrucciones al nervioso muchacho que aún no creía que la fórmula de su jefe fuese a dar resultados,

--Ya estamos casi pendejo… nos tomaremos unas ultimas cervezas y yo comenzare a calentar a la culona para llevármela a la recamara, y después tú ya sabes lo que tienes que hacer…

--Pero mi jefe… nosotros estaremos aquí y no creo que la señora quiera hacerlo estando nosotros en el departamento…

--Y a ti que te preocupan esas pendejadas imbécil!…yo sé lo que hagooo!!…tu solo te deberás preocupar de mi sobrina… primero comenzare a manosear a Gabriela delante de ustedes para que la María se caliente y quiera ir a mirar cuando me la lleve a la habitación, así tu podrás hacer lo tuyo…y te juro chango…, el viejo tomo aire en forma amenazante, --Si no te culias a María hoy día mismo… olvídate del puesto que te ofrecí en el taller pendejo, el viejo mecánico quería a toda costa que el chango estuviera más o menos a su misma altura follandose a la hembra más suculenta que existía por parte de la familia de su esposa.

En eso sintieron que las mujeres ya regresaban para continuar con la velada.

Mientras María con el chango conversaban animadamente sobre los cambios que don Cipriano le había adelantado que habría en el Pie Grande, Gabriela y el viejo también estaban en lo suyo. Ellos se encontraban un poco más apartados, a la rubia se le había olvidado su estado de embarazo y también se había atrevido a beber algunas cervezas, total solo un poquito de alcohol no creía que pudieran afectar al diminuto ser que llevaba en sus entrañas, si ni siquiera aún se le notaba nada había pensado para justificar su irresponsabilidad.

Luego de unos minutos y siendo ya pasada la media noche, la velada no tenía para cuando terminar, decidieron poner música bailable más de moda, y apagaron la luz de la sala, encendiendo una lámpara que adornaba una de las esquinas del departamento dejando un ambiente semioscuro propicio para lo que allí estaba ocurriendo.

El cuarteto no se dio ni cuenta cuando ya se encontraban los 4 bailando enfrascadamente reggaetón, las hembras ya sudaban meneando sus caderas y perreando en una forma endemoniadamente calentona, pero la cosa era que así se bailaba esa diabólica música, el chango con el vejete ya estaban más que recalientes, una inmensa nube de humo cubría el cielo del departamento de Gabriela, ya que era ella solamente quien no fumaba, su amante y sus dos amigos ya casi fumaban un cigarrillo tras otro, debido a la bien que se lo estaban pasando bebiendo y bailando.

Las latas de cervezas adornaban todos los muebles del departamento de la casada, y hasta en el piso ya andaban algunas botadas y desparramando restos de cerveza en el suelo, a la rubia no le importaba nada, pensaba que tenía todo el día domingo para poner en orden su departamento, total se la estaba pasando muy bien con su macho y sus nuevos amigos, la pobre no tenía idea que Cesar ya a esas alturas estaba a solo horas para venirse a su casa y ver qué es lo que estaba sucediendo con su mujer.

De pronto el vejete ya queriendo dar inicio a la pequeña función que él pensaba darle a los jóvenes, sintonizo una emisora que se caracterizaba por tocar solamente tandas de lentos, era obvio, con esto y con lo chisporroteada en que se encontraba su hembra la calentaría hasta la locura para llevársela a la cama…

Al son de las baladas el chango con María se sentaron en el mismo sofá uno al lado del otro, no porque entre ellos existiera algún tipo de conexión ni nada parecido, simplemente solo se sentaron, fumando y bebiendo miraban como el viejo Cipriano bailaba muy apretado con Gabriela en donde ya habían comenzado a besarse en la boca en forma pausada y no tan ardiente, la casada no quería darles una mal impresión a sus invitados, como también veían que el vejete le decía cosas al oído, en donde ella a veces se mataba de la risa o simplemente apoyaba su cabeza en el pecho del hombre con sus ojos cerrados y en señal de amor.

--Como la estás pasando rubita, jejeje…, le decía el viejo mientras bailaban, y en sus perfumados oídos…

--Muy bien Don… me ha gustado mucho que Pablo y María vinieran a compartir con nosotros…

--Sí, yo le he pasado bien también, pero ya tengo ganas de cogerte… porque no nos vamos a encerrar a tu habitación para pegarnos una buena follada?, jejeje…

--Pero Donnn!, yo pensé que hoy no lo haríamos, recuerde que estamos con visitas, además que le diríamos a Pablo y María?, no los podemos dejar solos…

--Ellos en un rato más se aburrirán y se echaran a dormir…y además que lo haremos despacito…jejeje,

La rubia con solo imaginarse a ella cogiendo con su Don, y con los jóvenes escuchándolos como ellos se dedicarían a follar, y recordando también algo similar con lo sucedido el día anterior en el parque, su respiración se comenzó a alterar, como así mismo su vagina empezó con tímidas punzadas que le avisaron que si no se oponía rotundamente quizás qué tipo de estupidez volvería a cometer…

--Ayyyy!…ahora sí que no lo creo Donnn!!…con Pablo y María durmiendo a solo unos metros de donde lo estaríamos haciendo nosotros no me podría concentrar, además…

El viejo la asalto con un salivoso beso con lengua a la misma vez que la rubia ya sentía que su verga la tenía totalmente parada, y la estaba empezando a clavar muy rico. Sintió que las manazas del vejete la tenían tomada firmemente desde la cintura y parte de sus caderas ejerciendo una notoria presión hacia su cuerpo invitándola a que ella también punteara con el mientras seguían bailando el lento, pero a Gabriela le apenaba la situación de ponerse a puntear con el vejete en presencia de Pablo y María, aun así le dio en el gusto pero muy suavecito para que no se notara.

Fue María quien primero se percató de lo que estaba sucediendo entre su tío y Gabriela, ya que al darse cuenta que el chango estaba pensando en quizás que cosa mientras se fumaba un cigarro, ella le dio un disimulado codazo haciéndole señas para que mirara lo que estaba ocurriendo, el joven comenzó a temblar ya que entendió que la primera parte del plan de su jefe ya estaba puesta en ejecución.

--Vamos putita… siento como me meneas tu zorrita contra la verga…yo quiero culiar y tú quieres que te culien… vámonos a la cama de una buena vez por todas… que me dices lindura!?…

--Ay… no lo sé Donnn… ya se lo dije… no sé si pueda!…

Y en el momento en que la preocupada casada esperaba a que se terminara la canción que estaban tocando para ella poder separarse del vejete y hacer cualquier cosa para bajarle la temperatura, y para bajársela a ella misma también ocurrió lo inesperado.

Los sones de la canción comenzaron mágicos y románticos para la rubia, en forma desesperada se aferró al pecho del vejete quien se sorprendió ante la extraña reacción de su nalgona. A los perfumados oídos de Gabriela sonó “Once upon a december”, canción que le encantaba y que mejor oportunidad que esta para disfrutarla al son y al ritmo de las punteadas que en esos momentos le clavaba en la concha el hombre que era su verdadero macho. El viejo se dio cuenta que su hembra ya estaba a punto de capitular.

La casada pensaba que en todo este tiempo había estado equivocada, esa canción no era la de Cesar y ella, lejanos ya eran los días en que ambos decían que era su canción, desde este día la rubia declaraba que esta pasaba a ser la canción de ella y de su Don, y para hacerlo más mágico y aún más romántico, comenzó a refregarse más notoriamente en la abultada y dura protuberancia de carne que el viejo escondía debajo de sus pantalones.

Cuando la canción “Once upon a december”, ya estaba casi por terminar la caliente mujer creyó que moriría de amor en cualquier momento y que mejor que sellar aquel idílico estado en cual se encontraba concediéndole a su macho lo que él le estaba pidiendo. Ya lo había decidido, se iría a acostar para ponerse a culiar con él no importándole que en su mismo departamento estuvieran otras personas y que la escucharan y sintieran como ella estaría culiando con su macho,

--Vamos a acostarnos Donnn!, le dijo armoniosamente con sus labios muy apegados a la oreja del mecánico que estaba llena de pelos canosos y enmarañados.

--Jejejeje… de verdad ricura!?, pero te advierto que te meteré la verga, jejeje…, le contesto el vejete también muy cerca de su oído causándole a la casada que se le pararan todos los pelitos de su cuerpo.

--Hágame lo que Usted quiera…pero que sea despacito para que Pablo y María no nos vallan a escuchar, le respondió con una sonrisa de viciosilla…

--Descuida culona… no se darán cuenta de nadita, jejeje…, y así mientras al son de “Once upon a december”, que ya se estaba terminando la caliente pareja entre besuqueos, punteadas y manoseadas por parte del vejete se fueron retirando hacia la habitación matrimonial. Ni siquiera les dijeron nada a sus invitados.

Minutos antes de lo que estaba sucediendo entre don Cipriano y Gabriela, mientras el chango ya disimuladamente también se refregaba su verga al estar viendo aquel calentón espectáculo que le estaba dando la señora casada y madre de familia, también se percató que María ya había juntado sus muslos y que también los movía muy despacito, pero los movía.

Ambos fueron testigos de cómo Gabriela con el vejete se pegaron el refregón de sus vidas al son de una romántica canción, para luego observar como el vejete se la llevaba a la cama con sus dos manazas clavadas en el respingado culo de tan hermosa y notable pedazo de hembra, hasta que los vieron desaparecer.

--Y que hacemos ahora!?..., le consulto María al chango sin saber qué hacer,

--Pus no se…supongo que ellos se van a poner a hacerlo…

--Uffff… todavía me cuesta creerlo…convídame un cigarro…estoy muy nerviosa…, le solicito la semi excitada chica a su amigo.

El chango mientras el mismo le encendía el cigarrillo a la nena tan nervioso y caliente como ella noto lo agitada de la respiración de la chamaca, pero estimo que aún era demasiado pronto como para abordarla tal como le había dicho su jefe.

Mientras esperaban en la semioscuridad el muchacho disimuladamente miraba sus apetitosos muslos, María no se daba cuenta de esto ya que ella estaba más preocupada de lo que podría estar ocurriendo en la habitación de Gabriela a que como la miraba el joven mecánico.

En eso estaban cuando pasados algunos minutos creyeron sentir ruidos extraños que provenían de la recamara en donde estaban el viejo y su amante, la chica le propuso al chango que cambiaran la música por algo mas movido, y que dejaran el volumen tal cual como estaba para que los amantes pensaran que ellos estaban bailando o algo parecido y para que no notaran el momento en que ellos fueran a mirarlos, hasta que los sonidos que venían de la habitación ya eran evidentes, ellos ya habían comenzado a hacerlo.

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Cuando Gabriela con el vejete comenzaron su lento recorrido a la habitación en donde se proponían consumar una ardiente follada, lo hicieron en forma pausada, pero a medida en que más se iban acercando la rubia más se iba desesperando por que le metieran la verga, ya no le importaba que tal vez la pudieran escuchar el chango con María, se justificaba que daba lo mismo si total ya la habían visto y escuchado una vez, que importaba que de nuevo lo hicieran.

Gabriela ya estaba comenzando a perder la vergüenza y el pudor con tal de llevar a cabo las zorrerías que el vejete le inducia a hacer cuando este la calentaba.

Una vez que llegaron a la habitación la rubia lentamente se tendió en la cama luego de sacarse los zapatos, vio que el vejete se estaba sacando la ropa como desesperado, mientras este veía cómo su casada se subía el vestido hasta la altura de sus tetas, para finalmente retirárselo, para luego meter sus dos manitas por debajo de sus espaldas y soltar la traba del sujetador el cual fue a caer a los pies de la cama, y para terminar elevo sus caderas bajándose y retirándose las medias trasparentes y luego hacer lo mismo con sus diminutos calzones blancos para que a modo de ofrenda pasárselos a su macho para que este los oliera, tal como a él le gustaba hacerlo.

Don Cipriano quien en esos momentos ya estaba desnudo se los agarro y prácticamente se los refregó en sus narices, aspirando por sobre todo la parte de la prenda íntima que se ubicaba protegiendo el tajito de su mujer, al viejo le encantaba ese fuerte olor a hembra, ese olor intenso, ese olor a coño caliente lo enardecían aún más, por lo que arrojándolos por detrás de sus espaldas se propuso a pegarle una buena culeada.

Los blancos y albos calzones de Gabriela fueron a dar al pasillo que daba a la entrada de la habitación matrimonial.

El viejo se ubicó entre los tibios y complacientes muslos de su hembra quien ya se había abierto de patas, y cuando ella sintió que la cabeza de la tranca ya se preparaba para hacer ingreso al interior de su cuerpo, ella se atrevió a hacerle una última petición…

--Donnn! antes de que me lo haga…cierre la puerta de la habitacionnn!, le dijo entre susurros…

--Demasiado tarde putita!, jejeje… ya estoy casi listo para meterte la verga y por nada del mundo me saldré de aquí, jejejeje…

--Pero…don Ciprianooo…nos pueden escuchar…y que pasa si necesitasen algo y me vinieran a buscar…

--Pus verán cómo te estoy follando lindura…vamos no te hagas la remilgada ellos ya saben que nosotros nos juntamos para follar a espaldas de tu marido…

--Donnnn por favor vaya a cerrar la puer… --Ahh… ahh… ahhhhyyyy que ricooooo!!!, gimió la casada antes de terminar lo que estaba diciendo, al sentir como le entro la gruesa verga en un sólido empujón que le puso el mecánico, se la habían metido hasta el fondo…

Gabriela cerro sus ojos y se dedicó a sentir las profundas penetraciones que la daba don Cipriano, con una de sus manitas tapaba su boca para no dejar salir los gemidos de placer, giro su cabeza al otro lado para que no la fueran a escuchar sus amigos y la vieran a ella culiando desnuda con su viejo amante, pero reconocía que lo que estaba haciendo con su Don debía ser así ya que ellos se amaban.

En el momento en que el vejete le plantaba unas firmes clavadas intentando llamar la atención de los jóvenes que estaban en el comedor, lentamente fue estirando su mano hacia la lámpara del velador y la encendió, quería que su sobrina y el chango vieran nítidamente que él se follaba a esa hermosa y adorable mujer casada como corresponde y en la misma cama en que ella dormía con su marido.

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Cuando María con el chango escucharon claramente como crujía la cama, a la vez que sentían como los mismos resortes de esta subían y bajaban, fue la nena quien nuevamente le hiso al muchacho una señal de silencio con su dedo índice puesto en la boca, y le invito a que la siguiera.

Los jóvenes (ambos de 19 y 22 años) avanzaron casi en puntillas por el pasillo que daba a la habitación matrimonial que se encontraba con la luz encendida, al llegar ninguno de los dos se percató que en suelo de donde ellos estaban parados estaban tirados los pequeños calzoncitos blancos de Gabriela estos fueron pisoteados una y otra vez por ambos sin darse cuenta de ello.

Fue María quien primero y con mucho cuidado asomo la cabeza para mirar como ellos culeaban, pero lo que más la calentó dejándola casi traumada de excitación fue el darse cuenta que la muy desvergonzada de su amiga se estaba dejando follar por su tío en la misma cama matrimonial que compartía con su legítimo marido.

El chango no quedándose atrás apoyo una temblorosa mano en la cintura de la chica para asomarse el también por encima de María y lo que vio fue lo más hermoso que había visto en su solitaria vida, la señora Gabriela, que así le decía el, estaba con sus esplendorosos muslos bien abiertos con su jefe cogiéndola con acompasadas aserruchadas que estremecían todo el lecho conyugal, como así mismo notó que María no hiso ningún tipo de problemas cuando él la tomo por la cintura, pero por el momento estaba como choqueado no se daba a dar el siguiente paso, así estuvieron por un espacio de 10 minutos por lo menos espiando la follada que se estaban pegando adentro de aquella habitación, hasta que el joven mecánico ya no aguantando más empezó levemente a acariciar a María con la mano que le tenía puesta en su cintura, en su otra mano tenía un vaso platico lleno de cerveza el cual dejo caer al suelo y se desparramo en los y sucios calzoncitos de Gaby dejándoselos todos mojados e impregnados a chela.

En un principio María no le dio importancia a como el chango estaba moviendo su mano, lo atribuyo a que lo hacía por el hecho de encontrase detrás de ella, y en una posición más incómoda para poder mirar, ella por nada del mundo le cedería su ubicación que era la más cómoda para mirar la follada que estaban presenciando.

La joven quien ya sentía en su conchita como se iban acumulando unas buenas cantidades de jugos, disimuladamente comenzó a contraer sus piernas, su vagina poco apoco había comenzado a punzarle y estaba solo a minutos que esta le comenzara a hervir, en pocas palabras la nena ya estaba más que caliente, pensaba que apenas llegara a su casa se pegaría la masturbada de su vida, tal como lo había hecho en la ocasión anterior cuando vio a su tío cogiéndose a Gabriela en la oficina con cama en la cual ella también había culeado con su tío en algunas ocasiones.

En eso fue que la excitada chica noto algo duro que el chango le refregaba en su cadera, su primera reacción fue de estupor ya que ella no veía al chango como un verdadero hombre, siempre lo había visto como su hermano, o un buen amigo, un poco idiota para sus cosas pero eso era lo eran ellos solamente amigos, además que no tenía nada de atractivo era tosco y peludo, hasta ella misma se había burlado de él cuándo eran chamacos. Solo lo quedo mirando con cara de enojada y bruscamente le saco la mano de su cintura como también le puso unos codazos para que dejara de refregarle su cosa, el solo imaginarlo desnudo y verle su verga ya le daba asco.

Siguieron mirando otro rato, vieron como el viejo ahora había volteado a Gabriela poniéndola en 4 patas, todos sus movimientos los hacían casi como por instinto, de pronto se fijaron como la rubia contorsionaba su espalda y que a la vez cerraba sus ojos fuertemente hasta que ella misma agarro una almohada y la comenzó a morder por lo que le hacían, fue ahí que cayeron en cuenta que se la estaban enculando al frente de sus propios ojos.

A María se le taparon sus fosas nasales debido a lo rápido que le latía el corazón, las estocadas que le pegaba su tío a Gabriela por el culo eran profundas, se dio cuenta que se la metía limpiamente toda, situación que la hicieron recordar que de las 4 veces en que ella se había acostado con él, solo se la había aguantado hasta la mitad, tanto por la vagina como por el culo, y que cuando una vez intentaron que se la metiera entera fue tanto el dolor y desesperación que había sentido que se puso a llorar, para que el sátiro de su tío desistiera de la operación, o sea el cuerpo de María no aguantaba la verga del Don, pero Gabriela se la comía entera por cualquiera de sus dos orificios.

El chango cuando escucho la pesada respiración nasal de María, y que está ya tenía que respirar a veces por la boca recordó lo que le dijo su jefe: “…y cuando te des cuenta que a María ya le cuesta respirar, eso significa que ya está caliente, y lo único que deberás hacer es tomarla como si ella fuese un objeto solo hecho para follar, y te la culeas todas las veces que quieras y como a ti te dé la gana jajajaja…!!!.

Este era el momento preciso se dijo para el mismo, armándose de valor y viendo con la cara de puta que miraba María como enculaban a la señora Gabriela, nuevamente tomo a María por su cintura y le fue acercando su verga muy despacito por sobre el vestido.

La joven y caliente edecán noto que su amigo el chango nuevamente la estaba tocando, pero era tan impresionante la forma en que su tío estaba enculando a Gabriela que solamente lo dejo que este se saliera con la suya, además que de reojo vio que el chango también estaba enfrascado mirando la encomiable enculacion.

Luego de un rato María sintió que ahora eran las dos manos de Pablo que la tenían sujetada de sus caderas, y que este con sus dedos suavemente hacia pequeños recorridos desde su cintura hasta la parte en que se pronunciaban sus ancas, como también sintió nuevamente como el chango volvía a puntearla con su verga justo al medio de sus nalgas.

La chamaca en un principio quiso volver a hacer que el excitado joven se hiciera aun lado, pero la escena era tan caliente y morbosa y no queriendo armar un escándalo que fuese a distraer a los otros amantes, solo se dio a en forma silenciosa retirarle la manos de sus caderas, sin quitar su ya vidriosa mirada de lo que estaban haciendo Gabriela y su tío, por cada retirada de la peluda mano de el chango de su cintura esta solo duraba unos segundos ya que el joven las volvía a posar ya abarcando más porciones de sus carnes, hasta que simplemente ella ya no se las saco más total lo hacía solo por encima de su vestido, así que no correría mayor peligro pensaba la mente de la joven que ya se estaba comenzando a confundir.

María no se dio cuenta cuando fue el momento en que su amigo ya había comenzado a clavarla por detrás, las disimuladas clavadas le hacían sentir muy rico, en un comienzo no sabía muy bien lo que ocurría, pero lo que tenía Pablo entre medio de sus nalgas y que estaba haciéndole círculos, ahora la sentía que más que una verga, lo que estaba sintiendo en su trasero era como si le estuviesen refregando un palo, sin darse cuenta ni ella misma lentamente y en forma disimulada según ella comenzó a menearle el culo hacia atrás para que las punteadas fuesen más placenteras.

En el pasillo del departamento de la casada se libraba una silenciosa y caliente sobajeada entre los dos jóvenes, el muchacho ya le había comenzado a subir el vestido a la altura de sus medianas tetas, y viendo la pasividad de María quien le correspondía las punteadas, se atrevió a pasar una mano por debajo del sujetador, sentía la suave y tersa piel de la nena que no tenía nada que ver con las fofas ubres que le había sobado en una ocasión a una vieja prostituta cincuentona que su jefe le había pagado.

Era tan rico para él estar tocando a María de esa forma que se animó a bajar con su otra mano por su vientre y en dirección hacia su panochita.

Ahora sí que la chamaca se comenzó a asustar de verdad, por lo que le empezó muy despacito a decir y soltar peladeces para que este la soltara de una buena vez, pero siempre mirando hacia el interior de la habitación matrimonial, y sin dejar de mover sus caderas hacia atrás…

--Noooo! chan…goooo…que… es… lo… que… te… pa… saaaaa!?…, decía la chica entre susurros y ahora por fin con sus ojos cerrados, ya no tan preocupada de lo que hacía su tío con su mujer… --O se lo ten…dre que decir… a Fran…cis…coooo!!, le dijo pensando que con esto el chango la soltaría.

Cuando la nena sintió que la mano del chango ya estaba por metérsele por debajo de su pequeña tanguita negra lo único que atinó a decir en una forma ya verdaderamente espantada fue,

--Noooo chango…por favorrrr ahí si que nooooo!…, le suplico mirándolo hacia atrás y poniendo una de sus manitas por sobre la peluda mano del joven mecánico, haciendo que este se detuviera por un momento, la fuerte música que provenía del living hacían que sus voces se perdieran entre los alegres sones que retumbaban en el departamento.

Mientras el excitado muchacho seguía manoseándola escuchando sus reclamos, y notando que ella a pesar de estar quejándose tampoco paraba de menear su culo hacia atrás, simplemente siguió recorriéndola, le tocaba su vagina por encima de su calzoncito, esto pareció calmar un poco a la chica, esto era mejor que a nada se decía el chango para sus adentros nunca se imaginó que alguna vez en su vida iba a estar manoseando a María de aquella forma en que ahora lo estaba haciendo, y mucho menos estar sintiendo que ella punteaba junto con él.

Por la mente del Pablo pasaban todas las imágenes que desde niño lo atormentaban, siempre había sido víctima de burlas por su temprano desarrollo hormonal, o la vez que siendo solo un chamaco en el tiempo que le hacía mandados a don Cipriano, se le ocurrió la genial idea de mandarle una carta de amor a la sobrina de ese señor tan bueno que le daba dinero por solo hacer algunas compras y que a veces para las fechas de fiestas hasta le había comprado ropa nueva, por esos años él la encontraba la niña más linda del mundo, y María no había encontrado nada mejor que leerla en voz alta delante de todos sus compañeros y amigos del colegio en donde fue blanco de burlas de todo tipo, y así de muchas otras cosas.

El chango por primera vez en su vida sintió una silenciosa ira como nunca antes la había sentido, su jefe siempre le había enseñado que tenía que defenderse como un hombre y no andar pidiendo disculpas como los imbéciles, y ya casi enceguecido por una extraña indignación mezclada con calentura por todo lo que se estaba viviendo al interior de aquel afiebrado departamento, tomo la decisión tal cual como se lo había dicho su jefe, se la iba a culear a como fuera lugar y si era necesario golpearla lo haría.

Como pudo la volteo hacia la pared, y le subió el vestido hasta la altura de sus tetas, María no sabía qué hacer ni que decir, toda esta situación la había tomado por sorpresa además que sabía que había sido ella misma quien solo hace algunos segundos ella solita había estado punteando con el chango. Este aprovechando el momento de pasividad de la extrañada joven sin previo aviso, y sin ningún comentario de por medio, simplemente la agarró metiendo sus manos por sus espaldas, y la apretó contra si para que ella no pudiera moverse, fue acercando su boca a los temblorosos labios semi abiertos de María y metió su ansiosa lengua en su fresca boquita y simplemente la besó.

La extrañada chica que aún estaba media caliente y media borracha, lo encontró chocante y repulsivo, aunque también y extrañamente un poco calentón y emocionante, no se la creía que el chango el más inepto de sus amigos la tuviera en tales condiciones, así que como pudo se deshizo de aquel desagradable besuqueo, y lo mordió en uno de sus labios,

La reacción de exaltado y caliente muchacho tomo por sorpresa a María, cuando ella pensó que su amigo de infancia por fin la dejaría en paz, no supo en que momento vio que venía la peluda manaza para asestarle un fuerte guantazo en el cual le devolvió todas las burlas y humillaciones sufridas desde su temprana adolescencia…

--Plaffff!!!, retumbo el tortazo ahogadamente en el pasillo en cual se encontraban, a la vez que la agarro violentamente de sus sedosos cabellos y la fue arrastrando hasta la habitación contigua a la de la casada, pensando en las claras palabras de su jefecito: “…y si se te pone difícil tú vas y le pegas unas buenas bofetadas… hasta la pateas si es necesario, jajajaja!!!, vas a ver que luego de eso va a andar colgada de tu verga para que te la folles y le sigas pegando todo lo que quieras, jajajajaja!!!!...”.

Una vez que Pablo logro meterla a la habitación, con una mano la tomo firmemente por el cuello y la atraco contra una de las paredes…

--Así que me vas a acusar a Franciscooo!?..., le pregunto a la misma vez que con su otra manaza le sobaba su pelvis por encima de su calzoncito, la asustada nena vio como corría la sangre por uno de los marcados y afilados labios de su tosco amigo,

María por primera vez en su vida vio un raro y feroz destello en sus ojos, nunca en su vida imagino que el chango el más torpe y feo de todos sus amigos pudiera tener una reacción como aquella, por unos segundos sintió miedo, hasta que intentando apelar a su amistad de niñez le comenzó a solicitar

--Por favor chango discúlpame por haberte mordido... ya está bien... déjame tranquila, le decía con su respiración totalmente agitada. De fondo se sentían los movimientos de maderas que crujían y resortes que rechinaban subiendo y bajando rápidamente, mientras ahora en la radio sonaba “Gánster Paradise” de “Collio”…

Lo que ocurrio a continuación al interior de aquella habitación fue que sencillamente el chango se violo a María tal cual como le había explicado su jefe, los gritos, bofetadas y el crujidero de la cama todo fue silenciado por la fuerte música que imperaba desde la sala de estar de la rubia.

Algunos minutos antes en la habitación matrimonial, Gabriela estaba lavándole con su boca la verga al mecánico, estaba puesta en 4 patas ensimismada en su labor succionadora, cuando creyó sentir unos extraños ruidos que provenían desde el pasillo, con más de la mitad de la verga aun en la boca se quedó quieta y mirando con sus penetrantes ojos azules en aquella dirección, hasta comprobar que al parecer solo eran ideas suyas, por lo que cerrando sus ojos se dio a seguir chupándole la verga a su hombre, pero a los minutos volvió a sentir algo muy parecido como si María con el chango estuviesen luchando, ya no aguantando más se sacó la verga de la boca, y con ella agarrada de su blanca manita le dijo a su macho,

--Oiga Donnnn!, algo está ocurriendo en la habiatacion de al lado… o en la sala, porque no va a ver qué es lo que sucede!?,

--Jajajajaja!!!…déjalos pendeja!!!!… deben estar perreando… ellos son muy amigos desde niños… y lo más terrible que les podría suceder es que el inútil del chango se salga follando a la María, jajaja!!!!

A la rubia le causo un poco de gracia eso que le decía don Cipriano ya que ella con lo poco que conocía a los muchachos también sabía que el pobre changuito tenía cero posibilidad con María, así que despreocupándose de lo que pudiera estar sucediendo al otro lado, se volvió a meter la verga del viejo en la boca y siguió en lo que había estado ocupada antes de haberse distraído, total ellos ya eran adultos y sabían lo que hacían fue lo último que pensó en esos momentos.

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Ambos jóvenes luego de reponerse y recuperar fuerzas se vistieron en silencio, el chango ya había vuelto a ser él y se le caía la cara de vergüenza por lo que le había hecho a María, aunque sabía que le había gustado mucho hacérselo, pero lo que más le apenaba era eso de haberle pegado, esperaba que María en cualquier momento lo encarara, y que pasaría ahora cuando se lo contara a Francisco?, se preguntaba en forma atribulada.

María aun con sus ojos llorosos y ya vestida, tomo la ensuciada colcha toda ensangrentada producto de la violación y la fue a meter a la lavadora de Gabriela, el acongojado muchacho no sabía cómo reaccionar ahora ante su amiga, ambos se dieron cuenta que ya en la habitación de Gabriela no habían ruidos y que solamente se escuchaban los ronquidos del vejete, así que una vez que la chica espero los 30 minutos de lavado, tendió el cobertor en el lavadero, apago la música y se dirigió a la habitación donde estaba el chango aun sentado en la cama y lidiando con su cargo de conciencia, ella solamente le dijo,

--Pablo… por favor… solo ve a dejarme a mi casa. (Ya eran las 5 de la mad**gada).

(2 horas antes en la habitación de Gabriela)

Gabriela le mamaba la verga al mecánico como una poseída siempre cuidando no desesperarse para no llamar la atención de sus invitados que al parecer se lo estaban pasando muy bien en la otra habitación, los movimientos de ella y del vejete eran ya no eran tan cuidadosos, ahora ella ya sentía con la seguridad de menarse fuerte y de gritar todo lo que quisiera.

Pero los sonidos que provenían desde la otra habitación la tenían alterada y la desconcentraban, además que la música que aun sonaba en el equipo musical no la dejaban escuchar muy bien, la rubia aún seguía puesta en 4 apuntando su bien empinado culazo directamente hacia los calientes ojos del mecánico, quien mientras sentía como su mujer se la chupaba, el con sus dos manazas aprovechaba para manosearla por el culo y por sus suaves y brillosas nalgas las cuales en una oportunidad aprovecho de separar para introducir dos de sus gruesos dedos muy al interior de su increíblemente apretado orificio posterior, mientras Gabriela como si nada del mundo bajaba su cabeza por el grueso troco vergal hasta tocar con su nariz y con sus bien dibujados labios los gruesos pelos negros y encrespados que el vejete tenía por pendejos, para luego volver a subir y bajar la cabeza una y otra vez recorriendo y sintiendo en sus propios labios todas las rugosidades de aquella vergota que tanto le gustaba, el viejo por su parte cuanto más a fondo se la chupaban, más adentro le metía los dedos por el hoyo.

En eso estaban muy entretenidos cuando escucharon claramente unos despavoridos gritos de mujer que provenían de la otra habitación y que lentamente comenzaban a bajar de intensidad, Gabriela nuevamente se sacó la vergota de la boca para poner en alerta a su Don, el viejo aun le tenía metido los dedos en el culo,

--Que fue eso Don!?..., le consulto Gabriela con su cara de preocupación y en donde desde su barbilla nuevamente colgaban gruesos colgajos de mocos.

El vejete solamente la miro con su burlona sonrisa y le hiso señal de silencio con el dedo índice de su otra mano, dándole a entender de que ella misma escuchara lo que estaba sucediendo, claramente llegaron a sus oídos los rítmicos sonidos que hacia la otra cama en donde de forma instantánea se dio cuenta que los jóvenes estaban follando en ella.

Sus sentimientos eran encontrados, no sabía si le gustaba o le desagradaba la idea de que el chango y María se hubiesen puesto a culear en su mismo departamento, pero a medida que avanzaba la feroz cacha que se estaban pegando, su corazón le amenazaba por salírsele de la boca, hasta que animada por los quejumbrosos gemidos de aguante que emitía María simplemente se dio a seguir con la mamada de verga, pero ahora en formas apasionada que antes, entre lamidas, succiones y feroces lengüetazos, también se encargaba de refregarse la verga de su don prácticamente por todos los rincones de su cara, por su nariz, sus ojos, sus orejas, sus mejillas, en fin era un verdadero baño de verga el que se estaba dando la casada, alternando con las continuas y fantásticas chupadas a los dos dedos enculadores del mecánico que seguidamente se los ofrecía en su boca para que ella se los chupara y lavara con su boca y lengua después de sacárselos del culo.

Don Cipriano disfrutaba a mil por hora la fenomenal mamada que su rubia le estaba dando, a la vez que también sentía y escuchaba con orgullo la fenomenal culiada que su hijo le estaba pegando a su sobrina, hasta que ya pasados unos buenos minutos ambos sintieron como los jóvenes culminaban su follada entre quejidos, gritos y gemidos de placer y disfrute.

Ellos hubiesen querido seguir con lo suyo pero al escuchar que los jóvenes ya se estaban vistiendo, Gabriela rápidamente subió las cobijas de la cama apago la luz y se abrazó al obeso cuerpo del vejete quien la recibió oprimiéndola contra su canoso pecho en donde simularon estar durmiendo. Pero el cansancio los venció y a los pocos minutos eso mismo era lo que estaban haciendo, inconscientemente se quedaron dormidos.

Ya eran casi las 11.00 de la mañana y el desorden era imperante en el departamento de Gabriela, los desnudos amantes recién se habían despertado y ambos comentaban abrazados de lo que habían hecho el chango y María, la casada con una mejilla apoyada en el peludo y canoso pecho del mecánico tiernamente se entretenía jugando con los pelos de este haciéndole caricias con las yemas de sus dedos.

--No creo que este bien lo que hiso María… ella tiene a Francisco… no debería haberlo hecho con Pablo…, y el tampoco actuó de buena forma…tengo entendido que él es muy amigo del otro joven… le decía la rubia a su macho,

--Pus yo encuentro que está muy bien hecho… y el chango no tiene la culpa de nada…es ella quien no debió abrírsele de patas…jajaja!!!

Gabriela recordó por un momento que ella no era quien para condenar a María ya que eso mismo que había dicho el mecánico era lo que había hecho ella misma, le había abierto las piernas a un hombre mucho más viejo que ella estando casada y le había gustado, pensó en cual fue el momento en que todo se desencadeno para ella estar este día y en esas condiciones con el hombre con el que había cometido infidelidad y adulterio, un muy lejano sentimiento de culpa revoloteo fugazmente por su mente, hasta que la aguardentosa voz del viejo la devolvieron de sopetón a su nueva condición de amante,

--Oye culona que tal si aprovechamos la mañana para que terminemos lo que dejamos pendiente anoche, jejeje… aún tengo mis bolas cargadas de semen que no pude tirarte cuando los pendejos esos se levantaron, jajajaja!!!

--Pero Donnn!!, acuérdese que tengo que ordenar el depa, déjeme asearlo y en la tarde lo hacemos más tranquilos,

--Nooo! Se opuso terminante el vejete, --Lo haremos ahora nalgona…y no te preocupes… a la tarde tienes tiempo de sobra para ordenar nuestra casa, jajaja…

--Usted cree? le pregunto con cara de querer guerra ahora mismo y ya...

Gabriela mientras decía esto vio como el vejete movía su pesado cuerpo para montársele, mientras ella ya iba abriendo sus muslos casi en forma automática, la respiración de la rubia ya iba en franco aceleramiento, ella no era capaz de contradecir nada de lo que su macho decidiera,

--No te preocupes pendeja… solo disfruta te hare gozar como una cerdaaa!!!, jejejeje,

El viejo ya se había subido al cuerpo de la rubia y sin mucho esfuerzo logro metérselo por completo, Gaby quien ya se lo recibía con sus piernas bien abiertas disfrutaba silenciosamente de la casi tierna culeada que le estaban pegando otra vez en su lecho de casada.

El viejo se lo metía en forma acompasada, la cama rechinaba en un lento y desesperado crujir tal cual como se llevaba a cabo la lenta follada.

Gabriela recibía verga en forma impecable y en toda su extensión, esta se le resbalaba y deslizaba sin ningún tipo de problemas por entremedio de sus labios vaginales. Así estuvieron gozando por espacio de unos 10 minutos por lo menos.

La rubia estaba sintiendo muy rico con la verga de su macho perdida en lo más recóndito de su ya jugoso coño, desde hacían varios minutos que ella también le devolvía unos lentos y firmes movimientos de caderas para hacer más profunda la penetración a la cual la sometía el mecánico, lentamente los lentos movimientos se iban transformando en firmes jadeos de apareamiento.

Don Cipriano viendo que su casada ya estaba tan caliente como el mismo, comenzó a animarla para que ella se transformara en la amazona infiel, que cuando se calentaba, no tenía tapujos ni miramientos para demostrarle a él lo puta y perra que era en la cama y con una buena verga metida en su zorra,

--Así muévete como a ti te gusta putaaaa, jajaja!!! Querías moverte más rico yegua de mierda!!???

--Si Donnn!! Lo deseaba muchooooo!!!, MMmmmm…. Ohhhh!!! Diosssss!!!! Donnnn su vergaaaaaaa!!!!, era lo único que podía decir la rubia, realmente estaba sintiendo muy exquisito como el viejo ahora se la había empezado a follar.

Gabriela no quería reconocerlo, y cerró los ojos algo avergonzada mientras la apuntalaban, pero era cierto a ella le encantaba que se la follasen en su misma cama matrimonial o en cualquier parte, don Cipriano se movía con fuerzas encima suyo, metiendo y sacando su verga con un desesperado frenesí, entrando y saliendo de dentro de ella, arrancándole gemidos, para luego pasar a los gritos.

Sin poder evitarlo se fue cortada con sus piernas rodeando el cuerpo del mecánico y aullando de placer.

El vejete la apuntalaba como desaforado sintiendo como su hembra se corría y nuevamente le bañaba la verga con sus jugos, pero no pensaba parar de culearla por nada del mundo, su mujer era tremenda en la cama y si tenía que estar follandola por un día entero y hasta la muerte lo haría, pero ensartado entre las piernas de aquel monumento de hembra a la cual estaba perforando con su verga.

Gabriela poco a poco comenzó a guiar a su macho para ella montarse arriba de él, quería galoparlo, sentía una tremenda necesidad de cabalgar esa gruesa verga que tanto la atraía y la enloquecían.

Cuando el vejete se la volvió a meter con fuerzas hacia arriba lo único que sintió la rubia fue un escalofriante latigazo de auténtico placer que recorrió todo su cuerpo hasta llegar a su sistema nervioso, que hicieron que ella así como estaba, totalmente ensartada inclinara sus formas sobre el fofo cuerpo del vejete para comenzar a besarlo agresivamente, su mal aliento a viejo y a caries le quemaban exquisitamente su fresca boquita, mientras que ella con su lengua entraba y recorría en forma posesiva la pestilente bocota del feliz mecánico quien también enredaba su lengua con la de su casada, quien ya había comenzado a subir y bajar sus caderas, galopándolo con auténtica calentura por la parada y chorreante verga caliente que él le regalaba. La rubia pensaba estar cabalgándolo hasta la locura.

En esos mismos momentos a 5 cuadras del edificio de Gabriela, venia caminando apresuradamente un nervioso Cesar, pensaba en llegar a su departamento y sentar a su mujer en el sillón para que le diera ciertas explicaciones de algo que no le cuadraba en la conversación que había tenido con Lidia.

Había vuelto a comunicarse con su madre, pero eso que le dijo de ella misma haberla visto besándose con un hombre viejo, gordo y de lo más ordinario, no le convencía para nada, solo eran burradas de su madre por sus profundos celos. Estaba convencido de que si Gabriela estaba enredada en algún amorío, como así lo creía él, su rival debía ser algún hombre de una importante compañía, o quizás con algún joven profesor del gimnasio al cual ella iba, esos tipos siempre se jactaban de acostarse con las mujeres que asistían a las clases que ellos impartían.

Como también en el fondo de su corazón el pobre Cesar esperaba que todo fuese una real y autentica confusión, tal vez Gabriela le daría una buena explicación para luego ellos reírse de sus celos enfermizos que siempre lo atormentaban, así les había sucedido muchas veces, lo más seguro era que esta vez también sería lo mismo. Ya estaba a 1 cuadra del edificio.

El calor en la habitación matrimonial parecía aumentar cada vez más, la cama nuevamente crujía en forma desquiciante, la culeada que se estaban pegando Gabriela y don Cipriano era una de las más soberbias desde que se habían conocido, todo era disfrute, movimientos de caderas, aserruchadas, carnes traspiradas, y todo coronado por unos sonidos desquiciantes que se producían cuando sus cuerpos chocaban entre sí, el suave y brilloso culazo de Gabriela saltaba y bajaba de tal forma que parecía ser una verdadera batidora en esos momentos,

--Slap!!, slap!!!, slap!!!!, slap!!!!!, slap!!!!!!!... retumbaban por todo el departamento los sonidos que hacia la pelvis de la casada al son de su recia cabalgada, estos se entre mezclaban con los fieros rugidos que emitía el caliente mecánico, con los sugerentes gemidos de placer que salían de los labios de Gabriela, el viejo solamente se mantenía con sus ojos cerrados y sintiendo todo el placer de lo que le proporcionaba su hembra que lo galopaba firme y exquisitamente.

Ya era más del medio día y en esos momentos ya se estaba abriendo la puerta del departamento y ninguno de los dos amantes pudo advertirlo debido a la inmensa calentura en la cual se encontraban inmersos.

Segundos antes de lo antes señalado, Cesar buscaba nerviosamente la llave en sus bolsillos, cuando por fin la encontró algo… un sexto sentido le indico que abriera despaciosamente.

Lentamente la puerta se fue abriendo y no se pudo explicar a que se debía tanto desorden, dio tres pasos observándolo todo, sus ojos recorrieron el living y comedor de su hogar en donde todo eran desperdicios de snacks, botellas y latas de cervezas por doquier, vio un sin número de colillas de cigarro tiradas en el piso y en platos que habían ocupado como cenícero, el fuerte olor a alcohol y tabaco se impregnaron en sus fosas nasales.

Y hasta que por fin lo escucho todo, a sus oídos llegaron claramente los claros sonidos de resortes que subían y bajaban rápidamente que se mezclaban con el crujir de maderas que amenazaban que estas en cualquier momento se quebrarían.

Su corazón se aceleró a mil por hora, pero lo que más lo perturbo fue los desquiciante sonidos de pieles que chocaban y que se frotaban: Slap!, slap!!, slap!!!, slap!!!!, slap!!!!!, estos provenían de su habitación, como un verdadero zombi giro su cuerpo en dirección a ella no podía dejar de observar aquel dantesco bacanal, antes de entrar al pasillo se agacho y recogió un mugroso trapo que estaba tirado, y al estirarlo se pudo dar cuenta que esta mugrosa pieza de vestir eran los calzones de su mujer.

Ahora ya la escuchaba gemir, puso atención intentado agudizar lo más posible el sentido de la audición, y lo confirmo… era ella la mujer que gemía y que se quejaba como una autentica puta, también escucho los bufidos que pegaba su amante, Cesar solo quería ver qué era lo que estaba ocurriendo sobre su cama matrimonial.

Camino lentamente hacia la habitación que estaba con la puerta abierta y cuando llego a esta pudo ver crudamente como Gabriela estaba montada sobre el obeso cuerpo de un hombre mucho mayor que ella manteniendo relaciones sexuales en forma desaforada, la vio de semi perfil, el culo de su mujer subía y bajaba rápidamente en la verga de otro hombre, le daba la impresión que ella estaba culiando en forma desesperada, vio como sus tetas se aplastaban en el pecho de su amante, y como sus ojos se encontraban fuertemente cerrados y con la punta de su lengua asomada hacia arriba por un extremo de sus labios demostrando así lo concentrada que estaba ella haciendo lo que estaba haciendo(valga la redundancia).

Se dio un minuto a observarlos en donde el mismo confirmaba la infidelidad y el adulterio en que había caído su esposa, con sus ojos bañados en lágrimas escucho lo que ellos se decían mientras follaban sin tener ningún ánimo de querer parar de hacer lo que estaban haciendo.

--Te gusta nalgonaaaa!!!, le consultaba el mecánico mirando como ella se movía con sus ojos cerrados, no tenía ni idea que el marido de la mujer los estaba mirando desde el marco de la puerta.

--Siiiiiiiii, le contesto la rubia sin dejar de menearse rápidamente,

--Jajajaja di que me amas…

--Si Donnn!! Yo a Usted lo amooooo!!!…Lo amooooooo!!!! Ohhhh Diosssss!! Diosssss!!!... que rico me culiaaaa Donnnnnn!!!!!

Gabriela manteniendo sus rítmicos y acelerados movimientos de caderas, fue enderezando su cuerpo para quedar culeandolo en forma altiva y enajenante, el vejete vio como la rubia tomaba una de sus manazas y la llevaba a una de sus tetas, para luego decirle: (Cesar estaba atento a todo lo que se decían):

--“Siente Usted los latidos de mi corazónnnn!!…no importa lo que pase!!!... recuerde siempre que son suyos!!!… nunca lo olvide!!!! Que yo desde ahora vivo solo para Usted mi bebe!!!!!!.”

Diciéndole esto último nuevamente se abalanzo sobre el pecho del vejete para ser ella quien lo comenzaba a besar en forma caliente y desesperada, moviéndole el culo como una verdadera enajenada y comenzando nuevamente a galoparlo hasta la locura según ella, hasta que la clara y potente voz de Cesar retumbaron en sus oídos como si esta fueran las mismísimas trompetas del apocalipsis:

--Gabriela!!!!... Que mierda está ocurriendo en mi casaaaaa!!!!!! Explicameee!!!!

La casada al escuchar esa muy conocida voz automáticamente quedo petrificada y todo su desnudo cuerpo comenzó a temblar y a sudar frio, pero ya no era de calentura, ahora temblaba de pavor, lentamente fue girando su rostro hacia atrás hasta que su azulada mirada se encontraron con los fríos y húmedos ojos de Cesar, lo vio llevarse ambas manos a su cara y mover su cabeza en forma negativa, como diciendo que eso que el acababa de presenciar y escuchar realmente no estaba sucediendo.

Gabriela totalmente desnuda y ensartada como la tenían lo seguía mirando, Cesar también la miraba esperando alguna respuesta, y ella con todos sus rubios cabellos enarbolados, y sin saber que decir ni cómo reaccionar solo le contesto con otra de sus estupideces:

--Cesar!… cariñoooo!!… no es lo que tú te estas imaginando!!!… yo te lo puedo explicarrrrr!!!!…

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--Gabriela!!!!... Que mierda está ocurriendo en mi casaaaaa!!!!!! Explicameee!!!!

La casada al escuchar esa muy conocida voz automáticamente quedo petrificada y todo su desnudo cuerpo comenzó a temblar y a sudar frio, pero ya no era de calentura, ahora temblaba de pavor, lentamente fue girando su rostro hacia atrás hasta que su azulada mirada se encontró con los fríos y húmedos ojos de Cesar, lo vio llevarse ambas manos a su cara y mover su cabeza en forma negativa, como diciendo que eso que el acababa de presenciar y escuchar realmente no estaba sucediendo.

Gabriela totalmente desnuda y ensartada como la tenían lo seguía mirando, Cesar también la miraba esperando alguna respuesta, y ella con todos sus rubios cabellos enarbolados, y sin saber que decir ni cómo reaccionar solo le contesto con otra de sus estupideces:

--Cesar!… cariñoooo!!… No es lo que tú te estas imaginando!!!… yo te lo puedo explicarrrrr!!!!…

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22 Cuando se sorprendiere a algún hombre acostado con una mujer casada y con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de Israel.



Deuteronomio 22:22



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GABRIELA… UNA ADORABLE MUJER CASADA 9

(Versión Alternativa)

Cesar quien se encontraba en un conmocionado estado mental debido a la traición recién descubierta continuaba mirándola en forma incrédula. Sin darse cuenta dejo caer el mugriento guiñapo plomizo que aún había mantenido entre sus temblorosos dedos y que eran los calzones de su mujer, no sabía si lo que estaba viendo y escuchando justo delante de él era verdaderamente real o estaba viviendo una horrible pesadilla.

La situación que estaba sufriendo el pobre y ya desengañado hombre era realmente espeluznante como a la vez enajenante, acababa de sorprender a su esposa, a su Gabriela acostada y manteniendo relaciones sexuales con un tipo extraño y de edad más que madura. Fueron interminables los segundos en que se dio a recorrer con su consternada mirada las calamitosas condiciones en que se encontraba su habitación matrimonial.

En forma decepcionada se iba cerciorando de que todo aquello que estaba viviendo no era nada más que una absoluta verdad, como a si mismo también vio que a un lado de la cama estaba tirada la ropa del hombre que se acostaba con su mujer quizás desde hace cuánto tiempo, una desteñida camisa roja a cuadros, unos desgastados pantalones de mezclilla, y unas Viejas botas vaqueras que en una de ellas contaba con un notorio hoyo en la parte de la planta, las ropas de cama y las sabanas estaban totalmente abiertas y caían hacia atrás de esta como si fuesen las cataratas del Niagara, todo en la habitación era el caos absoluto, el fuerte olor a sexo y a coño mojado que se le impregnaron en sus narices le confirmaron que todo aquello desde ahora era su triste y cruda realidad.

Nuevamente sus doloridos ojos se cruzaron con los azules y asustados ojos de Gabriela, fueron solo segundos en que la volvió a recorrer, la vio con todo su desnudo cuerpo brilloso por lo traspirada en que se encontraba en aquel lujurioso momento en que él en forma sorpresiva irrumpió en la habitación, parte de sus rubios cabellos se le pegaban en sus sienes y en la cara, obviamente también se dio cuenta que el semblante de su rostro era de cansancio corporal, sabía que ella aún se mantenía montada y clavada en el pene de su amante.

Hasta que los atribulados y expectantes ojos de Cesar se cruzaron con los de él… con los del otro, estos eran negros y lo miraba con una extraña sonrisa de como si hace muy poco se hubiera ganado un fabuloso premio, noto como este le movió tres veces sus cejas hacia arriba, como si lo estuviese saludando muy contento de como él los había sorprendido, lo que no entendía era de qué forma su mujer había sido capaz de engañarlo con semejante tipo, este debería andar cercano a los 60 años pensaba, como así mismo se percató de la grotesca humanidad de este, era un viejo grande y panzón, nada de atlético como él lo había pensado fugazmente, era canoso y en su risa guasonesca vio unos dientes amarillentos y poblados de llamativas caries ennegrecidas, ese hombre era de lo más vulgar determinaba, a la vez que ahora miraba como este la mantenía agarrada con sus manos y uñas negras por la mugre, clavadas en las suaves y tibias caderas de su propia esposa, hasta que su mente reaccionaba a lo que solo hace algunos segundos le había respondido su mujer:

--Cesar!… cariñoooo!!… no es lo que tú te estas imaginando!!!… yo te lo puedo explicarrrrr!!!!…

La casada lo miraba sin saber qué hacer, se sentía bien sujeta por las rudas manazas de su macho, hasta que escucho la ahora entrecortada voz de Cesar que le respondía,

--Gabrielaaaa… que significa todo esto… como fuiste capaz…! como fuiste capaz de hacerme estooo!!, le repetía una y otra vez, mientras que con sus ojos no cesaba de recorrerla a ella y a su amante, se preguntaba como su esposa una adorable mujer rubia, que se gastaba un tremendo y curvilíneo cuerpo de Diosa podía estar revolcándose con un tipejo de tan baja calaña, se fijó que este no respetando que él siendo su propio esposo estuviese presente, más encima ahora hasta le sobaba suavemente las nalgas como haciéndole cariño, como en la espera de ver qué es lo que sucedía ahora, y todo sin dejarlo de mirar en forma sarcástica, dándole a entender que él hacia lo que quería con el cuerpo de su esposa.

Hasta que poseído por la ira de la traición recién descubierta y por las desquiciadas ideas que volaban rápidamente en su enloquecida mente de marido engañado, sintió unas tremendas ganas de molerla a golpes de puños y patadas hasta matarla, para luego continuar y hacer lo mismo con el amante de ella, y justo en el momento en que se proponía a abalanzarse sobre el desprotegido cuerpo de la asustada rubia, vio como ella elevaba sus ancas para desclavársele a su amante.

Lo que vieron los horrorizados ojos de Cesar hicieron que este se quedara paralizado al instante.

Totalmente choqueado y traumado psicológicamente, vio el chocante momento en que su mujer elevo uno de sus muslos para extraerse ella misma lo que le tenían metido dentro de su cuerpo. Como si todo lo que estaba viendo con sus horrorizados ojos se estuviese reproduciendo en cámara lenta, lentamente vio salir desde el interior de la vagina de su mujer una descomunal verga como nunca antes había visto, esta iba apareciendo en forma interminable notándose que aún estaba totalmente endurecida, su tamaño y color se le hacían satánicos al ir mostrándose ante su dolorida mirada, se dio cuenta que esta era una herramienta descomunal tanto en su interminable extensión, como en su grosor, la veía salir del cuerpo de Gaby claramente reluciente y bañada por los líquidos interiores e íntimos de ella, con unas llamativas venas entre verdosas y azuladas todavía hinchadas del deseo aun no consumado, todo era carne y nervios nudosos que pulsaban en forma acelerada, la gruesa verga humeante e interminable del amante de su mujer seguía saliendo de su coño, hasta que por fin quedo meciéndose en forma imponente ante él, con su enorme cabeza de un color púrpura reluciente bamboleándose en forma magnánima, toda inflamada y orgullosa ante sus humillados ojos, de la punta de esta chorreaban llamativos goterones blancuzcos y semitransparentes que caían como cae la esperma de una vela.

Aquella horrenda experiencia lo hicieron cohibirse de sus primeras intenciones, y quedar casi paralizado y sin saber cómo reaccionar.

Al minuto en que Cesar había entrado a su departamento para encontrarse ante tan grotesca escena que involucraban a su cónyuge con un viejo desconocido, en el pasillo del mismo piso de la casada Don Carlos Bernabé venia subiendo las escaleras todo traspirado con el balde lleno de líquidos detergentes. Vestido con su típica cotona azul se dispuso a derramar pequeñas cantidades del desinfectante para ponerse a t****ar el corredor bordeado de las distintas puertas de cada departamento, y en el momento en que ya estaba por empezar con su labor sintió claramente la voz de aquel engreído y odioso tipo que vivía en el 306, lo escucho abiertamente como este le pedía explicaciones de algo a esa portentosa Diosa rubia que el muy suertudo tenía por esposa.

Al instante recordó que en la noche anterior en el departamento de la rubia se había celebrado una animada fiesta y que la música estuvo con volumen alto hasta casi las 5 de la mañana, rápidamente saco conclusiones, había visto llegar al marido de la mujer solo hace un rato, por lo que pensó casi dando en el clavo, que la muy juguetona se le había ocurrido a hacer una fiesta a espaldas de este, y era por eso que ahora le pedían tantas explicaciones, y no aguantándose de querer escuchar qué tipo de justificaciones le daría la muy rica hembrita, miro en todas direcciones como calculando que no fuese a ser sorprendido por algún vecino, para luego posar su oreja y ponerse a escuchar como el marido reprendía a su mujer, por andar dándoselas de fiestera cuando él no estaba en la casa.

Casi todos los vecinos del edificio sabían que el arrogante de Cesar trabajaba fuera de la ciudad.

Don Carlos en un momento estuvo muy entretenido con su oreja posada en la puerta de nuestra casada, agarrado con sus dos manos al palo del t****ro esperaba escuchar que respuesta le daba la esposa, pensaba que el muy come mierda se lo merecía por esos aires de superioridad en que siempre lo miraba, menoscabándolo a él y a todo el mundo, todos en la comunidad del edificio sabían que el problema con aquel reservado matrimonio que vivía en el 306 radicaban en el inestable temperamento del hombre, ya que en continuas ocasiones le había hecho escándalos de proporciones a su mujer acusándola de tener enredos amatorios con distintos hombres que vivían en el edificio, por lo que la pobre hembra ya prácticamente no saludaba a nadie para no tener problemas con él.

El conserje también sabía que por muy buenota que estuviera la señora, por nada del mundo se le podía tildar de ser una puta para sus cosas, esta era muy reservada en sus asuntos, hasta hace unos cuantos meses atrás muchas veces lo había saludado con cordialidad, como lo hacia ella con todo el mundo, era como el polo opuesto al estirado y amargado hombre que ella tenía por esposo, y si el día de hoy ella ya casi no saludaba a nadie todos sabían que era para evitar tener problemas con este mismo, porque ya era por todos sabido los tremendos celos enfermizos que a este le atacaban cuando veía su mujer conversar o reírse con algún macho que tuviera la fortuna de cruzarse por el camino de aquel tremendo monumento de mujer que se gastaba.

El conserje continuaba con su oreja pegada a la puerta expectante a lo que dijeran los que estaban adentro.

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Gabriela ahora estaba arrodillada en la cama en total desnudez solo atino a taparse su cara con ambas manitas, por los espasmosos movimientos que hacía con sus tetas, estómago y diafragma, estaba claro que la arrepentida casada estaba comenzando a llorar sin saber cómo afrontar su comprometida y difícil situación.

Cesar por su parte solo atino a retirarse de la habitación y quedarse en el sector del pasillo, aun no sabía qué hacer ni cómo reaccionar, estaba transpirando de ira, luego de unos interminables minutos, como pudo se fue hacia la cocina para mojarse la cara, escucho como el amante de su mujer hablaba con ella, y pensó que esta situación debía arreglarla en este mismo momento, armándose de valor camino nuevamente hacia la habitación en donde se encontraban ellos.

Instantes antes cuando el vejete vio que el marido de su hembra se retiraba hacia otro sector del departamento, aprovecho para rápidamente agarrar sus ropas y comenzar a vestirse y notificarle a su mujer que él se retiraba,

--Jajajaja…ahora sí que estas metida en un buen problema nalgona, jajaja!!!!…

Gabriela solo lloraba gimiendo quejumbrosamente y sin reaccionar a nada, lo único que daba vuelta en su mente eran los llorosos ojos de su marido cuando la pillo in fraganti a ella culiandose al mecánico, --Si por lo menos hubiese sido al revés… se repetía una y otra vez, mientras creía escuchar como el vejete se vestía.

Solo fueron minutos en que Cesar estuvo fuera de la habitación antes de volver al dormitorio, tiempo suficiente para que el mecánico se vistiera, cuando Cesar llego a la recamara matrimonial, la imponente e intimidatoria presencia de aquel hombre desconocido que ya a estas alturas estaba terminando de vestirse, nuevamente lo paralizaron, y más al escuchar como este le hablaba con tanta familiaridad a su esposa,

--Escúchame bien pendeja!, necesito que cuanto antes me arregles la situación, le decía mientras terminaba de subirse el cierre del pantalón y meterse la camisa adentro de este, Cesar lo miraba y escuchaba consternado, --Ahora me voy al Pie Grande, ahí me podrás ubicar, y cuando puedas me llamas para que me informes… Jajaja!!!, ahora me voy dulzura…

--Usted no se va para ningún lado!!…, le corto Cesar interponiéndose en su retirada, --Usted no se ira hasta que ambos me expliquen lo que acabo de presenciar!!, ambos hombres quedaron cara a cara, cada uno desafiando al otro, hasta que el viejo ya no queriendo hacérsela más difícil a su mujer quien seguía llorando desconsoladamente sin atinar ni siquiera a cubrir su cuerpo, fue el primero en abrir la boca,

--Pues yo te daré un adelantito pendejo!!!, lo que aquí está ocurriendo es que tú no supiste cuidar debidamente a la puta de tu mujer pedazo de idiotaaa!!!, el resto te lo dirá ella misma, así que ahora yo me largo, Ustedes dos tienen mucho de que platicar, jajajaja!!!!!

Cuando el mecánico quiso avanzar hacia la puerta de salida de la habitación, se dio cuenta que Cesar aun lo obstaculizaba mirándolo en forma imponente, el viejo solo lo miro penetrantemente a sus ojos, mientras le sonreía con una de sus más detestables sonrisas de burla, Cesar quien también lo miraba con algo de enojo, se dio cuenta de la salvaje ferocidad que destellaba desde su mirada, situación que lo hicieron recordar la descomunal verga que se gastaba el amante de su mujer, que en comparación con la diminuta verguita que el poseía lo hicieron pensar que era como comparar a David y Goliat, el pobre se sintió degradado y menoscabado varonilmente, hasta que la aguardentosa voz del viejo panzón lo hicieron dimitir en sus pretensiones de imponer justicia,

--Me das permiso hijo!?, le retumbo la despreciable solicitud que le hacia el viejo en forma irónica, y con una mirada que destellaba fuego, si como de sus ojos destellaran rallos y centellas con forma de vergas rojas, por lo menos esa era la impresión que tenía Cesar, que poco a poco se iba sintiendo desacreditado con la intimidatoria presencia de aquel amachado y panzón viejo que Gabriela había escogido para ponerle los cuernos.

Cesar ya totalmente humillado y sin saber por qué, se hiso a un lado permitiéndole avanzar, hasta que el vejete amante de su mujer antes de retirarse, volteo y nuevamente se dirigió a Cesar para decirle algo,

--Lo último pendejo…!! Y escúchame bien lo que te voy a decir… Cesar ya casi lo miraba asustado por la desencajada forma que el viejo lo miraba respirando como un toro embravecido, ahora realmente le estaba haciendo sentir más en menos todavía, el viejo continuo, --Habla lo que tengas hablar con ella, pero mucho cuidadito con que se te vaya a ocurrir golpearla, porque si yo me entero de que le has tocado uno solo de sus dorados pelitos… voy a venir a buscarte imbécil… y ahí sí que no querrás saber quién realmente soy pedazo de idiota… Ahora hablen!!, fue lo último que dijo don Cipriano antes de retirarse, a los pocos segundos se escuchó el sonoro portazo de la puerta de salida del departamento.

Minutos antes don Carlos Bernabé por fin pudo escuchar lo que realmente estaba ocurriendo al interior de la vivienda, debido a que sintió clarito como la mujer del arrogante de Cesar Guillen comenzaba a llorar, como a su vez también escucho la voz de otro hombre, todo indicaba que a lo mejor la rubia luego de la fiesta se había encamado con otro, y quedo más que confirmado cuando escucho que el mismo Cesar exigía que le explicaran que era lo que estaba sucediendo, con una voz que no era la normal, con todo esto el conserje ya estaba temblando de emoción, se imaginaba a la joven mujer completamente desnuda con esos endiablados muslos que se gastaba abiertos y dejándose clavar por un hombre ajeno a su matrimonio, sin darse cuenta ya estaba con la verga bien parada, y cuando quiso seguir escuchando vio que venían bajando por las escaleras dos de las vecinas que vivían en el edificio, una de ellas era enemiga acérrima de Gabriela, ya que había sido su propio marido una de las víctimas de los celos enfermizos de Cesar.

--Buenas tardes don Carlos… que hace ahí como los bandidos… no me va a decir que ahora le dio de andar escuchando por detrás de las puertas?, le dijo una de las residentes.

El viejo recomponiéndose y acomodándose la verga para que las viejas no se dieran cuenta que la tenía parada, les hiso señal de silencio y las llamo hacia otro sector del pasillo alejándose de la puerta de la casada,

--Buenas… mis respetadas señoras… creo que en el departamento de la rubia está quedando la cagada… su expresión era como de sorpresa y de sorna,

--No me diga?… pero cómo? no entiendo… pero si la muy sin vergüenza anoche estaba de fiestoca… aprovechando que el enfermo mental de su marido no estaba en la casa…

--Eso es mi señito… pero resulta que el hombre acaba de llegar…yo mismito lo vi subir las escaleras… y adivinen…

--Queeee!!!, preguntaron las dos viejas al unísono,

--Parece que la Gabrielita estaba acostada con otro hombre… o por lo menos así lo entendí yo, hace poco rato sentí que discutían, y la pobrecita comenzó a llorar…

--No le creo… le dijo la señora Genoveva, una cosa es que su marido la ande celando con todos los hombres del edificio…pero de ahí a que se ande acostando con cualquiera… eso no lo creo, si encuentro que a veces se viste demasiado provocativa…

--Es que Usted no me entiende, le corto el conserje, --Yo mismo escuche como le pedía explicaciones de algo en que la pillo ahí adentro, luego escuche la voz de otro hombre, y recuerden que el Cesar no estaba en la casa… entonces que hacia ella con otro hombre adentro del departamento?, y luego de haber estado de fiesta anoche…?

Ambas viejas se llevaron la mano a la boca en señal de horror y desconcierto por lo que les provocaba lo que estaban escuchando,

--Yo siempre supe que esa rubia tenía instintos de puta, dijo la otra vieja, --Y sé que mi Romualdo nunca tuvo la culpa cuando ese mequetrefe intento golpearlo porque según él, la puta de su esposa se acostaba con el que están buenito y solo la ayudaba con las bolsas del supermercado…

--Mmmm no se… aún me cuesta creerlo, decía la otra vieja, --Mi esposo también tuvo problemas con el tal Cesar, pero es lógico, la chamaca es muy atractiva, si hasta yo misma he conversado con ella y se nota que es una chica con educación…

En eso estaba el trio cuando sintieron que la puerta del departamento de los Guillen se abría para luego ver salir desde su interior un tremendo viejo de pelos canosos y enmarañados, muy gordo y desalineado, notaron que su aspecto era de lo más ordinario y chulesco, cuando paso delante de ellos para luego dirigirse a las escaleras lo escucharon como este les saludaba con una extraña expresión de burla,

--Buenas…!!!, fue lo único que les dijo antes de que lo vieran desaparecer.

Los tres se quedaron mirando con cara de asustados, ya que supusieron que tal vez ese sería el amante de la rubia.

--Yo he visto a ese hombre por aquí en otras ocasiones, dijo una de las viejas,

--Sí, yo también lo he visto desde hace algún tiempo, les decía don Carlos, --Y ahora que lo pienso este siempre se aparece cuando el señor Guillen no está en la casa, al viejo Carlos con solo imaginarse a aquella monumental rubia desnuda y abriéndole las piernas a aquel ordinario sujeto para dejarse que este le metiera su verga casi lo noquearon de calentura, y justo en el momento en que pensaba despachar a las viejas para ir a mandarse la paja de su vida en honor a la casada, sintieron como el matrimonio discutía a gritos al interior de su departamento, por lo que rápidamente se fueron acercando a la puerta de los Guillen, ya no era necesario acercar los oídos, las voces se oían claras.

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En la habitación matrimonial después que se marchó el mecánico solo había un silencio sepulcral, lo único que retumbaba por las paredes eran los lamentosos sollozos de Gabriela que aún se mantenía llorando desnuda. Poco a poco fue envolviendo sus apetitosas desnudeces con una de las sabanas, Cesar por su parte solo se mantenía en silencio y se había sentado al otro extremo de la cama con sus dos manos agarrándose la cabeza, y pensando que es lo que pasaría ahora con ellos,

--Cesarrrr… por favor perdóname por lo que viste… me vestiré e iré a buscar a Jacobo… él está con Lidia… Gabriela quería por todos los medios posibles rehuir la situación y para tener tiempo de pensar de cómo le explicaría a su esposo la tremenda cagada que se había mandado en todo este tiempo…

--Noooooo!!!!, gruño Cesar como un verdadero poseído, --Nosotros tenemos una conversación pendiente Gabriela, así que ahora llamare a mi madre para que ella vaya a buscar a Jacobo y luego hablaremos…

--Pero Cesar, el niño ya debe estar aburrido y debe querer que yo lo vaya a buscar…

La rubia no alcanzo a terminar lo que estaba diciendo,

--Y ahora te preocupas de esooo!!??, y porque no se te ocurrió antes de que yo llegara!!??, le gritaba Cesar preso por una ira jamás sentida, --O estabas muy ocupada refregándote la zorra en la verga de ese tipo!!???… La cagaste Gabriela descuidaste a tu hogar y a tu hijo y preferiste estar revolcándote con un desconocido… Eres una autentica putaaaaaa!! Ahora vístete sinvergüenza de mierdaaaa!!!, termino diciéndole con su rostro descongestionado por el odio y los celos.

--Ce…sar cariñooo… no me trates así… de verdad que yo no quería que esto sucediera!, le decía Gabriela con voz suplicante y como si le faltara el aire para hablar, de su mente ya había desaparecido la imagen del mecánico, y lo único que deseaba en estos momentos era que de alguna forma si es que existía, su vida y la de su familia volvieran a la normalidad.

--Y como quieres que te trate puta estupidaaaaa?!!! Si te acabo de sorprender culiando en pelotas con un sujeto que da el aspecto de ser un verdadero delincuente!!!!, Encuentras eso normal!!???

--Cariñoooo… perdonameeeee…! por favor perdonameeeeeee…!! Lo sientooooo… de verdad lo siento muchoooooo…!! Sniffsssss!!!, Sniffsssss!!!, ahora lloraba desconsoladamente nuestra rubia…

--Mi madre me lo había dicho desde hace mucho tiempo!… Si hasta me lo advirtió… ella siempre supo que detrás de tu carita de niña buena se escondía la más barata de las rameras de toda la ciudad!!!... Y yo que hice!!??? Te preferí a ti trola de mierdaaaa y así me pagassssssss!!!!????,… Revolcándote y cruzándote como una perra con el primer hombre que te muestra una vergaaaa!!!

--Ya no sigasssss Snifffsss!!!, solo perdonameeeee!!!! Fue un errorrrrr solo fue un maldito errorrrrrr!!! Sniffssssss!!!!!

--Claroooo!…, decía Cesar paseándose por la habitación de un lado a otro, --Ahora basta con solo pedir perdón y asunto olvidado!!, pues no Gabriela!!!... esta vez no te saldrás con la tuya… o acaso crees que no me acuerdo!!!???, yo ya sabía que algo raro te estaba ocurriendo!!!,… para nuestro aniversario te desapareciste por casi toda la nocheee!!, si hasta una vez te escuche como te pajeabas la zorra encerrada en el baño!!!!, luego vinieron tus extrañas salidas al médico… a las terapias… y en todas ellas te fuiste a desarmar culiando con ese tipo no es así!!! Vamos… contestameeeeee!!!!!

--Sniffssss!!! Cesarrrr… solo perdonameeeeee…sniffssssss!!! No lo volveré a hacerrrrrr!!!, le comenzaba a prometer la contrita y arrepentida mujer, --De verdad que nunca más te fallare cariño… Snifffssss…!! Te lo jurooooo por nuestro hijooooooo!!! Sniffsssss!!!,

--Solo eres una zorraaaaa!!…, le reclamaba el despechado y dolido hombre quien recargaba su vos en sus palabras, --Una vil y cochina zorraaaa asquerosaaa y calienteeeeeeee!!!!… Esta conversación queda pendiente y ahora ve a bañarte y vístete putaaaa!!!!!!… de verdad que me das ascoooooo!!!!!, fue lo último que le dijo antes de salir de la habitación.

Ya en el pasillo del tercer piso del edificio se había juntado toda una aglomeración de vecinos y todos comentaban lo que estaba ocurriendo al interior del departamento, cada uno de ellos daba su punto de vista de lo que habían escuchado,

--Se lo merecía el muy come mierda, a la pobrecita siempre le achacaba que se acostaba con uno y con otro, hasta que sus sueños se le hicieron realidad, jajaja!!!, opinaba y reía un jubilado…

--Yo siempre supe que era una puta, pero nadie me creía, decía otra de las viejas…

--No puedo creer que se dejara follar yendo a dejar a su hijo en la casa de amigas, válgame Dios decía una abuelita a la misma vez que se persignaba…

--Seguro que ahora se separan, que horror, opinaban una joven pareja de enamorados…

--El tipo con el que se acostaba era uno de estos que duermen en la calle…

--Yo creo que la van a perdonar…

--O la perdonan o la matan, por puta…

--Ni siquiera las perras se descuidan de sus hijos, para ponerse a culiar…

--Ahora tiene que mandarlo a la verga y ponerse a follar con todos los que ella quiera…

--Pero si yo la veía tan calladita…

En fin casi todo el edificio en donde vivía el matrimonio Guillen se enteró que la rubia del tercer piso le ponía los cuernos a su marido cuando este no estaba en casa, y todos o la gran mayoría estaban a favor de la casada infiel, el tipo se lo merecía por ser tan odioso y creído, y al notar como ya la discusión había bajado de tono, todos bajaron a fumar y a seguir comentando y apostando de lo que podría seguir sucediendo al interior del departamento.

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El angustioso estado psicológico de nuestra rubia quedo en un estado verdaderamente deplorable y totalmente perturbado, el arrepentimiento y los sentimientos de culpa le machacaban su conciencia, sabía que ya no había vuelta atrás, lo de ella y el viejo había sido una verdadera estupidez, pensaba a sabiendas que ahora Cesar tenía el sartén tomado por el mango, y las altas posibilidades que le quitaran a su hijo por adultera le espoloneaban la mente manteniéndola en un lamentable estado de angustia y culpabilidad.

Como una verdadera autómata se encerró en el baño para ducharse, bajo el agua lavo sus curvas siempre llorando en silencio, sus manos y cuerpo temblaban como el de una verdadera esquizofrénica, intentaba buscar una explicación que darle a su marido, pero por más que pensaba no se le ocurría nada, hasta que llego a la conclusión que la verdad era una sola, tendría que reconocer su falta ante su marido y continuar solicitando su perdón, por ahora no quería saber nada del viejo culpable de sus desgracias, y que más encima le había casi regalado sus ahorros de toda una vida, esto ahora recién lo notaba como algo terrible y la hacían llorar más audiblemente.

Se vistió con unos apretados jean azules, y una blusa celeste no tan ajustada, que era lo más sobrio que tenía para la ocasión, debido a que sabía que no sacaba nada con intentar seducir a su esposo para obtener el indulto, ya que cada vez que sus miradas se entre cruzaban las de él eran solo de odio y rencor.

En un doloroso mutismo Gabriela se dio a poner en orden su departamento, mientras Cesar esperaba sentado en la mesa a que llegase su madre a buscar las ropas del hijo de ambos para llevárselo a su casa, y para que esta no llegara a la mitad de la batalla de palabrotas, confesiones lujuriosas, suplicas y obscenidades que ahí se seguirían desatando solo en un par de horas.

Cuando la señora Romina entro al departamento a buscar las cosas de Jacobo, su mirada hacia su nuera era de triunfo, hablando en voz alta le dijo a su hijo,

--Creo que me llevare toda la ropa del niño… hasta que decidas que harás con tu situación y la de tuuu…, dijo esto último mirando a Gabriela quien se encontraba totalmente derrotada sentada en uno de los sillones, la suegra gozaba a miles humillando a sus anchas a la rubia delante de Cesar, y que este no la reprendiera como lo había hecho en otras ocasiones, --Mmmmm… no sé cómo decirle ahora después de lo que paso, pero Jacobito no puede estar en un lugar en donde le dan malos ejemplos.

Cada palabra que decía la vieja destrozaban aún más a la ya rota conciencia de la casada, esta sentía unas tremendas ganas de lanzarse contra esa bruja y ahorcarla con sus propias manos, pero sabía que una reacción así complicaría aún más su delicada situación si es que a Cesar se le ocurría llevarla a tribunales.

Una vez que Cesar cerró la puerta y la rubia supo que por fin ya estaban solos y que era la hora en que ella se la tenía que jugar toda para no perder a su familia y especialmente a Jacobo, fue quien se paró del sillón y comenzó con las suplicas,

--Cesar…!! de verdad lo siento…!!! Esto no debió haber ocurrido nunca… yo nunca debí…

--Desde hace cuánto tiempo!!??, le interrumpió sonoramente su esposo ahora pero ya un poco más calmado, a la vez que se sentaba en uno de los sillones con su mirada puesta en el piso, la rubia se quedó callada por algunos segundos,

--Desde hace cuánto tiempo que!?, se atrevió a preguntarle ahora ella,

--Desde hace cuánto tiempo te estas acostando con ese tipo!!??. Gabriela nunca pensó ni se imaginó que Cesar le haría ese tipo de preguntas, totalmente consternada solo se mordía los labios y entre cruzaba nerviosamente sus dedos a la altura de su vientre. --Si realmente quieres solucionar esto, me lo deberás decir todooo, y sin mentiras…, Cesar tomando aire poso su mirada en la de su esposa para volver a repetirle y continuar, --Gabriela necesito que me lo cuentes todo y sin patrañas de por medio, o si no te juro que nunca más en tu vida volverás a ver a Jacobo!

La rubia en forma desesperada al imaginarse que nunca más volvería a ver a su hijo quiso contestarle a su marido, pero algo se lo impedía, seria vergüenza quizás, el caso fue que entre sollozos quiso seguir explicándole,

--Cesar… cariño… perdonameeee!, todo fue un error!…sniffss!!... solo fue un maldito errorrr!!! Sniffss,

--Te lo vuelvo a preguntar!… desde hace cuánto tiempo que te revuelcas como una puta con ese hombreeee!!!???, Cesar la veía con su rostro congestionado por el llanto, hasta que sus oídos escucharon la respuesta de la mujer,

--Tres meses!…, contesto finalmente mientras se sentaba en una silla…

--Tres meses!!!! Le grito Cesar, --Y si hoy no llego y te sorprendo en pelotas culiandotelo y hablándole todo tipo de pendejadas, hasta cuando pensabas ocultarmeloooo!!!???. Cesar al notar el silencio de Gabriela y verla como seguía llorando se sintió invadido por una casi traumática sensación de indignación e impotencia, enceguecido por la ira se dio a tratarla de la peor forma que su alterada mente se lo demandaba, --Eres una rameraaaa!… eres una verdadera perra calienteeee!!! Eres peor que una putaaaa!!!!! Si hasta le dijiste lo mismo que me dijiste a mí solo hace algún tiempoooo!!!!,

--Cesar te lo suplicooo perdonameeee!...te juro que nunca más volverá a sucederrrr!!

--Pero porque?… porque lo hiciste puta estupidaaaa!!??, no pensaste acaso en mi… en nuestro hijo… en cómo me deslomaba trabajando para ahorrar dinero, mientras tu salías a prestar la zorra como una autentica putaaaaa!!??, el encolerizado hombre más se indignaba al notar su silencio, --Y ahora te quedas calladaaa!!??, vamos respóndeme mierdaaaa!!??,

--Me sentía solaaaa!!

--Queeeee!!???

--Cesar de verdad que yo no quería… y la situación se me fue de las manos… pero de verdad que me sentía sola en todo ese tiempo que tú te ausentabas de la casa.

La rubia intentaba defenderse como podía, ya que la culpa era solamente de ella en ese extraño afán de querer vengarse del viejo cuando este quiso aprovecharse de ella y lo acompaño a un motel sin ningún ánimo de concretar nada, lo malo fue que en aquella ocasión se calentó tanto con solo mirarle la verga al vejete que sin darse cuenta ni ella misma termino acostada y revolcándose como una puta con don Cipriano, y si se ponía a explicarle a Cesar todas esas mamadas este sí que no entendería nada, así que se fue por lo más fácil, seguir mintiéndole.

--O sea que mi mujer… mi propia esposa no es capaz de estar sin que se la pisen y se la culien cuando yo salgo a trabajar!?... es eso lo que me estás diciendo!!??

--Noooo Cesar!!… no es tan así!!!…, ahora la rubia ya un poco más dolida por como la estaban tratando comenzó a defenderse con la verdad. --Además que… que alegas tanto!? Si tú y tu madre siempre me tildaban de puta cuando la situación no era así, antes de conocerlo a él yo solo me debía a ti y a nuestro hogar, hasta que… La rubia no encontraba las palabras apropiadas,

--Hasta que lo conociste a él verdad!?, le interrumpió Cesar…

--Si, le contesto Gaby mirando al suelo y algo avergonzada,

--Y te has puesto a pensar con qué cara ahora veré a mi madre, si es que llego a perdonarte…?

--Cesar…! Cariñooo!! Olvidémoslo todo!!… vámonos de la ciudad!!, te juro que nunca más ocurrirá algo así!!! Le dijo Gaby a su marido sentándose al lado de él, este reacciono motivado por la espeluznante situación en que la había visto y se separó en forma casi automáticamente de ella dándole a entender el rechazo que ahora le causaba. Gabriela a pesar de darse cuenta de ello lo soporto ya que sabía que ella era la culpable de todo.

--Eres una desvergonzada… como fuiste capaz de traer a nuestro hogar a ese tipo!?…

--Cesar por favor…vamon…

--Cállate que aún no he terminado!!, Cesar la miraba como poseído por el demonio y continuo con las afrentas, --Como no pensaste en Jacobo!?... Tanta era tu calentura que te ponías a culiar sin pensar en mí ni en nuestro propio hijo!!??...

--Jacobo no se dio cuenta de nada… tuve mucho cuidado con eso…

--A si ha!?, entonces como me explicas que hoy mismo te acabo de sorprender acostada con otro hombre y con tu hijo encargado en otra casa!!??, Gabriela solamente se daba a morderse los labios mirando hacia el piso, la situación cada vez se le enredaba más, y ya no sabía que más decir para intentar bajarle el perfil a su imperdonable falta, --Contéstame zorra sin vergüenza… no te quedes callada!!!

--Jacobo no se dio cuenta de nadaaaa…! Solo…solo le dije que él se quedaría con Lidia mientras yo estaba en casa con don Cip…, en el momento en que Cesar estaba que se desmayaba por tanta ira contenida, la rubia casi comete la indiscreción de nombrar a su amante, pero alcanzo a reaccionar para contestarle con sus ya típicas estupideces que decía cuando se veía acorralada,--Le dije que yo solo me dedicaba… a… jugar… con… ese… hombre… estoy segura que no se dio cuenta de nadaaa…, termino diciéndole más que avergonzada y con su voz entre cortada.

Cesar quedo derrumbado en uno de los sillones con sus dos manos puestas en sus sienes, había escuchado las desvergonzadas aclaraciones de Gabriela y por cada palabra que salían de sus labios estas le quemaban su corazón, su mente era un verdadero caos, quería matarla por haberse entregado a otro hombre, y a qué clase de hombre se repetía una y otra vez, cuando el despechado marido intentaba calmarse le veían las horrendas imágenes de ver a su esposa en los brazos de un miserable vejestorio, y la ira le volvía a raudales posesionándose de su mente y conciencia, pero él quería saberlo todo a bajo de cualquier costo,

--Le dijiste que lo amabas… es eso verdad!??,

--Noooo Cesar no es verdad… por favor creemeeee…

--Y por qué le dijiste eso entonces!?? No entiendooo!!! Dimeeee!!!!

--No lo sé… de verdad que no lo seeee!!!

--Dimeloooo… ya no vale la pena que sigas ocultándomelo… lo amas verdad!!??, el pobre Cesar estaba aterrorizado de la respuesta que le podría dar su esposa, --O al menos explícame por qué se lo dijisteeeee!???

--No lo seeee… tal vez se lo dije…por…por haberme sentido exi… ta… daaaaaa… (Otra estupidez…), le contesto como para tal vez así salir del paso.

Con esta última respuesta Cesar ya casi estaba que se largaba a llorar, se tapaba los ojos, la cara, se rascaba su rubio cabello intentando buscar alguna explicación lógica de todo esto que estaba sucediendo.

--O sea… y por lo que entiendo…solo se lo dijiste de calienteee!!??... Cesar cada vez se sulfuraba más por las estúpidas respuestas de su esposa, --No lo sé Gabriela… no sé si podría soportar vivir y dormir todos los días al lado de una puta…!!, le dijo de pronto y luego de un par de minutos de silencio, en los cuales Gaby no sabía dónde meterse por la tremenda cagada en que la habían pillado.

--Cesar… no me digas eso… por favor no me trates así…, le rogaba nuestra pobrecita casada,

--Eso es lo que eres desde hoy día para mi Gabriela…!! Una pobre y vulgar puta barata!!!, creo que pasaran años para olvidar lo que hoy vi en nuestra habitación…

--Cariñooo solo perdóname y veras que no te fallare… seguía rogando la rubia totalmente destruida y humillada por como la estaban insultando…

--Cállate zorra miserableeee!!… en esta casa ya no tienes ni un solo derecho, en la mirada de Cesar solo predominaba un profundo odio, pero la verdad amigos míos era que el pobre estaba enceguecido por los celos, no daba crédito a que lo hayan cambiado por tan vetusto y vulgar vejete, si hasta en una ocasión le dieron ganas de tirársele arrancarle sus ropas y violársela el mismo por puta, pero su mente le decía que con semejante pedazo de verga que su Gaby ya había probado… que cosa podría hacerle el con su verguita?, y esto más lo exasperaban sin saber qué hacer.

Pasaron como dos horas en que Gabriela estuvo suplicando el perdón, soportando todo tipo de humillaciones y palabrotas de grueso calibre por parte de Cesar quien le gritaba a destajo y en sus propias narices lo muy puta que era ella, hasta en una ocasión tubo la insana intención de golpearla, pero cuando ya estaba empuñando su mano para mandarle un puñetazo en la cara o donde le llegara, en su mente escucho la burlesca expresión de ese extraño hombre, y en su cabeza retumbaron claramente sus palabras: “mucho cuidadito con que se te vaya a ocurrir golpearla, porque si yo me entero de que le has tocado uno solo de sus dorados pelitos, voy a venir a buscarte imbécil… y ahí si sabrás quien realmente soy pedazo de idiota…”, a la vez que la imagen de aquella gigantesca tranca de carne se dibujaba a la perfección en su mente, la veía igual de reluciente y aceitosa como la vio en el mismo momento en que Gabriela se la desclavaba, esto hiso que sus intenciones de golpearla se le esfumaran en el acto de su mente, pero redoblo su ira insultándola y recordándole que para él desde ahora solo era una vulgar puta arrepentida.

La triste casada poco a poco fue menguando en sus suplicas, la voz de Cesar la escuchaba como si este fuese un hombre extraño y no su Cesarin que ella bien conocía, poco a poco fue asumiendo que él tenía razón, ya nada entre ellos volvería a ser igual, y la separación y el divorcio ya eran un hecho inevitable, lo que más la atormentaba era saber la situación en la cual quedaría su hijo, pero se dijo que en el peor de los casos resolverían el tema en tribunales.

Gabriela lentamente se fue poniendo de pie para luego dirigirse al baño, Cesar la seguía diciéndole todo tipo de leperadas y vulgaridades que Gabriela por primera vez las escuchaba salir de su boca, ella solamente lo dejo que le dijera todo lo que él quisiera, se lavó la cara para refrescarse y volvió a tomar sus dorados cabellos con una traba despejando la lozanía de su cara, ya no le contestaba nada a su marido, se dirigió a la que había sido su feliz habitación matrimonial seguida por un eufórico Cesar quien estaba descargando todos sus traumas de niñez diciéndole y recordándole que ella era una ramera, una puta, una verdadera perra caliente y así muchas cosas más, pero cuando este la vio sacar desde el closet una maleta, para luego verla como abría sus cajones para comenzar a sacar sus ropas, el ahora incrédulo Cesar por fin se quedó callado, mirando en forma atónita como su mujer, su propia esposa estaba haciendo las maletas para largarse lo más seguro que con su amante, fue lo que pensó, nuevamente se estaba comenzando a escandalizar.

--Y que se supone que estás haciendo ahora Gabriela!!??, le pregunto aun enojado, pero también un poco asustado,

--Cesar… tienes razón… mi falta es imperdonable… y tú no te mereces una mujer como yo…

--No me dirás que piensas abandonarme!!, De verdad me cambiaras por ese viejo con el cual te revuelcas como una puta!!???

--Piensa lo que quieras…!! Si sirve de algo te digo que no!!… no pienso irme con el… solo quiero estar sola, me iré a la casa de mi madre, o a lo mejor a algún hotel… ya no tengo nada que hacer aquí!!!…

--Mientes!!!, le grito con cara de enajenado, así se le notaba por la forma en que abría sus ojos mirando como su esposa seguía sacando su ropa de los cajones… --Tu…tu… tú te quieres ir a juntar con el!!!, le increpaba y decía tartamudeando invadido por los celos…

--No Cesar… no es así…!! la rubia ya se había serenado y recuperado la compostura y le hablaba con sinceridad, --Estuve más de dos horas rogando y suplicando por tu perdón, en donde solo recibí tus insultos, y te entiendo… es normal que me trates así, y espero que algún día logres perdonarme, y si no lo haces lo entenderé perfectamente, pero creo que por ahora lo mejor para ambos es estar solos, y para que te quedes tranquilo una vez que ya este instalada te llamare para que no creas que saliendo del departamento me fui a acostar con él.

--No te creo!!... tú lo tenías planeado todo!!!…, la gritaba con la voz de como si se fuera a poner a llorar, --Ahora los dos se irán a acostar y se reirán de mí!!!. Cesar estaba enceguecido, Gaby ahora sí que lo estaba desconociendo de verdad.

--Cesar… entiendo tu ira y enojo… pero de verdad que estas actuando muy extraño, le decía eso ya que lo veía temblar contrayendo todos los músculos de su cuerpo. Lo vio que se lanzó como un poseído a su cartera para sacarle su teléfono celular y para luego decirle,

--Si de verdad estas tan desesperada por ir a acostarte con él llámalo!!... y dile que te venga a buscar…!!!

--No!! No lo hare… Cesar… yo no hare eso…!!!, la rubia miraba un poco asustada como la temblorosa mano de Cesar le sostenía el teléfono al frente de sus narices para que ella llamara a su amante tal como insistía en que ella lo hiciera, --Cesar yo no lo llamare… además que ya te dije… por ahora lo único que quiero es estar sola!!!, la rubia le decía la mismita verdad, pero él no le creía nada!!!…

--Llámaloooo!!, le volvía a insistir un enloquecido Cesar…

--Cesar noooo…! Entiendo tu enojooo...pero….

--Llámalo putaaaaaa!! Yo sé de lo desesperada que estas por llamarlo e irte a revolcar con el…así que llamaloooooo!!!!!. Cesar estaba actuando como un verdadero loco.

--No me hagas hacerte esto Cesar…, Gabriela intentando tomar un poco de aire y de no herir más de lo que ya lo había herido y quería hacerlo entrar en razón, --Cesar si lo llamo así como tú me lo estas pidiendo… el me vendrá a buscar y no quiero hacerte pasar por eso… de verdad… aunque no nos vayamos a acostar como tú piensas, el me vendrá a buscar igual…

--Eso es lo que tú dices zorraaaaa… pero lo más seguro es que cuando vea tu llamada cortara el teléfono al instante, él ya se desfogo utilizándote como un objeto, y como a una cualquiera, vamos convéncete tú misma… Llamaloooo!!!, Gabriela quien ahora temía que su marido la golpeara en cualquier momento, tomo su teléfono y marco el número del mecánico, pero más para que Cesar se callara que para que el viejo la viniese a buscar, el teléfono dio el tono de marcado hasta que ambos escucharon la ya conocida y aguardentosa voz del vejete quien decía…

--Hola…Hola… Gabriela estas ahí!? Ricura me escuchas!?? Y en el mismo momento en que Gabriela pensaba en cortar la llamada para así terminar el tormento de Cesar, este le arrebato el teléfono de las manos ya que pensó que ella realmente le iba a pedir al viejo que la viniera a buscar, con todas sus fuerzas lanzo el celular contra uno de los muros de la habitación el cual se reventó quedando destrozado por completo, la rubia ahora sí que estaba asustada de verdad nunca en su vida había visto a Cesar en aquellas condiciones estaba como un loco, pero su sorpresa fue aún más grande cuando lo vio arrojársele a sus pies para comenzar a rogarle en forma patética y llorando como un verdadero maricon,

--Gabriela perdonameeee… Buaaahhhhh! yo…yo tengo la culpa de todo estoooo…! Buaaaaahhh!! Por favor no me dejes… no me dejes por otro hombreeee… no te vayas de la casa…, Buaaaaaahhhhhh!!!!, le rogaba y lloraba preso de desesperación,

--Cesar es que no sé qué decir… lo nuestro no tiene solución…

--No me dejes… no me dejes… te lo suplicooo…Snorffsss!!, nunca más volveré a dejarte sola… Snorffsss!!! Perdóname por todo lo que te dije amor… nunca más lo hare… pero no te largues con él… Snorffsssssss!!!!

Gabriela lentamente se fue sentando en la cama con su marido llorando como un niño y arrodillado a sus pies, sus sollozos terminaron por quebrarla, de pronto recordó sus años de noviazgo y lo felices que habían sido, ella lo quería, lo quería mucho, pero era tan solo eso, solo lo quería, ahora ella lamentablemente amaba a otro.

La casada solo pensaba en todo lo que había ocurrido en este fatídico día, escuchaba los lamentosos gimoteos de su marido y sintió pena por él, sabía que Cesar era un buen hombre y que no se merecía estar en la situación en que ella misma lo había puesto, poco a poco lo fue acariciando en el pelo prometiéndole en silencio que haría todo lo posible por no volver a fallarle, Cesar en esos momentos lloraba desconsoladamente en sus muslos, se negaba a odiarla, se negaba a tener que separarse de ella.

La rubia por su parte ahora no lloraba, solo pensaba en como seria esa relación entre ella y su marido después de lo sucedido, y si es que llegaban a una eventual reconciliación como lo haría con el hijo que llevaba en su vientre, con lo del dinero existía la posibilidad de que el viejo una vez que se recuperara de su estado económico se lo devolviera, pero con lo del hijo de ambos eso sí que estaba complicado y ella por nada del mundo se haría un aborto.

Cesar ya una vez más calmado levanto su vista para encontrarse con esos hermosos ojos azules que lo habían enamorado en su juventud,

--Me perdonas!?, le consulto a su mujer quien ahora lo miraba casi con ternura…

--Cesar! soy yo quien debe pedir el perdón, tú has sido un excelente marido, y no te merecías una canallada como la que te hice, y no sé si podré mirarte a los ojos de la misma forma que antes…

--No habrá problemas cariño, juntos lo superaremos… solo prométeme que no te iras con ese viejo como pensabas hacerlo…

Gabriela pensaba en todo aquello, había soportado la ira de Cesar, se había humillado ante él y ante su suegra, y extrañamente cuando tomó la determinación de que ya todo estaba perdido y que lo mejor era abandonar el hogar, una extraña sensación de paz interior la habían invadido, y ahora su marido nuevamente la ponía contra la espada y la pared, sabía desde el fondo de su corazón que ella lo que de verdad quería era irse, ordenar sus ideas para luego buscar a su macho y ver si es que este realmente se atrevía a querer iniciar algo más formalmente junto a ella, pero tristemente caía en cuenta que él también era casado, hasta que le respondió a su esposo,

--Cesar nuestra relación está dañada, y yo soy la culpable, de verdad que yo te quiero mucho y a nuestro hijo lo amo, me quedare… pero necesitare de tu ayuda para que todo vuelva a la normalidad, y si es que te preocupa que me vea a escondidas con quien tú ya sabes… puedes estar tranquilo porque no lo hare, pero quiero pedirte un favor…

--Dime!… pídeme lo que tú quieras mi vida!!… lo daré todo por recuperarte!!!…

--Yo pondré todo de mi parte… y se que en mi situación no tengo derecho a solicitar nada… pero quiero que pase lo que pase nunca más me saques en cara lo que sucedió hoy día…

--Lo jurooo!… lo juro por Dios que me esta mirandoooo!!!… nunca te lo sacare en cara amor…

--Creo que iré a prepararte algo para cenar… ya es muy tarde y debes estar muy cansado…

El quebrantado matrimonio Guillen ceno en silencio, ninguno de los dos hablo y ya eran casi las dos de la mad**gada. Cesar ya había vuelto a ser el, pero las tormentosas imágenes de ver a su mujer desnuda y en los brazos de aquel ordinario sujeto no lo dejaban tranquilo, Gaby se daba cuenta que su marido no estaba para nada recuperado de su traumática experiencia,

--Cesar… creo que por algunas noches deberás dormir en la habitación de Jacobo, yo me acomodare en el sofá, y no me preguntes los motivos, porque tú los sabes…

El marido de la mujer solo acepto tal cual como un niño acepta las ordenes de su madre, pero este descoloco a su esposa con una pregunta que Gabriela jamás imagino que él le haría,

--Gaby, disculpa pero necesito saberlo… La rubia solo lo quedo mirando en espera de lo que este quería preguntarle, --Cuantas veces lo hicieron?,

--Cesar en qué quedamos?,

--No te estoy encarando… solo debo saberlo…

La casada sabía que si le decía la verdad lo destrozaría más de lo que ya estaba, por lo que le contesto a medias, y buscando la forma más sutil posible para no dañarlo,

--Solo… me lo hiso… en un par de ocasiones, le contesto muy sofocada y sintiendo como su cara se enrojecía por la vergüenza

Cesar sintió que por cada palabra que salía de los labios de su esposa eran verdaderas cuchilladas que se le clavaban en el alma,

--Y tú lo disfrutabas verdad!?… disfrutabas cuando ese viejo asqueroso te metía la verga como a una verdadera perra!!! Vamos… admite que también te gustaba revolcarte con el…!!!!!

--Cesar… no me hagas esto… ya lo habíamos habladooo…

El hombre al notar como las lágrimas corrían por la cara de su esposa, volvió en si al instante,

--Gabriela!, perdóname cariño!!, no quise decirlo!!… no sé qué me paso… la verdad es que esto me supera!!!, le dijo a la misma vez que se paraba y se dirigía a abrazar a “su mujer”.

--No te preocupes… es normal que estés sufriendo de esa manera y yo tengo la culpa, sniffs!!!, mejor vayamos a descansar, ambos lo necesitamos…

--Si, será mejor, pero cariño…quiero que tú ocupes la habitación de Jacobo… estarás más cómoda, yo ocupare el sofá…

--Eres muy atento conmigo… te lo agradezco…

Pero la verdad era una sola, Cesar le ofreció la habitación del pequeño a su esposa con la única intención de él vigilar la puerta de entrada ya que temía que al menor descuido de su parte en alguna hora de la noche ella se le arrancaría para ir a acostarse con su amante.

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Don Cipriano trabajaba en su taller muy mal humorado, ya habían pasado seis días y su casada aún no lo llamaba, ya estaba que mandaba todo a la verga. El mismo la había llamado en reiteradas ocasiones y su teléfono siempre estaba apagado, y se juraba que por nada del mundo dejaría de ver y follarse a su mujer, y para rematarla el chango aun no llegaba para darle noticias, su hubiese sido en otras circunstancias ya desde hace rato se hubiese dejado caer en el departamento de la casada, pero ahora le estaba dando tiempo a la rubia, la situación en que los había sorprendido el marido de su hembra era mucho más que comprometedora y solo un imbécil perdonaría a una mujer después de pillarla culiando con otro hombre, solo era cuestión de tiempo. Hasta que por fin vio que la grúa ya estaba estacionando a la salida de su taller.

--Dime pendejo lograste ver algo hoy día!…, le pregunto don Cipriano al chango,

--Pus hoy día sí que me fue bien mi jefe… pero no sé si le va a gustar la noticia que le traigo…

--No te me des vueltas y dime de una vez que es lo que viste!?, le decía mientras se limpiaba sus ennegrecidas manos con un paño aún más mugriento de como las tenía…

--Bien ahí le voy… cuando ya estaba por venirme la vi que salió… pero no iba sola… la acompañaban su marido y el chamaquito, se veían muy felices, como si nada de eso que Ud. Me dijo que había ocurrido hubiese pasado,

--Los seguiste!?

--Clarines mi jefe!… fueron a un parque cercano a donde ellos viven y hasta se dieron besos en la boca… Usted cree que ella vendrá solita, tal como me dijo?.

Don Cipriano aún se sentía seguro de su casada, pero no pudo evitar la sensación de celos cuando el chango le notificaba que la había visto radiante y feliz del brazo de Cesar, y que más encima se habían besado.

--Lograste darle mi recado!?

--Uffff eso sí que me costó mucho mi jefe, tuve que esperar otra hora a la salida del edificio, hasta que cuando salió por un mandado al supermercado le pude decir que Usted quería que ella viniera…

--Y que te dijo!?

--Que por ahora no podía… y…, el chango pensó que al darle el recado la reacción del vejete seria tal que hasta le podría pegar a él con el fin de descargar su ira con alguien,

--Y que pendejo!? Vamos hablaaa!!!

--Me dijo que le dijera a Usted que la perdonara… pero quizás no iba a poder venir nunca más…

El viejo Cipriano sintió que se desinflaba con la noticia que le daba su ayudante, hasta que una vez haber meditado por unos momentos, volvió a preguntar,

--Te dijo “quizás”?… o simplemente te dijo que ya no venía más?…

--Tal como le dije al principio mi jefe… que quizás no iba a poder venir nunca más…

--Jajajaja… “quizás”… gracias pendejo… te aseguro que en unos días vendrá igual…

Esa misma noche de sábado después de seis días de lo ocurrido cuando Cesar sorprendió a su Gabriela follando con el vejete, el matrimonio Guillen conversaba de que muy pronto cambiarían de residencia, dejarían ese maldito departamento que tanta mala suerte les había traído para irse a arrendar una casa un poquito más amplia y con patio, solo le faltaba a la rubia convencer a Cesar de que tuvieran otro hijo, esta sería la última mentira en contra de su marido, inconscientemente otra vez pensaba estupideces, ya que creía que mintiéndole podría ocultar su embarazo haciéndole creer que el hijo que llevaba en su vientre desde hace un par de semanas era de él, y así salvaría su complicada situación matrimonial, pero debía hacerlo rápido antes de que se le notara algo, por lo que estaba dispuesta a entregarse esa misma noche para que el eyaculara en su interior, y así un problemilla más solucionado.

Ambos estando acomodados en el sofá hacían planes para su futuro, hasta que la mujer sorprendió a su hombre, con lo que el menos esperaba para esa noche, ya que este había decidido no presionarla y que las cosas fluyeran por si solas,

--Cesar… creo que ya es tiempo de que volvamos a nuestra habitación…

--Tú crees?,

--Si lo creo nene… además que creo que debemos hacer la reinauguración, jijiji…

Cesar la veía radiante y fresca con ese característico aroma a rosas recién podadas en el que estaba acostumbrado a olerla, y no pasada a verga y a coño como la había pillado hace algún tiempo cuando la sorprendió acostada con un viejo, pero la frescura de su esposa supero todos aquellos amargos momentos, por lo que decidió que tal vez su mujer tenía razón,

--De verdad que tienes ganas de hacerlo!?…

--Si tontito… ya te he explicado que lo otro solo fue un desliz de mi parte… una tontería… el verdadero dueño de mi corazón está aquí al lado de mí en estos momentos.

Cesar se atrevió a volver a besarla de la misma forma en que lo hacían cuando ellos eran novios, poco a poco el hombre se fue apegando a su curvilíneo cuerpo para sentirla. Se estuvieron besando y haciendo arrumacos por espacio de algunos minutos hasta que ya en forma recíproca lo decidieron, se pusieron de pie y caminaron tomados de la mano hacia la pecaminosa habitación que había sido testigo de infidelidad y adulterio.

La rubia se había encargado personalmente de cambiar todo el amoblado de la recamara matrimonial, como también la posición de los muebles y las cortinas, Cesar se sintió como si realmente estuviese en una habitación nueva.

A un lado del nuevo lecho se besaron casi con naturalidad, Cesar aun no caía en cuenta ni se imaginaba que esa dulce boquita que ahora el besaba tan apasionadamente le había chupado la verga y le había comido los mocos una infinidad de veces al asqueroso viejo que él había visto desnudo y en su propia cama, y que para rematarla en el fondo nuevamente lo estaban utilizando para hacerle creer que la concepción que su esposa llevaba en su vientre le correspondería a él y no al hombre que realmente la había preñado.

--Me daré una ducha y vuelvo enseguida, le dijo un feliz Cesar a su rubia esposa una vez que se separaron de aquel extraño beso supuestamente romántico,

--Pero apresúrate cariño deseo tanto estar acostada contigo, la rubia ni ella misma se creía lo que estaba diciendo, sus palabras le sonaban hipócritas pero así tenía que ser, ya lo había decidido, tenía que enmendar su vida y quedarse junto a su esposo y a su hijo, además que sabía que ya tendría de por vida un recuerdo del mecánico que le había robado su corazón.

Mientras se quitaba la ropa, pensaba emocionada en su ocasional encuentro con el chango, y más se contentaba al saber que el vejete estaba preocupado por ella, tal como se lo había dicho Pablo, y ella con el dolor de su corazón le había mandado a decir la verdad, pensaba que sería lo mejor para ambos, el asunto del dinero pensaba solucionarlo pidiéndole un préstamo a su madre quien contaba con una excelente situación económica, estaba en estos pensamientos cuando vio aparecer en la habitación el semi desnudo cuerpo de Cesar, con sus pectorales bien trabajados y bronceados.

Simulando estar ansiosa de que el la poseyera le estiro su blanca manita invitándolo a que él se acostara a su lado, y así fue, de un momento a otro el matrimonio Guillen ya se encontraban totalmente desnudos y acostados preparándose para el apareamiento, pero fue la hembra quien le solicito a su macho lo que ella deseaba para esa noche,

--Cesar… cariño estoy muy feliz porque ambos estamos superando nuestro quiebre relacional, y quiero pedirte un favor…

--Claro nena solo dímelo… si no quieres hacerlo… yo entiendo lo podemos dejar para otro día, Cesar después de haber superado la primera conmoción de la aberrante situación en que había sorprendido a su mujer, ante cualquier acercamiento entre ellos se ponía extremadamente a la defensiva, sumado a que ahora se avergonzaba de que su propia esposa le mirara el tamaño de su verguita, ya que sabía que ella ahora podía hacer sus comparaciones entre tamaño, poderío y resistencia, el pobre temía ir a perdedor…

--Al contrario tontito… quiero que me lo hagas y además… La rubia hiso un ademan de querer hacer más romántico eso que le quería solicitar a su marido,

--Dime nena, que es lo que necesitas… solo dímelo y veré que puedo hacer mi vida… Cesar la miraba con sus ojos semi cerrados, haciendo notar aún más el profundo amor que le profesaba a su esposa.

Gabriela aprovechando el idílico estado en que había caído el incauto de su marido, aprovecho para tirársela, y así poder salir del lio en que se encontraba y sin que se notara,

--Quiero darte otro hijo, creo que es la mejor forma de pagarte lo tan bueno que has sido conmigo… que me dices?, le consulto mientras con sus delicadas uñas le hacía cariño en sus cabellos esperando la reacción de su marido.

Cesar con solo verle su angelical carita de Diosa nórdica con que se lo pedía, no pensó nunca la mentira que se escondía tras la insólita solicitud que le hacía su Gaby, innatamente le renacieron unas tremendas ganas por cogérsela y preñarla tal como ella se lo estaba pidiendo, el feliz y excitado esposo comenzó a acariciarla por todas partes a la misma vez que echaba hacia atrás las cobijas de la cama para tenerla en total desnudez, tal como la había tenido el otro viejo que se había atrevido a follársela, pensaba un poco confundido pero muy ansioso de cogérsela.

Le sobaba y acariciaba todas las curvas de su cuerpo, le hacía cariño en la cara, en sus pechos, lo hacía con verdadera delicadeza. Bajo sus manos a sus muslos para manoseárselos con verdadera devoción, hacía mucho tiempo que no sentía las suavidades de estos, hasta que lentamente se fue ubicando al medio de ellos con claras intenciones de meterle su diminuta masculinidad.

Gabriela con solo mirar su verguita pulsando rápidamente de arriba y hacia abajo se quedó paralizada por el terror y el rechazo, ella realmente quería hacerlo con Cesar y olvidar todo lo que había pasado con don Cipriano, buscaría la forma de poder llevarse mejor en la cama y a todo lo que se refería al sexo, pensó que en esos momentos lo mejor era intentar hacer creer a Cesar que ella deseaba sentirse suya, así que se dejó llevar por la situación por lo que ya sabía de lo que le iba a pasar, se tenía que entregar a su marido si quería salvar lo poco que aún quedaba de su matrimonio y por sobre todo el futuro de su Jacobo, así que solo se dio a concentrarse a fingir que todo lo que le hiciera Cesar ella lo disfrutaría.

Luego de unos minutos de caricias, arrumacos y besuqueos fingidos por parte de una, y desesperados y urgidos por parte del otro, la rubia lentamente se fue abriendo de piernas invitándolo a que él se subiera y le refregara su cosita de una buena vez por todas, hasta que lo sintió acomodarse sobre su cuerpo, ella solo cerro sus ojos no quería verle la cara de excitación esto la choqueaban pero sabía que en un corto plazo lo debería de superar, pensaba en esto cuando de muy malas ganas sintió el pecho de su marido aplastarse con sus tetas duras y turgentes.

Cesar por su parte se sentía completamente excitado, su verga la sentía erecta y dura como el acero, según él, por lo que dirigió su cosita a la entrada de la vagina de su esposa quien lo esperaba con sus muslos abiertos y con sus ojos bien cerrados.

Gaby sintió los gemidos de Cesar al notar el roce de su rosada verga con los dorados pelitos de su vagina, esos gemidos le recordaron sus gimoteos cuando lo vio llorando y rogándole que no lo abandonara, el hombre se movía como un desesperado intentando metérsela pero no lo lograba ya que en su mente se había instalado la imagen de aquella descomunal verga con la que habían hecho bufar de placer a su mujer, y sentía miedo de que ella ahora no sintiera nada, estos obscenos pensamientos hicieron que su verguita se le bajara y perdiera poderío, pero aun así el hombre no dejaba de paseársela por el apetitoso tajo de carne que poseía la rubia quien dándose cuenta del problema de su marido, decidió ayudarlo.

--Cesar… ponte de espaldas…!

--Qué?...que es lo que dices??, le consulto Cesar algo cohibido por el ofrecimiento que le hacía su esposa,

--Déjame a mi… tu solo relájate…

Con el hombre ya puesto de espaldas, la casada muy a su pesar tomo aire y arreglo sus rubios cabellos despejando su cara de ellos, con mucha delicadeza busco entre los rubios pelos íntimos de su esposo la escondida cabecita de su verga, con dos de sus dedos pulgar e índice comenzó a masturbarlo de a poco, luego de unos minutos la hembra ya movía su mano rápidamente hasta que sintió en la yema de sus dedos una tímida dureza en la verga que manualmente pajeaba,

--Tócame!!, le dijo tomando ella misma una de las manos de su esposo y poniéndola en una de sus caderas, Cesar estaba encantado con esa nueva faceta de su esposa, y sobre todo cuando la vio ponerse en 4 patas para ella misma comenzar a chuparle la verga.

Gabriela se la chupaba sintiendo asco y nauseas, esa verga blanda y flácida no estaba a la altura para una mujer como ella pensaba mientras se la seguía mamando, pero debía conseguir una erección o algo parecido para que Cesar se la pudiera meter y eyacular adentro de ella.

Luego de unos deliciosos minutos para Cesar pero muy traumáticos y frustrantes para Gaby, ella determino que el hombre ya estaba en condiciones de mantener una erección por algunos minutos, pero debía actuar rápido antes que se le bajara,

--Te gusto mi amor…?, le dijo una vez que se la saco de la boca, aún se la mantenía agarrada entre sus dos dedos, pajeándolo suavemente para que el pobre infeliz no se le fuera a ir cortado antes de tiempo,

--Si nena… vamos continua haciéndolo, le pedía Cesar casi con desesperación…

--Vamos nene yo también quiero que me hagas tu mujer, le decía a la vez que se ubicaba nuevamente de espaldas y le abría sus portentosos muslos, --Ven aquí y métemela, hazme tuya…la quiero toda bien adentro…

Cesar con solo ver el tremendo cuerpazo de su esposa ofrecido solo para él se lanzó como un verdadero endemoniado para pegarle la mejor follada de sus vidas, abrazándose con fuerzas a ella y rodeando sus hombros con sus musculosos brazos, comenzó a mover sus caderas con arremetidas bruscas intentando metérsela, como también de vez en cuando se paraba para recuperar fuerzas y para también oxigenarse, a la vez que aprovechaba para besarla y susurrarle a sus oídos de cuanto la deseaba, que la amaba, y que solo le pertenecía a él, que la quería solo para él y para nadie más, le repetía una y otra vez.

La situación para la rubia ya era más que tediosa y patética, ella lo único que quería era que se la metiera lo antes posible y que de una buena vez por todas se fuera cortado dentro de su cuerpo, para acabar con esa espeluznante pesadilla.

Sacando ya sus últimas fuerzas de coraje, la casada metió su mano por entre sus cuerpos le agarro con sus dedos la verguita y ella misma se la metió, una vez que se sintió clavada lo dejo que se moviera como él quisiera, la rubia resignadamente se quedó inmóvil y con sus bellas piernas bien abiertas mientras Cesar se movía y ondulaba encima de ella arremetiendo como si de verdad estuviese desesperado, se la cogía como si le tuviera odio, como si de verdad con esa follada él se estuviera desquitando de la infidelidad por ella cometida, él la había visto culiando con otro hombre, y por más que lo quería e intentaba, esas enajenantes imágenes no se las podía quitar de su mente, la reluciente vergota de don Cipriano había causado estragos negativos en su ego masculino.



Gabriela soportaba la extraña follada de la mejor forma que podía, se quedó en silencio, inmóvil, dejándose hacer, dejándose recibir y no sintiendo nada, dejando a su marido que la tomara y que le refregara su cosita en su vagina, aceptándola muy a su pesar adentro de ella.

La verga de Cesar se resbalaba por la dorada grieta intima de la rubia, había logrado que ella se mojara por completo y esto lo hacían sentir feliz, lo que no sabía el pobre era que Gabriela desde hace rato se imaginaba que esa resbalosa cosita que se paseaba por su coño era la lengua del mecánico que la lengüeteaba y se la comía exquisitamente y como a ella le gustaba.

La casada poco a poco se comenzó a calentar, pero no con su marido sus pensamientos estaban puestos en la grotesca imagen de su único y verdadero macho caliente, que la agarraba y hacia lo que él quería con ella y con su cuerpo, recordaba el motel, la oficina con cama, el parque donde ella se estuvo masturbando a patas abiertas delante de su Don y de un indigente, lentamente comenzó a menear sus ancas en búsqueda de su propio placer, en forma gradual empezó a acompasar los movimientos de sus caderas con los de Cesar, pero solo pensando en su Don y las locuras que este le hacía hacer, lo hacía con movimientos suaves al principio, como si estuviese levitando con sus caderas en el aire, parando su concha por los aires para notar un poco más profundo el escaso adentramiento que le propinaban, pero todo fue inútil, esa verga no le causaba nada, por lo que se dejó caer sobre la cama totalmente sudada, enojada y frustrada.

Gabriela pensó que al hombre ya le faltaba poco por eyacular así que no le quedó más remedio que seguir meneándose como si lo estuviese disfrutando, gemía y fingía para que Cesar creyera que ella estaba tan caliente como él.

El matrimonio Guillen llevaba unos buenos minutos follando, Cesar la besaba en los labios y ella se los abría sin contemplaciones haciéndole creer que realmente lo estaba disfrutando, la rubia sentía como su marido le metía la lengua hasta el fondo de su boca, la única sensación que le provocaba con esto era la de estar siéndole infiel a Don Cipriano, esto la ponían mal, y se quejaba en forma de rechazo, pero Cesar creía que la tenía perdida de calentura absoluta, en eso la rubia noto que la precaria dureza de su marido ya estaba a punto de derramarse por lo que empezó a gemir más fingidamente que antes, como si verdad ella estuviera gozando a plenitud con lo que él le hacía,

--Así Cesar… sigue haciendomelooooo!! Así mi vida que bien lo haces cariñooo!!!, la rubia se esforzaba al máximo intentando que aquel pobre infeliz se lo echara de una buena vez, le movía sus caderas como si de verdad ella lo estuviera gozando, --Dame más…dámelo todoooo… dámelo todooooo!!!… sigue follándome así mi vidaaa! Dios que bien lo haces papiiii!!!

Cesar ya no aguantando más tanta pasión por parte de su mujer, comenzó a realizar unos arrítmicos movimientos copulatorios, la frustrada rubia temiendo que este se le saliera y no pudiera culminar la follada como un verdadero hombre, como pudo volvió a meter su mano por entre sus cuerpos y ella misma se encargó de afirmar el penito de su marido para que no se le saliera y con verdadero fastidio e insatisfecha sexualmente espero a que este eyaculara dentro de ella…

--Ohhhh Diossss Gabyyyy!…me corrooooo!!…. Ay que ricooo….!!! Ay qué ricooooo!!!!

Gabriela sintió los chorritos de semen que bañaban la entrada de su dorado coñito,

--Si Cesarin muy ricooo cariñoooo!…eso!! Dámelo todo mi vida!!!, le decía a la vez que ondulaba con su cintura, para hacerle creer que ella también lo acompañaba en su momento de éxtasis.

Hasta que su calvario por fin termino, Cesar se quedó encima de ella por unos minutos, para luego echarse como vaca a un lado de su cuerpo, estaba muerto, se la había follado como desde hacía mucho tiempo no lo hacía.

--Te gusto amor?, le dijo acariciándola y viéndole su zorrita que aún estaba sucia con restos de su semen…

--Si nene… estuviste maravilloso… me dejaste totalmente molida…creo que no lo podre volver a hacer por lo menos en una semana, y que cantidad de semen que te salía cariño yo creo que así como estas de potente con dos veces más que lo hagamos ya me dejaras en cinta…

--Me encantaría tener otro hijo contigo nena, eso me haría muy feliz,

--Entonces deja recuperarme cariño… y lo volveremos a hacer en unos días, me sentiría muy dichosa de darte otro hijo…

--Te amo tanto princesa, creo y estoy seguro que no hay nada en esta vida que nos pueda separar.

Luego de que la rubia casi se fue corriendo a la ducha para lavarse, y ya estando en el baño con sus muslos semi flectados y con el chorro de agua puesto en su vagina, con sus manos intentaba retirarse hasta la última gota de inmundicia que su marido le había derramado dentro de su cuerpo, ahora le daba gracias a Dios de que este no la tuviera larga, así su semen no la contaminaría tan profundamente.

Luego de lavarse sus partes femeninas ya se pudo duchar en una forma más normal pensando que solo se tenía que volver a acostumbrar y que para unos futuros encuentros amatorios con Cesar, la situación ya no sería tan traumática para ella, quiso dedicar por algunos minutos sus pensamientos a su macho, posando una de sus manitas en su vientre y emotivamente en silencio le pedía perdón por la deslealtad que ella acababa de cometer dejándose follar por otro hombre, hasta que caía en cuenta de lo retorcida que tenía su mente, si al que le tenía que pedir perdón la esperaba acostado solo a unos cuantos metros de ella, no queriendo ponerse a pensar en ello decidió que ya era hora de ir a dormir.

Pasaron cuatro días en los cuales la rubia poco a poco iba retomando su normal estado de mujer casada, aunque ella sabía que no podría olvidar al vejete así como así, estaba poniendo todo de su parte para recuperar el equilibrio en su vida matrimonial, había sido testigo de cómo su Cesar había enfrentado en el mismo departamento a la señora Romina cuando esta se escandalizo al enterarse que su hijo había perdonado a su mujer después de haberla pillado en plana faena amatoria con un viejo con pinta de chulo, confirmando así el delito de adulterio,

--Pero que me estás diciendo Cesar por Dios! esta mujer no te ama!!, si fue capaz de traer a su amante a tu misma casa descuidando a Jacobito… lo más seguro es que nuevamente lo hará!!…

--No madre… yo a Gabriela la amo, y ya lo he decidido… juntos superaremos esta difícil situación que nos ha tocado vivir…

--Hijooo… esta mujer nos ha deshonrado a todos!… a ti sobre todo!!…, y a tu propio hijooo!!…como no entiendes!!??

--Fue un error que cometió… pero también yo no debí haberla dejado tanto tiempo sola…

La señora Romina tomando aire y ya casi desmayándose al ver la ineptitud de su hijo, volvió al ataque,

--Cesar… soy tu madre y quiero lo mejor para ti… sepárate antes de que sea demasiado tarde… hazme caso hijo ella ya está acostumbrada a andar revolcándose con tipos de baja calaña…yo también la vi…

--Escúcheme madre…parece que no me ha entendido, ya está decidido, a Gabriela la he perdonado y me ha jurado que no volverá a cometer el mismo error…

--Y tú le crees!!!, le crees más a ella que a tu propia madre!!??

--Si mamá… yo le creo…

Gabriela se sentía entre humillada, pero a la vez triunfante al ver como Cesar la defendía antes las reales acusaciones que hacia la señora Romina contra su persona, se juraba para ella misma que nunca más le volvería a fallar a su Cesar, que de alguna forma lo volvería a amar como alguna vez lo había amado,

--Cesar, te lo digo por última vez… abandona a esta mujer o ni te darás cuenta cuando ella nuevamente se esté revolcando con ese hombre gordo!!!, o te separas… o te olvidas que alguna vez tuviste madre!!…, le dijo en forma terminante,

--Si Usted así lo quiere… entonces que así sea…

Cesar camino hacia la puerta de entrada y la abrió invitando a la señora Romina a que se largara,

--Estas seguro de lo que estás haciendo!?

--Si… estoy seguro…

--Que Dios te bendiga hijo, fue lo último que dijo la señora Romina con sus ojos llorosos antes de abandonar el departamento de su hijo, jurándose no poner nunca más un pie en el lugar en donde viviera aquella puta.

Gabriela se sentía muy querida por Cesar, ya estaba más que convencida que lo del mecánico había sido un error garrafal de su parte, pero había una situación que la incomodaba y que la hacían sentir estar fallándole a su marido, y esto era que el chango había venido ya en tres ocasiones más trayéndole mensajes del viejo, en donde ella le mandaba a decir en forma determinante e indiscutible que lo de ellos no podía ser, que rehiciera su vida con su esposa como ella lo estaba haciendo con su marido.

Si bien sabía que su corazón le pertenecía, también estaba segura que el tiempo lo podría borrar todo, sumado a que el hijo de ambos mitigaría esas tremendas ganas de amarlo.

Ahora pensaba que ya tenía las tres cosas que más quería en el mundo: a Cesar, a Jacobo y especialmente al hijo de su Don, pero su amor era uno solo, lamentablemente este era un amor imposible, se decía.

La casada se sentía como la protagonista de una telenovela, y ella como una verdadera heroína se estaba inmolando en pos y en nombre del amor.

Gabriela luego de pensarlo mucho y ya sintiéndose más segura le dijo a Cesar que ella también estaba dispuesta a hacer algo por él,

--Cesar… quiero que me escuches, tengo algo que decirte…

El hombre la vio que esa mañana su rubia esposa estaba más radiante que nunca, con un vestido azul muy sobrio que para nada iba en desmedro de lo que ella poseía debajo de este. Él había llegado hace muy poco de una entrevista de trabajo en una importante empresa transnacional, en donde le habían dicho que tenía muchas posibilidades de quedar trabajando,

--Dime muñeca… te escucho…

--En vista de que en todo este tiempo hemos superado en gran medida nuestras diferencias, te voy a confiar algo que ha estado sucediendo…

--Qué cosa ha estado sucediendo?…

--Se trata de la otra persona…, le dijo refiriéndose a don Cipriano…

--Qué pasa con ese viejo! aun te sigue m*****ando!?

--Nooo cariño…mira, lo que pasa es que ha estado mandando a un muchacho a traerme recados. A Cesar por cada palabra que le decía su Gaby, se le iba formando un nudo en el estómago, --Pero yo no le he hecho caso en nada…

--Y por qué no me lo habías dicho!?

--Porque no quería que te sintieras mal, pero por eso ahora te lo estoy diciendo nene, el asunto es que tengo que ser yo misma quien le ponga un punto final a esa situación…

--No te entiendo…

--Quiero que me dejes ir a verlo a su trabajo…

--Que me estas diciendooo!!??

--Eso que tú escuchas… necesito que me dejes ir a su trabajo para decirle yo misma que ya se deje de andar enviándome recados y todo ese tipo de cosas…

Cesar se paseaba de un lado a otro intentando ordenar las ideas que pasaban por su mente, el solo imaginarse a Gabriela delante de ese hombre después de lo que ellos habían tenido lo descolocaban.

--Nooo… no lo creo prudente Gabriela… eso que quieres hacer no puedo permitírtelo…

--Nene confía en mí, o acaso en todo este tiempo no te he demostrado que yo realmente quiero estar contigo?.

El hombre pensaba en lo que le decía su mujer, y era verdad, Gaby estos últimos días se había mostrado totalmente cambiada con respecto a su actitud de los tres últimos meses, hasta que por fin lo decidió…

--Está bien… pero yo te acompañare…

--No cariño…esto debo hacerlo sola… si tú vas lo más seguro es que discutan y se agarren a golpes, Gabriela le estaba siendo sincera, estaba dispuesta a ir y decirle ella misma a don Cipriano que lo de ellos no podía ser, y lo haría a plena luz del día y en frente de todos sus trabajadores para que le quedara claro y de una…

--Es que no lo sé mi vida… esa situación me pone mal…

--Por lo mismo debo hacerlo Cesar, yo también quiero estar tranquila y debo cerrar esa oscura parte de mi vida… entiéndeme si tuviera otro tipo de propósitos ni siquiera te lo estaría diciendo, simplemente iría a tus espaldas, y eso sí que sería más feo y grave, no crees?

Cesar la contempló por unos instantes y la vio tal cual como él la había conocido, esa transparencia que reflejaba a través de sus ojos azules y sus palabras lo convencieron de que esa era su Gaby, la misma que él había conocido cuando eran estudiantes, por lo que no lo dudo y le dio su consentimiento,

--Y cuánto tiempo crees que te tome…?

--El taller queda al otro lado de la ciudad… en la camioneta creo que son 25 minutos de ida y 25 de vuelta, me demorare como 1 hora, no creo que sea más que eso… mira son recién las 10 de la mañana yo creo que con toda seguridad estaré en casa como a las 11.30 am., para que así almorcemos los tres.

--Está bien amor…ve y ten cuidado… Cesar por dentro estaba que se moría, pero sabía que su esposa le estaba siendo sincera, y ambos debían mostrarse confianza para que la cosa siguiera funcionando.

--No te preocupes cariño, esto lo hago por nosotros dos y por Jacobo, necesito que ese hombre ya deje de m*****arme y que no se sienta con derecho de mandar gentes para que me hablen a tus espaldas…

Cesar la vio salir como era ella, una mujer estupenda… Una hembra 100% rica y femenina, y que gracias a Dios ya casi la había recuperado, se despidieron con un cariñoso beso en los labios y la rubia se dispuso a dirigirse a poner fin de una vez por todas a la estupidez más grande que había cometido en su vida.

Gabriela manejaba tranquila con ella misma, estaba muy segura de saber manejar la situación con el mecánico, no podía permitirse seguir dándole hilo a esa situación si ya se había comprometido con Cesar, y él había demostrado con creces que pasara lo que pasara él siempre iba a estar al lado de ella, lo de su vida afectiva y sexual con su marido estaba segura que lo podría superar, ya que no todo en la vida giraba en torno al sexo, pero mientras más se acercaba al taller, más nerviosa se iba poniendo ya habían pasado sus buenos días en que no se veía con el vejete, y cuando ya sabía que estaba solo a un par de cuadras de llegar al taller, nuevamente a ella llego esa gratificante sensación de cosquillas en el estómago, esa mágica sensación de mariposas.

Estaciono como pudo a las afueras del taller, y una vez que logro controlar los nervios que apremiaban a su temperamento con decisión bajo de su camioneta, sabía que el tramite no debía durar más de 5 a 10 minutos, saludo con la mano a María, la chica se dio cuenta que Gabriela venia más seria que nunca, y que paso directamente hacia el taller, por lo que pensó que tal vez antes de irse pasaría a saludarla.

La casada camino a paso seguro hacia el interior del taller hasta que por fin lo vio.

Don Cipriano estaba concentrado revisando el motor de un vehículo, había decidido esperar hasta un día más y si la culona de Gabriela no lo llamaba, o no venía como él había pensado en que lo haría, el mismo iba a ir al departamento de ella y le haría un escándalo de proporciones si se negaba a verlo, y justo en el momento en que levanto su vista para gritar que le trajeran un repuesto su negra mirada se posó en la imponente imagen de aquella tremenda mujer rubia que lo miraba seriamente embutida en un vestido azul, que por más sobrio que fuera este igual le marcaban las apetitosas curvas de sus carnes, el vejete ya casi estaba botando espuma por la boca, y una vez repuesto del primer impacto, se fue enderezando hasta quedar mirándola con su cínica sonrisa limpiándose sus asquerosas manos en su overol de trabajo para luego ir acercándose lentamente hacia donde estaba mirándolo su mujer.

--Jejeje… yo sabía que en cualquier momento te ibas a parecer por aquí lindura, fue lo primero que le dijo el viejo a quien aún creía su hembra, mientras la miraba y se la comía de pies a cabeza,

--Buenos días don Cipriano… he venido solo por un par de minutos… necesito que hablemos…

--Pues no faltaba más mi Reina… pasemos a mi oficina y ahí podremos hablar todo lo que tú quieras, ni te imaginas cuanto te he echado de menos preciosura, le decía el vejete quien no paraba de estar devorándosela con su caliente mirada, y sin ni siquiera imaginarse a lo que venía su casada.

Habían pasado casi tres semanas desde la última vez que habían estado juntos, por lo tanto el viejo ya estaba más que desesperado por volvérsela a coger sumado a que en esa oportunidad no había alcanzado a eyacular por haber sido sorprendidos y descubiertos por el marido de la mujer. Sus testículos ya estaban que se le reventaban por las ansias de verter todo su hirviente contenido acumulado al interior de ese tremendo cuerpazo que nuevamente veía a su alcance enfundado en un simple vestido azul que increíblemente ya lo tenían babeando de calentura.

La vio tal cual como era ella con su cara de niña buena y sus dorados cabellos que ahora los traía semi ondulados, sus ojos azules intensos, sus voluptuosos labios rojos carmesí, y esa mirada tan llena de insinuaciones con la que ya estaba acostumbrado a que ella lo mirara, hasta que la dulce voz de Gabriela lo sacó de tan agradable estado de calentona ensoñación,

--No creo que sea necesario ir a su oficina Don, solo nos tomara 5 minutos, y aquí lo podemos hablar perfectamente…

--Pus entonces dime nalgona… que es eso tan importante que tienes que decirme!?. El viejo ya se estaba comenzando a preocupar y como a su vez a enojar, por el extraño tono de voz de la rubia, a la vez que recordaba todos los recados que le envió con el chango.

Gabriela también se dio a estudiarlo por algunos segundos, ahí estaba el futuro padre de su hijo, un viejo moreno, canoso y panzón, de más de 50 años, que en esos momentos estaba todo traspirado y hediondo a grasa, bencina y a sobacos sin asear, ella ya lo sabía y algo lo conocía, el vejete era malo para el agua y el jabón, y ahora después de 15 días se preguntaba qué era lo que tanto le atraía de este si no tenía ni el más mínimo atractivo físico, y cuando recordó las medidas vergales que él se gastaba, decidió ponerle en conocimiento a lo que venía antes de que fuese demasiado tarde y volviera a cometer otra de sus idioteces,

--Escúcheme Don… de verdad que le estoy muy agradecida por las m*****ias que Usted se tomó para conmigo, mi hijo y mi departamento, pero después de lo que sucedió en mi hogar… me di cuenta del error que estábamos cometiendo…, la rubia medía bien sus palabras para que el viejo entendiera de una buena vez por todas que lo mejor para ambos era terminar la relación que había nacido entre ellos, don Cipriano la escuchaba y por cada palabra que emitía su casada este más se iba encolerizando, --Por eso he venido yo misma a pedirle que por favor ya no mande más a Pablo para que me de sus recados, esto se tiene que terminar aquí y ahora, termino diciéndole con su cara de estar muy segura de sus convicciones, el Viejo también la miraba, hasta que le hablo,

--Así que has venido hasta aquí para solo dedicarte a decirme todo ese tipo de mamadas!?, en el resquebrajado pellejo de su cara ya se notaba que el viejo ya estaba más que enojado, sus ojos se enrojecieron en una forma extraña, situación que Gabriela noto al instante, así que determino que tenía que terminar rápido con el asunto.

Desde la entrada del taller María con el Chango no perdían detalles de lo que estaba ocurriendo al interior de este, como así mismo los 5 mecánicos que estaban trabajando en distintos automóviles en reparación se hacían los que trabajaban pero en realidad estaban escuchando con lujo de detalles lo que hablaba esa exquisita Diosa con su jefe, y que esta una vez más se aparecía por esos lares con la diferencia que ahora si les confirmaba a todos los presentes que ella de verdad andaba en enredos pasionales con el afortunado de don Cipriano.

--Si, así como escucha… y no son mamadas como Usted lo dice, la rubia tomo un poco de aire para luego continuar diciéndole lo que había decidido, --Don… mi marido me ha perdonado y yo he aceptado su perdón, como también me he dado cuenta que lo nuestro no tiene sentido ni futuro…

El viejo mecánico cayendo en un estado total de enfurecimiento, comenzó casi a bufarle en la misma cara,

--Me importa una verga las mamadas que tu creas o dejes de creer mi reina!!!… el asunto aquí es que desde hace rato que tú eres mi mujer!!!… y no estoy dispuesto a tener que…

--Lo siento Don!!..., le corto Gabriela de una, --Esto se acabó y yo ya no tengo nada más que decirle ni discutir con Usted.

Cuando Gabriela dio media vuelta jurándose que una vez que saliera del taller nunca más volvería a dar pie para que el viejo mecánico pudiera tener algo que ver con ella, este mismo rápidamente le adelanto y se le interpuso en su camino.

--Es que no es así de tan fácil estúpida…!, no sé qué fue lo que te dijo ese pendejo del Cesar, pero estoy seguro que tú no te quieres ir de aquí… Y era verdad, si hubiese sido otro el momento Gabriela se hubiese arrojado a sus brazos y a su pecho para aferrase a ese sebiento y obeso cuerpo de macho mal oliente que a ella tanto le gustaba, pero había tomado una decisión y por nada del mundo daría pie atrás.

--Por favor Don!, déjeme pasar… mi hijo y mi marido me esperan en casa!!…

El viejo dándose cuenta que ya todos los mecánicos y ayudantes del taller estaban pendientes del bochorno que lo estaba haciendo pasar esa endemoniada rubia que había llegado con ideas renovadas, quiso insistir una vez más,

--Si te vas preciosura como le haremos con el dinero que me pasaste!?

--No se preocupe por eso, devuélvamelo cuando Usted pueda, no hay apuro con eso…

El mecánico poniéndose ya más serio, aunque en su interior estaba casi enloquecido por el temor de perderla para siempre, volvió a insistir,

--Estas segura pendeja…!? Aún te recuerdo con la cara de puta que ponías para decirme que me amabas cuando te metía la verga!!…

--Estoy segura Don…yo no sabía lo que estaba haciendo…se lo repito… solo fue un error de mi parte…

--Está bien lindura te dejare ir…, le dijo el vejete finalmente, --Pero antes me contestaras dos cositas…

--Dígame pero que sea rápido, ya estoy bastante retrasada…

--Tú me dijiste que me amabas… que hay con eso preciosura!?,

--Ya se lo dije!! Eran mentiras… solo me deje llevar por la situación… yo a Usted no lo amo…

A don Cipriano que la sangre ya le estaba hirviendo de rabia y celos, esto último le cayó un verdadero balde de agua fría, por lo que le volvió a preguntar, al viejo ya casi se le veía el fuego de la ira que exhalaba de sus narices y de sus ojos,

--Te lo vuelvo a repetir… Estas segura de lo que me estás diciendo!?,

--Si!, estoy segura… yo solo amo a mi esposo y a mi hijo… y he decidido rehacer mi vida jun…

La casada no alcanzo a terminar lo que le estaba hablando, solo vio venir la mano empuñada del viejo cuando esta se le estrello con fuerzas contra uno de sus ojos, haciéndola ver estrellas como al mismo tiempo quedar tambaleándose dando la impresión que en cualquier momento ella se iba de bruces al suelo, rápidamente se llevó una de sus manitas a su adolorido pómulo el cual lo sentía latir si como este tuviera un corazón propio, respirando aceleradamente y al borde del llanto solo pudo expresarle,

--Us…ted no puede… hacerm…

--Si puedo!!! Puta estupidaaaaa!!! Y yo te pego todo lo que se me de la ganaaaa…!!!!! Bufaba el vejete preso por la irritación y respirando aceleradamente como un energúmeno,

El chango por un momento quiso ir en ayuda de la señora Gabriela pero fue tomado por el brazo por María,

--Déjalos… uno no se tiene que meter en problemas de pareja, le dijo la chica al peludo muchacho.

Gabriela como pudo se aferró a uno de los gruesos pilares de cemento que adornaban y eran parte de la estructura del taller, cuando sintió que era agarrada con fuerzas por un enloquecido don Cipriano quien la saco casi arrastrándola hacia afuera de su taller a la vez que este le iba diciendo cual era ahora la situación entre ellos,

--Así que ahora eres la puta del maricón ese que ni siquiera te culia como un verdadero hombre…!!?? Pues vete con él zorra asquerosa, no quiero verte nunca más por aquí rubia conche tu madreeee!!!, y una vez que ya estuvieron fuera del Pie Grande el enloquecido viejo la empujo como si Gabriela fuese una mujerzuela, por lo que la pobre fue a dar al piso y a los pies de su camioneta.

Las personas que deambulaban por la calle quedaron mirando la escena muy entretenidos, viendo como botaban seguramente a una puta desde al interior de un taller, en aquel sector era normal que este tipo de mujeres fuesen a ofrecer sus servicios a los distintos talleres que habían por el sector, y más normal era que las sacaran a patadas por haber sido sorprendidas robándole dinero a los hombres que trabajaban en estos, ellos así encasillaban ahora a Gabriela debido a la situación que se vivía.

El chango y María casi no lo podían creer, con sus ojos casi salidos para afuera miraban con espanto en lo que había terminado la pelea de los amantes, --Y ustedes pendejos de mierda que miran tanto!!, se me fueron los dos para adentro del taller… ahoraaaa!!!!, les grito el aireado mecánico, los jóvenes salieron disparados y asustados antes de que les tocara a ellos también.

El viejo miro por unos segundos como Gabriela aun lloraba tirada en la acera, y escupiendo hacia un lado de donde él estaba parado, dio media vuelta para volver hacia el interior del Pie Grande y con un sonoro portazo se encerró en su oficina.

María aprovechando ese momento salió corriendo a ver a su amiga, y una vez que llego a un lado de la camioneta la vio que Gabriela aún estaba tirada en el suelo llorando como una Magdalena,

--Tranquila amiga…ya paso…ya pasó todo…, le decía mientras la ayudaba a ponerse de pie,

Gabriela aun sollozaba y se apoyó en el capo de su vehículo, su mente era un torbellino de emociones encontradas, la chica la abrazaba y le sobaba los brazos como acompañándola en su dolor, pero la verdad era que María no sabía qué hacer,

--Quieres que hablemos!?, le dijo de pronto para ver si así la rubia se podía calmar,

--Yooo…. Sniffsss, yooo lo amoooooo!!!!, le dijo finalmente Gabriela a María, refiriéndose claramente al tío de la muchacha,

--Entonces ve adentro del taller y diceloooo…! él se enojó porque tú le dij… la edecán no alcanzó a terminar lo que iba a decir ya que cuando la casada la miro, fue cuando se dio cuenta, --Ayyy Gaby…tu ojo…se te puso moradoooo!!, le dijo con voz de como si ella también se fuera a poner a llorar, --Espérame aquí… no te vayas para ningún lado…

María camino rápidamente en dirección a la oficina de su tío, bajándose el ajustado minivestido rojo que se le subía por cada paso que ella daba, e irrumpió en esta para increparlo a la misma vez que abría el refrigerador de las cervezas y sacaba una bolsa con hielo,

--No le da vergüenza… como se le ocurre tratarla de esa manera…!

--Cállate pendeja entrometida…! tú no te metas, estas son peleas de grandes!!…

--Ella está llorando allá afuera… así que vaya y pídale disculpas…!!

--No piensoooo…! además que ella se lo buscooo!!

--Si pero le dejo un ojo moradooo!!!

El viejo se quedó callado y mirando en otra dirección, como pensando en lo que le decía su sobrina, hasta que le soltó…

--Ella tuvo la culpa…! yo no quería… pero casi me obligo…!!

--Está bien pero Usted no tiene que ser tan bruto… ella aun esta allá afuera llorando… vaya y pídale disculpas...además que lo único que me dijo cuándo le hable fue que ella lo amaba a Usted…

El viejo se le quedó mirando extrañado, hasta que su ya conocida sonrisa de burla y de triunfo se le volvía a dibujar entre medio de sus dientes cariados…

--De verdad te dijo eso!!??,

--Si me lo dijo…pero entiéndala Usted también… ella tiene una familia…

--Presta esa bolsa con hielo y ordéname la oficina…, le dijo el vejete quien al pararse de su asiento prácticamente le arrebato la bolsa de las manos, --La iré a buscar…jajajaja!!!!!.

El viejo Cipriano una vez que salió de su taller, la vio que efectivamente su casada aún estaba sollozando arrimada en su camioneta con su cabeza apoyada sobre uno de sus brazos.

Gabriela por su parte si bien en un momento dado había pensado realmente en irse, después de haber visto al vejete como un loco y de haber recibido semejante tortazo en pleno rostro con uno de sus puños, este feroz tratamiento le habían hecho desistir de su cruzada, no sabía por qué pero la situación era que algo… un no sé qué en su interior la detenían pensaba en su mente y entre sollozos, o tal vez ella de verdad no quería irse, hasta que en su vista y en forma periférica lo vio aparecer nuevamente y que este se venía acercando hacia ella, extrañamente no le tenía miedo, y lo más raro de todo ese momento fue recordar que ella seguía sintiendo esa rica sensación de cosquillas en el estómago, esa mágica sensación de mariposas. (Ya sé que lo expuse hace poco, pero ese era realmente el estado en que continuaba Gaby).

El vejete nuevamente estaba parado a un lado de ella con todo su overol de mecánico ennegrecido por las grasas, sin saber qué hacer ni que decirle dejo en el capo del vehículo la bolsa que traía en sus manos para luego tomarla por sus hombros y atraerla hacia su panza y pecho, la casada aunque un poco reticente solo se fue dejando abrazar hasta que de pronto ya no aguanto más y ella casi se aferró a la grotesca humanidad de su macho,

--Yo no quería hacerlo nalgona, pero tú me obligaste con todas esas mamadas que me dijiste, le decía mientras con una mano la apretaba contra su pecho y con la otra le hacía cariño en sus rubios cabellos,

--Solo perdóneme… la verdad es que ya no sé qué hacer mi Don… sniffs!, le dijo un poco más calmada pero aun sollozando.

Y lo más extraño de toda esta situación era que Gabriela solicitaba el perdón del vejete, siendo que solo hace un rato había sido el quien la había golpeado y hasta la había tirado al piso cuando la saco del taller, pero a la rubia parecía no importarle esa situación. La escena continuaba.

--Vamos a mi oficina, y miremos ese ojo, jejeje…

La casada solo se dejó llevar, ahora nuevamente caminaban abrazados y de vuelta hacia el interior del taller, ante los desorbitados ojos de todos los mecánicos y con María y el chango incluidos, el vejete se dio a intentar hacer entrar en razón a su mujer, aprovechando que la veía recular en sus pretensiones que antes había mencionado.

--Mira nalgona… acéptalo… este ahora es tu mundo, le dijo cuándo con una de sus manos le levantaba la cabeza a su casada, --Deja a ese maricon que tienes por marido y vente a vivir conmigo, aquí no te faltara nada… este taller ahora es mío…he logrado que la otra vieja me cediera legalmente más de la mitad de este y ahora la puedo botar cuando a mí se me dé la gana. Gabriela escuchaba atentamente lo que el viejo le estaba diciendo, el mecánico continuaba, --Tú me podrías ayudar en la administración de este junto a la María, imagínate a nuestros 4 chamaquitos que tendremos jugando por los rincones de este taller… tu serias la dueña de todo esto junto conmigo… vamos que me dices ricura?,

--Ay mi Don de verdad que no sé qué decirle, le decía la rubia a la vez que se sujetaba la bolsa de hielo en el ojo en donde había recibido el golpe de su macho…

--Abandona a ese maricon y vente conmigo…

--Es que de verdad no sería capaz de hacerle algo así a Cesar después de todo lo que él ha hecho por mí,

--No ha hecho nada nalgona… solamente te ha metido ideas en tu cabecita para que tú no lo dejes y así el no sentirse más maricon de lo que ya es…como no lo entiendes?.. Tu destino es quedarte conmigo y ser mi mujer…

Gabriela cuando le quiso decir algo a su macho se dio cuenta que todos los ahí presentes estaban al pendiente de todo lo que su Don le estaba diciendo y de lo que ella pudiera contestar, por lo que se sintió avergonzada y prefirió callar por el momento, el mecánico quien se dio cuenta de esto en el acto la dejo para dirigirse hacia sus mecánicos,

--Se acabó la función tropa de imbéciles!!, se me fueron para la casa todos!!!, jajaja!!! Aquí su nueva jefa les acaba de dar el día libre… así que vamos moviendo esos culos y me despejan el taller…ahoraaaa!!!.

La rubia veía como los mecánicos rápidamente comenzaron a guardar las herramientas y casi desaparecieron por obra de magia,

--Tuuuu… ven acá pendejo!!, le grito don Cipriano a un joven ayudante de electricista que se había quedado rezagado, --Quien es esta señora que ves parada al frente tuyo!??, le dijo apuntándole a Gabriela.

El joven quien no entendía mucho lo que pretendía su jefe, quiso contestarle de la mejor forma posible,

--Ella...es la señora rubia…mi jefe….

--Te equivocas pedazo de idiota! ella a partir de hoy día es tu jefa, escuchaste imbécil… es tu patronaaa!!!, así que dale las gracias por haberte dado la tarde libre, jajajaja!!!!

--Ehhhh gracias mi jefecita… mucha gracias por haberme dado la tarde libre…, le decía el joven quien a pesar del inmenso respeto que sentía por su patrón, igual se dio a mirarle los muslos y recorrer cada centímetro de aquellas infartantes curvas que se gastaba aquella tremenda hembra que al parecer desde ese día iba a pasar a ser su jefa, hasta creyó notar las líneas del elástico de su ropa interior por debajo del vestido en la altura de sus pronunciadas caderas, si hasta con la bolsa de hielo en su cara no dejaba de verse apetecible determinaba el caliente y asustado muchacho.

Gabriela aun con la bolsa de hielo en sus ojos como pudo le dedico una sonrisa al asustado jovenzuelo.

--Jajajaja así está mejor pedazo de idiota… y ya no me la mires tanto… ahora lárgate de aquí pajero de mierda, mira que la señora tiene que recostarse un rato porque está enferma jajajaja!!!, le dijo el vejete, para luego tomar de un brazo a Gabriela y meterla al interior de la oficina con cama, para que ella se recostara en el mugriento catre en que ya habían cogido en un par de ocasiones.

El mismo mecánico ayudo a la casada a recostarse, mientras que de un mueble saco unas almohadas todas amarillentas y rotosas para ubicarlas en la cabeza de su adolorida mujer, luego hiso lo mismo con una vieja y apolillada frazada, con esta tapo las piernas de su hembra tal cual como si ella estuviese enferma en la sala de un hospital, para luego el tomar una silla y sentarse al frente de su Gaby.

Gabriela estaba confundida, se suponía que ella había ido a poner un punto final a la relación que ella había mantenido con el eufórico mecánico, y al parecer este ya daba por hecho que ella se quedaría con él, y en estos momentos ganas no le faltaban, lo único que la detenían era saber que si así lo decidía perdería a Jacobo para siempre, por lo que intento hacer que el viejo entendiera su difícil posición.

--Don Cipriano…, le dijo desde la cama, --De verdad que no puedo aceptar su ofrecimiento… por favor entiéndame…, le dijo ya que se sabía a solas con el viejo. El chango y María ya se habían apostado en el sector de los portones una vez que cerraron con candados y vieron que el viejo se metía a la oficina con cama con Gabriela.

--Yo sé que te gusta la idea de quedarte viviendo conmigo pendeja… vamos dime que es lo que te detiene?.

Gabriela solo se quedaba mirando hacia al frente de ella, sin atreverse a decirle a su macho por qué no podía aceptar la tentadora propuesta que él le estaba haciendo, hasta que nuevamente la voz del vejete la hacían volver a la realidad.

--A ver…déjame ver ese ojo, le dijo cuándo el mismo se sentó en el precario lecho y le retiraba la bolsa de su cara, donde le vio que parte de su pómulo y todo el circulo de su ojo le había quedado morado (o en tinta no sé cómo se dice en otros países), --Mmmmm, ya no se hincho y no se ve tan mal… te duele mucho?,

--Solo un poco Don… no se preocupe… luego se me pasara…

--Vamos… dime que no volverás a tu casa. Don Cipriano no hallaba la forma de poder hacerla cambiar de opinión pero continuaba en su afán de convencerla, --Mira pendeja… yo no soy bueno para andar diciendo todas esas mamadas que le gustan a las mujeres que uno les diga… pero si sirve de algo yo también siento por ti esas pendejadas que a veces uno escucha en las teleseries… no sé si me entiendes nalgona, le dijo entre cruzando un brazo por encima de la casada apoyando su mano en el otro extremo de la cama, quedando semi inclinado y con su cara frente a frente con la de ella.

--De verdad…? Es verdad… lo que usted me está diciendo?, le dijo entrecortadamente una conmocionada Gabita al haberle entendido perfectamente que lo que le estaba diciendo el vejete era que él también la amaba a ella…

--Sí, es verdad!! Pero ya déjate de mirarme con cara de puta, y dime que dejaras al maricon de tu esposo!!!,

--Ay mi Don… de verdad que me gustaría quedarme…pero no puedo… y que sería de mi Jacobo!?

--Eso tiene solución pendeja… lo podemos recuperar por los tribunales… solo serán unos días que estarás separada de él, el viejo cada vez más iba acercando su humanidad a la de Gaby, ella ya estaba comenzando a respirar aceleradamente, desde que había entrado a la famosa oficina, sabia el peligro que corría al interior de esta, pero aun así ella se había dejado llevar.

Luego de unos minutos en que el viejo no paraba en su perorata de convencerla de que ella era su mujer y su hembra en todas sus letras, en donde Gaby solo lo escuchaba pensando en todo aquello que le ofrecía el vejete, y envalentonada por aquellos nervios exquisitos que se le producían en su estómago cada vez que estaba cerca del vejete, le soltó la pregunta que la atormentaba,

--De verdad que me ayudara a recuperar a Jacobo!?

--Siii nalgona, es más si quieres ahorita mismo parto con el chango y te lo traemos envuelto en papel de regalo, jajajaja!!!!

La rubia entre sonriente y preocupada le contesto,

--Gracias Don, pero no sería prudente, solo prométame que unos días Usted me ayudara a recuperar a mi hijo… le pidió la rubia totalmente emocionada por la decisión que estaba tomando en esos momentos…

El viejo le miraba su hermosa cara de hembra asustada con la que le hacia la solicitud de ayudarla a recuperar a su hijo, hasta con su ojo morado se veía hermosa y apeteciblemente tentadora, y el tenerla ahí, a su merced y sabiendo que ya prácticamente ella misma estaba diciendo que desde este día dejaba oficialmente a Cesar y a su hogar y que cambiaba todo eso por quedarse con él, esto no dejaban de calentarlo hasta la misma insania.

--Prometido Reinita… o sea te quedas…?

Gabriela solamente asintió con su cabeza y mirándolo a sus negros ojos. Lo había decidido, ella amaba al mecánico y por lo tanto su deber como hembra era quedarse al lado de su macho, prefirió no pensar en todas las promesas que le había hecho a Cesar antes de salir de su casa y daba gracias a Dios que don Cipriano le haya tenido que pegar para poderla hacer entender que era a él a quien ella se debía como mujer, porque si no lo hubiera hecho quizás que hubiese sido de su vida pensaba en forma más tranquila y ya entregada a su nueva realidad.

El feliz y eufórico mecánico se levantó como pudo de la cama y se dirigió al pasillo del taller, para mandarle un fuerte silbido al chango, quien acudió en el acto para ver que necesitaba su jefe…

--Mande mi jefe, en que le puedo ayudar, le dijo el chango en forma agitada cuando acudió al llamado,

El viejo bajando el tono de su voz, se dio a explicarle al chango cual era ahora la situación,

--Ve a buscar la camioneta de Gabriela y métela bien al fondo del taller…

--Que le paso a la camioneta…hay que hacerle alguna reparación!?

--Si serás estúpido pendejo…! esa es la camioneta de mi mujer…!! Y ella desde hoy se viene oficialmente a vivir conmigo, así que mucho más respeto con ella pedazo de idiota, jajajaja!!!! Lo último, te me quedaras a esperar que vengan a buscar la Santa Fe blanca que ya está reparada, María sabe lo que hay que cobrar, vendrán bien tarde así que ninguno de los dos se me mueven de la entrada del taller, ya que yo estaré ocupado aquí adentro con mi mujer… me entiendes pendejo!?... y nada de andar mirando por detrás de las paredes, dile a María que saque dinero de la caja chica y pídanse unas pizzas con Coca-Cola, para que no se aburran, jajajaja!!! Que yo tengo para hasta bien tarde aquí adentro, después que entreguen la camioneta dejan todo bien cerrado y se me largan, estas claro pendejo…

--Si mi jefe y no se preocupe… nosotros nos encargamos de todo… Como está la señora de su ojo!?

--Bien pendejo… gracias por la preocupación pero ya está bien…tu ahora solo has lo que te pedí.

El vejete una vez que despacho al chango a sus quehaceres, cerró la puerta de la oficina con cama, poniéndole un grueso fierro como tranca, la rubia ya estaba más que nerviosa, mientras esperaba a su nuevo hombre ella se había sentado en la cama, a pesar de estar ya entregada a la situación pensaba que con el viejo se irían a otro lugar, además que estaba tan nerviosa por lo que podría estar pensando Cesar a esta hora, que casi ni se le había ocurrido la idea que don Cipriano iba a querer cogérsela al instante, pero cuando lo vio venir acercándose a ella y bajándose el overol, se dio cuenta que el viejo quería tomar cuanto antes lo que desde este día solo le pertenecía a él.

Gabriela intento por algún medio evitar tener que entregarse por lo menos por ahora, había sido un día muy extraño, con muchas ideas y emociones encontradas, si bien se sentía muy bien al lado del mecánico, a pesar de ello no se sentía con ganas de tener sexo, la imagen de Jacobo y con Cesar llorando ambos no la dejaban tranquila.

Cuando lo vio pararse justo al frente de ella con la verdadera intención de sacar su verga delante de sus ojos le solicito,

--Por favor Don… no me mal entienda pero por ahora estoy muy preocupada por mi hijo y por lo que pueda estar pensando mi marido,

--Error mi Reina, le contesto el vejete, --Tu ya no tienes marido… solo tienes un pelele que a estas horas aun te debe estar esperando como los imbéciles jajajaja, le decía mientras se sacaba la sebienta polera musculosa que usaba debajo del overol…

--Es que por ahora… no tengo ganas de hacerlo… por favor entiéndame… mi hijo me debe estar echando de menos… y yo….

--Pues eso tenías que haberlo pensado antes lindura!, le corto el mecánico que mientras la rubia más le hablaba de Cesar y de su hijo el más se calentaba y se prendía con unas inmensas ganas de follarsela a la par en que ella pensaba en la familia que acababa de abandonar. --Desde hoy eres mi putita personal pendeja, le decía a la vez que terminaba de bajarse por completo el overol de trabajo, para luego sacar su semi erecta verga al frente de los húmedos ojos de Gabriela…

--Don si quiere lo hacemos a la noche pero por ahora de verdad que estoy muy preocupada por mi familia, le decía mirándolo hacia arriba y como también de vez en cuando desviaba su azulada mirada a ese tremendo colgajo de carne que ya casi le rozaba la nariz y los labios a medida que ella le hablaba,

--Tú ya no tienes familia culona, jajajaja tu verdadera familia ahora soy yo y mi amiguito que tienes en estos momentos al frente de tu cara… vamos no seas malita rubita y pégale una probadita, le pedía mientras que ahora ya se había agarrado su verga y le paseaba el glande por sus mejillas y sus labios cerrados.

La rubia quien al sentir el tibio contacto de la gruesa herramienta de carne del vejete en su rostro, cerró sus ojos, a la vez que también sentía ese fuerte olor a verga que tanto la enloquecían. Ella en parte quería hacer sentir bien al viejo, pero estaba tan destrozada emocionalmente que no sabía si podría hacerlo de la forma que le gustaba a su macho, quien en estos momentos se la paseaba por toda su cara incluso por el pómulo que tenía morado, a estas alturas ya se lo sentía duro, y ya casi no tenía palabras para seguir oponiéndose a lo que su hombre deseaba, en esto el vejete tomo una de sus manitas y la puso en la verga para que ella viera y sintiera lo que se estaba perdiendo.

Gabriela quien aún no se podía concentrar al tener en su mente la tierna imagen de su nenuco, y el patético recuerdo de ver a Cesar llorando y rogándole que no lo abandonara, igual no se aguantó las ganas de ella sola subir su otra manita para quedar apretándole la verga al mecánico ahora con sus dos manos, se la sentía como a ella le gustaba: caliente, gruesa y aceitosa, le agradaba sentir que apenas lo podía circundar con sus manos,

--Don… de verdad que no podré hacerlo como a Usted le gusta, le decía mientras que no se daba cuenta que ella solita había comenzado a deslizar y recorrer con sus manos de arriba abajo, la sentía que estaba súper dura y muy venosa.

--Si podrás mamita, vamos pruébala con tu boquita solo un ratito y veras que aun en ese estado tú te la puedes con mi verga, jajajaja!!!, le decía mientras que el mismo le paseaba la punta de la tranca por todos los contornos de sus labios,

--Es que no sé si me pueda concentrar… Don de verdad que estoy pfreofcufpadaf pforf mfif famfiflifarfff…srppsss!…srrsp!!..srpsssss!!!, el miserable viejo no respetando su dolido estado emotivo, y en el momento en que ella le decía lo muy preocupada que estaba por la situación que pudiese estar ocurriendo en su hogar, aprovecho el instante en que ella modulaba con sus labios para poco a poco ir metiéndosela en la boca hasta dejarla mamándole la verga como él desde hace rato lo quería.

--Srrrppssss! Srppssssss!! Srpsssssss!!! Srppssssss!!!!,

--Eso pendeja chúpale la tranca a tu macho, jajajaja!!!!, le decía mientras que con sus dos manazas tenía agarrada a la rubia desde la nuca empujándole su cabeza hacia adelante y hacia atrás para que ella cada vez fuera profundizando más en las chupadas de verga.

--Srrrppssss! Srppssssss!! Srpsssssss!!! Srppssssss!!!! Srrrppppsssssss!!!!!, era lo único que se sentía por respuesta al interior de la habitación.

Mientras la rubia seguía mamándole la verga al mecánico con sus ojos bañados en lágrimas instintivamente abría más la boca como a su vez apretaba con fruición sus labios alrededor de la tranca, sintió como toda esa carne salada y pulsante se ponía cada vez más dura entre sus labios.

El mecánico por su parte le marcaba los movimientos de mamada con las manos empuñadas en sus rubios cabellos, notando como ahora ella ya estaba comenzando a obedecer, se decía relamiéndose los labios.

Luego de unos minutos en donde Gaby al parecer ya había superado sus traumas, el viejo le tomo una mano y se la llevó a sus testículos, ella una vez más y nuevamente complaciente obedeció y comenzó a sobárselos. Todo parecía que ya le estaba comenzando a gustar lo que sucedía, el viejo con cara de caliente y pervertido comenzó a acariciarle la cabeza entre metiendo sus gruesos y ennegrecidos dedos de mecánico por entre medio de sus sedosos cabellos rubios, como si la estuviera acariciando y a la vez rascándole la cabeza, y ella con este tratamiento parecía concentrarse cada vez más en su tarea succionadora.

--Que bien que me chupas la verga Gabrielita jajajaja!!!, parecía que todas esas pendejadas que me decías de tu familia hubiesen solo sido zorrerías que se te ocurren para calentarme aún más de lo que ya me tenías reinita, --Mmmmmmm, que bien que me la mamas perraaaaaa!!, le decía en tono burlón y sarcástico.

Gabriela no le respondió, solo atinó a mirarlo desde abajo con sus azules ojos y con la boca rebosante de verga. El vejete veía como gruesos y llamativos goterones de salivas y líquidos pre seminales que el derramaba al interior de su tibia boquita resbalaban por la comisura de sus labios y caían hasta llegar a su barbilla.

El viejo Cipriano una vez de haber disfrutado de unos buenos minutos de la tibia lengüita de Gaby, la tomó por los hombros para separarla de su verga y le ordenó sacarse la ropa, su vergota estaba completamente parada y apuntando hacia los cielos, ella volvió a mirarlo desde su posición, y como suplicándole le dijo que ella aún no estaba en condiciones de hacerlo como él quería,

--Nooo mi Donnn!, de verdad que no podré hacerlo, ya se la chupe un buen rato, le juro que para mañana ya no estaré tan preocupada y lo haremos como a Usted verdaderamente le gusta,

--Jajajaja… pus hace un ratito no se te notaba lindura, me estabas chupando la verga como una autentica puta, así que ya déjate de estupideces y sácate la ropa, jajajajaja!!!, ya es tarde mi reina, ahora te tienes que comportar como mi esposa, recuerda que desde hoy yo paso a ser tu marido, jajajajaja!!!!

Gabriela viendo que el vejete no iba a dar marcha atrás en sus calientes pretensiones muy reticente se puso de pie frente a él, y se desnudó lentamente, el viejo se quedó observándola al mismo tiempo en que se jalaba la tranca, llegaba a babear viendo como su Diosa al parecer ya se le iba a entregar como a él le gustaba, le miraba esas hermosos tetas que eran más grandes de lo normal, pera para nada grotescas en relación a sus demás atributos, determinaba que para el imponente cuerpazo que ella se gastaba estas estaban perfectas.

Luego bajó la mirada hacia las bien marcadas caderas, estas relucían como si recién hubiesen sido aceitadas, sus carnes brillaban de una anticipada sudoración que invitaban al vejete a posar sus manos en ellas para que se las sintiera, el elástico de sus pequeños calzoncitos negros parecían que en cualquier momento se cortarían por lo extremadamente tirantes que se le notaban, el vejete ya no aguantando más tanta tentación la agarro con fuerzas y la contrajo contra su pecho para luego comenzar a comérsela por la boca, besándola y devorándosela como un verdadero depredador.

El viejo mecánico sintió como Gabriela poco a poco se fue entregando al ardiente beso que él le estaba pegando, experimentando como su casada lo intentaba abrazar por la panza en donde sus manitas apenas alcanzaban a llegar al nacimiento de sus espaldas. Sentía como aquella boca deliciosa y femenina se la abrían para él, sentía esa lengüita fresca y húmeda como se enredaba con la suya por cada segundo que pasaba.

Mientras continuaban besándose de pie, don Cipriano le fue acomodando su verga justo al medio de su vagina que aún se mantenía protegida por una escasa porción de tela con encajes de sus pantaletas negras, comenzando a puntearla en esa parte con su ariete de carne arrancándole de su garganta unos exquisitos gemidos y suspiros de placer anticipado con los que la rubia combinaba con ligeros apretones de su manos entre la espalda y la panza peluda de su macho, a la vez que luego de un rato ella también le devolvía con su cintura unos tímidos movimientos de punteo, como si ambos en ese idioma en que ellos ya se comunicaban, se estuvieran ya casi invitando a acostarse en el catre que los esperaba a un lado de ellos.

Gabriela mientras los minutos pasaban cada vez se sentía más segura del hombre por el cual ella había apostado, y se lo demostraba a él ahora moviéndose más notoriamente, le restregaba su pelvis enfundada en tela negra contra esa poderosa estaca que a ella le daba la impresión de estar hecha de acero forjado por lo dura y caliente que se la sentía, eran increíbles las sensaciones que experimentaba con solo estar refregándose un poquito con ella, su tajo poco a poco se iba encharcando y la rubia ya se sentía tan caliente que no quería que por nada del mundo se acabara esa exquisita sensación de éxtasis que ya la embargaban, de su mente poco a poco y en forma paulatina iban desapareciendo las imágenes de su hijo y de su marido, recordó que este no tenía ni la menor idea de cómo llegar al taller de su Don, esto la tranquilizo y supo que ya no tenia de qué preocuparse al menos por ahora, así que simplemente se abandonó a su nueva y caliente realidad,

--Ahhhh, mmmssss, mmmssssplsss, se sentían los sonidos de salivas, labios y lenguas al interior de la oficina con cama, mientras ambas bocas se devoraban mutuamente, --Béseme Donnn, abrázameee mas fuerteee comameeee... --Mmmmssss, mmmssssplsss, le dijo Gabriela a don Cipriano en un momento de pasión en que se separó de los gruesos labios de su amante, para luego seguir besándose en forma más ardiente a medida que avanzaban los segundos…

--Ohhhh, mmmssss, mmmssssplssstss, eres la criatura más deliciosa que he conocido en mi vida nalgona y ya quiero acostarme contigo…, le decía el vejete quien también se separó por unos instantes para hacerle ver cual eran sus pretensiones, --Deseo culearte como a ti tanto te gusta pendeja, te juro que si te dejas te voy a partir la zorra a vergazos hasta hacerte perder el conocimiento de tanta calentura, jejejeje, para luego darte por el culo hasta despedazártelo de tal manera que te tendrás que sentar de lado por lo menos por un mes, --Mmmmssss, mmmssssplsss, mmmssplstssss, los sonoros besos continuaban al son de sus movimientos de preámbulo a la follada que ya se aproximaba.

Mientras el viejo mecánico se la seguía sorbiendo y comiendo ardientemente por la boca, con una

mano se dio a sobarla por el coño, para sentir sus suaves pelitos dorados que ahí estaban escasos, sedosos e intactos, tal como él los había dejado solo hace algún tiempo, y con la otra le apretaba y recorría ese culo duro y voluptuoso que él tanto deseaba y que ya estaba pensando en perforarlo y partirlo en dos.

Gabriela por su parte se estaba calentando cada vez más, su respiración y sus meneos de caderas aumentaban de la misma forma en como lo hacía el mecánico contra su propia persona, con una manita le acariciaba los pelos canosos de su pecho y con la otra le había agarrado la verga al viejo y ella misma se la paseaba por toda su ranura,

--Ay mi Donnn, me gusta tanto estar así con Ud. que creo que me está volviendo locaaaa…

--Tú también estas muy rica putita, Mmmmm... Te voy a hacer sentir el cielo cuando te meta la verga en lo más profundo de tu coñoooooo, al decirle esto último de un solo y fuerte jalón le arrebato sus calzoncitos negros dejándola en completo estado de desnudez…

Se tiraron en el catre como unos verdaderos desesperados, el mecánico una vez arriba de ella se dio a devorarles esas tetas duras y húmedas, recorría con su mal oliente lengua sus pezones y le daba leves mordiscos que a Gaby le producían gritos de placer.

--Te voy a culiar bien duro pendejaaaaaa!, le decía con cara de degenerado, mientras ya le paseaba la cabeza de su verga justo en la entrada de su tajo carnal,

Gabriela que ya estaba tan caliente como su macho solo se abrió de muslos lo que más le permitió su cuerpo, y se dio a decirle lo que ella pensaba de toda esa situación,

--Si Papi… culeameeee…!! culeameeeee todo lo que quieras…!!! ahhhhhh que rico mi vidaaaaa!!!, Dios que forma de calentarme con Usted Donnnn!!!

--Jajajaja…!! Siempre lo supe culonaaa!! Eres una verdadera putita y te voy a tratar como tal… lo quieres!?

--Si Neneee… lo quiero… de verdad que lo quiero… ahora soy solo tuya y de nadie más… solo soy tu putaaaa… vamos Cipriano… qué esperas métemela de una buena vez mi amor…

--Tranquila perraaaa… lo hare… pero antes dimeeee, a quien prefieres mas!? Al maricon de tu marido y a tu familia? O a mí y a mi amiguitooo??, le dijo esto último dándole unos sonoros vergasos que chapotearon en la vagina de la rubia…

Gabriela quien estaba totalmente caliente y perdida en aquella lujuriosa pregunta contesto en forma automáticamente con la zorra y no con la mente,

--Lo prefiero a Usted… de verdad que lo prefiero a Usted y a su amiguitoooo… por favor Nene métemela… fueron muchos días y estoy con tantas ganas…, le pedía la perdida casada a su nueva pareja,

--Quiero escucharlo completo… vamos dilo nuevamente que me prefieres a mí y a mi verga, que al maricon de tu marido y a tu propia familia… pero quiero escuchar la frase completa, jejeje…

Gabriela cerrando sus ojos y concentrada en la inmensa calentura que le provocaban las inauditas salidas que se le ocurrían al viejo para calentarla, solo se lo dijo deleitándose morbosamente ella misma por las insólitas palabras que estaba dejando salir de sus labios entre cortadamente,

--Si… Donnn… lo prefiero a Usted… y a su verga… que al maricon de… mi marido… y que a mi… propia familiaa… Ohhhhh!... Diossss…!! Diosssss!!!, exclamo finalmente al sentir una rica explosión de jugos dentro de su vagina ante la blasfemia que el vejete le había hecho repetir,

--Pues estamos a mano rubita yo también te preferí a ti que a la vieja fea que tenía por esposa, le decía el vejete mientras la contemplaba tirada en el catre con sus cabellos rubios desordenados y con un ojo morado producto del puñete que le había dado el mismo solo hace unos momentos atrás.

Don Cipriano sabía que tenía todo el tiempo del mundo, veía que la casada continuaba con sus muslos bien abiertos deseando su verga gruesa y grande dentro de ella, pero que vagina tan perfecta se decía para el mismo, esta olía delicioso y le bajaron unas ganas tremendas de culearla de una y sin contemplaciones, pero antes quiso probar con su boca lo que aquella tremenda mujer de 26 años tenía como parte principal dentro de su loable belleza, por lo que se agacho y con su lengua se zampo y lamio toda aquella entrada vaginal que estaba chorreando y exudando jugos con los cuales le demostraba a su macho lo tan desesperada y caliente que estaba ella porque se la cogieran rico y lo antes posible.

--Aaaaah!, aahhhh!!, ahhhhh!!, uuyyy!!... Neneeee que ricoooo me la chupassss!! sigue ahh!!, sí…! me gustaaaa…!! El viejo seguía lamiendo y comiéndosela como un verdadero a****l, --Ahhhhh, uyyyyy, por Diossss, Diosssss!!! Chúpemela así, me gustaaaaaa, ummm…!!!! Me vengo Neneeeee me corro en tu boca Bebeeeeeee!!!! Ahhhhhhhhhh!!!!!! Ricooooooooo!!!!! Ricoooooo!!!! Ricooo!!! Ric… Gabriela no aguanto más de tres minutos en que le estaban chupando la vagina, habían sido tantos días de contención, que ya estas alturas estaba hirviendo de calentura acumulada, por lo que al sentir la rasposa lengua del mecánico comiéndole su alcancía vaginal, no se aguantó y se mandó un fabuloso orgasmo en la misma bocata del viejo que se la estaba comiendo.

La casada se estaba yendo cortada en las mismas fauces devoradoras de su macho, y el inmenso placer que ella obtuvo ante tal genial orgasmo se lo agradeció soltándole por el coño una tremenda cantidad de jugos vaginales en el mismo paladar del insaciable y glotón mecánico.

Un minuto antes de que Gabriela llegara al orgasmo el vejete seguía en su labor lamedora, su intención era una sola quería que su rubia se fuera cortada en su misma boca para el sorberse todo ese néctar que ella le soltaría por la zorra, y sabía que para esto faltaba muy poco ya que Gabriela se había aferrado con sus dos manos a sus enmarañados pelos canosos y prácticamente era ella quien ahora se estaba culeando con su tajo de carne la boca del mecánico quien estaba en el mismísimo cielo, este sintió que la fragancia de aquella dorada hendidura que le estaban refregando en la boca fue la culpable de una de las erecciones más soberbias y salvajes de su vida, a la vez que paseaba sus gruesos labios por toda aquella ranura jugosa, también aprovechaba de penetrarla con la lengua.

Gaby lo seguía tomando de la cabeza y la apretaba desbocada contra su coño casi no permitiéndole respirar, haciéndole notar con esto que ya estaba en el momento mágico de un orgasmo que solo él le hacía sentir.

El viejo al darse cuenta que su casada se estaba orgasmeando de lo lindo sintió en sus propias narices su olor a hembra que expelía desde su vagina, paladeaba su auténtico sabor a mujer que ya le resultaban hipnóticos, comió tanto coño como nunca antes había comido, su fragancia a vagina era adictiva, hasta que ahora veía como su hembra se estaba corriendo como una mal nacida y la soltada de jugos femeninos que le estaba mandando en plena bocota eran más que cuantiosos, fue un verdadero aluvión de líquidos y jugos calientes que la rubia le soltó por la concha, sus escasos pendejitos rubios y crespos estaban mojados y pegados contra su piel pélvica, la parte interna de sus muslos brillaban del almíbar derramado, el feliz vejete ya tenía la mandíbula desencajada pero seguía comiendo coño como desesperado, chupando y lamiendo su pequeño y durito clítoris, sintiendo como después de su primera corrida los orgasmos sobrevenían continuos, la veía como estiraba sus hermosas piernas para luego encogerlas con ahínco y placentera desesperación apretando su canosa cabeza contra su entrada sagrada, y que ella gemía profundo y ronco anunciando y proclamando su corrida, el mecánico se bebió un torrente de zumo de coño que degusto con un ansia y un placer que nunca antes había experimentado.

Ambos se incorporaron en el catre quedando frente a frente y se besaron con autentico amor, o con auténtica calentura, a estas alturas ya no se ni yo mismo como definir lo que sentían uno por el otro, los ojos azules de Gabriela brillaban delatando los efectos de su placer y le sonreía a su macho, este la veía hermosa con su pómulo amoratado, deseable, era una verdadera Diosa nórdica la que se había conseguido para él solo, y ya sabía que podía culearla todas las veces que él lo quisiera, y hasta pegarle si es que era necesario por si se le ocurrían mamadas en las que él no estuviera de acuerdo.

--Te gustó culona…? te gusto la forma en que te comí la zorraaaa!? Jajajaja!!!!

--Si Nene… me encantó… me la chupaste muy ricooo, y a Ud… le gusto?, le consulto algo cohibida y un poco avergonzada de saber que cuando ella se orgasmeaba era como si otra mujer o más bien dicho como si una verdadera puta se apoderara de su cuerpo y mente,

--Siiii…muchooo y no te preocupes rubia… a mí me encanta beberme tus meados, jajajaja… Llegaste a tu primer orgasmo de la tarde putita, y aún es muy temprano… recién estamos empezando, jejeje…

--Ayyy don no diga eso que me avergüenza…

--Pus es la purita y santa verdad… me encantaría que me avisaras por si te dan ganas de mear para que lo hagas en mi boca, jejejeje…

--Eso sí que no lo creo Donnn…! como se le ocurre que yo le haría algo así… de verdad que no podría…!!

--No te preocupes pendeja te lo pediré cuando estés bien recaliente, jajajaja en ese estado no me niegas nada, jajajaja, por ahora te aviso que vas a tener más encanto, te voy a follar delicioso a ver si ahí te bajan las ganas de mearte, jajajaja!!!!

Con todo el grueso calibre de la conversación y las inmorales ocurrencias que se le ocurrían al mecánico, la ex Casada ya estaba más que ardiente, el solo imaginarse a ella en cuclillas y abierta de patas meándole en la cara a don Cipriano casi la noquearon de calentura, pero pensaba en que ella por muy adultera e infiel que haya sido en su matrimonio, por nada del mundo haría algo así, pero a pesar de estos pensamientos en forma casi automática le pidió a su macho que se la cogiera,

--Ahora sí que me lo va a hacer Donnnn!!??

--Si pendeja… ahora sí que te culio como verdaderamente hay que culiar a una hembra como tu… ponte en cuatro patas… no querías follar!?...pues ahora follaremos toda la tarde como a****les calientes, y si nos permiten las fuerzas continuaremos en la noche, jajajaja…

--Si Bebeee Fóllameee, fóllameeeee todas las veces quieras, culiame bien culiada… solo quiero esto en mi vida… desde hoy nos dedicaremos solo a follar mi amorrrr, le decía con cara de ser una verdadera puta, a la misma vez en que el viejo se hacía a un lado de su cuerpo para que ella se pusiera como él le había ordenado.

Una vez que Gabriela se movió en el catre al son de los sonoros rechinidos de los resortes para ponerse tal como se la habían pedido, igual se sentía un poco confundida por todo lo que estaba haciendo, puesto que desde hace rato debió haber estado en su casa según se lo había prometido a su ex marido, pero a estas alturas ya había chupado verga y también se había orgasmeado en la boca de su macho, como también sabía lo que le iba a suceder ahora porque el vejete en ese mismo momento con su vergota tan dura como una piedra se ubicó detrás de ella con la segura determinación de follársela a como dé lugar, así que no le quedo más opción que cerrar sus ojos y dejar que el hiciera lo que quisiera con ella.

Sintió que el viejo acomodo su herramienta de carne justo al medio de sus dos suaves nalgas comenzando a realizar una suaves fricciones de verga sobre estas, para luego inclinarse sobre sus espaldas y pasar sus dos grandes manos de mecánico y apoderarse de sus pechos por debajo de su cuerpo,

--Que hermosas tetas tienes nalgona, le exclamaba justo al lado de su oreja a la vez que le metía su húmeda lengua al interior de la misma, para comenzar a lamérsela y humedecer todo ese sector. A la rubia en forma automática se le erizaron todos los pelos de su cuerpo, y sus carnes se estremecieron por un exquisito escalofrió, mientras el vejete lentamente la punteaba por el culo, a la misma vez que suavemente le apretaba a la par esas preciosas tetas que se mecían en forma orgullosa al lento vaivén en que este comenzaba a darle empujones por detrás de su cuerpo.

El mecánico luego de besarla en los labios así mismo como estaban con Gabriela puesta en 4, y el por detrás de ella, no tuvo la necesidad ayudarse con las mano para dirigir su verga a la antojable vagina de su hembra, como si su tranca fuese un misil tele dirigido esta atino e impacto a la primera en su objetivo, entrando imponente en un coño terriblemente cálido, acuoso, apretado y exquisito.

Cuando don Cipriano termino de metérsela en su totalidad, la rubia suspiro con cierto alivio al sentir su bajo vientre lleno de carne dura y caliente, para así comenzar ella misma y con su cintura con un lento y sinuoso movimiento de follada, estaba en el mismísimo cielo.

Una hora antes en el ex departamento de la rubia.

Cesar recién venia llegando con Jacobo, lo había ido a buscar al colegio, dejo las llaves en la mesa del comedor y fue a la habitación matrimonial para ver si Gaby ya había llegado de hacer ese tan extraño tramite, al percatarse de que ella aun no llegaba se fue a sentar al living para ver televisión junto a su hijo mientras esperaban a la dueña de casa para almorzar los tres juntos y en familia, tal como habían acordado.

Mientras pasaban los minutos Cesar no dejaba de consultar su reloj, desde hacía mucho rato que Gabriela debería haber llegado según lo que habían hablado antes de que ella saliera, paso una hora de retraso, en que el preocupado marido decidió dar de almorzar al pequeño, el esperaría a Gabriela para que almorzaran juntos, seguro que se había retrasado por el tráfico.

Paso otra hora y el hombre ya estaba casi desesperado, por cada motor que sentía en los estacionamientos se asomaba por la ventana para ver si era Gaby, pero nada, o como así mismo también se asomaba a la puerta del departamento por cada ruido que escuchaba y que venía desde el pasillo del piso.

La tarde paso monótona con un Cesar desesperado, quien mantenía la fe en que su esposa en cualquier momento aparecería, el pobre aún se negaba a creer que Gabriela fuese capaz de haberlo engañado para poder escaparse con su amante.

Hasta que poco a poco se fue convenciendo que su mujer no ya no iba a llegar al hogar, eran las 6 de la tarde el ingenuo hombre recién reaccionaba que nuevamente había sido timado, confirmando así sus más terribles temores, ya que desde pasadas las dos primeras horas su conciencia le había avisado que tal vez su mujer ya no iba a volver junto a ellos.

Habían pasado casi 7 horas desde el horario en que ella debería haber llegado a la casa, y Cesar psicológicamente estaba como un loco, ahora pensaba en que la muy astuta debió haber tenido todo planeado para darse a la fuga con su amante, pero lo que lo confundía era que ya a estas horas él había registrado todas las pertenencias de Gabriela y estas aún estaban en su lugar, el niño ajeno a la abismante situación que estaba viviendo su progenitor había gozado toda la tarde viendo la tele sin que nadie lo m*****ara.

El dolido esposo buscaba la forma de cómo poder ubicar a Gabriela para ver qué mierda le estaba ocurriendo nuevamente, si ella misma se había comprometido a cambiar, llamaría a la zorra de Lidia de seguro que ella debía saber algo sobre el amante de su amiga del alma, de alguna forma le sacaría el secreto.

Una vez de haber marcado el número de celular de su amiga por lo menos unas 4 veces este siempre conecto la grabadora, el hombre ya estaba más que desesperado y a su mente nuevamente llegaron las nítidas imágenes de ver a su mujer clavada en la verga del despreciable sujeto con el cual la había sorprendido culiando.

Intento buscar la tarjeta de la consulta médica en donde trabajaba Lidia, sabía que la tenía guardada en algún lugar de sus documentos, y cuando pensaba que tal vez a esta hora aun la podría ubicar en el trabajo sus dedos se encontraron con lo que menos espero encontrarse y que había olvidado que tenía en su porta documentos, “Cipriano Ventura - Mecánico” decía la tarjeta que inconscientemente había guardado en la ocasión en que la encontró tirada en el piso de la camioneta de su esposa.

Lentamente y con sus piernas temblando de estupefacción fue a donde su hijo veía televisión,

--Jacobito, te puedo hacer una pregunta hijo!? El niño solamente movió su cabecita en señal afirmativa, --Recuerdas el nombre de ese señor que visitaba a tu mamá cuando yo no estaba en la casa…?,

--Cual señor?, pregunto el niño sin despegar sus ojitos de la tele,

Cesar a sabiendas que tendría que dar más especificaciones para que su hijo recordara la persona por la cual él le estaba consultando no le quedó más remedio que decirle,

--Tú sabes hijo… es ese señor que tu mami invitaba a quedarse cuando yo no estaba en la casa…

--Ahí! Si! Si! Si!... lo recuerdo!!… ese es el señor gordo con el que mi mami se juntaba cuando tú te ibas para el trabajo!!

--Si hijo ese mismo…recuerdas como se llamaba?

--Se llamaba Cipriano…

--Jacobo ve a buscar tu abrigo que vamos a salir…

--Y adonde iremos papi…?

--Iremos a buscar a tu madre y la traeremos de vuelta a su casa…

--Mi mami esta con el tío Cipriano!?

--No lo sé, pero lo iré a averiguar…

Cesar salió con su pequeño hijo bien tomado de la mano y se lo fue a dejar a su madre que a regañadientes y por el profundo amor que sentía por su nieto acepto cuidarlo mientras el torpe de su hijo salía en busca de la adultera de su mujer.

Cuando Cesar ya estaba a minutos de tomar el bus que pasaba por la calle en donde estaba ubicado el famoso taller con la firme decisión de ir a buscar a su esposa y convencerla para hacerla regresar, no supo el motivo pero se vio en la necesidad de llamar a Armando para solicitarle que lo acompañara, el amigo de juventud tras escuchar los tristes acontecimientos que embargaban al pobre de Cesar, solidarizo en la causa y lo paso a buscar, juntos se dieron a la tarea de ir en busca de la esposa descarriada, aunque Armando supo al instante que ya la había perdido.

El dolido marido le iba rogando a Dios que ella aun estuviera en ese lugar esperando que su amante saliera del trabajo para luego irse a algún motel o quien sabe a dónde, o quizás ya se habían largado, el pobre lo único que quería por ahora era poder hablar con ella y hacerle entender que ellos tres eran una familia, y que con aquel hombre no lograría nada, e incluso estaba dispuesto hasta volver a perdonarla de que ella hubiese intentado dejarlo por otro hombre, en todo esto pensaba esperando el bus, supo que en 30 minutos más llegarían a su destino.

6 horas antes en el Pie Grande, desde donde habíamos quedado…

El mecánico luego de besarla en los labios así mismo como estaban con Gabriela puesta en 4, y el por detrás de ella, no tuvo la necesidad de ayudarse con las mano para dirigir su verga a la antojable vagina de su hembra, como si su tranca fuese un misil tele dirigido esta atino e impacto a la primera en su objetivo, entrando imponente en un coño terriblemente cálido, acuoso, apretado y exquisito.

Cuando don Cipriano termino de metérsela en su totalidad, la rubia suspiro con cierto alivio al sentir su bajo vientre lleno de carne dura y caliente, para así comenzar ella misma y con su cintura con un lento y sinuoso movimiento de follada, estaba en el mismísimo cielo, cerro sus ojos y se dispuso a pegarse la cacha de su vida junto al hombre que desde hoy día pasaba a ser su macho en forma oficial, y por el cual ella había decidido voluntariamente,

--Don Ciprianooo…. Le decía la rubia con sus ojos cerrados y sintiendo el gratificante empalamiento, que le habían mandado por la zorra, --Se la siento tan grandeeee… tan duraaaaaaa… yo también tenía ganasssss, hace más de dos semanas que no se la probaba… estoy tan calienteeee…! tan calienteeeee…!! Diossss!!! empiece a moverse Donnnnn!!!, y era verdad, Gabriela nuevamente estaba hirviendo de calentura.

El viejo solo la escuchaba con un brillo lujurioso en sus ojos, estaba atónito escuchando a la rubia como le pedía que se la follara, viendo y sintiendo en su verga como la rubia se la succionaba con su coño, como se la enterraba ella misma en forma despaciosa y profunda, ya que en esos momentos era Gabriela quien se estaba culeando su verga moviendo su cintura en forma ricamente pausada hacia atrás hasta juntar sus rotundas y brillosas nalgas contra su propia pelvis y haciéndole eróticos círculos con el culazo que se gastaba.

El viejo ubico sus temblorosas y mugrientas manazas en las tibias carnes de las marcadas caderas de su mujer, sintiendo él mismo los eróticos movimientos que ella hacía con estas y que gradualmente ya estaba comenzando a menear en forma más acelerada.

A estas alturas y con tan enajenante visión el vejete ya sentía como la sangre le pulsaba por cada centímetro de sus venas, y que a la vez le rebotaba hasta su verga la cual se le endurecía y empoderaba cada vez más.

Gabriela quien también sentía el endurecimiento vergal del mecánico adentro de su vagina solo se mordía los labios, sintiendo y gozando el poderío masculino que ella se estaba ensartando prácticamente sola, estaba en esto cuando sorpresivamente la hembra sintió un grueso dedo del viejo metérsele por su orificio posterior, situación que no le asusto para nada, al contrario al sentir la irrupción dentro de su hoyo solo quebró más su cintura empinando sus nalgas como una autentica puta a la cual le habían dado una orden, y don Cipriano ni tonto ni perezoso al verla en tan enloquecedora posición se la desclavo para volver a posársela justo en la entrada del nuevo agujero que la rubia le estaba ofreciendo.

El vejete ya casi infartado de tan caliente que lo tenía su mujer acomodó entre las prodigiosas nalgas de Gabriela la enorme punta de su tremenda herramienta, luego tomándola con sus dos manos de la estrecha cintura cerro sus ojos con expresión de como si estuviese enojado y fue introduciendo lentamente su verga en el orificio anal de tan tremenda Diosa, hasta que su tranca desapareció totalmente clavándosela hasta el último centímetro...

Gabriela sintió la irrupción desde la punta, casi se desmaya de placer cuando comprobó en su esfínter el grosor de su tronco cuando la verga ya iba por la mitad, y casi se meo de felicidad cuando sintió que las bolas del mecánico toparon con su panocha, y se sintió aún más hembra todavía en el momento en que comprobó que se la habían metido por el culo limpiamente y por completo, dejándosela alojada en lo más profundo de sus entrañas para que ella misma fuese quien comenzara a pedirle a gritos a su macho que la destrozara, que le despedazara el orto vergazo limpio,

--Mmmmmmmm!!!... Ahhhhhhjjjjjjj!!!... me entroooo… todaaaaaa!!!... queee ricoooooo!!!, gemía Gabriela a la vez que volteaba su cabeza hacia atrás para intentar ver a su macho enculador, solo lo vio con sus ojos cerrados y como se le movían ciertas partes nerviosas de su cuerpo producto de las fuerzas que estaba conteniendo para mantenerla enculada…

--Cada vez te entra más fácil culonaaa…!, fue lo único que le contestó el vejete una vez que abrió sus ojos y la vio mirándolo con una calentona sonrisa de placer sexual, mientras él se comenzaba a mover lentamente para sentir al máximo lo que el culo de su casada le prodigaba a su vergota.

--Ud. Cree Donnnn…! Ufffff…!! Diossss…!! Diosssss!!!, exclamo cuando sintió que el viejo comenzaba a culearla ahora más fuerte y con más vigor, con muchas más fuerzas de las que ella ya había probado en otras ocasiones en donde él también la había enculado de la misma forma,

--Si pendejaaa, ahora sí que te voy a partir el culo en dossss, jajajaja!!! Te aseguro que no podrás cagar por lo menos en un mes entero…Tomaaaaa!!!, le grito a la misma vez que le mando una fuerte clavada hacia adelante en donde casi la levanto ante la bestial acometida que le pego, gradualmente el rostro de la rubia el cual se había mantenido sonriente se fue transformando por el de una verdadera viciosa, sus doradas cejas se enarcaron, y su boquita se abrió formando una “O”, expresando en forma inequívoca el tremendo placer anal que el mecánico le estaba haciendo sentir.

Pronto los dos gemían y jadeaban empujándose uno contra el otro en un deseo mutuo y salvaje, Gabriela susurraba ahogadamente…

--Asiiiiiii… asiiiiiiii… muévalaaa, muevalaaaaa mas fuerteeeee… Que ricoooo…. Asssiii… que verga que tiene Donnnnn!..., en forma paulatina sus susurros se fueron transformando en enloquecedores gritos de calentura, --Asiiii…! culiemeeee!!... culiemeeeeee biennnnn!!!!, encúlame fuerteeeee!!!!, rómpeme toda por dentro así tal como Usted lo dijoooo!!!! Que dolorosa que la sientoooo, pero me gustaaaa…!!! Soy toda suyaaaaaaa!!! Gemía y suspiraba una y otra vez la excitada casada con su femenina voz entrecortada mientras ella también le refregaba su culo contra la obesa cintura de su macho, --Mmmmmfff…!! Diosss!!! Diosssss!!!! Diossssssssssss!!! .

Ahora se movían cada vez más rápido, Gabriela empezó a mover su trasero en círculos, de solo imaginarse ella misma los destrozos que estaría haciendo esa monstruosa verga en sus entrañas, sufrió un silencioso orgasmo anal que ni siquiera le dio tiempo para ponerse a gritar, solo lo disfruto amparada en que otros aún más placenteros que este ya se le estaban comenzando a anunciar en su sistema nervioso y neuronal.

--Jajajaja…que caliente que eres puta estúpida… acaso crees que no me di cuenta que te acabas de correr por el orto…!!!!, Plaffffffff!!!!!!, el viejo con sus dos manazas le asesto una doble y feroz nalgada en el culo…

--Siiiiii… mi Donnnn… me acabo de correr por el culooo… pero sigaaaa… sigaaaaaa encajándomela más fuerteeee, aún me la puedo para seguir corriéndome con Ustedddd… Terminando de decir esto último la rubia como pudo levanto una de sus manos y se mandó ella misma tres fuertes nalgadas como queriendo darle a entender a su macho que ella estaba hecha para que la encularan de aquella forma, --Plafff…! Plafffff…!! Plaffffff!!!, sonaron las flagelaciones que hacía la misma casada en contra de su cuerpo…

--Jajajajaja… quien lo iba a decir culonaaa!!??, al parecer te gusta que te nalgueen cuando estas enculadaaaa!!???, el viejo manteniéndola bien agarrada de su cintura ahora se movía más fuerte que antes, estaba empeñado en hacer que la hembra se volviera a correr por el culo en una forma más magistral que la anterior

--Me encantaaaaaa!!!, Ufffffff, Donnnnn… sígame clavando por el hoyoooo que me vuelve locaaaa!!!!, Gabriela también se movía de la misma forma en que lo hacía su macho, era increíble ver lo sincronizados que eran ambos para follar sin perder el ritmo.

--Tú lo pediste zorraaaaa!!! To…maaaaaaaa!!!, el viejo sudaba como un verdadero a****l, se movía como una bestia metiendo y sacando su verga desde el ya dormido culo de Gabriela, quien solo se concentraba en la placentera sensación de tener toda esa gruesa circunferencia de carne rompiéndole su esfínter…

--Di que me amasssss!!!!!, le exigía el vejete al son de sus movimientos…

--Siiiiii… Donnnn… yo solo lo amo a Usteddddddd!!!!

--Jajajajaja Gracias yeguaaaaa…!!!, don Cipriano sin dejar de clavarla y tomando fuerzas con una de sus manos se dio a agradecerle asestándole una fuertes y sonaras nalgadas por ambos lados del culo, estas fueron interminables, la rubia ya era inconsciente que hasta se babeaba sintiendo el inmenso placer que le causaban los dolorosos palmetazos en que estaban lacerándole sus hermosas y brillantes nalgas,

--Esto es lo que te mereces por ser tan puta para tus cosas, --Plafffffff…!! Plafffffff…!!! Plafffffff…!!!! Plafffffff…!!!!!! Plafffffff…!!!!!!, retumbaban las manazas del mecánico en el suave y tibio culo de Gabriela, quien las recibía casi en forma emocionada de saber que era su real y único macho quien la castigaba de esa bestial forma…, --Jajajaja… te gusta que te nalgueen putaaaaa!!???

--Si Neneeeee…sigue nalgueandomeeeee… me lo merescoooooo por ser tan putaaaaaa para mis cosasssssss…Ohhhhhh Diossssss Donnnnnnn…pégueme más fuerteeee… más recioooooo… que me lo merescooooooo!!!,

--Si tú lo pides ahí te voy nalgonaaaa, --Plafffffff…!! Plafffffff…!!! –Tomaaaa!!, le gritaba el mecánico, redoblando las fuerzas e ímpetus en que se la estaba nalgueando y castigando en forma cruel e inmisericordiosa, sin parar de ensartarla por el culo en forma a****l y profunda, --Tomaaaaa… Plafffffff…!!!! Plafffffff…!!!!!! Plafffffff…!!!!!!

--Ufffffff…! Uffffff…!! Ufffffffff…!!! Mas fuerteee…!!!! Mas fuerteeeee…!!!!! Pégueme más fuerteeeeee Donnnnn!!!!!!, Usted puede pegarme todas las veces que quieraaaaaa!!!!!!!, se quejaba y le pedía la rubia quien ya sentía que se desmayaba de tanto dolor en el culo, y en su desequilibrada mente más se calentaba y enardecía recordando las fuerzas con que el viejo le había puesto el fuerte puñete en su rostro.

--Si pendejaaaa… y no te preocupes que desde hoy te pegareee todo lo que yo quieraaaa, jajajaja!!! Por algo eres mi yeguaaaaa!!!!

--Siiiiiii…yo soy la yeguaaaaa… soy su yeguaaaaaaaa!!!!, gritaba la caliente mujer, -- Y Usted es el único con derecho a pegarme cuando se le ocurraaaaa!!!!!!, la rubia en agradecimiento por tan salvaje culiada que le estaban poniendo, cada vez que el Viejo se la metía profundamente en el culo ella lo recompensaba con una serie de contracciones anales, haciendo que el mecánico se sintiera que él y su verga se encontraran en un verdadero paraíso de placer rectal.

Don Cipriano al escuchar las palabras de la caliente casada, se preguntaba cómo era posible que esa mujer se calentara tanto con su verga, a la misma vez que recordó la oportunidad en que en ese mismo catre en el cual estaban follando, la había hecho mugir de calentura y se le ocurrió la genial idea de retractarse y ahora si hacerla y escucharla relinchar como solo lo hace una verdadera yegua bajo sus órdenes…

--Vamos putaaaaa… ahora quiero que relinches para mi… tal como lo hacen las yeguas cuando están calientessss…!!! Vamos hazlo… relincha para mi Yeguaaaaaaa!!!!!!, le gritaba a la vez que le dejaba caer su trance lo más adentro que podía.

Gabriela quien al escuchar la rara solicitud que ahora le hacia el hombre que la había cambiado también recordó la vez en que él la había hecho mugir como una verdadera Vaca, y lo bien que se había sentido en aquella oportunidad al sentirse meramente un a****l, no lo pensó más y simplemente relincho,

--Ñiiiiiijijiji…! Ñijijijjiiiiiiii…!!, su cara era la de una verdadera depravada…

--Mas fuerte culonaaa…! vamos relincha como si de verdad fueses una Yeguaaaaa!!! Jajajajaja!!!!!, el viejo estaba encantado con todo lo que le estaba haciendo hacer a su mujer, por lo que redoblo la velocidad en que le metía y la sacaba la verga de su ano…

--Ñiiiiiijijiji…!! Ñijijijjiiiiiiii…!!!!!

--Mas fuerteeeee mierdaaaaaaaa!!, Plaffffffff…!!! plaffffffffff…!!!! Plaffffffffffffffff!!!!!..., le asesto otras no menores nalgadas en el soberbio culazo de Gaby, para que supiera quien era el jinete y quien era el que mandaba,

--Ñiiiiiijijijiiiiiiiiii…!!!! Ñijijijjiiiiiiii…!!!!!!! --Ñiiiiiijijijiiiiiiiiiiiii…!!!!!!!! Ñijijijjiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…!!!!!!!!!!!!

Mientras la rubia totalmente ajena a lo que estaba haciendo seguía relinchando audiblemente de verdadera calentura por lo que estaba haciendo, sintiendo las profundas estocadas de carne y dura y caliente que le metían por el culo, las dolorosas laceraciones que estaba recibiendo en sus carnes y el saberse a ella misma relinchando como una yegua para agradar a un detestable vejete que la había hecho abandonar a su esposo y a su familia para el poder follarsela todas las veces que él lo quisiera, todo esto fue mucho para ya su desequilibrado temperamento de hembra complaciente, y en el momento en que iba a relinchar con más fuerzas para agradar a su macho sintió que su cuerpo ya no daba para más…

--Ñiiiiiijjijijijijiiiiiiiiiiiiiiii…, una verdadera bomba nuclear a base de DHEA, feromonas, oxitocina, endorfina, y muchas hormonas más explotaron en el ardiente cerebro de Gabriela, expandiéndose por todo su sistema nervioso para luego solo en fracciones de segundos concentrársele en lo más profundo de su recto y volver a explotar en este haciendo que la casada perdiera todo sentido de la razón a causa del tremendo orgasmo que su macho la había hecho alcanzar, --Ohhhhhhh… Diossssss…!! Qué es esto Dios miooooooo…!! Donnnnnn… me corrrrrroooooooo por el culooooooooooo!!!!, la rubia comenzó a mover sus caderas sin despegarse ni un ápice de la cintura y pelvis del vejete, con sus ojos bien cerrados se dio a sentir como su cuerpo se desintegraba, vistosas cantidades de saliva caían de su boquita abierta, sin parar de menear el culo en formo circular y haciendo fuerzas hacia atrás, la pobre no se dio ni cuenta que también acompañando a su orgasmo a la par se estaba meando a causa de la tremenda y genuina excitación que estaba sufriendo.

--Esoooooo mueveteeeee yegua de mierdaaaaa!!!!, Correteeeee, si hasta te estas miandoooo de calentura putaaaaaa de mierdaaa jajajajaja!!!!!! Clávate el culo en mi trancaaaaaa potra de mierdaaaa!!!!!, Meateeeeeeeeeeeee!!!!!, jajajajajaja!!!!!, Don Cipriano la mantenía agarrada firmemente de sus caderas mientras la veía retorcerse y corcovear como nunca antes la había visto, eso sí que era auténtica calentura se decía para el mismo mientras no se perdía detalles de cómo se meaba y se retorcía, a la vez que aprovechaba para bombearla implacablemente una y otra vez con su miembro totalmente ensartado en el interior de su cuerpo, sus testículos se bamboleaban hasta chocar ruidosamente contra la dorados chorros de orina que salían con fuerzas de la misma vagina de nuestra casada que nuevamente estaba chorreando líquidos en forma continua y a veces intermitente, a medida que su vejiga se vaciaba al ritmo de los sendos corrientosos de placer que Gabriela enloquecedoramente estaba sintiendo y que poco a poco ya comenzaban a menguar.

Luego de aquel a****l orgasmo sufrido por la casada, el vejete por nada del mundo quiso dejar de espolonearla, así pasaron unos buenos minutos del bestial enculamiento al cual estaba siendo sometida la rubia, el catre estaba todo mojado y goteaba por distintos lados de los líquidos emanados por la hembra, por lo que el viejo decidió cambiar de lugar y posición, retiro lentamente su aceitosa verga desde el orificio anal de de Gaby, y sin que él dijera una sola palabra y sin que ella pusiera resistencia alguna el mecánico la fue retirando de la cama, la rubia con su cara llena de un serio placer solo acataba como la hembra que era,

--Tírate de espaldas en el suelo y ábrete de patas… te voy culiar tirada en el piso pero ahora por la zorraaaa!!!, el viejo también de pie se pajeaba la verga mirándola y comiéndosela con sus ojos enrojecidos de calentura aun no saciada y con cara de ser un auténtico pervertido. Gabriela quien aún seguía en estado de excitación y a sabiendas que el catre había quedado inutilizable por culpa de ella, solo obedeció, no importándole nada se acostó en el mugroso suelo y se abrió de muslos todo lo que pudo para que su hombre se le montara y tomara lo que ella tenía para él.

El mecánico con la enloquecedora visión que tenía solo a sus pies se quedó casi sin aliento y sin palabras, no podía dar crédito a lo que tenía a su disposición, sus ojos y su mente se le llenaban de mujer, se atosigaba de tanta hembra que tan solo de verla ahí tirada en el inmundo suelo de cemento abierta de piernas y totalmente ofrecida se le volvía más deleitosa y deseable que antes, caía en cuenta que era la misma hembra rubia inalcanzable que había conocido solo hace unos cuantos meses, con la diferencia que ahora la tenía ofrendándosele como sagrado obsequio, como un premio al que solo él tenía derecho.

La visión de tan tremenda hembra lo turbaban, toda la situación nuevamente se le volvía deseo y lujuria, no sintiendo otra cosa que solo unos inmensos deseos de poseerla, de meterse dentro de ella, de culearla tan salvajemente como solo a ella le gustaba, de hacerla suya, y solamente suya, por lo que no pensándolo más se lanzó como un desesperado a tomar lo que a él le pertenecía, como pudo se recostó a un lado de ella, para luego comenzar a acariciarla con ahínco por todas las curvas de su cuerpo, como también darse a chuparle profundamente las tetas, y sobajearla por todos los rincones de su cuerpo con verdadera veneración.

La caliente e insaciable rubia al notar la calentura con que el vejete le chupaba las tetas y la manoseaba, solo se fue entregando voluptuosamente al roce de sus cuerpos y a todo lo que el viejo quisiera hacer con ella, ya que ahora este nuevamente se le había montado aprovechando que ella se había mantenido con sus hermosas piernas abiertas exponiéndole a su caliente mirada todo el esplendor de su semi abierto tajito de carne rosada, húmedo y deseoso de verga, mientras ahora sentía como la gruesa lanza de su macho intentaba abrirse camino por este mismo, ese pensamiento la calentaron aún más, y tal como lo había hecho con Cesar solo hace algunos días metió su manita por entre medio de sus cuerpos hasta lograr tocarla con las puntas de sus dedos, para luego agarrársela a mano llena por el tronco y comprobar una vez más que su mano no alcanzaba a cerrarse alrededor de esa descomunal verga que ahora tendría para ella solita todos los días y las veces que ella lo quisiera, un nuevo eléctrico escalofrió la recorrió por todo su cuerpo.

Fue la misma Gabriela que guiada por su caliente instinto de hembra reproductora la poso en la misma entrada de su ranura íntima, diciéndose para sus adentros que esa cosota ni se le comparaba a la del hombre que ella acababa de abandonar, esta era sencillamente enormeeeeee!!!

Don Cipriano notando las ganas que tenía su mujer de que nuevamente se la follara dio un empuje rápido y poderoso que efectuó haciendo que su herramienta pudiera entrar en forma íntegra y sin gran esfuerzo, la rubia por su parte al sentirse otra vez ensartada la hicieron ponerse tan loca de caliente que le comenzaron a temblar las piernas nuevamente, a la vez que intentaba abrirse más de lo que ya estaba, el viejo le asesto otra estocada aún más profunda e intensa que la anterior haciendo que Gabriela se sintiera algo sofocada, nunca antes lo había hecho tirada en un suelo tan mugriento como en el que en estos momentos la tenían tendida recibiendo pico por la zorra, como así mismo jamás se había sentido tan acoplada y dependiente de una verga.

Gabriela se sentía totalmente empalada, y ni siquiera sentía m*****ia o dolor alguno en sus espaldas al tener a semejante a****l encima de su cuerpo sin nada que la protegiera, el cuerpo del mecánico como el de ella estaban cubiertos de una transpiración resbaladiza, ambos sudaban y ya se movían en forma enloquecedora, refregándose mutuamente sin importarles nada, la rubia se azotaba en el frio y duro suelo de cemento, pero su placer era aún mayor, ellos habían nacido para coger entre sí, y así lo demostraban su pene y vagina que se raspaban y friccionaban haciendo eróticos círculos sin despagarse ni siquiera un centímetro, el viejo la embestía como un verdadero a****l y a ella le encantaba.

Don Cipriano nuevamente la estaba haciendo suya, a la vez que le susurraba en sus oídos verdaderas alabanzas hacia su coño,

--Cómo te estoy gozando putaaaaaa... que delicioso y cerradito lo tienes, y aun no me la creo que hasta te hayas meado de calentura hace un rato!!, le murmuraba en uno de sus oídos, a la misma vez que le metía la lengua en esta, haciendo que nuevamente la traspirada y ensartada rubia se calentara aún más de lo que ya estaba, ella solo lo escuchaba aferrada con sus piernas y brazos a sus anchas espaldas, moviéndose y meneándose con todas sus fuerzas a esa colosal verga que no paraban de meterle, y al mismo compas en que esta la empalaba sin misericordia.

La cacha que se estaban pegando Gabriela y don Cipriano tirados en el suelo no tenía para cuando acabar, ellos gozaban culiando de aquella forma que tanto les gustaba, el viejo ahora se movía más salvajemente, las cuidadas uñas de Gaby se clavaron en sus espaldas, creía que ahora sí que la mataban ante esa extraña y deliciosa tortura a la cual la sometía su mecánico predilecto, pero era eso mismo lo que ella deseaba, sucumbir bajo esa magnífica verga que se parecía más bien a la de un caballo que a la de un hombre!!! Desde las veces anteriores en que ella se había acostado con el viejo nunca había sentido esas ansias tan fuertes como ahora, se sentía enloquecida de excitación y calentura.

El bestial acoplamiento en el suelo seguía con ferocidad, los amantes continuaban besándose y revolviendo sus lenguas con frenesí y desesperación, la vagina de Gabriela se deleitaba succionando y chupando una y otra toda esa masa de nervios calientes y venosos que le tenían metidos, todo su ser estaba colmado de esa deliciosa barra de carne, sentía sus testículos comprimirse en su culo con furia incontenible, mientras ella respondía meneándose salvajemente en un continuo subir y bajar de su vagina resbalándose por aquella gruesa verga de la cual estaba enamorada, a la vez que también sentía ese indescriptible vacío cuando el vejete sacaba casi toda su tranca desde el interior de su zorra, y se sentía morir de placer por la brutal compresión de carne embutida cuando este se la volvía a empujar hacia adentro, metiéndosela sin parar hasta que los labios de su vagina rozaban y sentían los abundantes y gruesos pendejos negros que adornaban la parte baja de su tremenda panza cervecera, que contrastaban con su rubio y casi despoblado bosquecillo de pelitos dorados que adornaban su pelvis, y que se enredaban endiabladamente con los ensortijados pelos del hombre.

Consumida por la lujuria del momento y toda mojada por la traspiración Gabriela estaba totalmente abandonada y sin recato alguno, tendida en el suelo de espaldas, con las piernas bien abiertas le ofrecía el camino del desahogo carnal, su cofre de placeres carnales estaban dispuestos solo para el hombre viejo y gordo que en esos momentos la llenaba de verga, ella misma separa sus labios vaginales para que la irrupción de su macho en su dorada hendidura fuese más rica y aún más profunda de lo que ya ella lo sentía.

La extraordinaria sensualidad de Gabriela la hacían ver como si ella fuese la misma naturaleza hecha hembra para entregarse a la satisfacción de los deseos lujuriosos de su macho con increíble deleite, ya no quedaban lugar para dudas ni nada parecido, ella era de él, le pertenecía en forma completa, y los hechos hablaban por sí mismos, don Cipriano la agasajaba con su verga por cada profunda apuntalada que le metía al interior de su curvilíneo cuerpo, este entraba triunfal al cálido recinto lubricado de su deseo, deslizando su tranca por su vagina en forma más que pasional, de un solo golpe llegaba al máximo que le permiten los límites de ambos cuerpos, abrazados y gimiendo se complementaban, las bocas de cada uno de ellos se escondían en el cuello del otro, entre ellos ya no habían palabras, solo se daban a sentir el fragor de la calentura que los consumían a fuego vivo.

Las bellas y suaves piernas de Gabriela casi enlazadas en la obesa cintura del mecánico le permitían elevar su pelvis, colaborándole a su macho en una penetración más profunda e intensa, los movimientos convulsivos, intensos y caóticos los perdían en los vericuetos de la calentura, ambos deambulaban en un mundo de la sensualidad y de la lujuria, perdidos en la nebulosa de la intensidad y de un estrepitoso bombeo continuado, uno metiendo y la otra recibiendo, ambos ya se acercaban juntos al momento de la gloria.

La urgencia de la carne ya se imponía en forma apremiante y les exigía calmar el fuego que los consumía, Gabriela a pesar de estar culiando en forma tan ardiente como el mismo vejete, y que ya mas o menos conocía los movimientos de su macho presintió que le está llegando el momento supremo, sabía que estaba solo a segundos de volver a irse cortada como una verdadera hembra,

--No pareeee… Deleeee… Mas fuerteeeeee… hágamelo mas firmeeee Donnnnnn… Sigaaa… sigaaa mas firmeeeeee…!!!!! Acabe adentrooooo…!!!!!! acabaaaa adentro mío Ciprianoooo… mi amorrrrrr!!!!!

Para el viejo escuchar las apasionadas palabras de su adorable mujer casada le sonaron como a trompetas de gloria, era el más maravilloso sonido para sus oídos, era como entrar al séptimo cielo y tocarlo con sus ennegrecidas manos de mecánico, y ya no pudo aguantarse más,

--AAAAAArrrgggggggggggggggghhhhhhhhh!!!!!... Arrrrrrrrrrgggggghhh!!!!!!!!!!, tomaaaaa mi semennnnn Culonaaaaaa… es todo tuyoooooooooo…!!!!! Arrrrrgggggghhhhh!!!!!!!, rugía el mecánico cuando sintió las torrentes cantidades de semen que venían corriendo por los conductos de su uretra, hasta que salieron disparados por la punta de esta inundando copiosamente el estómago de Gaby, ya que la herramienta carnal del vejete le llagaba hasta la misma altura de su ombligo. La verga escupió 7 chorreadas de semen condensado, espeso e hirviente. La abundante cantidad de esperma parecía estar en relación con la proporción de los 14 días de abstinencia del vejete, había sido una acabada prolongada y efusiva.

La rubia quien sintió el fuerte chorro de líquido caliente que le estaban depositando con fuerzas y vigor en su útero, solo dejo caer sus manos a un lado de su cuerpo, abrió todo lo que pudo sus muslos y enarco su espalda, elevando su vagina hacia arriba, para que la penetración fuese más profunda en el momento de la eyaculación, y así se mantuvo hasta que noto que le habían dado la última gota, y no contenta con esto cerro sus ojos, se concentró y contrajo con fuerzas todos sus músculos vaginales, apretándole la verga con esta para ella ir bajándola y exprimiéndosela con el fin de retirar ella misma hasta la última gota de semen que haya podido haber quedado atrapada adentro del grueso tronco venoso de la tranca que la hacían sentirse como una verdadera mujer, plena y feliz.

Hasta que una vez ya desclavada quedo tirada y abierta de piernas con una pequeña sonrisilla de viciosa satisfacción en su rostro, había quedado rendida y satisfecha sexualmente.

El viejo pasado unos minutos, como pudo se paró y de detrás de un mueble saco varias cajas de cartón que estaban desarmadas y las puso en el suelo, en donde invito a su mujer a que se recostara en ellos, Gabriela quien se sintió agasajada por la atención de su macho tomo ubicación en estos, la pobre estaba molida y ahora contaba con varios moretones en su cuerpo producto de la colosal cacha que le habían pegado tirada en el suelo de cemento, el vejete una vez también recostado aun lado de ella la abrazo contra su pecho y se besaron, lo hacían tal cual como si ellos estuviesen de luna de miel en la mejor suite de un lujoso hotel.

Luego de haber descansado por espacio de una hora aproximadamente, la pareja aun reposaba en silencio, una innata tranquilidad los embargaba a ambos, al viejo por saber que ya tenía para el solo a su Diosa, y ella por saberse y sentirse propiedad única de él. Desnudos y abrazados tirados sobre unos cartones cada cual pensaba en lo suyo, don Cipriano acostado de espaldas y con las manos detrás de su cabeza, con su hembra tirada a un costado de él, las tetas se comprimían en los pelos canosos del pecho del vejete, con uno de sus suaves muslos posado sobre la aun húmeda verga, haciéndole cariño con la yema de sus dedos en una de sus fofas tetillas, esto a ella le encantaba. Hasta que fue el vejete quien rompió el silencio,

--Aun estas preocupada nalgona?,

--No Nene… ya no…,

--Porque querías quedarte con el… si ese pendejo no te llega ni a los talones?

--Solo estaba confundida… yo solo lo amo a Usted?, pero acuérdese que me prometió que me ayudaría a recuperar a mi hijo… lo recuerda?

--Si pendeja… no te preocupes se lo quitaremos igual, si no es por las buenas será por las malas, tú no te preocupes por eso, déjame esa parte a mi… Gabriela solo lo quedo mirando con ternura, --Que atento era don Cipriano con ella, pensaba para sí misma, --Y una cosa más culona!!, no me hagas nunca más una mamada parecida a la de esta mañana, yo soy celoso… y si te pillo en algo con tu marido o con quien sea soy capaz de matarte a palos y a patadas… escuchasteee?!!!

--No se preocupe Donnn, nunca le haría algo así a Usted… desde hoy le prometo incondicionalmente serle fiel en cuerpo y alma… para siempre!!..

Don Cipriano al escuchar a tan hermoso ejemplar de hembra declararle completa fidelidad con tanto amor y respeto no se lo podía creer, hasta hace unos meses atrás que iba a pensar que el destino le escogería a esa bella mujer casada como su pareja ideal, con la cual compartiría el resto de su vida y a su vez formaría por primera vez una real familia.

Ya se imaginaba los rostros estupefactos y de asombro de las personas que lo conocían cuando vieran a tan hermoso prototipo femenino caminando a su lado tomada de su tosca mano, todos aquellos que no le creían cuando él les contaba de su primera culeada en aquel sucio y burdo hotel con la bella Gabriela, se tendrían que tragar sus burlas e ironías y quedarían como unos verdaderos estúpidos.

Del otro lado Gabriela aun respiraba agitada a causa del ya lejano orgasmo suspirando al vaticinar su nueva vida al lado de aquel rudo, prepotente y autoritario macho que se había adueñado de su vida y de su corazón, como le encantaba esa idílica sensación de mariposas en su vientre cuando el vejete la miraba directamente a sus azulados ojos, no recuerda haber sentido esa misma intensidad cuando se enamoró de Cesar, se sentía completamente débil, obediente y sumisa ante él.

Pero en ese justo momento al sentir esas acostumbradas sensaciones en su vientre recordó que hasta ahora no le había contado a su macho que ya estaba gestando dentro de ella el fruto de su pecaminoso y adultero amor, con una hermosa y angelical sonrisa que hizo casi derretirse al calculador Don Cipriano se propuso a contarle aquella tan maravillosa noticia que su Don tantas veces le había pedido, pero fue interrumpida por una expresión que hasta ahora nunca había escuchado o esperado por parte de él...

--Te amo mi yegua!!! La despampanante rubia no podía creer lo que su nuevo hombre le acababa de decir, con la boca abierta y llena de sorprendente felicidad se quedó mirando a don Cipriano como queriendo creer que no estaba en un sueño.

--Que me acá...ba de decir?!!!.. Le preguntaba completamente emocionada esperando volver a oír aquella romántica frase, en cambio el vejete se sintió un poco incómodo, era la primera vez en su vida que le decía a una mujer que la amaba y no quería de ninguna manera perder la imagen de macho rudo y dominante ante su nueva mujer.

--Pues lo que oíste culona o acaso estas sorda!!! La rubia con el corazón latiéndole a más de 2000 por hora se abalanzo hacia su macho para llenarlo de besos y caricias, se sentía dentro de un hermoso sueño y aun no podía creer que ese hombre tan rudo y salvaje para sus cosas le había dicho que la amaba..

--Yo… yo también lo amo Don, eres lo mejor que me ha pasado en la vida y le agradezco al destino por haberte chocado el coche cuando nos conocimos... Te amo... Te amo mi Don...

Don Cipriano estaba que volaba de felicidad al escuchar a su mujer declararle tanto amor, pero desde ese momento quería cambiar algunas cosas que ya no le gustaban...

--Mira nalgona ya sé que me amas... Pero desde ahora quiero que dejes de decirme "mi Don", a partir de ahora soy tu marido así que me llamaras por mi nombre o lo que más te guste, pero menos lo que te acabo de decir... ENTENDIDO!!! Le dijo enérgicamente a la rubia como tratando de recordarle que él era el que mandaba.

--Si mi amor!, mi bebe!!, mi nene!!, mi tesoro...!!! Los besos no dejaban de llover en la arrugada y pervertida cara del vejete quien ocultaba su felicidad y dicha por dentro, pero en estos momentos quería terminar con aquel romántico momento e ir a arreglar los asuntos que lo tenían muy preocupado así que cargando a Gabriela como cual pareja de recién casados y así desnudos como estaban comenzó a sacarla de aquella oficina ante la nerviosa rubia que le preguntaba a donde se dirigían.

--Mira muñeca primero nos daremos una relajante ducha y luego te dejare para que descanses que yo tengo unos pequeños asuntos importantísimos que arreglar...

--Pero mi amor, tengo una noticia que darte y te va a encantar... le decía la rubia muy ilusionada de ver la expresión de sorpresa en el frio rostro de su macho cuando se entere de que estaba preñada de él, pero el vejete iba un poco apurado.

--Eso será para después tetona, porque regresando nos iremos a tu casa a recoger toda tu ropa y de paso a Jacobito... NUESTRO HIJO!!! Le enfatizo fuertemente llenando de ilusión a Gabriela al notar que el vejete también tenía interés en su vástago y no solo pensaba en ella como objeto solo para el sexo.

Los incrédulos ojos del Chango y María, no daban crédito a lo que estaban viendo, solo a unos 10 metros de ellos vieron salir a don Cipriano completamente desnudo y con Gabriela también en las mismas condiciones, observaron que ambos iban sonrientes conversando de algo, no les importaba que ellos los estuvieran observando, como si ellos fuesen la viva imagen de Adán y Eva en el jardín del Edén los vieron desaparecer hacia el sector de los baños en donde los mecánicos se bañaban antes de salir de su trabajo,

--Lo veo… y no lo creo, musitaba María observando el colgajo de carne de su tío, y al desnudo cuerpo de Gabriela…

--Qué mujer… que mujer…!! Replicaba el chango una y otra vez, aun sin creer lo que veía, en su estómago sintió el fuerte codazo que le puso María…

Una vez ya de vuelta en la oficina con cama, el viejo se vestía ante los azules ojos de su mujer que no podía dejar de mirarlo y admirar esa tremenda verga ya en estado de relajo, Gabriela quiso saber adónde se dirigía su macho, al perecer de ella estaba un poco apurado,

--Y adonde se supone que vas Nene, le consulto la rubia un poco preocupada, se sentía un poco rara al estar en esas condiciones al interior del taller de su macho, aún se encontraba descalza y desnuda apoyada en uno de los muros de la inmunda habitación…

--Eso a ti no te importa culona, y yo no tengo que porque darte explicaciones de lo que yo hago, jajaja, pero no te preocupes solo serán un par de horas, tu espérame aquí encerrada en nuestro nidito de amor, y no te vistas que apenas llegue te llenare de verga nuevamente, jajajaja!!!

--Como a qué hora cree Usted que va a estar de regreso…?

--Son recién las 4 de la tarde… estaré de vuelta antes de las 6, solo iré a cerrar un negocio con mi hermano, y con un amigo… se me había olvidado que teníamos ese acuerdo para hoy…

--Y qué clase de negocio es ese?, la rubia sentía curiosidad por los asuntos de su hombre…

--Ya te dije que eso a ti no te importa!!, le bufo el viejo mirándola con cara de enojado, para luego ir acercándose a ella para darle conocimiento de cómo era la cosa desde ahora, --Escúchame bien Yegua… regla número 1 desde hoy en adelante…”Prohibido andarme preguntando webadas que a ti no te incumben”… te queda claro putaaa!?

--Jijiji… me queda claro Bebe…pero no tienes que ser tan enojón para decirme las cosas, prometo no hacer más preguntas que te incomoden, solo le pido que no me deje tanto rato sola…

--Así está mejor nalgona, afuera van a estar la María con el Chango, así que estarás bien, yo voy y vuelvo, si quieres aprovecha de ordenar un poco, en ese mueble hay ropa de cama para que la arregles acuérdate que solo hace un rato te measte, jajajaja. Fue lo último que le dijo el mecánico a su mujer en el momento que abandono la habitación.

Mientras el vejete ya se ponía en dirección al tugurio de Felipe, lugar en que se encontraría con don Pedro para ambos ofrecerle un fin de semana completo con los pecaminosos cuerpos de 2 hermosas adolescentes de 18 añitos recién cumplidos al viejo asqueroso y amigo de ambos, recordemos que el viejo Felipe era un poco más ancho que Don Cipriano, de su misma estatura, pero a diferencia de él quien pasaba como el típico mexicano con su tez morena, Don Felipe podía pasar como un auténtico Africano, con su tez completamente negra, con unos labios asquerosamente gruesos y aquebrajados y con las cicatrices en su rostro hechas por un cuchillo, le daban un aspecto terrorífico.

Gabriela una vez sola en la oficina con cama y después de haberse duchado junto a su macho, se sentía totalmente renovada, a minutos le llegaban las aterradoras imágenes de su abandonado marido, y la de su nenuco, pero estas eran aplacadas por saberse ya en completa posesión de su amachado mecánico, se decía que ya no había vuelta atrás, por lo que decidió poner un poco de orden en la inmunda habitación en la cual seguramente se la volverían a follar en un par de horas.

Se vistió con su vestido azul, por alguna extraña razón opto por no ponerse su ropa interior, está la guardo adentro de un cajón con herramientas, --total, pensaba para ella sola, --Apenas llegara su Don se volverían a acostar, se terminaba diciendo.

Detrás de un mueble encontró una colchoneta aún más mugrienta como la misma que ella ya había retirado al estar empapada con su propia orina, se sentido avergonzada de la forma brutal en que aquel hombre lograba excitarla al punto de que ella se llegara a mear de calentura casi sin darse cuenta, estando en estas cavilaciones se dio cuenta que el nuevo y mugroso colchón tan delgado como el primero tenía un gran mancha roja oscura al medio de este, eso parecía ser sangre seca, pensó que quizás alguien había podido tener una especie de accidente sobre este, sencillamente lo dio vuelta y asunto terminado, luego les puso unas desgastadas sabana tiesas y amarillentas, hasta que el catre nuevamente parecía estar en condiciones normales.

Estuvo sentada más de una hora a la espera de su macho, sabía que afuera de aquella tosca oficina con cama estaban María con el chango, pero le daba vergüenza salir de ella y que la vieran, sentía una gran necesidad de que su don Cipriano llegara lo antes posible para ya no sentirse tan sola.

Hasta que por fin vio abrirse la puerta y que su Don entraba a la habitación con su grotesca humanidad, el viejo venia de buen humor, su reunión con don Pedro y don Felipe había sido un éxito y a pesar de las continuas invitaciones que le hicieron para que él se quedara bebiendo y parrandeando con ellos, el prefirió retirarse, lo único que quería al menos por ahora era estar con su Diosa.

Gabriela lo salió a recibir con deseosa devoción, sin que el vejete alcanzara a decirle nada se le arrojo a sus brazos para comenzar a besarlo en forma apasionada,

--Como te fue en tus asuntos bebe?, le consulto la rubia a su macho con cara de hembra deseosa de verga…

--Excelente pendejaaa!!! Jajaja... el cliente acepto unos nuevos repuestos que le vamos a proporcionar con mi hermano, jajajaja!!!

--De verdad, y son de buena calidad esos repuestos?..., la incauta e inocente rubia estaba convencida que su macho le hablaba de repuestos automotrices, además que ella sabía que su Don era un experto en su negocio...

--Son de lo mejor nalgona, jejeje… pero hemos decidido con Pedro no llevárselos hasta no pegarles una buena probada nosotros mismos, jajajaja!!!! A su vez el vejete sacaba algunas cosas que traía, para ellos, había pasado al almacén,

--Mi reina aquí traigo unas cositas para que te sirvas, jejeje, mira galletitas y harta agüita mineral de la que a ti te gusta, jejeje, te traje de la más heladita para que te me vayas a recalentar cuando ya estemos cogiendo, jajajaja…

--Ayyy mi nene de verdad graciassss… no tubo para que m*****arse, Gabriela ya no daba más de gozo por lo atento que se comportaba el mecánico con ella…

--No es m*****ia cosita rica, jajajaja!!! No sabes de lo desesperado que estaba por venirme de mi reunión para pegarte otro par de buenas cogidotas, jajajaja!!! El mecánico a la misma vez que le decía todo esto otra vez su lujuriosa mirada se le clavaba en las tetas, y hasta ya se saboreaba el sabor de aquellas carnes que nuevamente deseaba paladear, sumado a lo caliente que venía después de tan extravagante reunión de negocios, en donde el con su hermano y otro Viejo aún más detestable que ellos acordaron violar a un par de chamacas de 18 años.

Así hablando de eso y de otros tipos de cosas la nueva pareja de convivientes se recostó en la cama que la ex casada había preparado para ellos, decidieron que dejarían para el siguiente día la visita que juntos le harían a Cesar para que la rubia sacara sus efectos personales y su ropa, y ver con quien se quedaría el hijo de la mujer, ya que aquella tarde y encerrados en la oficina con cama era solo para ellos dos.

La temperatura poco a poco iba subiendo nuevamente al interior de aquella inmunda habitación, que en esos momentos para Gabriela era de lo más romántica, fue ella quien al darse cuenta que su macho aun tenia fuerzas para rato y seguir metiéndole verga, fue bajando lentamente hasta la altura de su verga, con mucha delicadeza le desabotono el pantalón de mezclilla como así mismo bajo el cierre de este, y aun estando con su vestido azul puesto comenzó a lamerle la verga desde los testículos hasta la punta aceitosa de esta, para darse a pegarle una buena mamada de verga como solo él se lo merecía, a los pocos minutos ya se la chupaba como desesperada, y ya queriendo darle más acción al asunto se arrodillo como pudo en el catre y comenzó a desabotonar su vestido para sacárselo, pero apenas estaba comenzando a hacerlo, una fuerte discusión que venía desde el exterior de la oficina la interrumpió en la tarea.

Don Cipriano y Gabriela en un momento no supieron de qué se trataba la situación que acontecía afuera, pero luego de un rato entendieron los motivos, la fuerte voz de Cesar exigía que lo llevaran a donde estaba su esposa.

--Es Cesar Donnn!!!, y que vamos a hacer ahora, decía la muy exaltada rubia intentando de alguna forma recomponer su vestido…

--Ese pendejo ya me está aburriendo…! ahorita mismo vamos a zanjar este asunto!!, el viejo como pudo se paró de la cama, a la vez que tomaba una gruesa llave francesa y se la echaba al bolsillo trasero de su pantalón, estaba muy enojado…

--Neneeee… por favor no le vayas a hacer nada malooo…!, le dijo Gaby a su macho desde el catre en donde se quedó recostada y temblando de nerviosismo,

--Tu espérame aquí acostada nalgonaaa… este es un asunto que solo yo debo solucionar, jajajaja!!, y no te preocupes… solo le daré un escarmiento para que nunca más se le ocurra poner un solo pie en este taller…en tuuu taller…!!!

La rubia se sentía orgullosa de como su macho se proponía de poner en su lugar al insistente de Cesar, pero temía que fuese capaz de hasta matarlo, pero más espantada se puso cuando recordó que Cesar a pesar de tener la verga chica, este tenía mejor estado físico que su viejo, y que además era mucho más joven, eso podrían poner en desventaja a su verdadero hombre, totalmente nerviosa lo vio salir de la habitación en forma decidida.

(10 minutos antes)



Armando y Cesar estacionaron en la misma vereda en que se encontraba ubicado el pie grande, una extraña ansiedad de querer saber si su esposa realmente se había fugado con su amante embargaban al esposo, una vez que ya estuvieron al frente del pesado portón del taller, se dieron cuenta que este ya estaba cerrado, solo vieron que detrás de una pequeña reja que la hacía de puerta chica estaba parada una joven con minifalda, Cesar quiso acercarse a ver si le podía res**tar algún tipo de información.

Mientras María esperaba al chango que había salido a comprar cigarrillos, vio que dos hombres de buena apariencia y bien vestidos se venían acercando al portón, supuso al instante que una de ellos era el cliente que venía a buscar la Santa Fe blanca.

Cesar se extrañó que la joven solo al mirarlo le abrió la puerta del taller,

--Hola soy María, su camioneta ya está lista… pasemos a la oficina para que me cancelen y para que retire su comprobante,

A Cesar la situación lo tomo por sorpresa, pero rápidamente determino que si él quería saber algo de Gabriela lo más conveniente para él era seguirle la corriente a la desprevenida joven.

Ingresaron a la oficina, Armando se había quedado en el pasillo, solo a unos 3 metros de la puerta de la oficina con cama, claro que esto él no lo sabía.

Cesar veía como la chica ya estaba escribiendo algunos datos en un libro, sin saber qué hacer y sintiéndose muy raro solo atino a mirar por la ventana, hasta que sus ojos observaron que era la misma camioneta de Gabriela la que estaba estacionada en un rincón del taller, sintió como le comenzaban a temblar las piernas, y trago saliva, hasta que por fin pudo pronunciar algunas palabras,

--Necesito hablar con el dueño…

María al escucharlo le contesto algo despreocupada,

--Él no puede atenderlo… está algo ocupado en estos momentos…

--De quien es esa camioneta que esta al fondo?, le consulto el nervioso hombre a la joven,

--Cual camioneta?, dijo María levantando su vista intentando ver a que vehículo se refería el cliente,

--Ahh si, esa camioneta es de una amiga de mi tío… de hecho él está con ella en estos momentos, la imprudente chica no teniendo ni la más mínima idea lo que sus palabras estaban produciendo en el interior del hombre que estaba parado al frente de ella, continuo… --Ellos están…bueno Ud. Ya sabe lo que podrían estar haciendo, jijiji…

--Y donde están ellos ahora…!?, Cesar creyó captar al instante lo que podrían estar haciendo ellos según eran las palabras de la chica,

--Aquí al ladito… pero no creo que mi tío quiera entregarle la camioneta personalmente… Ud. Comprenderá…

--Dime… en que parte precisamente están ellos ahora!!??

María noto el brusco cambio en el tono de voz del cliente, y de pronto en su mente se contestó la razón por la cual aquel apuesto hombre preguntaba precisamente por la camioneta de Gabriela, al subir su vista desde donde ella estaba sentada sus ojos dieron con la brillante argolla de casado en la mano de Cesar, y al mirarlo a los ojos, simplemente dijo a forma de pregunta,

--Tu… eres Ce… sar…!!??, Cesar solo afirmo positivamente, --Ay nooo!!, mira tu esposa no está aquí en estos momentos…

--Por favor niña… no me mientas, Gabriela tiene una familia, no seas cómplice de algo que ni ella misma a sabido dimensionar… tú me dijiste que estaba aquí al lado…

--Noooo…!! no señor me equivoque, ellosss salieron… además que el taller ya está cerrando…lo mejor es que Usted se valla ahoritaaaa…

--Nooo!!, no me iré sin mi esposa, y si tu no me quieres ayudar yo mismo la buscare.

En el momento en que Cesar salía de la oficina el chango conversaba de vehículos animadamente con Armando, vieron que el marido engañado se paraba en el pasillo mirando en todas direcciones intentando adivinar en qué lugar de aquel sucio taller se podría encontrar su esposa, el chango fue a consultarle a María que era lo que estaba pasando, si se suponía que aquel hombre se debía llevar la Santa Fe,

--Ay chango creo que la cagueeee… ese hombre es Cesar el marido de Gabriela…, hasta el chango sintió que se cagaba en los mismos pantalones, al escuchar a María de quien se trataba esa extraña visita,

--Díganme donde estaaaa!!!, le volvía a preguntar un eufórico Cesar.

--Chango dile que se vaya…! dile que ya está cerrado y que nosotros nos tenemos que ir, le decía una angustiada María a Pablo…

--Señor su esposa no está aquí, además que el taller ya cerro desde hace ratooo, jejeje, reía en forma nerviosa el joven mecánico,

--Pero su camioneta está ahí!!!!, les decía Cesar apuntando al vehículo de su mujer, yo no me iré de aquí hasta que me digan donde diablos esta mi esposa.

Armando veía con pesadumbre como su amigo enceguecido por sus celos y por su ego se rebajaba y se humillaba de esa manera por una mujer la cual ya con toda seguridad había perdido.

--Ya le dije que ella no está aquí, déjenos su teléfono y le llamaremos si sabemos algo de ella, volvía a repetir el chango intentando de alguna forma ese hombre despechado se fuera del taller, María al ver lo alterado que estaba Cesar solo se mantenía detrás de las espaldas del peludo muchacho que la había violado, ella al siguiente día había terminado su relación con Francisco.

--Ya les dije…!!!, exclamaba Cesar casi desesperado,--Que de aquí no me mueve nadie hasta que no me digan ad…

--Hasta que te digan queeeee pendejooooo!!!!, fue lo primero que dijo don Cipriano una vez que abrió la puerta de la oficina con cama a la misma vez que se subía el cierre del pantalón demostrándole a todos los presentes lo que él podría haber estado haciendo al interior de la habitación antes de salir de ella, Cesar fue el que más puso atención a esto, otra imagen que difícilmente borraría de su mente.

--Donde esta Gabrielaaaa!!??, le pregunto Cesar al vejete una vez superada la conmocionante imagen…

--Esta ahí adentro acostada y esperándome… así que si tienes algo que decirle dímelo a mí… porque ella no quiere salir, jajajaja estábamos algo ocupados cuando tu llegaste a armar todo este berrinche, jajajaja!!!!

Cesar no creía nada de lo que ese viejo desgraciado le decía,

--Yo no tengo nada que decirle a Usted!!, extrañamente Cesar también se dirigía con respeto a la ordinaria figura de aquel desalmado viejo, --Así que déjeme pasar para yo mismo decirle que su familia la espera en casa…

--No pasaras idiotaaaa…! ya te dije que ella no quiere saber nada de ti, o crees que la tengo raptadaaaa…!?, el vejete continuo aclarándoles las cosas al infortunado marido, --Tú fuiste el que no supo atenderla como a una verdadera mujer se le debe tratar pedazo de idiota, y ya es tarde…!! hagas lo que hagas ella no se ira de aquí, y sabes porque!?...

La rubia en forma milagrosa hiso su aparición desde adentro de la habitación para ser ella misma la que le diría a Cesar cual era la situación del momento…

--Es verdad Cesar… yo no me iré de aquí…!!, le dijo la ex casada en forma determinante una vez que estuvo afuera de la oficina con cama.

Su esposo solo se dio a contemplarla, la veía igual de hermosa cuando la vio salir aquella mañana desde su departamento, solo que ahora notaba más demacrada por la expresión de su cara, acompañado que sus rubios cabellos estaban totalmente desordenados,

--Gabriela… le dijo Cesar con voz suplicante, --Tu deber es estar junto a tu familia… Cariño sé que toda esta situación te tiene confundida pero estoy seguro…

--Cesar como no lo entiendessss…!? le decía la rubia intentando que su ex marido abriera los ojos de una buena vez por todas…--De verdad que lo intente… pero no pudeeee…entiéndelo por Diossss!!!

Todos los presentes estaban con la boca abierta por ser testigos de cómo ese matrimonio se despedazaba antes sus presencias, el mecánico solamente miraba a Cesar con una sus más cínicas sonrisas de burla.

El dolido marido cuando se acercó un paso más hacia donde estaba su esposa claramente noto el pómulo de ella que se encontraba un poco hinchado y visiblemente amoratado, la ira le fue subiendo desde los pies hasta su exaltada mente, rápidamente concluyo que el miserable hombre se había dado el lujo de hasta pegarle, esto sí que no se lo aguantaría se dijo para el mismo, automáticamente cerro unos de sus puños y viendo como el viejo seguía con su risa sarcástica quiso propinarle el mejor de los puñetes, pero en el momento en que levanto su puño y ya se proponía a hacerlo, fue Gabriela quien al notarlo se interpuso como una fiera entre los dos hombres, claramente era una autentica hembra defendiendo a su macho, a la vez que casi le bufo en las narices de Cesar,

--Ni te atrevas a tocarlooo!!!, le gritó en su misma cara, Cesar quien quedó perplejo ante la fiera reacción de su esposa para defender ella al hombre con el cual se acostaba a sus espaldas, solo pudo decirle,

--Pero Gaby…!, si este tipo hasta se atrevió a golpearte…!! Mira nada mas como te dejo tu ojo!!!, Cesar estaba salido con todo lo que le estaba ocurriendo…

--Siiii, me pegooo!!!, pero yo tuve la culpaaaa!!!, además que me lo mereciaaa!!!, él no tiene la culpa de nadaaaa!!!!, termino aclarándole la rubia su esposo,

--Gabriela tu estas mal…si quieres podemos… En eso estaba Cesar, intentando aclarar sus ideas y también las de su esposa, cuando vio que ese tal don Cipriano, hacia a un lado de ellos a Gabriela con un fuerte manotazo, para el nuevamente aclararle la situación…

--Como puedes ser tan imbécil pedazo de idiotaaa!!??..., acaso no te das cuenta que es la misma puta de tu mujer quien te está mandando a la verga y tú le sigues rogando como los maricones!!!!, la expresión del vejete era el de ser un verdadero demonio…

Cesar ya no aguantando más tanta humillación en forma innata le asesto el mejor de sus puñetes en plena boca de aquel ordinario mecánico, lamentablemente para Cesar este ultimo casi ni se inmuto con su golpe, el viejo solo se tocó la parte de su cara en donde recibió el puñete, para luego lanzar un escupo con sangre delante de los pies del alterado marido,

--Jajajaja!!!, Ni para eso tienes fuerzas pendejo… eso era todo lo que tienes para dar…!?, don Cipriano lentamente se metió la mano detrás de su pantalón y empuño la llave de fierro que se había guardado antes de salir, ahora Gabriela sintiendo una profunda lastima por Cesar y por lo que le estaba a punto de suceder intercedió por el ante su macho,

--Neneee…! por favor no lo hagas, le pidió arrojándose al pecho del hombre…

--Es que este pendejo ya me tiene aburridooo…!!!, los ojos con los que el vejete miraba a Cesar eran de una endemoniada cólera,

--Hágalo por mi Donnn…!! Pero por favor no le pegueeee…!!!, le seguía rogando la rubia para que allí no fuese a suceder alguna desgracia…

--Está bien…!! Pero me lo despachas ahorita mismo…!!! Accedió el mecánico al ver la forma en que su hembra se lo solicitaba…

Gabriela girando su cuerpo se dirigió hacia la persona de Cesar,

--Cesar… por favor solo vete… nuestra relación ya no tiene sentido…, Gabriela deseaba con todo su ser que Cesar de una buena vez se marchara, ella aun lo estimaba, y por nada del mundo quería que su Don se lo fuera a zurrar o hasta despachar,

--No me iré si tú no te vas conmigo Gabriela… tu eres mi esposa… y nosotros tenemos una familia que proteger…, continuaba el porfiado de Cesar,

--No Cesar!!! Yo no me iré contigo, yo ya no tengo una familia junto a ti… entiéndelo por Diosss!!!

Cesar estaba que se largaba a llorar delante de todos los presentes, no entendía las salidas palabras de su esposa si se suponía que todo había mejorado entre ellos, él la había perdonado, y ella se había comprometido, por más que buscaba la explicación a todo eso que estaba ocurriendo no se lo explicaba…

--Pero Gabriela…!, le dijo de un momento a otro y con algo de fuerzas que logro reunir, --Tú me dijiste que todo esto había sido un error además que…

--Cesar…, le corto nuevamente Gabriela, --Entiéndelo de una vez, la rubia ya se estaba comenzando a enojar con el pesado de su marido, --Yo ya no te amooo!!!, como no lo vez!!??... yo estoy enamorada de don Ciprianooo!!!, y el también me amaaa!!!!, lo entiendes o no!!??, Gaby respiraba aceleradamente intentando que su marido entendiera cual era la situación.

El marido escuchaba esas extrañas palabras de la dulce boca de la mujer que había sido su esposa pero aún no se convencía que todo esto estuviera realmente ocurriendo,

--Nooo… Gabyyy eso no es verdad… tu solo estas confundidaaa…!

--No estoy confundidaaa!!, yo solo lo amo a él… entiendelooo Cesar por el amor de Diossss!!!, le volvía a gritar la rubia…

En el taller solo se escuchaban y retumbaban las palabras de Gabriela y de Cesar, el chango, María y Armando solo se daban a escuchar el trágico desenlace de aquella sórdida situación… la pelea en el matrimonio Guillen continuaba,

--Pero… pero… si hasta habíamos quedado en tener un hijooo… tú lo dijiste…, Cesar poco a poco sentía que comenzaba a perder la batalla,

Gabriela se la pensó por unos segundos pero ya no había más remedio…

--Cesar… ya estoy embarazada…!!, le dijo con seguridad y mirándolo directamente a sus ojos, para que no le cupieran dudas a él ni tampoco a los que escuchaban sobre todo a su macho,

--Que dicesss!?, Cesar cada vez se sentía más débil, ya sentía unas tremendas ganas de vomitar,

--Lo que acabas de escuchar… ya estoy esperando un hijo… y lamento decirte que no es hijo tuyo…!! Es hijo de don Cipriano…!!!, al decir esto la rubia puso atención en la cara del vejete, que en vez de tener el brillo de la dicha ante tal mágica noticia, daban la impresión de querer agarrarla y cogérsela delante de todos los presentes en señal de felicidad y celebración,

--No… eso no es verdad…, respondió Cesar con voz quebrada y con sus ojos bañados en lágrimas,

--Si Cesar es verdad, hace por lo menos un mes y medio que con mi nene estuvimos haciéndole empeño y hasta que lo logramos… así que entiéndelo de una buena vez… ya no tienes nada más que hacer aquí… solo vete…

Cesar cayó en un lamentoso estado de angustia, casi llorando se preguntaba a gritos y recriminaba a Gabriela con palabras soeces que era lo que había hecho mal,

--Que es lo que hice tan mal puta de mierda… para que me hayas hecho esto con este hombre tan ordinario… solo míralo por Diosss!!! Es totalmente vulgar… no nos llega ni a los talones y tú te atreviste a…

--Cesar te lo digo por última vez…! solo vete…!!, Gabriela ya estaba más que m*****a por las palabras que estaba usando Cesar para referirse a ella y a su nene…

--Pero dime zorraaaa!!! Que tiene el que no pueda darte yooo!!??

--De verdad quieres saberlo!!??, le exclamo la rubia quien a la misma vez lo increpaba, --Pues bien te lo diré… él la tiene más grandeeee!!!, le soltó la rubia de una y con seguridad, claramente se refería al tamaño de la verga de ambos varones…

--Que me estas diciendooo!!??, le preguntaba el consternado marido,

--Lo que ya te dije, Don Cipriano tiene la verga mucho más grande que la tuya, y con eso para mí ya es más que suficiente… te queda claro chiquitoooo, y me ha hecho sentir como toda una mujer, algo que nunca sentí a tu lado... eso querías escucharrr??, pues ya lo escuchaste… no te lo quería decir pero me obligaste… así que por favor ya veteeee!!!!

Cesar quien se quedó gesticulando y mirando en todas direcciones pensando en aquellas frías y humillantes palabras que había escuchado desde los mismos labios de Gabriela, quien fuera hasta hace poco rato su compañera para toda la vida, sintió como un fraternal abrazo de su amigo Armando lo tomaba en clara señal de hacer abandono de aquel terrible taller mecánico en donde lo acababan de mandar a la mismísima verga. Destrozado y humillado solo se dejó llevar, ya estando en la salida del taller una vez más quiso mirar y convencerse que todo esto no era verdad, pero sus doloridos ojos vieron nuevamente la cruda realidad, vio como una mimosa Gabriela ya se encontraba en los brazos de aquel miserable sujeto, ella le devolvió la mirada a Cesar con sus azules ojos, y siempre mirándolo llevó sus labios a los del mecánico, para luego simplemente cerrarlos y comenzar a besarlo con verdadera pasión. Cesar se fue destruido.

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Los sucesos que ocurrieron a los meses siguientes terminaron por confirmar el término total de la relación conyugal del que había sido un feliz matrimonio.

Gabriela termino por perder definitivamente la custodia de su pequeño hijo, el cual quedo bajo la responsabilidad de su abuela paterna, penas para la rubia que se vieron aplacadas por las tremendas folladas que le ponía el vejete por las noches para sacarla de su tristeza. De su embarazo nació un robusto niño moreno, de ojos negros y de rostro mofletudo, don Cipriano no daba más de gozo, con el hermoso niño que le había dado su Diosa, ella lo había parido en la forma normal, nada de operaciones ni cosas raras, tal como lo había sentenciado el mecánico en su momento.

Increíblemente los estragos del parto normal ni se notaron y no dejaron huellas en el curvilíneo cuerpo de Gabriela, como ya se ha dicho una infinidad de veces, ella era toda una Diosa, y así lo demostraba después de haber tenido a su segundo hijo, quedando aún más apetecible que antes.

Cesar después de lo sucedido en el taller tardo meses en reconocer que la había perdido para siempre, estaba obsesionado que de alguna forma la podría aun recuperar, anduvo meses enteros rondando el pie grande en donde pudo comprobar que la pareja no tenía grandes problemas, y que poco a poco el taller fructificaba obviamente con la nueva participación de la rubia en la parte administrativa, también puso atención que en el primer mes cuando a Gaby aún no se le notaba su pancita trabajo de edecán junto a María en donde hubieron ocasiones en que ambas mujeres tuvieron que usar minúsculos y escandalosos trajes de baños para atraer a la clientela, el pobre no se explicaba cómo era que su Gabriela se comportaba en forma tan desvergonzada en un lugar que solo era rondado por hombres de baja calaña, y que en su mayoría eran viejos y ordinarios.

En innumerables ocasiones se negó a firmar el divorcio, hasta que poco a poco y al haber sido testigo el mismo de como el cuerpo de su ex esposa soporto el embarazo y el saber que había dado a luz un hijo varón sano y fuerte, termino por acceder en firmar los papeles, fue el mismo quien como al año y medio de su separación hiso los últimos papeleos para liberarla de una vez por todas y que ella hiciera lo que quisiera con la nueva vida que llevaba junto al hombre que aparte de haberle robado a su esposa se había llevado todos los ahorros económicos de su vida.

Es importante aclarar una extraña situación que se vivió en el periodo en que Cesar ya tubo los papeles listos y que lo único que faltaba era la firma de la rubia, queriendo dar por superada esa sufrida etapa de su vida quiso ser el mismo quien llevaría los documentos a su ex mujer para que los firmara, y a la vez desearle que fuera feliz en el destino que ella había escogido.

Ya hacían meses que Cesar había dejado de rondar el taller, caminaba nervioso por la vereda en donde estaba aquel sórdido local de vehículos en donde trabaja Gabriela en compañía de su nueva pareja, los documentos los llevaba dentro de una carpeta, quería ver la reacción de Gaby cuando él le dijera que ya estaba todo en orden y que lo único que faltaba era su firma, como también pensaba en conversar con ella, ver si estaba bien, quizás para todo eso ella no era lo que pensaba al haber optado por ese destino, y si le daba una mínima luz de esperanza el aún seguía dispuesto a olvidar todo y llevársela de la ciudad tal cual como ella se lo había propuesto en la oportunidad en que la había sorprendido acostada con aquel horrendo personaje.

Estuvo parado como 10 minutos al frente del taller sin atreverse a entrar, hasta que sus ojos dieron con el joven muchacho que trabajaba con el viejo y que había sido testigo de su desgracia, en forma determinante cruzo la calle dispuesto a preguntarle por Gabriela.

--Hola… te acuerdas de mí, fue lo primero que le pregunto Cesar al chango en el momento que este se aprontaba para subirse a la grúa.

El chango lo reconoció al instante,

--Ehhh si mi jefe claro que lo recuerdo… en que puedo atenderlo…?. Le consulto el joven con las más buenas intenciones,

--Necesito hablar con Gaby… sé que ella trabaja aquí con su nueva pareja… la podrías llamar?, Cesar estaba algo nervioso, de pronto pensó que había sido una mala idea el traer el mismo los documentos del divorcio…

El chango por su parte le contesto con la verdad,

--Ella no vino hoy día… llamo que se sentía enferma y que prefería quedarse en casa…

--No me mientas muchacho, no vengo a encararle ni darle problemas, solo necesito hacerle entrega de estos documentos, para que los firme…

--Es que es verdad mi jefe la señora no pudo venir hoy…, le decía el chango notando que el hombre no le creía, --Mire aunque no me la crea… pus Ud. Siempre me cayó bien… y lamento mucho todo lo que le sucedió, pero créame ella dijo estar enferma y que hoy no venía…

Cesar tras pensarlo por un momento determino que el muchacho no le mentía, y no tenía sentido que él quisiera entregarles los papeles en persona, pero no podía llegar y pasárselos a cualquiera, y como dentro de el ya estaba todo superado, consulto por el hombre causante de sus desgracias,

--Y estará don Cipriano?, deseo dejarle esta documentación con él, son papeles muy importantes…

Cesar ya había dado por superado su traumática experiencia además que el mismo había constatado muy a su pesar que a su ex mujer le estaba yendo muy bien en su nueva vida,

--Pus lamento decirle que él tampoco se encuentra… tuvo que viajar fuera de la ciudad por dos días, ya que en poco tiempo abrirán otro taller en asociación con su hermano…

--Ufff…que mal… no tuve suerte en el día que escogí para venir… crees que tú los podrás guardar y pasárselos a Gabriela cuando la veas?, Cesar ya pensaba que esa era la mejor opción, el destino se negaba a que el pudiera tener un acercamiento con su ex mujer…

--Claro que si mi jefe, yo mismito se los puedo entregar. El chango se la quedo pensando por un minuto hasta que le volvió a decir, --Pero si quiere se los puede entregar usted mismo, ellos solo viven a tres cuadras de aquí, mi jefe se compró una casa por aquí cerquita, así tiene más control sobre la chamba…

--De verdad…y me dices que ella está sola…?

--Pus si, si yo mismito fui a dejar esta mañana a mi jefe a la terminal, y cuando llegue me encontré con la novedad de que ella estaba enferma y que no vendría, mire aquí está la dirección, es bastante cerca, en 5 minutos puede llegar y así le entrega los papeles que le trae, le dijo Pablo una vez que le entrego la dirección de Gabriela anotada en un papel.

Cesar le dio las gracias al chamaco y ahora más nervioso que antes se puso en camino a la casa de Gabriela, ansiaba verla, aunque sea solo para conversar, y si tenía suerte hasta un café se podría tomar con la rubia sí es que ella se lo ofrecía.

La vivienda en que vivía la rubia con don Cipriano, no era modesta como él lo había pensado, tampoco tenía grandes lujos, pero si se veía bastante cómoda, vio que en su antejardín estaba estacionada la camioneta de su Gaby, y que aun lado de esta había estacionada una antigua y cacharrienta camioneta Ford c-10, supuso que esta era la de don Cipriano.

Armándose de valor Cesar abrió el mismo la puerta de la reja del antejardín y se encamino hacia la puerta principal de la casa, y justo en el momento en que se aprontaba a tocar el timbre, escucho lo último que en su vida pensó que iba a escuchar nuevamente, eran gemidos, gemidos femeninos de placer y de calentura, con los típicos, slaps! slaps!! slaps!! slaps!!!, típicos sonidos de cuerpos que chocaban uno contra el otro. Su corazón nuevamente estaba latiendo a mil, tal cual como la vez en que encontró a Gabriela con otro hombre.

Pensó que el vejete había tenido algún tipo de problemas y había postergado su viaje, según le había dicho el muchacho del taller, vio que la cortina estaba un poco corrida, con su respiración muy pesada se dispuso a mirar hacia el interior, por alguna extraña razón quería comprobar que sus primeras impresiones no estaban equivocadas, y en efecto sus ojos vieron a Gabriela puesta en 4 patas y desnuda sobre una raída y rotosa alfombra que adornaba la sala de estar de su vivienda, mientras que el asqueroso vejete estaba puesto detrás de su trasero manteniéndola firmemente agarrada desde sus caderas, y dándole verga como un mal nacido, los gemidos y gritos que ella hacía ya los escuchaba claramente:

--Así Donnnn… deme más fuerteee… más firmeeeeee…!!!, o Diossss! Diosssss!!!

--Te gusta que den por el culo pendejaaaa!!???

--Me encantaaaaa!!!,

--Jajajajaja… ya lo sabía zorraaaaa…! desde la primera vez que te vi me di cuenta de lo muy buena para la verga que eras…, jajajajaja!!!!

--Si Donnnn me encanta la vergaaaaa!!!

--Pus apróntate putaaaa…!! Porque luego y muy pronto te hare putear por las callesss y por las esquinas… jajajaja…!!! Me harás ganar mucho dinero junto a las otras putas que ya tengo trabajando para mí, jajajajaja!!!, volvía a reírse antes las salidas palabrotas en que le ponía en conocimiento de cómo serían las cosas desde ahora, para luego decirle, --Di que me amassss putaaaaaa!!!!!, le consultaba el vejete a su mujer,

--Siiii don Pedrooooo!!!!, yo también lo amo a Ustedddd!! Ohhhhh Dios… Diosss!!! Que rico como me enculas Neneeee y que grande la tienessssssss!!!!

Cesar quedo aún más traumado por lo que se estaba viviendo al interior de la casa de la que había sido su esposa, se la estaban enculando, algo que él nunca en sus años de matrimonio había logrado alcanzar, hasta que puso atención en el nombre del vejete que se la estaba sirviendo por el culo, no era don Cipriano!!!, como supuso en un principio, era un tal don Pedro!!!!. Bajo su vista para poder cerciorarse el mismo a través del ventanal y hasta que lo vio, este era un viejo aún más ordinario que el primero, que en su boca no se vislumbraban ningún tipo de dentadura, era más canoso que el otro y no tan corpulento, y con una cara de pellejos desgastados, de vicioso y del mal viviente que no se la ganaba nadie, también tenía una prominente panza que se le caía y la dejaba descansar en las brillosas carnes de Gabriela, que en esos momentos recibió una serie de feroces nalgadas que este le puso al tener semejante culo a su disposición: Plafff!!, plafffffff!!!, plafffffffffff!!!!, retumbaban una y otra vez.

Cesar nuevamente con sus ojos llorosos se retiraba derrotado, pensó que cual sería el significado de aquellos documentos para Gabriela si se encontraba viviendo en aquellas condiciones, simplemente se largó y que su abogado se encargara del trámite.

Fin?
게시자: wichonegro3007
2년 전
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